El rey pálido

Creo que una de las tareas más difíciles a las que ha de enfrentarse un editor es la publicación de una novela póstuma y más si esta está inconclusa. Es lo que ocurre con "El rey pálido". Su autor, David Foster Wallace se suicidó en 2008 dejando sin acabar esta novela. Su amigo y editor Michael Pietsch decidió publicarla como homenaje póstumo.

Al igual que ocurrió con su novela "La broma infinita", "El rey pálido" ha sido editada en nuestro país por Mondadori dentro de su colección Literatura.

Al igual que ocurrió con "La broma infinita", cuando el lector inicia la lectura de "El rey pálido" se encuentra ante una novela muy densa a la que se une el hándicap de estar inconclusa. Este rasgo es, a mi juicio, bueno y malo al mismo tiempo. Bueno porque permite al lector admirador de la literatura de David Foster Wallace deleitarse y disfrutar una vez más de su prosa, de su estilo y forma de escribir. Pero también es negativo porque, se quiera o no, se aprecia que la novela no está acabada, no ha sido corregida y el orden de los capítulos puede no ser el que quería el autor. Michael Piestsch encontró el manuscrito de "El rey pálido" en un cajón, parte del mismo estaba ordenado y corregido pero no el resto, eso hace que la novela tenga algunos altibajos y se note bastante la parte acabada de la que no lo está.

Pero a pesar de todo ello, lo cierto es que "El rey pálido" es una de esas novelas que todos deberían leer puesto que la crítica social que realiza es impactante. Este rasgo, esta crítica mordaz a la sociedad estadounidense, no es exclusiva de esta novela ya que también la vimos en "La broma infinita". Es por ello, un rasgo o una característica innata al estilo de David Foster Wallace. "El rey pálido" busca provocar y lo consigue.

Otra característica del estilo de David Foster Wallace es la densidad. De nuevo, en esta novela, el párrafo descriptivo predomina sobre el diálogo lo que obliga al lector a prestar una atención extraordinaria a la lectura sino quiere perderse. Esta densidad trae consigo que el lector disfrute de la lectura o llegue a aburrirse ya que no es una novela que tenga un ritmo trepidante sino más bien al contrario. Es un poco lenta y el no estar acabada hace que, en algunos momentos de la lectura, el lector no sepa por dónde va.

No es una novela alegre a pesar de la ironía que destila. Más que en "La broma infinita" se aprecia el estado anímico de su autor. El mismo hecho de ponerse como protagonista de la misma es un síntoma. David Foster Wallace no se convierte en un héroe sino todo lo contrario: su personaje es un ser normal y corriente que se deja atrapar muy rápida y fácilmente por la rutina del trabajo. Un trabajo cada vez más aburrido y que se va desprendiendo de todo lo humano que puede tener.

No obstante, "El rey pálido" es una buena novela. Se aprecia en ella una base literaria perfecta. David Foster Wallace era un buen escritor, el dominio del lenguaje es extraordinario y ello es más que suficiente para recomendar su lectura.

Ysabel M.