El restaurador de arte

Opinión:

El proceso de escribir una novela queda bien reflejado en este nuevo caso de intriga, el autor vuelve a introducir al mismo protagonista que a su vez tiene que trabajar en un nuevo encargo literario, dándonos a conocer de primera mano el nacimiento y evolución de las distintas tramas por las que tendrá que pasar su obra. Asistimos así a dos creaciones con el mismo fin y nos convertimos en aprendices del proceso de creación.

Cuando Enrique conoce al restaurador este le habla de la obra de Sert, un pintor español desconocido por muchos pero con una repercusión histórica que le llevo hasta las paredes del Rockefeller Center o a los techos del Waldorf Astoria en Nueva York. Pero también le habló de un enigma que en ese momento no comprendió. Meses más tarde, cuando recibe un paquete en su casa y se encuentra en un atolladero de personajes y tramas, entiende aquella conversación y sabe hacia donde tiene que avanzar para descubrir los datos que le faltan.

El lector puede intuir y se deja llevar por el enigma planteado pero el autor no da todas las pistas, deja que su protagonista nos dirija los pasos y nos haga viajar a París a la época en la que los nazis, sabiéndose como perdedores de la guerra, cometieron todo tipo de expolios y negocios ocultos.

Julián Sánchez incorpora una destacable y minuciosa labor de documentación histórica y aporta datos de la vida y obra de José María Sert, acusado de ser un pintor franquista; recorreremos con él sus movimientos como agregado cultural de la república y conoceremos sus contactos con la iglesia, la monarquía, filántropos judíos o con ilustres personajes como Stravinsky, Picasso o Proust.

En definitiva, una obra de misterio que nos llevará por Europa en su época más oscura y en la que el autor incluye guiños de su propia trayectoria como escritor, confundiéndose a ratos entre los dos escritores de esta novela.

Un final tan inesperado como sorprendente hace que su lectura sea del todo redonda y recomendable, y aceptemos la invitación a San Sebastián para conocer los lienzos de Sert en el Museo de San Telmo. 

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