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El cadáver en la Bahía de Cádiz (Un caso del comisario Bernal)

Ficha realizada por: Mar Gázquez
El cadáver en la Bahía de Cádiz (Un caso del comisario Bernal)

Título: El cadáver en la Bahía de Cádiz (Un caso del comisario Bernal)
Título Original: (The Body in Cadiz Bay, 1985)
Autor: David Serafín
Editorial: Berenice
Colección: Narrativas de la Transición Española


Copyright:

© Ian Michael, David Serafín, 1985, 2012

© Berenice, 2012

Traducción: Antonio Samons
Edición: 1ª Edición, Septiembre 2012
ISBN: 9788415441144
Etiquetas: religión costumbrista género negro política policiaca literatura inglesa sagas transición española Cádiz conventos comisario Bernal
Nº de páginas: 216

Argumento:

El comisario Bernal, de la Policía Judicial de Madrid, le acaba de pedir el divorcio a su esposa Eugenia, una mujer beata que se niega a concedérselo en una España en plena transición donde la religión tiene mucho que decir todavía.

El matrimonio se encuentra en Cádiz pasando la Semana Santa y mientras ella decide retirarse a un convento a meditar y Bernal está de vacaciones, la muerte de un submarinista en un punto estratégico de la bahía de Cádiz cambiará los planes del comisario, que tendrá que quedarse en la ciudad hasta resolver las causas de la muerte.

 

 

Opinión:

 

"El cadáver en la bahía de Cádiz" pertenece a la saga protagonizada por el comisario Bernal, creada en los años ochenta por el hispanista Ian Michael, quien adopta el seudónimo de David Serafín cuando escribe novelas de ficción. Este profesor británico, ahora emérito, y máxima autoridad de la literatura medieval española, fue el cuarto titular de la Cátedra Alfonso XIII de la Universidad de Oxford durante 21 años y es especialista en lenguas románicas por varias universidades.

Supongo que con ese currículo se puede afirmar que David Serafín, o mejor dicho Ian Michael, es un intelectual, un erudito, y eso se nota en la novela para bien y para mal porque la intriga (no podemos olvidar que estamos ante una novela policiaca) está puesta al servicio de otros temas de más enjundia como la política, cosa que por otro lado no podía ser de otra manera si tenemos en cuenta que en el marco en el que está ambientada, la convulsa España de la transición, la política lo impregnaba todo.

El autor tiene un profundo conocimiento de nuestro país, de nuestra idiosincrasia, tanto que sorprende cómo el ojo de un extranjero puede ser tan certero a la hora de retratar las costumbres patrias, y ese conocimiento da como resultado una novela policiaca también muy costumbrista en la línea de muchos autores mediterráneos del género policial.

El comienzo del libro es muy atractivo, tanto desde el punto de vista de la trama en sí, con la aparición del cadáver del submarinista o la infiltración de una compañera de su equipo en el mismo convento en el que está retirada la mujer del comisario, como desde el punto de vista de la situación personal de Bernal, quien trata de convencer a su esposa de que le conceda el divorcio para casarse con su nuevo amor, hechos que convierten al comisario en un personaje cercano al lector y que dan vidilla a la novela.

Sin embargo y como consecuencia del profundo conocimiento que el autor tiene de organismos públicos como la JUJEM, el Ministerio de Defensa, el de la Marina o la OTAN (y podríamos seguir), llega un punto en el que se hace muy cuesta arriba el seguimiento de los acontecimientos. Lo mismo ocurre con las técnicas forenses y en general con cualquier cosa que ataña a la investigación, donde la cantidad de datos y de información que nos ofrece el autor, a la par de resultar convincentes y realistas (desde luego no se deja nada al azar) se convierten en un lastre al estar servidos de golpe y con tanto detalle. El autor olvida que el lector no tiene tantos conocimientos como él y que le resultará muy difícil seguir el hilo argumental, por lo que quizá debiera haber recortado datos o desarrollarlos en una novela más larga.

Solo de vez en cuando rompe con esa técnica y da un respiro al lector al insuflarle nuevos alientos para seguir leyendo, como cuando aparecen las escenas en las que una compañera del equipo de investigación del comisario está infiltrada en el convento, en las que de nuevo la intriga y el suspense (con los claroscuros propios del ámbito religioso) toman el mando y la cantidad de datos se relaja.

Producto de estar basada en hechos reales que ocurrieron en Cádiz en 1982, el resultado es una novela interesante y realista, excepcionalmente documentada y fiel reflejo de la España de la transición, pero agotadora en su estructura por la abrumadora cantidad de información que condensan sus pocas páginas.

Mar Gázquez

 

 

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