Demografía, un problema global

Opinión:

"Demografía, un problema global" de Antoine O. Pallmall es un libro especialmente oportuno en un tiempo dotado de sorprendentes e inesperadas paradojas. Hemos conocido cómo el progreso puede provocar desigualdad, con innovaciones disruptivas que pueden causar grandes males sociales como masivas pérdidas de puestos de trabajo. Un momento histórico en el que, a pesar del increíble conocimiento acumulado, contemplamos impávidos el dilema irresuelto entre sociedad de consumo y cambio climático, o las contumaces e inútiles resistencias nacionalistas nutridas de rancias y violentas sinrazones xenófobas a un mundo absolutamente globalizado. Observamos en la era de la magia de internet a jóvenes y niños sin nada que perder, que intentan saltar vallas o cruzar mares en dudosas embarcaciones para llegar a sociedades por ellos ensoñadas como edénicas, y a gente que muere por algo tan premoderno como el hambre, la sed o enfermedades cuya cura sólo depende del acceso al dinero.

Asistimos a una radical desigualdad que convive con inasumible naturalidad en un régimen de vecindario bien avenido en las grandes ciudades y naciones que se desparraman por el planeta, desmintiendo ideas tan poco solventes como que la Tierra es plana, gracias a un acceso universal a los recursos y gracias a la emergente sociedad de la información. Por todas estas razones el debate sobre la demografía en este planeta cada vez más pequeño se debería convertir en una rabiosa actualidad. Pero lamentablemente estos temas forman parte de esas noticias esporádicas que se consumen en la pira fugaz del acontecimiento efímero.

Por eso son necesarios libros como el de Pallmall, que además de describirnos con rigor y exhaustividad los términos del debate, las pugnas ideológicas, las viejas corrientes de pensamiento cuya influencia se arrastra hasta el presente, las series y tendencias estadísticas, los problemas y efectos de los cambios que el mundo advierte, los retos y necesidades tanto inmediatos como de futuro, no sólo provoca la necesidad de compartir la urgencia de pensar, proponer, movilizarse, sino muy especialmente debatir sobre los eventuales efectos de ese proceso histórico denominado la "segunda transición", singularmente dotada de valores asociados al concepto de posmodernidad, que más pronto que tarde probablemente afectará a todos los países del mundo.

Hechos tan cotidianos como los cambios en el modelo de familia, las tendencias en fecundidad, la prolongación de la soltería, la progresiva universalización de la educación y la salud, el alargamiento de los tiempos educacionales, las migraciones, los cambios en los mercados de trabajo por el impacto de las nuevas tecnologías, el retraso en el primer hijo, la eficacia de los medicamentos y especialmente los anticonceptivos, la extensión de la longevidad, son, entre otros factores, datos objetivos que están cambiando el mundo, que están provocando cambios globales, que están provocando la necesidad de actualizar ideas y acciones de los gobiernos y de los propios ciudadanos. Cuando el autor nos sorprende con el dato de que a comienzos del siglo XXI la cifra de la población mundial es cuatro veces superior a la de comienzos del siglo pasado, mientras que la economía mundial es diecisiete veces superior, es fácil imaginar porqué las sociedades parecen prestar progresivamente una menor atención a los problemas mundiales sobre la población y su crecimiento, moderando así su sensibilidad sobre estos asuntos gracias a una fe inmoderada y a veces infundada por los avances tecnológicos y la productividad económica; los mismos "saltos" que aseguran soluciones fáciles, baratas, asequibles y próximas, a problemas globales como el suministro de alimentos, el recurso al agua, las fuentes energéticas o el acceso a servicios considerados esenciales como la vivienda o el vestido, ejerciendo un peligroso negacionismo sobre los riesgos que amenazan el futuro. Frente a esta nueva fe, el autor reivindica un nuevo modelo de progreso, una nueva economía, una vida mejor en una sociedad que, como él mismo advierte, vive en un momento de aceleración histórica que requiere respuestas originales tanto para los problemas penosamente tradicionales como para los vertiginosos retos emergentes.

Una obra útil, oportuna, clara en su exposición, interesante en su contenido, muy bien estructurada y de fácil acceso para todo el público interesado en estos temas, pero también en su propio futuro y en el de la sociedad en la que vive, gracias a una publicación muy bien realizada por Ediciones Alfar.

Jorge Riet