Anika entre libros

Deep in a dream. La larga noche de Chet Baker

Ficha realizada por: Porlomenix
Deep in a dream. La larga noche de Chet Baker

Título: Deep in a dream. La larga noche de Chet Baker
Título Original: (Deep in a dream, 2018)
Autor: James Gavin
Editorial: Reservoir Books
Colección: Reservoir Narrativa


Copyright:

© 2002, James Gavin

© 2004, 2018, Penguin Random House Grupo Editorial, S.A.U,

Traducción: Juan Manuel Ibeas
Ilustraciones: B/N
Edición: 1ª Edición: Abril 2018
ISBN: 9788417125493
Tapa: Dura
Etiquetas: drogas biografía ensayo Estados Unidos Italia música literatura estadounidense memorias testimonios biografía musical jazz siglo XX autodestrucción Europa decadencia heroína glamour swing Chet Baker bebop cool
Nº de páginas: 578

Argumento:

A través de las diferentes aportaciones de quienes le conocieron y de la propia investigación del periodista James Gavin, se completa una biografía que recoge sus orígenes familiares donde no faltaban la música ni los malos tratos. Su huida, incorporándose al ejército en tiempos de paz, le brindó una oportunidad para hacerse un hueco y convertirse en la gran esperanza blanca del Jazz; hasta que en su camino se cruzaron las drogas, su otro amor del que nunca se separó.

La larga noche de Chet Baker es el profundo sueño (Deep in a dream) en el que vivió.

 

Opinión:

 

Dentro del panorama musical de todos los tiempos estamos acostumbrados a encontrarnos con artistas que son el producto de una estudiada puesta en escena donde prima el atractivo, una forma de atraer al gran público a través del marketing; pero en el caso del trompetista Chet Baker todo es fruto de su forma de sentir el Jazz, de su imagen y del tono dulce de su voz.

Desde el inicio de esta aventura biográfica nos acostumbramos a un estilo, tanto en los géneros que interpreta como en su correcta vestimenta y su embrujo para atraer a un público de hombres, en su mayoría homosexuales, y mujeres que le adoraban por igual, sobre todo en Italia, donde le apodaban "el ángel del Jazz" o "trompeta de oro". Fans que se sentían más atraídos por su adicción a las drogas que por entender su música; la decadencia italiana tan bien representada en el cine por Fellini.

Del rítmico swing al estimulante bebop de Dizzi Gillespie, Charlie Parker o Max Roach, nombres propios de los años cincuenta, fueron una de las primeras metas que Chet Baker se marcó, ansiaba un Jazz diferente y evolucionado y ahí tenía las claves, el relajado estilo cool de Miles Davis pusieron la guinda al estilo deseado.

Cualquiera que se acerque a contemplar y escuchar las actuaciones en vivo de su extensa discografía comprenderá el magnetismo que producía y que fueron su seña de identidad a lo largo de toda su carrera. Comparado con los grandes poetas europeos se decía "que su música era uno de los lamentos más hermosos del siglo XX". Posiblemente la heroína tuvo mucha culpa de ese logro, como también lo fue en el deterioro de su vida y en su triste final en las calles de Amsterdam.

Murió como vivió, en un continuo tormento en el que solamente la música de Jazz era capaz de transformarle en un genio que no necesitaba ensayar para conocer las notas ni acompañarse de partituras que por otro lado no entendía, tan sólo una trompeta y gente que le quisiera escuchar. Una de sus características fue su alto ego, un problema para muchos de sus compañeros que continuamente salían en estampida al comprobar que junto a él el futuro era de lo más incierto. El relato nos deja más de una discusión y múltiples encontronazos entre músicos de alto nivel que no entendían que un hombre de su proyección musical estuviese siempre empeñado en destrozar todo lo bueno que había a su lado.

Su elegancia interpretando choca de lleno con los episodios de violencia que tuvieron que soportar todas las mujeres con las que estuvo; jóvenes atraídas por el sex symbol que pasaban de estar enamoradas a la sumisión absoluta. Una atracción más fuerte que el consumo de drogas y de la que difícilmente podían dejar de depender. Un drama continuo del que un atormentado y autodestructivo Chet Baker sólo podía escapar, o distanciarse, cuando consumía drogas o ponía la trompeta en sus labios.

Anécdotas como la de la pérdida de un diente que a la larga se convirtió en parte de su técnica, o el momento en el que harto de la convivencia con su padre decide incorporarse al ejército; la paz europea tras la segunda guerra mundial le pareció un buen lugar para iniciar su aventura en solitario. Pero las puertas de ciudades europeas como Italia, Inglaterra o Alemania se le fueron cerrando por acusaciones que van desde el consumo y el tráfico de drogas hasta la falsificación de recetas. De vuelta a Estados Unidos las cosas no le irían mucho mejor.

Los relatos, testimonios y memorias se completan en esta edición con una colección de fotografías que nos muestran en conjunto desde el glamour de un músico de Jazz hasta la transformación de un hombre consumido por las drogas.

Porlomenix

 

 

 

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