decir sí. la malasangre

Opinión:

La edición de dos de las obras teatrales de Griselda Gambaro a cargo de Rita Gnutzmann nos descubre a una dramaturga apenas conocida en nuestro país, no por poco prolífica o influyente. Sus obras han sido estrenadas en América Latina, EEUU y Europa, traducidas a una decena de lenguas y galardonadas con numerosos premios nacionales e internacionales, revelándose como una de las voces de la dramaturgia contemporánea más importantes de Latinoamérica.
 
El libro se nos presenta como una introducción al mundo de la autora; contiene las obras “Decir sí” y “La malasangre”, además de un recorrido de la mano de la estudiosa Rita Gnutzmann por los escenarios en los que Griselda Gambaro vivió y escribió. La historia de Argentina salpicada por los golpes militares y los distintos gobiernos dictatoriales y la obra de la autora como una crítica feroz a la situación sociopolítica en su país. El enfoque de Gambaro es puesto en las relaciones de abuso de poder que convierte a las personas que lo sufren en verdugos y víctimas.
 
Claro ejemplo de su primera etapa creadora es “Decir sí”; en la que nos presenta un teatro de personajes y la relación de sumisión y abuso entre ellos. En esta pequeña obra el personaje débil es claramente humillado y sometido ante el personaje fuerte, como denuncia de la situación vivida en todo el país a manos de los militares, salvando la censura enmascarado en un escenario inocente y una situación inverosímil por su evidencia y despropósito.
 
La segunda obra presentada en el libro, “La malasangre”, tiene un mayor desarrollo narrativo, establece más relaciones de poder entre diversos personajes representadas directamente en el seno de una familia poderosa. Así, las referencias literarias son constantes, el ritmo de la acción vertiginoso a través de unos diálogos brillantes que no dan lugar a sospechas, mantienen el corazón en vilo y logran identificar al lector con un texto lúcido no exento de crítica social y política. La tiranía del Padre frente al resto de los personajes, la sumisión de la Madre, la rebeldía de la Hija, el odio generado y, por contraste, el amor que surge a expensas de un ambiente agobiante son algunas de las claves que hacen de esta obra una delicia. Al contrario que en “Decir sí”, “La malasangre” pertenece ya a una segunda etapa en la que Griselda Gambaro dota a sus personajes de cierta capacidad de reacción y enfrentamiento ante la injusticia, el abuso y la violencia desproporcionada que ejercen contra ellos las fuerzas de poder; vemos así cómo el Profesor se rebela contra el Padre y lucha por sus deseos, cómo la Hija aboga por el amor frente al odio que ha mamado en su familia y lo ensalza por encima del resto de valores. Apreciamos una lucha desigual y un drama amoroso. Una huída hacia delante contra todo pronóstico y contra todos los factores poderosos de la historia. 
 
“La malasangre” es teatro del bueno. El núcleo central de un librito precioso que se complementa con un comentario contextual correcto aunque poco apasionado, algo desacorde con la pasión que emana de las dos obras de la autora, que consiguen desprenderse de algo que el lector recoge, como toda buena escritura. Después de leer “La malasangre” permanece el deseo por seguir descubriendo otras lecturas de su autora. 
 
María Cabrera