De relatos y confines

Opinión:

En esta primera publicación, Jordi se presenta a sus lectores con una vivencia personal y luego nos envuelve en su mundo con otros doce relatos breves, donde descubriremos personajes conocidos que nos llevan por diversos giros argumentales que rozan la distopía. Es su primer libro, pero seguramente no será el último. Incluso, me puedo imaginar que alguno de sus relatos da para desarrollar aún un poco más el argumento y seguir tirando del hilillo hacia derroteros aún desconocidos...

Pero, ¿qué nos cuenta Jordi? Nos relata que en plena pandemia se ha enfermado y teme por su salud. Que en el hospital lo ingresan, a pesar de la PCR negativa, para controlarlo porque aún no se sabía tanto del coronavirus. Un caso más entre tantos, porque el bicho ha dado mucho que hablar entre pacientes, psicólogos, médicos, personal sanitario y más gente que se ha visto afectada -directa o indirectamente- con la pandemia. Es un relato sobre esas dos semanas en el Box 625 que compartió con Marcel, un señor muy suyo, medio sordo, con un gran sentido del humor y sobre todo, muy enfermo, porque Marcel estaba ya allí antes de este cuasi findemundo....

Sin embargo, esto es solo un preludio a lo que vendrá en las siguientes páginas, en el hospital se han fraguado estos doce relatos, que la fiebre y la enfermedad dieron consistencia, aunque ya estaban formándose en la imaginación de Jordi cuando la neumonía aparece en sus pulmones para darle un giro dramático a su vida. La incertidumbre y la fiebre hacen estragos en su mente, pero se van perfilando estos relatos dentro de su cabeza. Relatos muy inquietantes, por cierto.

Son historias con personajes que viven en un mundo paralelo, pero con nombres que nos evocan a otras personas... y los relacionas, así, por una cosa de costumbre de ponerle cara y voz a los personajes que leemos.

Son solo doce relatos que dejan ver carencias y excesos de la sociedad, es como un grito en alto y mudo a la vez. Nada es lo que parece... un anciano que paga una mini fortuna por un día de sol en el silencio de una ciudad confinada, la moda de los jóvenes que emerge con las mascarillas, una sensación extraña la de nacer en tiempos de coronavirus y así. Historias con encanto, con doble sentido, con reflexiones acerca de muchos temas contingentes... o sólo el coronavirus, también sobre temas como la situación habitacional de los jóvenes, el sentido de la protesta o la incertidumbre. También relata temas álgidos como la muerte de un ser querido y el miedo a la soledad. Incluso hay un par de regias señoritas que son el tema de uno de los relatos o también la política es tocada entre los relatos escritos, con una punzada de ironía que duele, pero que llama la atención.

Cara relato es para leerlo con calma y encontrarle no solo un sentido, sino infinitos, porque son una fuente reveladora del pensamiento del autor y un llamado de atención sobre ciertas temáticas muy serias y que parece que nadie ve. De hecho, mi favorito sin duda es "La fe del ciego", con un Jair ciego que percibe con otros sentidos y que, en un juego de interconexiones, hace posible que su casa acabe convertida en un museo de las sensaciones, eso sí, en braille. En esta narración es posible verla, convertirla en guion y ver al único personaje y sus vicisitudes sensoriales.  Una maravilla distópica.

Sólo hay una ilustración, la de la jueza acusadora del relato "Rapsodia de las calles" realizada por Fernando de Andrés Plaza, que es la que inspira toda la historia.

Al final, en el "Epílogo", se observa un sentido a todo, como cuando dicen eso "que la realidad supera a la fantasía" y "Notas de un lector" te despistas un poco, pero vuelves a la realidad, aquí el corrector del texto nos habla... es otra voz que nos cuenta un poco más allá, abarcando la orilla del que corrige cualquier fallo en el texto y se agradece también. Aunque habrá que repasar eso, se ven algunos fallos ortotipográficos, pero que se podrían subsanar en una próxima edición...

En definitiva, a veces, no es cómo lo cuentas, sino qué es lo que cuentas y aquí Jordi nos deja entrever un mundo que puede desarrollarse hasta límites insospechados. Esto recién comienza....

Carol Inabé Barba