De hombres y langostas

Opinión:

Empecé a leer "De hombres y langostas" emocionada porque esperaba mucho de esta novela, al fin y al cabo había leído dos novelas más de esta misma autora y me había gustado mucho tanto la forma de narrar como las historias que contaba. La verdad es que me llevé una pequeña desilusión esta vez. 

La novela se nos vende como una historia en la que una mujer fuerte triunfa en un mundo de hombres (el de la pesca de langostas en dos islas), y sí, eso ocurre, desde luego, pero el problema es que no he conseguido engancharme ni a la historia, por los saltos que hace temporales continuamente, ni al estilo narrativo, demasiado lento y lleno de repeticiones, conversaciones insulsas y en muchos casos forzadas que no me han aportado mucho. 

Ojo, la historia en sí, quizá contada de otra forma me hubiese encantado, porque sí es cierto que trata de cómo Ruth Thomas triunfa a pesar de que la historia de las mujeres de su familia ha sido siempre horrible y los hombres son todos pescadores de langosta que no la quieren contratar, pero tal y como la presenta se me ha hecho muy lenta de leer y realmente solo hay algo de acción y rapidez en la parte final y en el epílogo. 

No entendía cómo podía haber tanta diferencia entre esta nueva novela y las anteriores y tras investigar en internet, leo que esta fue en realidad su primera novela, publicada en el año 2000, pero que se ha traducido ahora al español. Quizá eso explique muchas cosas. Por lo menos a mí, no me cuadra mucho el estilo con el de la autora de la famosa "Come, reza, ama".

Lo que sí consigue muy bien es transmitir cómo es el ambiente en las islas, vivir rodeados de mar, incapaces de cambiar su forma de vida, siempre repitiendo lo mismo generación tras generación. 

La verdad es que me hubiese gustado poder hacer una reseña más positiva del libro, porque la autora me gusta mucho, pero me ha dejado tan desconcertada que no lo veo posible. Por supuesto, esto es solo mi opinión, quizá a otras personas les guste el estilo que utiliza y no les importa que casi no ocurra nada hasta el final. 

Elena Martínez Blanco