Cosas conocidas y extrañas

Opinión:

En cuanto veo un libro firmado por Teju Cole, empiezo a deleitarme pensando en esa prosa austera y ágil que tanto me maravilla. De hecho, eso fue lo que pensé en cuanto supe que la editorial Acantilado iba a publicar "Cosas conocidas y extrañas", con una misteriosa portada de cuatro hombres en el terrado de un edificio. No sabía qué esperar de esta lectura, pero sabía que la necesitaba. Y ha sido un auténtico acierto penetrar en estas páginas que reúnen más de cincuenta artículos del autor nigeriano, publicados en periódicos y revistas americanas como 'The New Yorker' o 'The New York Times', dos de los más prestigiosos de todo el mundo.

El contenido del libro se encuentra dividido en cuatro partes divididas según la temática -clasificada grosso modo-. La primera, titulada "Cosas leídas", reúne los artículos de crítica literaria o que aprovechan la lectura de determinadas obras como pretexto para hablar de otros temas. En esta línea, el lector podrá conocer un nuevo acercamiento a las obras de Tomas Tranströmer, V.S. Naipaul, W.G. Sebald y André Aciman, entre otros. En la segunda parte, "Cosas vistas", se reúne toda una amalgama de textos sobre temas y objetos de la mayor diversidad posible: artistas contemporáneos, películas, paisajes, fotoperiodismo, nuevas tecnologías, ciudades, etc. Todos ellos tienen como hilo conductor el arte, en todas sus formas, y la asombrosa visión de Teju Cole.

La dinámica cambia por completo en la tercera parte, "Estar allí", que se asemeja a un diario de viajes (sin fechas, sin orden y sin un hilo conector). El autor, gracias a becas y giras, recorre lugares tan dispares como Zúrich, Michigan, Lagos o Sao Paulo. No obstante, no es esta la única temática de estos textos, pues en ellas se intercalan también reflexiones y alegatos sobre situaciones tan actuales como Boko Haram, la injusticia humana, el ébola o la política estadounidense. En la última, a modo de epílogo, las tres partes anteriores parecen confluir en un único texto que inicia en la lectura de Virginia Woolf y termina en problemas de visión.

De hecho, posiblemente sea ese el concepto que mejor defina "Cosas conocidas y extrañas": la visión. En estos breves ensayos, Teju Cole manifiesta en todo momento los beneficios que nos proporcionan nuestros ojos: gracias a ellos somos lectores, somos espectadores y consumidores de arte, somos contempladores de paisajes. "Cosas conocidas y extrañas" es, sin duda, el mejor modo de agradecerle a la vida el favor que nos hace permitiéndonos ver. Para Cole, toda experiencia, ya sea estética o vital, es digna de ser inmortalizada en uno de sus textos.

Darío Luque