Conversaciones entre amigos

Opinión:

Francamente, "Conversaciones entre amigos" me ha parecido el típico libro que pretende ser muy inteligente, muy moderno, muy chic, muy progre y muy de todo... sin conseguirlo en lo más mínimo. Todos los personajes, empezando por la protagonista y narradora, me han parecido tan desagradables como insulsos y egocéntricos, con vidas apacibles y vacías en ambientes de clase media-alta-intelectual donde mantienen conversaciones que pretenden ser profundas y que no pueden resultar más banales.

Las relaciones entre ellos carecieron de interés para mí, eran simplemente extrañas, poco creíbles y tan mal desarrolladas como los propios personajes. No había puntos de tensión o problemas especialmente graves o, simplemente, la autora no fue capaz de transmitir dicha tensión y gravedad más allá de los problemas depresivos y de autoestima derivados de ciertas acciones "ilícitas" que en el fondo no resultaban perturbadoras ni tenían ninguna fuerza, sino que más bien me transmitieron una sensación de que los personajes eran bastante patéticos y aburridos. En definitiva, imposible conectar con ninguno de los elementos, ni con la aburrida historia, si es que se puede decir que haya una o que esta vaya a alguna parte, en semejantes condiciones.

Añadimos a eso que (quiero creer que por decisión estilística de Sally Rooney y la editorial) los diálogos no quedan marcados por un solo guion, lo que hizo que la lectura me resultara antinatural, porque además la voz de la protagonista en los incisos queda mezclada, a veces, con los diálogos. Y es que, para rematar, todas las voces parecen la misma, no hay nada que diferencie un personaje de otro en su modo de hablar. Pretende ser algo diferenciador en la forma de expresarse de los personajes que cuando escriben los emails lo hagan sin mayúsculas o muy seguidos, aunque ese recurso tampoco ayudaba a arreglar el problema. Al contrario, hacía que la lectura me resultara incluso menos fluida.

En definitiva, no puedo decir que me haya gustado y me cuesta encontrarle un punto positivo tanto al estilo, como a los personajes y como a la historia.

Déborah F. Muñoz