confesiones de un gánster de barcelona

Opinión:

Los gánsters ya se aplicaban en este país al mismo tiempo que Scorsese buscaba inversión para dirigir su Gangs of New York (Bandas de Nueva York), probablemente inspirada en otras bandas y con otros orígenes, pero al fin y al cabo unidas todas ellas por un nexo común de delincuencia, drogas, huidas apresuradas, adrenalina que corre en el mismo sentido de la ansiedad que la abonó.
 
En nuestro caso nos tenemos que remontar a la sociedad de aquellos años, a su vida plácida –algo menos de lo que lo es la vida actual-. Sin móviles ni comunicaciones en tiempo real;  los ordenadores aún eran máquinas que sólo se procuraban cuatro entendidos. Qué mejor que el mismo protagonista de la historia a narrar sea el que de primera mano se descubre ante el ojo público de esta sociedad moderna, global, multirracial.  
 
En esta obra encontraremos de manera explícita relatos que incluyen drogas, delincuencia y dinero o poder, una bomba de relojería que en rara ocasión no estalla –de forma más o menos visible, según las circunstancias- bajo la mirada de sus intérpretes, como sucedió en manos del protagonista varias veces.  Pero en ocasiones también ocurren milagros, y en el caso de Dani el Rojo, creo que podemos constatar sin miedo que nos hallamos antes uno de estos sucesos extraordinarios. Pero que nadie se asuste si recomiendo esta biografía, incluso para aquellos que no estén en su mejor momento, porque detrás de lo trágico y aún lo sórdida que pueda resultar la idea de sumergirse en una lectura en la cual uno puede intuir un pozo negro sin fondo, hacerlo en esta le resultará algo menos dramático. Y es que el protagonista es un superviviente, y además es positivo, y para colmo, estruja la vida y le saca lo mejor que tiene. 
 
Lluc Oliveras ha convertido este testimonio en una vida novelada que engancha ya desde las primeras páginas. El ritmo es tan trepidante como lo debió ser una vida llena de altibajos personales, emocionales, y vivencias que elevan a la máxima potencia lo mejor y lo peor de cada uno. Varias vidas en el trayecto de una, y poco más de seiscientas páginas que lo atestiguan y un largo título, para una vida no menos larga; o quizás lo sea por su condición y por la cantidad ingente de vivencias acumuladas. 
 
¿Qué hace que esta obra se diferencie de otras biografías o testimonios del mismo género? El halo de positividad, de normalidad que percibimos a lo largo de estas páginas que no pretenden un efectismo barato. Lo que fue, ya pasó. Y Miguel Angel Soto Martín sigue vivo, que según él, es lo que le hace dar gracias cuando se levanta cada mañana.  
   
Saray Schaetzler