cataluña, españa y la madre que las parió

Opinión:

Esta obra tiene las mismas virtudes y defectos que su autor, Xavier Sardá, pues precisamente una de las características más notables del mismo es que a cada trabajo que realiza le imprime un carácter ciertamente personal.

Entre las virtudes del libro encontramos en primer lugar que es ciertamente entretenido, como su autor, inteligente, por momentos incluso brillante, valiente y que no dejará indiferente a nadie. Es entretenida porque no cabe calificar de otra manera una obra donde se entremezclen reflexiones con realidades, sueños con conversaciones imaginarias y todo un popurrí con cierto sentido; inteligente porque a pesar de que su idea es poner sobre la mesa postulados de ambas posturas, de manera prácticamente imperceptible se posiciona en el lado catalanista; brillante cuando nos presenta frases fundamentales de pensadores españoles y valiente cuando menciona los amoríos de nuestro Monarca, bien conocidos pero bien ocultados. No dejará indiferente a nadie, por ser un libro variado, divertido y a veces ciertamente absurdo.

Entre los defectos fundamentales encuentro cierta autocomplacencia y falta de rigor, un anticlericalismo radical, un posicionamiento político también radical y un excesivo humor. Hay cierta autocomplacencia y falta de rigor porque en ocasiones parece como si el autor dejara puesto el pie en el acelerador y el libro marchara solo pues se pierde en cuestiones sin sentido; anticlericalismo presente en la obra no por su manifestación de ser un ateo convencido (que aplaudo) sino su continuo ataque a los representantes de la Iglesia Católica sin piedad y su posicionamiento político es loable pero no cuando se ataca con ira y rabia a todo un sector del país (derecha en este caso) y a todos los periódicos de tendencia conservadora, defendiendo los de tendencia izquierdista que son tan lamentables como los anteriores.

La cuestión del humor es curiosa pues alguien debió decirle al autor que es divertido o llegó al convencimiento él solo por su gran triunfo en el mundo de la comunicación por lo que en cierta medida parece como si pensara que es Groucho Marx. Creo que alguien debería decirle que no es una persona especialmente divertida ni humorística aunque sí tiene ocurrencias y cierto sentido del humor, pero al abusar de ellos a veces queda incluso ridículo.

La unión de ambos cócteles, positivos y negativos da como resultado una obra que no pasa de ser un divertimento, aunque lógicamente de mayor nivel que los de otros autores de menor calado. La pena es que siendo una persona brillante e inteligente, no acometa obras más profundas y serias, quedándose tan solo en la superficie.

También es una lástima que en cierta medida la obra sea utilizada para arremeter contra la Iglesia Española, el partido popular, los periódicos conservadores y sea utilizado como defensa de la izquierda y sus partidarios. Creo que no era este el libro ni el momento para sacar a colación estos temas que hacen que en cierta medida se desvirtué todo el contenido.

No obstante lo anterior es muy recomendable su lectura pues es entretenida y tiene gracia, pero que se olvide el lector de encontrar un ensayo o algo profundo.

Calificaría la obra como una oportunidad perdida por Xavier Sardá, y es quizá consecuencia de que los colaboradores de los que se rodea, o le rodean, prefieran alabar sus grandes cualidades, antes que cuestionar cualquier cosa que hace el autor. Ello deviene en perjuicio del mismo, pues la obra al final no perdurará ni será recordada, aunque quizás el error lo cometa yo y realmente no quepa esperar más de él.

Y a Xavier le recomendaría que antes de escribir un nuevo libro se tome un orfidal o si lo prefiere que lo escriba directamente en Kiribati.

Raúl Borondo García