Carta a un joven musulmán

Opinión:

En sus cartas a su hijo, este autor va desgranando las contradicciones de aquellos que reniegan de un mundo plural, pacífico, tolerante y respetuoso con la diferencia, porque interpretan su fe musulmana como un dogma ahistórico que no acepta ni asume los cambios inevitables de la historia y del progreso de los seres humanos.

Capítulo a capítulo, Omar Saif Ghobash transmite a su hijo su visión de los diferentes problemas, tensiones, amenazas y riesgos, que relacionan una forma de entender una fe religiosa en la que su pasado y su tradición chocan a menudo con la sociedad contemporánea.

A partir de su experiencia de hijo de un asesinado en un ataque terrorista, su rechazo a una violencia basada en una determinada manera, estrecha y extraordinariamente limitada, de vivir la fe, se legitima en todo un abanico de principios morales que quiere transmitir a su vástago, por un lado para que no sea manipulado con intoxicaciones teológicas e ideológicas infundadas, y, por otro, para que se comporte como un ciudadano del mundo que sepa valorar, convivir y aceptar de manera tolerante la diferencia.

Pero también es una lectura geoestratégica de la religión musulmana y los países donde ésta es hegemónica, teniendo en cuenta sus múltiples matices y diferencias, así como su papel en el mundo de hoy, en el que una mayoría de creyentes sufre la distorsión de su situación e imagen global, por culpa de un puñado de fanáticos.

Pero incluso ante esa reflexión, este autor no duda en provocar con sus reflexiones sobre lo insuficiente de algunas repuestas del mundo musulmán contra la violencia terrorista, porque hay elementos culturales y sociales, incluso teológicos, que no sólo contradicen esa conducta, sino que incluso pueden servir de caldo de cultivo para que ese fenómeno no sea tan extraño o inusual como podría pensarse.

Y sin duda, una de sus aportaciones más valiosas, es que no sólo transmite certezas y consejos morales, sino que también plantea debates y dudas irresueltos, contradicciones que las sociedades musulmanas tienen aún que solucionar, especialmente ante problemas tan masivos como la discriminación de género, la persecución por la orientación sexual, o algo tan simple como la dificultad de vivir en una sociedad regida por leyes inspiradas en principios religiosos medievales cuando no se es creyente.

Esta obra es valiente, inteligente, pedagógica, ilustrativa y necesaria, porque ofrece una perspectiva única de una manera de ser musulmán hoy en una sociedad global refractaria a esa falta de libertad y respeto a la diferencia que adolecen muchas sociedades teocráticas que aún sobreviven en pleno siglo XXI.

Jorge Riet