Carne muerta

Opinión:

Con una portada magnífica -como nos tiene acostumbrados- de Alejandro Colucci, "Carne muerta" presenta un, para muchos que no para todos, novedoso punto de vista en el Apocalipsis zombi. Lo bueno de este libro, la fuerza, la tiene precisamente este detalle: no contar lo mismo que otros libros del género.
 
"Carne muerta" no es una novela de terror zombi, de hecho yo diría que los zombis aquí dan poco miedo. Aparecen gradualmente en la novela, desaparecen durante el día en la trama, son susceptibles de ser "cazados", etc. Es en ciertos personajes femeninos donde David Mateo se recrea en la maldad y en el terror. Somos muchos los que estamos hartos de decir que en una sociedad matriarcal, como se ha visto desde el principio de los tiempos, algo histórico y demostrado, y sobre todo en tribus ajenas al enfermizo capitalismo al que nos han abocado los hombres en mayor medida -los que dirigen el mundo-, que las cosas siempre funcionan mejor. Si no conociera al autor pensaría que el que ha escrito esto es algo misógino, pero gracias a dios conozco a David Mateo y sé que sus intenciones no eran las de criticar a la mujer, porque lo cierto es que aquí la mujer sale incluso peor parada que el hombre. No es nada creíble, pero es una táctica. La esquizofrenia y la maldad, la paranoia y las ansias de poder también están instaladas en la mujer, así que Mateo ha hecho acopio de esa información y la ha utilizado para su novela (eso sí, demasiadas piradas agresivas y violentas, diría yo). Y de hecho en personajes como una verdadera Erzsébet (Elizabeth) Báthory del s. XXI veremos el verdadero terror, el que sí da miedo (fijaos que, como guiño, esta mujer en cuestión se llamará Isabel, la forma española del nombre húngaro de nacimiento de la condesa sangrienta).
 
La edición tiene algunos errores a pesar de haber pasado por corrección, se le ha colado un pequeño gazapo, y para mí hay varias cosas discutibles dentro de la trama de la novela (por qué viaja una doctora en una misión militar que nada tiene que ver con ella, por ejemplo, sería uno de ellos, pero no el único), pero es que esta no es una novela ambiciosa y eso se nota si conoces al autor porque en anteriores novelas estos detalles están mucho más analizados y trabajados. Es una novela refresco, para pasar unos ratos de lectura entretenida y de la que es mejor no hacerse demasiadas preguntas.
 
De hecho "Carne muerta" no concluye aquí, será una bilogía que posiblemente dará sentido a algunas de las cosas que parecen no acabar de cruzarse en la primera parte, como por ejemplo la aparición de la terrorista palestina que sólo aparece para dar ambiente y de la que luego no se sabe más, o para concretar por qué es imprescindible cierta niñita que aquí no vemos actuar más que una mínima parte.
 
"Carne muerta" empieza con un misterio del que no se sabrá nada hasta que lleguemos al final, y eso le da vidilla. Sabes que falta algo que no te están contando y que en algún momento tienen que acabar de descubrirte. Los capítulos están distribuidos de forma en que la aparición de zombis es tan gradual que eres consciente de que no debe ser lo más importante del libro, y se recrea mucho más en personajes que tienen pasados, pasados interesantes en su mayoría, que no pecan de sosos ni de ñoños, y eso se agradece. Es por eso por lo que se ha dicho que no parece una novela de zombis, pero tampoco está mal que alguien se moleste en escribir una novela donde además de comecerebros y gente corriendo aparezcan otras historias.
 
Para pasar el rato entretenidos.
 
Anika Lillo