Blanco roto

Opinión:

"Blanco roto" es una lectura ágil y ligera. El libro está estructurado en capítulos cortos en los que se alternan los puntos de vista (no necesariamente de forma cronológica) de los tres amigos: Bea, una joven de buena posición que va a casarse al poco de conocer a su novio tras un año muy duro y que está obsesionada con un detalle del pasado; Vero, una artista con mucho empuje a la que le acaba de dejar una pareja que parecía que iba a darle algo de estabilidad, y Rubén, un peluquero obsesionado con la laca que, por primera vez en su vida, ha permanecido fiel a una pareja durante dos años. La excusa de la boda es perfecta para profundizar en sus historias y sirve de catalizador para que surjan recuerdos y para que reflexionen sobre su pasado y sobre el camino que han tomado sus vidas. Da de sí también para tratar muchos temas: desde la homosexualidad hasta el significado de la pareja, pasando por el feminismo, la hipocresía...

A pesar de ello, no me ha dado la sensación de que se profundice del todo ni en los temas tratados ni en los personajes, que no me han calado en absoluto. Además, no pasa nada a nivel argumental más allá de la propia boda, ya que el único conflicto es el interno de los personajes. Está todo tan centrado en ellos (aun dando la sensación de que no se profundiza en ellos, lo cual puede parecer contradictorio) que no queda lugar para nada más y se producen algunas situaciones un poco raras que a lo mejor tienen algún simbolismo que no he pillado.

Debido a todo esto, me ha parecido una lectura entretenida, pero no me ha llegado al corazón, sino que me ha dejado un poco indiferente.

Déborah F. Muñoz