Benito Pérez Galdós: Vida, obra y compromiso

Opinión:

No es fácil escribir una biografía, y menos si se trata de Benito Pérez Galdós, un hombre que viajó, participó activamente en la vida pública y política de su época y se relacionó con los más notables entre sus coetáneos. Por ello, no vacila Francisco Cánovas Sánchez en citar una y otra vez las consideraciones que hiciera Carmen Bravo-Villasante, mítica filóloga, en su temprana biografía del escritor canario. Sobre aquel estudio de 1988, Cánovas Sánchez erige una nueva biografía de Galdós que debe también mucho a los trabajos más recientes de galdosistas como Yolanda Arencibia, Germán Gullón o Benito Madariaga. En este caso, tres ejes temáticos vertebran una excelente y ordenada narración de la vida de Benito Pérez Galdós: su compromiso sociopolítico, sus experiencias vitales y también, inevitablemente, su obra literaria y artística.

En esta biografía, Francisco Cánovas Sánchez se acoge a la narración cronológica de los hechos, de modo que el primer capítulo estudia la etapa canaria de Galdós, si bien no tarda en abandonar las islas para llegar, con toda su canariedad, a Madrid, con el objetivo de estudiar Derecho en la Universidad Central. Apenas quince páginas nos permiten atisbar los primeros destellos de Galdós en su tierra natal, y poco interés le merecen al autor las historias de sus progenitores o de sus antepasados, recurso harto habitual como apertura en los textos biográficos. En este caso, quizás por el extremo interés que suscita la vida madrileña del autor, su infancia queda reducida a cuatro detalles sin importancia que se ven eclipsados por el Madrid del siglo XIX. Allí coincidiría Galdós con Clarín, con Armando Palacio Valdés o con Emilia Pardo Bazán, entre muchos otros, y precisamente sus cartas y escritos son otros de los materiales que Cánovas Sánchez utiliza para documentar su libro.

Tras la crónica de los años de aprendizaje, entre 1843 y 1862, pasa el autor a hacer un retrato muy interesante de la España prerrepublicana: nos habla del régimen isabelino y de importantes actores políticos como Espartero, Narváez, O'Donnell y Prim. Esta insistencia por definir el tiempo en el que vivió Benito Pérez Galdós es una constante en la biografía, de modo que más adelante un capítulo explorará las conversaciones que el escritor mantuvo con Isabel II y también se expondrán sus relaciones con el Sexenio Democrático, la Primera República y también la denominada Restauración, incluyendo sus políticos (Cánovas, Sagasta) y escritores más importantes. En esta línea, llama la atención el capítulo dedicado a la incidencia que tuvo la ciudad de Santander en la vida y en la obra del escritor canario.

De igual modo, son muchas y muy interesantes las páginas en las que Cánovas Sánchez profundiza en la obra literaria de Galdós. Como se viene haciendo tradicionalmente, el separa el estudio de los "Episodios nacionales" del de las novelas contemporáneas, si bien en estas no aísla las novelas de tesis ni las agrupa por etapas. Extraña la ausencia del teatro galdosiano, tan importante en sus últimos años, y más teniendo en cuenta que el autor sí incorpora un capítulo en el que ahonda exclusivamente en los dibujos y en la crítica literaria de Benito Pérez Galdós. Al final de la obra e incluye un apéndice que reúne textos del autor, desde discursos hasta cartas y pasajes de sus novelas, antes de desglosar las notas y la extensa bibliografía que acompañan al libro.

Darío Luque