Anika entre libros

abril rojo

Ficha realizada por: Patricia Tena

Título: abril rojo
Título Original: (abril rojo)
Autor: Santiago Roncagliolo
Editorial: Punto de Lectura


Copyright: 2006, Santillana Ediciones Generales S.L ISBN: No definido
Etiquetas:

Argumento:

El fiscal distrital adjunto Félix Chacaltana Saldívar es el encargado de investigar unos asesinatos que se están produciendo durante la Semana Santa del 2000. Aunque todos creen –o quieren creer- que se trata de un asesino en serie, Chacaltana sospecha que detrás de esas brutales muertes se encuentra el grupo terrorista Sendero Luminoso. Así que decide investigar, involucrándose, sin saberlo, hasta convertirse en una pieza clave.

Leer entrevista a Santiago Roncagliolo

Opinión:

Santiago Roncagliolo dijo, con motivo de la publicación de esta novela, que siempre quiso escribir un thriller y que finalmente encontró los elementos necesarios para hacerlo en la historia de su país: Perú.

Abril Rojo recoge un argumento común en la novela negra: el policía que se niega a aceptar la versión oficial de los hechos y decide seguir la investigación por su cuenta, para descubrir lo que otros no quieren ver, convirtiéndose inevitablemente en un protagonista –y víctima- más.

El autor ofrece una historia inquietante y sorprendente, donde se mezcla el folclore, la religión cristiana y los fantasmas personales que cada uno de nosotros tiene, un elemento común en casi todas las novelas de este escritor y periodista peruano.

Precisamente uno de los mayores logros de Abril Rojo es la caracterización de su protagonista, Félix Chacaltana, un hombre igual de complejo que de simple al que el escritor describe como alguien que nunca hizo nada bueno pero tampoco nada malo. El fiscal es un hombre obsesionado con la honradez y la honestidad (además de los informes bien escritos y sin faltas de ortografía), pero con un pasado casi igual de oscuro que los antagonistas. Vive obsesionado con el recuerdo de su madre, con quien habla todos los días a pesar de llevar décadas muerta, una actitud que hace recordar en algunos párrafos al Norman Bates de Psicosis.

La acción se sitúa en el pueblo de Ayacucho (literalmente, “rincón de muertos”). Ahí, Roncagliolo lleva a cabo una intensa labor de reconstrucción: la cultura, el habla, las costumbres… además de compartir interesantes leyendas o creencias populares por parte de sus habitantes.

Los asesinatos que han ocurrido en estas tierras parecen seguir el patrón de rituales religiosos relacionados con la Semana Santa (crucifixión, cuerpos calcinados en Miércoles de Ceniza, amputaciones que impiden la supuesta Resurrección…). Esta idea ya se llevó a cabo en las pantallas de cine con películas como Seven (David Fincher, 1995), donde se cometían asesinatos relacionados con los siete pecados capitales o la más parecida a la historia que nos ocupa, Resurrección (Russell Mulcahy, 1999) que relata cómo un psicópata intenta reconstruir miembro a miembro el cuerpo de Cristo, justo a tiempo para el domingo de Resurrección. El punto de originalidad que aporta el escritor peruano es que va más allá: los asesinatos no son obra de un psicópata atormentado, sino que Roncagliolo plantea a través de ellos la vuelta a la actividad del grupo terrorista Sendero Luminoso. Esta novela podríamos considerarla una introducción al mundo de estos radicalistas de izquierda, un tema al que ahora ha dedicado íntegramente una novela, La cuarta espada (Ed. Debate), que gira alrededor de su líder ideológico, Abimael Guzmán.

Abril Rojo ganó en 2006 el premio Alfaguara. Y, a pesar de no ser una gran seguidora de este género, sin duda, esta propuesta engancha. Este abril de sangre nada tiene que envidiar a grandes thrillers cinematográficos, ya que aquí, la viveza de los diálogos, los personajes y la trama que proporciona las dosis de misterio necesarias, intrigan al lector que, simulando ser el protagonista, intentará solucionar el rompecabezas. Roncagliolo deja leer entre líneas su postura ante el gobierno de Fujimori, quien lucha por hacer creer que se trata de un asesino en serie porque no le interesa contemplar la posibilidad de que haya vuelto el grupo terrorista.

El fiscal es un hombre que se ha acostumbrado a la soledad, y sólo parece despertar de ella cuando conoce a Edith, la camarera del bar donde nunca llega a probar bocado. Precisamente la relación entre estos dos personajes –siempre bajo la sombra de convertirse en un triángulo amoroso por la presencia de la madre de él- es uno de los mayores ganchos en la novela, con un final absolutamente sorprendente y desesperanzador, donde el lector empieza a ser consciente de que cuando se está tan cerca del Infierno, incluso los menos malos, acaban cometiendo actos atroces. Porque cuando todo lo que te rodea produce miedo, incluso la esperanza y la cordura parecen desvanecerse.

Una novela en la que todos los personajes ocultan algo, donde nada es lo que parece y, como dijo el propio escritor, donde la muerte se convierte en el único modo de vida.

Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com

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