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1916: El "Titanic" español. La historia oculta del naufragio del Príncipe de Asturias

Ficha realizada por: Pilar López Bernués
1916: El "Titanic" español. La historia oculta del naufragio del Príncipe de Asturias

Título: 1916: El "Titanic" español. La historia oculta del naufragio del Príncipe de Asturias
Título Original: (1916: El "Titanic" español, 2016)
Autor: Pablo Villarrubia
Editorial: Stella Maris


Copyright:

© Pablo Villarrubia Mauso, 2016

© Editorial Stella Maris, S. L., 2016

Ilustraciones: Color y B/N
Edición: 1ª Edición: Junio 2016
ISBN: 9788416541621
Tapa: Blanda
Etiquetas: barcos basada en hechos reales Brasil catástrofe investigación ensayo supervivientes I Guerra Mundial leyendas libros ilustrados literatura brasileña mundo marino tesoros naufragios misterios de la humanidad investigadores paranormales casos sin resolver misterios polizontes buque Príncipe de Asturias Ilhabela
Nº de páginas: 309

Argumento:

En la madrugada del 5 de marzo de 1916, el trasatlántico español Príncipe de Asturias naufragó en la costa brasileña, muy cerca de la isla Iihabela. El buque era el más nuevo y lujoso de la compañía Pinillos, estaba dotado con el último sistema de comunicaciones de la firma Marconi y cubría el trayecto Barcelona-Buenos Aires. 

Con capacidad para más de 2000 personas entre pasajeros y tripulación, el vapor iba, en teoría, con un pasaje de menos de 500 viajeros, transportaba en las bodegas unas esculturas de buen tamaño, un cargamento de lingotes de oro y, en la caja fuerte del comandante, abundantes joyas y objetos de valor.

En pocos minutos, el Príncipe de Asturias fue tragado por el mar.

(El ensayo se complementa con fotografías de la época, algunas ilustraciones, bibliografía y apéndices en los que se relacionan los buques y aviones perdidos en ese punto especialmente negro por la siniestrabilidad y los fenómenos extraños que parecen interferir en los instrumentos de a bordo, concretamente en las brújulas).

 

Opinión:

 

Al Príncipe de Asturias se le comparó con el Titanic. No era tan grande como el último, pero sí igualmente lujoso, dotado con los más modernos sistemas de comunicaciones y, como el buque hundido en 1912, "insumergible".

Pablo Villarrubia, colaborador del programa televisivo "Cuarto Milenio" y de origen brasileño, se desplazó a Ilhabela y la zona del naufragio para hacer un importante trabajo de investigación, que debió haberse llevado a cabo cien años antes porque en España apenas ha trascendido una tragedia muy parecida a la del mítico Titanic y, sin embargo, envuelta en el misterio... ¿Por qué el experimentado capitán, José Lotina, que conocía perfectamente la zona, se acercó tanto a la costa? ¿Por qué tras el hundimiento aparecieron cadáveres de personas no identificadas en la lista de pasajeros? ¿Iba el cargamento de oro destinado al pago de cereales comprados al gobierno argentino? ¿Se suicidó el comandante José Lotina o pereció en el naufragio? ¿Pudo acercarse tan peligrosamente a la costa para algún tipo de tráfico ilegal, aprovechando que aquella noche se celebraba a bordo una fiesta de carnaval y el pasaje estaba controlado? ¿De dónde procedía el abundante corcho que flotó en el agua y, por fortuna, sirvió de tabla salvavidas a muchos accidentados? ¿Chocó realmente contra un escollo o el Príncipe de Asturias fue torpedeado? No olvidemos que la Primera Guerra Mundial estaba en marcha y que buques de guerra alemanes e ingleses custodiaban la zona, atacando muchas veces a buques comerciales ante la sospecha de que podrían albergar espías de uno u otro bando..

Oficialmente, el trasatlántico trasladaba menos de 500 pasajeros a bordo, pero se da por hecho que podría haber llevado en las bodegas a un millar de personas sin identificar, entre polizones y refugiados que huían de Europa perseguidos por su origen germánico, judío... o que, simplemente, se marchaban de los países en conflicto. 

Pablo Villarrubia pone a disposición de los lectores abundante información sobre la tripulación y el pasaje, recogida entre descendientes de víctimas y supervivientes, lugareños y la prensa brasileña de la época. Las anécdotas son incontables y algunas historias personales ponen el vello de punta pero, en definitiva, humanizan a los náufragos. Sabemos que solo uno de los botes salvavidas pudo utilizarse y que el sofisticado sistema de comunicaciones no funcionó. El vapor francés "Vega", capitaneado por el comandante Poli, fue el que se ocupó de las principales tareas de rescate, recogió naufragos y trasladó a otros, llegados a tierra a nado o en ese único bote, a puertos cercanos. Otra nave, sin embargo, pasó entre la maraña de víctimas caídas al mar sin detenerse.

Muchos cuerpos se despedazaron contra las cortantes rocas, arrastrados por la corriente; otros aparecieron mutilados por dentelladas de los tiburones y, se cree, algunos de ellos atacados por desaprensivos lugareños para robarles las joyas que llevaban sin importarles cercenarles los miembros... La que se conoce como Playa de los Castellanos, parece por las imágenes un lugar paradisíaco en la actualidad, sin embargo, tuvo que ser un siniestro performance de horror aquella madrugada de 1916.

Pero tras conocer un poco al pasaje, la tripulación y las condiciones del naufragio, muchas preguntas siguen sin respuesta. Entre ellas, el motivo por el que la siniestrabilidad de barcos y aviones es tan alta en esa zona, que algunos comparan al Triángulo de las Bermudas. Ilhabela parece estar conformada por minerales magnéticos que afectarían las brújulas e incidirían en los instrumentos de comunicación. Todavía se ignora, sin embargo, si el comandante sabía perfectamente que estaba rozando peligrosamente la zona costera y lo movía algún tipo de trapicheo ilegal o, simplemente, se desorientó y chocó contra un escollo submarino. No se sabe tampoco qué ocurrió con el oro que supuestamente iba en las bodegas. Y, para añadir suspense: Ilhabela fue antiguo refugio de piratas y se cree que podría haber allí e islas colindantes botines todavía sin descubrir. 

No faltan en libro leyendas locales, muy arraigadas ente los lugareños, que hablan también de supuestos avistamientos OVNI, de visiones de seres de apariencia distinta e "imposible", algunos de los cuales atribuyen a los espíritus de los naufragos muertos.

"1916: El "Titanic" español" es un ensayo trepidante que Pablo Villarrubia escribe con una prosa sencilla, adictiva y repleta de información. Además de enriquecer al lector, no obstante, lo llena de dudas. Desata un interés creciente por saber más, por llegar al final y por poner al descubierto los misterios que giran en torno a aquel suceso. Como la mejor novela de suspense, atrapa desde la primera página.

Muchos enigmas envuelven aquel siniestro, del que solo he mostrado breves pinceladas. Uno de los más significativos, no obstante, es para mí que semejante historia no sea conocida en nuestro país. ¿Por qué? Hablamos de uno de los buques más lujosos de la época... ¿No merecía el naufragio del Príncipe de Asturias tanto "bombo y platillo" como la tragedia del Titanic?

Recomiendo el libro sin dudarlo. Os gustará.

Pilar López Bernués

 

 

Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com

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