¡nunca jamás!

Opinión:

Tito Drago nos da, además de una buena lección histórica sobre una Argentina que por unos momentos truculentos condensada en tan pocas páginas, un alegato a favor de la no-violencia, de que la defensa de los derechos de los trabajadores se puede realizar sin el empleo de las armas.
 
Y no solo esto. También nos muestra, muy bien razonado, la ineficacia, brutalidad e incoherencia de los grupos terroristas que atentan contra un gobierno constitucional, elegido democráticamente a través de las urnas a pesar de las grandes injusticias que pueda llegar a cometer. Ni tan siquiera le sirve la violencia para enfrentarse a un gobierno que se convierte en dictadura.
 
La historia que nos cuenta ocurre durantes tres épocas diferentes.

La narración comienza en un año a finales de la década de los noventa, donde la hija de nuestros protagonistas asiste al juicio en el que condenan a uno de los implicados en el secuestro y tortura de sus padres.
 
En los siguientes capítulos nos encontramos en el año 1975. Durante este año transcurre la mayor parte de la trama y es cuando se producen los alegatos del autor. Además nos explica las diferencias que existen entre los dos grupos terroristas más conocidos de Argentina, los montos y el ERL. Todo ello como consecuencia de la huelga que se planea realizar.
 
Pasamos al año 1976 donde Ricardo y Lidia son apresados por la policía por su relación con los sindicatos y por los conocidos “peligrosos” que tienen. Ya estamos en plena dictadura de Videla.
 
Pese a la complejidad del tema que trata, la novela se lee muy fácilmente y el lector quedará atrapado para finalizar con una sensación agridulce. Pero seguro que nada nos sorprende porque aún muchos recuerdan nuestra reciente dictadura.
 
En cuanto a los diálogos podríamos decir que se notan un tanto forzados ya que están destinados a realizar una función divulgadora.
 
Resumiendo, para tratarse de una novela tan corta encontramos en ella una profundidad inmensa.

Mila L. Castelo