¿por qué leer?

Opinión:

El que nos ocupa es un libro para lectores. Y no ponga usted esa cara, mi paciente amigo, que ya sé que todos los libros lo son. Sin embargo, en primer lugar éste formula una pregunta que todos nos hemos hecho alguna vez, y en segundo lugar, tal vez, también ofrece una respuesta a esa y otras muchas de nuestras dudas cotidianas, dentro o fuera del ámbito de lo puramente «libresco». (Utilizo aquí un adjetivo que al propio autor preocupa y ocupa.)

Independientemente de que coincidamos o no con las experiencias que Dantzig transmite en torno a la lectura, resultará muy fácil empatizar con la postura del autor. Él expone su experiencia desde sus primeros años, y cualquier lector tiene también su propia historia en relación con los libros. Aquella primera biblioteca de un abuelo, a la que nadie hacía caso y donde uno pudo dar sus primeros pasos en lecturas serias; esa pasión, difícil de llevar adelante, por devorar libros, en la certeza de que de todos ellos se extrae algún provecho, siquiera el mero entretenimiento; los motivos, mil veces cuestionados íntima y públicamente, por los que realmente tomamos un libro y leemos su contenido… Demasiados puntos de coincidencia como para no entender los numerosos guiños que el autor ha sembrado a lo largo de este pequeño tratado.

Por otra parte, hay que advertir de que se trata de una visión muy personal de la lectura, sin intención didáctica alguna. Nada vamos a aprender que no sepamos, aunque sí destronaremos algunos tópicos que nos han acompañado desde siempre, y que ahora nos parecerán absurdos. Entre ellos, el de la influencia, positiva o negativa, de la lectura en el devenir de nuestras vidas.

El aburrimiento está descartado. Charles Dantzig, autor de sobrada experiencia, rico en recursos, sabe cómo abordar cada aspecto con el aderezo de anécdotas propias o ajenas, citas de obras clásicas o de autores consagrados, que nos muestran que el mundo literario es un universo casi infinito donde uno podría perderse de buen grado. Con su ironía inteligente, el autor nos hará reflexionar de manera desenfadada pero profunda, y abordará, por ejemplo, las diferencias, nada sutiles, entre un bibliófilo y un lector.

Si hay una obra que representa a la metaliteratura, es esta, sin duda, porque es literatura que se mira el ombligo y se pregunta «¿y tú qué haces ahí?».

Por último, me resultó curioso que precisamente este libro vaya salpicado de imágenes, desde fotografías hasta rótulos o caricaturas. Seguramente se trata de un recurso exitoso para hacer más amena la travesía. No es que me parezca mal; sólo me choca.

Tengo la impresión de que uno de los objetivos más claros que busca el autor con esta obra es la desmitificación de la lectura. Para él, quienes leen no son mejores en ningún sentido que quienes no lo hacen. Así, leer sería una más de las muchas actividades que componen una vida, pero carecería de ese poder, que casi siempre se da por supuesto, de hacernos mejores. Leer no nos cambia, pero es una experiencia inigualable. 
  
José Antonio Carbonell Pla