Anika entre libros

Entrevista a José C. Vales por El pensionado de Neuwelke

"A Lord Byron lo vieron resolviendo sus asuntos bancarios mientras él se moría en Grecia"

Anika Lillo, marzo 2014 / © Fotografías: Rai Robledo

 

La joven institutriz francesa Émilie Sagée pasó a la historia de lo paranormal por desdoblarse, y la baronesa Julie Güldenstubbe fue una de las niñas que, además de contarlo, se educaban en el pensionado de Neuwelke donde ella trabajaba. Partiendo de esta base real, José C. Vales reescribe su historia y nos relata un maravilloso fresco de la época , no sólo ambiental y social, si no también espiritual. Él, que es una apasionado del Romanticismo y está vinculado al mundo editorial profesionalmente desde hace años con una buena cantidad de obras traducidas a sus espaldas, decidió estrenarse con esta novela donde el misterio, los celos, las clases altas y el fanatismo de un religioso nos invitan a no despegarnos de sus páginas. Pasó de la traducción a la autoría propia con "El pensionado de Neuwelke", la novela de la que vamos a hablar en esta entrevista.

 

 

ENTREVISTA

 

La primera pregunta obligada es por qué decidiste estrenarte como novelista con la historia de Émilie Sagée.

En realidad... fue una apuesta. Cierta noche de verano, durante una cena con otros amigos del sector editorial, nos planteamos si sería posible escribir una "novela popular" sin los defectos de la "novela industrial". Decidimos, al modo de lo acontecido en Villa Diodati, que cada uno escribiríamos una novela. Yo, por mi formación académica, elegí escribir una novela de ambiente gótico y romántico. Lo cierto es que no tenía especial interés en ser novelista, aunque siempre he escrito y me agradaba mucho la idea de que algunos lectores pudieran divertirse con una novela gótica escrita en el siglo XXI.

 

Me gustaría que nos contaras cómo supiste de Émilie Sagée, y cómo fue el trabajo de documentación.

No recuerdo exactamente cómo di con Émilie Sagée, pero creo que fue hace años, durante algún trabajo de edición o tal vez a raíz de alguna traducción. Guardé un breve documento sobre ella y, cuando me planteé la posibilidad de escribir una novela romántica, pensé en los grandes mitos románticos, como Frankenstein o Drácula: son personajes que sufren Jose -c -vales2porque poseen características horribles de las que no tienen ninguna culpa. A Émilie Sagée le ocurre algo parecido: sufre un fenómeno horrible, que la hace muy desgraciada, que aterroriza a todo el mundo, pero del que no es en absoluto responsable.

La documentación sobre Émilie Sagéé no requería mucho trabajo (prácticamente sólo existe un breve relato sobre el caso, en un libro de un congresista americano de mediados del siglo XIX) y, respecto a la documentación sobre el período romántico... bueno, casi todo lo tenía a mano después de haber dedicado muchos años al estudio del romanticismo.

 

Imagino que documentándote sobre el dopplegänger te sorprendería descubrir que personajes como Goethe o Maupassant dijeron haberse visto a sí mismos

Sí. El caso de Goethe es muy significativo, además, porque también apuntó sin ningún pudor, en alguna otra ocasión, haber visto esferas brillantes en el cielo. En el siglo XIX se podían decir estas cosas porque los románticos eran muy conscientes de estar viviendo en un mundo asombroso, maravilloso, caótico y, en algunos casos, incomprensible. En nuestro siglo XXI es más complicado: naturalmente, todo pasa por el tamiz de la razón, del empirismo y el cientifismo, y, desde luego, no es muy aconsejable ir diciendo por ahí que uno ha visto a su doble o ha visto esferas brillantes en el cielo.

 

Me ha parecido curioso que lo que diferencia a Émilie Ságee de los nombrados y otros es que ellos fueran conscientes del doble, pero la institutriz francesa no.

Sí: en algunos casos, los afectados pueden verse a sí mismos, pero no es lo más habitual. A Lord Byron lo vieron resolviendo sus asuntos bancarios mientras él se moría en Grecia, y los compendios de apariciones fantásmagóricas están repletos de "dobles" que se presentan para avisar de una muerte, para prevenir una tragedia o para despedirse. El "doble" es una tradición de la Europa septentrional, pero la que habla de los espíritus que avisan de la muerte de los seres queridos es universal.

 

Sé que te gusta el Romanticismo pero ¿los misterios inexplicables también o eran la excusa perfecta para escribir este libro?

Sí... bueno, me gusta el romanticismo... Debo aclarar que lo que me interesa es el movimiento cultural y literario llamado romanticismo que ocupa las últimas décadas del siglo XVIII y las primeras del XIX. (Lo que hoy se considera la novela romántica no me interesa en absoluto).

El misterio, el terror, lo oscuro, lo sombrío, lo inexplicable, o, como decían los retóricos de la época, "lo terrible y lo sublime", están indisolublemente unidos al romanticismo. El romanticismo es pasión exacerbada, virulencia política, asombro ante los grandes espectáculos de la naturaleza, la sublimidad del honor y la libertad, el desafío ante la muerte, el enfrentamiento con Dios ante una vida incomprensible... y también todos los sucesos inexplicables y aterradores.

 

Tengo curiosidad por saber por qué optaste por un narrador masculino que contara la historia con distancia, pero sobre todo descubrir si ese sentido del humor tan evidente lo es porque lo entiendo con mi mentalidad, o realmente se metía con las mujercitas, las nacionalidades, etc. ¿Cuál era tu intención? Debes saber que yo me he reído mucho con sus chascarrillos.

La idea de utilizar un personaje que había investigado el caso y que había decidido ponerlo por escrito me permitía, desde luego, cierto distanciamiento. Pero el narrador también es un personaje. Es muy sentimental, pero a veces es malicioso, o pudoroso, o faltón y criticón... Tengo que decir que ese aspecto estructural es lo que más me gusta de la novela, aunque tuve que convencer a varias personas de que ése era un rasgo diferencial y afirmar que no se publicaría sin ese rasgo. De Neuwelke -doppelgangerlo contrario sería una novela en tercera persona, plana y común. No quiero decir que sea literariamente revolucionaria, pero no es común.

Respecto a los prejuicios del narrador... muchos son habituales del siglo XIX, como la crítica sobre nacionalidades (incluso en el Kant pre-crítico y, desde luego, en toda la tradición del pintoresquismo europeo). Pero, Anika, creo que no me equivoco si digo que el narrador no deja a nadie sin una burla maliciosa, ni siquiera al lector.

 

Por lo que he leído me ha parecido entender que has sido bastante fiel a su historia. Como de la parte oficial todo el mundo puede informarse, he escogido a dos personajes primordiales de la historia. Cuéntale a los lectores algo de ellos, por qué han resultado ser tan llamativos:

El père Balkas. El padre Balkas es un personaje repugnante. Pero no es sólo un perturbado o un fanático: es un ser que ha creído lo que dicen los manuales de exorcismos medievales y que se obsesiona con la posibilidad de que existan cientos y miles de demonios en el mundo. Desde el punto de vista argumental, representa la persecución a la que realmente se sometió a esa profesora por culpa de su "dolencia", y desde el punto de vista estructural, Balkas y el juez son indispensables para generar la amenazadora tensión exterior a Neuwelke, muy distinta de la tensión existente en el interior del Pensionado.

La chaperonne celosa. Augusta Dehmel es una mujer que había mantenido su corazón hibernando tras un fracaso amoroso. Cuando vuelve a amar, comprende que su pasión enloquecida y desquiciada no podría soportar otra decepción. Todo el mundo puede reconocer en esta mujer ciertos rasgos típicos de las malvadas de Wilkie Collins, y eso me divierte. (Como la novela nació como un juego, a lo largo de toda la novela hay innumerables juegos referenciales, aunque algunos son más difíciles que otros).

 

De entre todo lo que cuentas me ha llamado muchísimo la atención que las niñas llegaran a "tocar" al dopplegänger y he visto, además, que esto forma parte de la historia oficial…

Sí: es muy interesante esto que dices, Anika. Porque Émilie Sagée había sido una proscrita en todas partes: era una apestada, un demonio, un ser horrible e infernal. Sin embargo, en el reducto aislado de Neuwelke, las niñas la adoran. Todos la quieren. Para ellas, el fenómeno del doppelgänger no es terrorífico, sino "un pequeño problema de la maestra" o, como en el caso de Christa Dix, un juego fantástico de magia. El jardinero Fou'fingers o mi favorita, la pelirroja Sönke, por
ejemplo, dicen que... bueno, "todos tenemos nuestras particularidades". ¿Recuerdas en Frankenstein, cuando todo el mundo considera al monstruo un espanto, salvo el ciego... porque no puede ver? Las niñas, como el ciego, no tienen prejuicios y prefieren querer a Émilie, aunque tenga ese "defectillo".

 

¿Qué hubiera pasado con esta historia si la baronesa Julie Güldenstubbe no hubiera escrito o hablado sobre ello, teniendo en cuenta lo rápidamente que algunos hablan de leyendas urbanas, de imaginación y de mentirosos con tal de desacreditar a quienes han vivido algo anormal?

Bien... Tengo que decir una cosa: que Julie contara esa historia, y que R. D. Owen la reprodujera en su libro, no significa que fuera cierta. Significa sólo que la baronesa lo contó y que Owen lo escribió. No tenemos pruebas fehacientes de que
Jose -c -vales1ocurriera realmente. Los falsos historiadores dicen: "Pero podría haber ocurrido". Sí, pero ése no es un método honesto de escribir historia.

Yo no sé si ocurrió realmente. Lo que puedo decir es que se contó y que me pareció una historia con suficiente calado literario y emocional como para utilizarlo para una novela. Y lo que ocurre en las novelas... es cierto. Como dice Eco, podemos dudar de la existencia de Dios, pero de lo que nadie dudará jamás es de que Ana Karenina se suicidó arrojándose al tren.


 

En un momento dado Émilie hace un viaje y se interna en un sanatorio donde es tratada de histerismo ¿es real?, ¿ocurrió lo que cuentas o has aprovechado algo típico de la época para enriquecer la narración?

El capítulo del sanatorio es ficción. Seguramente Émilie intentó curarse de algún modo, pero no hay ningún dato al respecto. El episodio del sanatorio remite a dos asuntos: el primero es de índole histórica. Nos pueden parecer métodos espantosos, pero en la "sociedad histérica" eran los que se empleaban.

En cualquier caso, lo que me interesa resaltar es que nadie puede curar lo que no es una enfermedad. Émilie creía que estaba enferma y que debía curarse, pero nadie puede curarse de ser rubio, o de ser zurdo, o de ser finlandés. Émilie era así y, para bien o para mal, para su gozo o su desgracia, siempre lo sería, y quienes la quisieron, la quisieron tal y como era. Y yo también.

 

José, has escrito sobre el desdoblamiento, bilocación, doppelgängers, dobles… Ahora toca preguntar ¿crees en ellos?

Permíteme que te cuente algo, Anika. Tú y yo entendemos cómo se produce la generación de las mariposas tras la formación de las crisálidas. Y sabemos que el amor no es más que una activación de ciertas sustancias en el cerebro. Y también sabemos que el planeta Tierra gira a miles de km/h como una peonza alrededor del Sol. Y que en el universo hay cien mil millones de galaxias. Lo sabemos y lo entendemos. Pero... ¿lo comprendemos? Amiga, todo lo que hay en este mundo asombroso, terrible, maravilloso, caótico e incierto me parece... increíble. Un fantasma, al lado de todos esos prodigios... bah, es cosa de nada.

 

¿Y qué explicación existe para este fenómeno?

Yo no puedo darla. No lo sé. Me interesaba desde el punto de vista literario. En realidad, estos fenómenos extraños me interesan sobre todo desde el punto de vista de la narración de historias, y su implicación en el mundo de las ideas y las tradiciones culturales... (En fin, todo muy filológico...). Los llamados "escépticos" seguramente pueden dar alguna explicación; pero debo decir que es uno de los testimonios más sólidos de la compilación de Robert D. Owen.

 

Imagino que lo has pasado bien escribiendo pero más viendo tu novela ya a la venta ¿Qué tal se está recibiendo en el mercado?

Me divertí mucho escribiéndola, es verdad. Lo más agradable, desde luego, ha sido la respuesta de los lectores. Siempre digo que otros autores tendrán sus lectores, pero que los míos disfrutan "el doble". Los más fans son los que se han divertido con la ironía y el sentido del humor. Salió a la venta hace más de un año, pero desconozco los detalles mercantiles del asunto, aunque tal vez pueda preguntarlos... Sé que ahora se reedita en bolsillo (Booket) con una portada mucho más adecuada y mucho más acorde con el sentido y el contenido de la novela. Y más barata. Eso me hace muy feliz.

 

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¿Tienes ya en mente algún otro proyecto literario?

Sí, aunque mis labores habituales como traductor absorben la mayor parte de mi tiempo, he comenzado a trabajar ya en una nueva historia. He abandonado los fríos parajes bálticos y los apasionados sentimientos románticos, pero espero que al menos guste tanto como la historia de Émilie y sus alumnas del Pensionado de Neuwelke.

 

Gracias por la entrevista y por la historia de Émilie Sagée.

Gracias a ti, Anika. Ha sido un verdadero placer. Mucha suerte y muchos libros.

 

+ José C. Vales

 

 

 

 

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