Anika entre libros

Entrevista a Yolanda Scheuber por "Juana la Reina, loca de amor"

"Muchos autores han visto en los celos de Juana la causa de su locura. Yo pienso que más allá de ser una mujer que se adelantó a su época, los celos no fueron la causa de su locura, sino la causa que utilizaron quienes detentaban el poder, para poder justificar su encierro"

Firma: Patricia Calvo / Fotos: autora / Diciembre 2007

 

Juana la loca, uno de los personajes más asombrosos y admirados de nuestra historia, una reina incomprendida, traicionada y enterrada en vida. Conocida como "la cautiva de Tordesillas" vivió una trágica historia de amor y ambiciones que la llevaron a pasar más de cuarenta años de su vida encerrada en una oscura y fría celda.

Hablamos con Yolanda Scheuber autora de Juana la Reina, loca de amor. Apasionada por la historia y la literatura asegura que en esta novela ha podido conjugar ambas pasiones.

 

 

ENTREVISTA

 

Yolanda, ¿cómo y por qué decides escribir una novela sobre Juana la Loca?

Cuando yo era una niña mi madre había comprado un libro sobre la reina Juana. Como yo era en ese tiempo su única hija (pues mi hermana nació un año más tarde) ella sabía contarme la maravillosa historia de una reina que había amado tanto a su esposo que no había querido separarse de él ni siquiera después de la muerte. Cuando fui creciendo, viendo mi madre mi afición por la escritura solía decirme: "Mucho me gustaría que algún día pudieras escribir una novela sobre Juana I de Castilla".

Pasaron los años y en 1993 viajé con mi esposo por vez primera a Europa. Olvidada de aquella propuesta materna, recuerdo que pasamos por la ruta de Tordesillas sin entrar en dicha ciudad. Íbamos camino a San Sebastián donde nos esperaban unos sacerdotes agustinos lateranenses amigos de mi esposo a cenar y por temor a llegar tarde, nos detuvimos a sacar unas fotos desde lejos, al castillo que se levantaba imponente sobre el horizonte. Por esos años sólo conocía la historia de Tordesillas por el célebre Tratado, pero ignoraba que Juana hubiese vivido allí, 46 años de su vida, prisionera. En aquel viaje conocí otros países, pero España realmente me pareció maravillosa.

Al regresar a casa, recordé aquella lejana propuesta de mi madre y decidida a conocer con más profundidad la historia española, lo primero que hice fue buscar aquel viejo y olvidado libro. Comencé a leerlo y al hacerlo, sentí fascinación por la desventurada Juana, por su valiente y decidido accionar y por todo lo que ella representaba para los reinos españoles. Entonces comencé a estudiar e investigar en profundidad su vida y los acontecimientos más notables de la época. Al ir desarrollando la estructura del libro sentí la necesidad de reivindicar la trascendencia personal de esta reina, tratando de desentrañar las razones verdaderas, ocultas detrás de la historia conocida.

Durante diez años no hubo un solo día en que no le dedicara a Juana la Reina, varias horas y todos mis pensamientos. Creo que yo también, durante el tiempo en que me llevó escribir la novela, viví en el siglo XV, porque me sorprendía ir por la calle pensando en cómo sería caminar dentro de aquellos desolados castillos o imaginar lo que sentiría Juana ante las diversas circunstancias de su existir. Muchas veces le he rezado a su alma para que me ayudara a plasmar en el papel lo que realmente ella pudo haber sentido o experimentado y espero haber sido fiel a esa "intuición"…

Debo decir también, desde la perspectiva en que me encuentro hoy, que lamento no haber comenzado a estudiar antes sobre su noble vida y que agradezco profundamente el haber logrado que mi madre, ya casi ciega, antes de morir, pudiera escuchar de mis labios la lectura de aquella historia que deseaba tanto que yo escribiera. Recuerdo como si fuera hoy la tarde en la que terminé de leerle mi novela. Al cerrar el libro, ella comenzó a llorar. Yo le pregunté ¿Por qué lloras, mamá? Y ella me respondió: Lloro por Juana. Entonces me convencí que mi novela estaba escrita desde el alma, porque no hay mejor epílogo para un libro que las lágrimas de una madre.

 

La novela está muy bien documentada, ¿en qué documentos has investigado?

He tratado de investigar y leer todo cuanto ha llegado hasta mis manos. Estando lejos de los archivos españoles o flamencos es muy difícil acceder a las fuentes, pero utilicé la inestimable colaboración y ayuda que me brindaron a través de Internet, la Universidad de Castilla-La Mancha; los Museos estatales y privados españoles; investigadores españoles como el profesor Manuel Fernández Álvarez y la profesora toledana Carmen Vaquero Serrano de la que me siento orgullosa de considerarme su amiga. También he consultado a la Biblioteca Virtual Cervantes y una extensa bibliografía en la que se destacan:

Las Crónicas de Fernando del Pulgar sobre los Reyes Católicos; Las Crónicas de Fray Prudencio de Sandoval; La cautiva de Tordesillas de Manuel F. Álvarez; Juana la loca de Carmen Barberá; El Pergamino de la Seducción de Gioconda Belli; Fernando e Isabel de Hernán Kesten; Isabel de Castilla de Nancy Rubin; España para los Soberanos de Jean Plaidy; Las hijas de España de Jean Plaidy; El Manuscrito Carmesí de Antonio Gala; Historia de la Vida Privada, poder privado y público en la Europa feudal de Philippe Ariès y Georges Duby; La España Imperial de Stanley Payne; Carlos V de Salvador de Madariaga; La España donde no se ponía el Sol de Ediciones Sarpe; La Europa moderna de George Clark; Enciclopedia Hispánica; Historia Dinámica de Aubert, Durif y de Tomada; Doña Juana la loca de Lawrence Schoonover; El viaje de una Reina de Ángeles de Irizarri; Los perros del Paraíso de Abel Posse; Brevísima relación de la destrucción de las Indias de Fray Bartolomé de las Casas, Hernán Cortés de Richard Lee Marks; El libro del Zafiro de Gilbert Sinoué; Cisneros: el Cardenal de España de José García Oro; Historia de la célebre reina de España Doña Juana, llamada vulgarmente la loca, Imprenta de José María Mares 1848; Juana la loca, su vida, su tiempo y su culpa de Pfandl Ludwing; Artículos de la revista La Aventura de la Historia entre otros.

 

Seguro que entre toda la documentación que has manejado para escribir el libro has encontrado detalles o anécdotas sorprendentes que no conocías, ¿cuál es la que más te ha marcado?

La que más me ha marcado es el profundo deseo de Juana, en su adolescencia, de querer llegar a ser santa. Rezaba mucho y usaba el cilicio para torturar su cuerpo. En aquella época el misticismo invadía los claustros y Juana no permaneció ajena a él. Pienso que al desear fervorosamente llegar a una comunicación más perfecta con Dios, ella recurría a la autoflagelación, como lo hacían la mayoría de las monjas y sacerdotes españoles.

 

¿Qué es lo que más te llamó la atención de su personalidad?

Su fuerza de voluntad, su decisión y su valentía. Son tres atributos con los cuales se puede triunfar en la vida, sólo que ella no pudo vencer el poder opresor de su padre, de su esposo y finalmente de su hijo y fue literalmente "vencida", pero jamás pudieron doblegar su alma.

 

Como has asegurado anteriormente, conoces a la popular reina castellana a través de las historias que te relataba tu madre… ¿qué fue lo que más te impresionó de lo que te contaba?

Lo que más me impresionaba de aquellos relatos, era el amor incondicional de Juana hacia su esposo en vida y aún después de muerto y su largo peregrinar por las tierras de Castilla con el féretro de Felipe. Mi madre me contaba que iba siempre vestida de negro, rezando y viajando por las noches porque había perdido "el sol" de su vida y que por amar demasiado había sido encerrada por su padre bajo el insultante título de LOCA.

 

Estamos ante una novela muy completa que narra la vida desde antes incluso de que naciera la infanta Juana hasta después de su muerte, ¿por qué has decidido hacerlo así?

Decidí escribir su vida desde antes de su nacimiento hasta después de su muerte para resaltar el contexto histórico en que se desarrolló la existencia de Juana y vincular las circunstancias políticas y familiares por las que atravesaban los reinos, procurando en mi relato que sean percibidas cabalmente para que se comprenda cómo fue configurándose su destino. Muchos cronistas e historiadores han tomado su vida a partir de sus desposorios con Felipe de Habsburgo, porque es cuando comienza a recaer sobre ella el peso de una herencia inconmensurable. Mi idea personal es que cuando se habla de un personaje es importante conocer su vida entera, porque los primeros años moldean la personalidad y siempre serán decisivos en los años por venir.

 

¿Crees que la reina Isabel antes de dar a luz a Juana presentía que algo malo se cerniría sobre su familia?

Creo que sí. Porque toda madre, antes del nacimiento de un hijo, desea fervientemente que nazca por encima de todas las cosas, sano. Y si la herencia influye en algunas enfermedades (aunque en esa época no se sabía demasiado) con mucha más razón. Creo que la reina, como cualquier madre, no habrá estado ajena a esa circunstancia y la habrá yolandascheuber1experimentado con todos los hijos que tuvo.

  

¿Qué persona crees que influyó más en Juana y de qué manera?

Sin ninguna duda, su esposo Felipe de Habsburgo. Y digo sin ninguna duda, porque cuando ella parte hacia Flandes y se descubre perdidamente enamorada de quien le han asignado por esposo, se olvidará de sus padres, de sus hermanos, de España, en una palabra se olvidará de todo. Y es tanta su influencia que después de muerto, Felipe la condicionará de tal modo que terminará recluida hasta el final de su vida en Tordesillas. No hay duda de que el amor es lo único que condiciona la vida entera de una persona.

  

En toda la novela describes minuciosamente la relación que Juana mantenía con su madre Isabel, pero ¿cómo era la relación con su padre? En la novela apenas se describe…

Así es. La relación entre padres e hijos se daba en el siglo XIV y XV, mucho más entre personas del mismo sexo. La madre se hallaba siempre más cercana a las hijas (aunque no es precisamente el caso de la Reina Isabel que debido a las circunstancias históricas vivió bastante alejada de sus hijos) y el padre al lado de los hijos varones. Esto era por las mismas actitudes y actividades que desarrollaban las mujeres, marcadamente diferenciadas a las de los hombres. El Rey Fernando vivía de modo itinerante entre su reino de Aragón y Castilla, la guerra de Granada y sus fervientes deseos de no dejar en herencia los reinos, a un extranjero flamenco como su yerno Felipe de Habsburgo. Todas estas circunstancias hicieron que Juana estuviera mucho más cercana físicamente a su madre. No obstante la relación que cuando era joven mantuvo con ella no se parecía en nada a la que había mantenido cuando niña.

 

¿Crees que influyó en Juana la locura de su abuela Isabel de Portugal?

No estoy segura de ello y creo que nadie podrá estarlo, pues han transcurrido cinco siglos de aquellos acontecimientos. Además la historia siempre ha sido escrita por los vencedores y la infamia y la blasfemia ha sido muy utilizada para difamar a quienes no han podido defenderse. De lo que sí estoy segura, es que cualquier persona que sea sometida a un encierro tan brutal y despojada de sus afectos, termina volviéndose loca.

 

En el libro expresas con una metáfora muy buena cómo era la política de la época, digamos que el mundo era un tablero de ajedrez y los reyes manejaban a sus hijos como meras fichas para lograr alianzas que les dieran más territorios, ¿eran los monarcas realmente así de fríos y calculadores?

Sí, así lo eran, fríos y calculadores. Ellos pensaban que un reino está por encima de todas las cosas, más allá de lo que pueda sentir el corazón de su heredero. Lo que realmente importaba era ampliar las fronteras y el ámbito de su poder. Las alianzas matrimoniales eran una forma normal y pacífica de expansión, además sin demasiados costos, sólo la dote que se establecía para cada caso. Otra forma de expansión era la guerra, pero ésta implicaba ejércitos y gastos extras que eran obtenidos aplicando mayores impuestos sobre los súbditos, que casi nunca estaban de acuerdo en solventarlas.

 

De siempre hemos conocido la figura de Juana como una reina loca por los celos que sentía hacia las amantes de su amado Felipe, si embargo en tu novela aunque tratas el tema de los celos no los conviertes en el tema central como han hecho otros autores y directores de cine, ¿por qué?

No centro la novela en ellos porque considero que Juana era celosa (por el solo hecho de estar enamorada de su esposo) pero lo era como lo es cualquier mujer normal de estos tiempos. Sólo que para los parámetros de la época, aquel comportamiento no era considerado "normal". Una reina del siglo XV "aceptaba" calladamente pasar a un segundo plano en el corazón de su monarca, si ello implicaba gozar de los beneficios de la corona. Muchos autores han visto en los celos de Juana la causa de su locura. Yo pienso que más allá de ser una mujer que se adelantó a su época, los celos no fueron la causa de su locura, sino la causa que utilizaron quienes detentaban el poder, para poder justificar su encierro.

 

En la época era habitual que los reyes tuviesen varias amantes, pero en Juana la Reina, sólo mencionas a Germaine de Foix con la que Juana tuvo un grave enfrentamiento. ¿Tuvo Felipe más amantes?

Puede que Felipe haya tenido más de una amante, pues se decía de él que era uno de los reyes más apuestos de la época. Y poder, dinero y presencia es una trilogía que aglutina mucha admiración femenina. Yo sólo menciono una de sus amantes, porque creo que fue suficiente para desencadenar todos los acontecimientos que se precipitaron sobre la indefensa persona de Juana y terminaron en su encierro. Martín de Moxica su tesorero pudo escribir el famoso diario que le ordenó Felipe de Habsburgo y que más tarde éste le enviara a su suegro, el Rey Fernando, quien a su vez, lo leyó frente a las Cortes del Reino. El daño ya estaba hecho y sólo con una amante.

 

Durante toda la novela dejas muy clara una dualidad, las diferencias entre España y Flandes, entre la sobriedad Castellana y el lujo flamenco, entre el fervor religioso de Castilla y la vida alejada de Dios que vivía Juana en Bruselas…

En esta dualidad quiero dejar remarcada la vida de Juana. Un antes y un después. En la Corte de España y en la Corte de Bruselas. Su vida cambió de la noche a la mañana. De Princesa castellana solitaria vestida con atuendos de apariencia monjil, a Reina flamenca enamorada y majestuosa. Toda la vida de Juana estuvo marcada por los contrastes.

 

¿Podríamos decir que a Juana le jugó una mala pasada el destino?, pues no estaba destinada a gobernar, pero una serie de muertes en su familia la llevaron a cargar con el peso de la corona de Castilla y las responsabilidades que conllevaba eso.

Fue la muerte la que le jugó una mala pasada a su destino. De no haber muerto su hermano Juan, su hermana Isabel, su sobrino el Príncipe Miguel o su esposo Felipe, Juana jamás hubiera sido encerrada del modo en que lo hicieron, durante cuarenta y seis años. Tal vez si Felipe hubiera seguido vivo también la hubiera encerrado para reinar como monarca absoluto, tal vez también le hubiera atribuido el título de loca, pero esas son sólo suposiciones y nunca podremos saberlo.

 

¿Juana siempre se debatió entre su faceta de madre y su faceta de reina?

Por lo que he podido investigar, en Juana primó siempre la faceta de madre por encima de la de reina. Ella nunca hubiera querido abandonar España para marchar lejos de su familia, pues amaba estar entre los suyos. Y cuando fue destinada a un reino extranjero y tuvo la dicha de amar a su esposo con devoción, sus hijos, fruto de aquel amor compartido, fueron lo más importante de su vida. Incluso cuando el pueblo de Tordesillas se levantó en armas para darle la merecida libertad, ella rehusó la única posibilidad que le daba la historia para quedar libre, por no oponerse a su hijo Carlos I de España, pues "por nada del mundo podrán separarme de él", les contestó.

 

¿Cómo puede llevar la ambición por unos territorios a traicionar a tu propia esposa y a tu hija?

Porque la historia nos ha demostrado que los intereses de una dinastía van más allá de cualquiera interés particular o individual de quienes la integran…

 

¿Fue Juana un simple instrumento utilizada por todos para cumplir su función?

Así es. Juana fue la pieza de ajedrez que los reinos movieron y utilizaron para su propia conveniencia. Para ello no escatimaron en apartarla de sus hijos, algunos de ellos recién nacidos, la encerraron, la humillaron, sus carceleros llegaron al extremo de aplicarle castigos corporales y por último, como broche final a tanto desamparo, terminaron quitándole lo juanlareina-portadaúnico que la mantenía unida al mundo: su hija más pequeña, Catalina. Al dejarla aislada y sola, Juana se hundió en las tinieblas porque ya nada tenía sentido en su vida.

 

¿Es cierto que cuando murió Felipe le arrancaron el corazón y se lo enviaron a su padre para que lo conservara en los Países Bajos? ¿era esta una práctica común en la época?

Cuando un monarca moría lejos de su reino, era un rito sacarle el corazón y enviarlo al solar que lo había visto nacer. Felipe no fue la excepción, su corazón fue enviado a Flandes en procesión en un cofre de oro y se encuentra depositado en el coro de la Iglesia de Notre Dame de Brujas, junto a los mausoleos de mármol y alabastro de su madre María de Borgoña y de su abuelo, Carlos, "el Temerario".

 

A pesar de todo lo que tuvo que vivir, las traiciones, todo por lo que tuvo que luchar y las vejaciones que soportó, sobre todo en sus años de cautiverio en Tordesillas, me asombra la fortaleza que desprendía Juana…

Juana fue una mujer extraordinaria. De una gran entereza y de una valentía inigualables. Y era lógico que ante tan difíciles situaciones hacia donde era llevada se sintiera deprimida en muchas ocasiones. El peso que soportaba era casi imposible de sobrellevar. Sin embargo jamás claudicó y cuantas veces pudo se rebeló. Sólo pudieron apagar el fuego de su alma bajo el más estricto de los encierros. La encerraron, o mejor podríamos decir, la enterraron viva.

 

¿Crees que para Juana la muerte fue una especie de liberación de su largo cautiverio y su reencuentro con Felipe?

Creo que sí. Juana no tenía nada más que esperar de la vida, que no fuera su propia muerte liberadora. Aislada, en la más absoluta de las soledades, sin recibir un abrazo, una sonrisa o una palabra de afecto, ella habrá deseado muchas veces morir. No lo dudo.

 

En la novela analizas muy detalladamente el contexto socio-político de la época, crees que éste influyó de manera determinante en el destino de Juana?

Sin ninguna duda el contexto político influyó en el destino de Juana, como influyó en el destino de Felipe y de los hijos de ambos. Las personas eran meros instrumentos del poder político y eran movidas de acuerdo a estos intereses. Si sobre Juana no hubiera recaído el peso de una herencia tan inmensa, (a la que se sumaban las vastas extensiones descubiertas en el nuevo mundo por Cristóbal Colón), nadie hubiera reparado en ella. Pero la expansión marítima de los reinos y de la religión cristiana en las nuevas tierras, la expulsión de los moros y el afianzamiento del imperio austrohúngaro condicionaron toda su existencia.

 

Sinceramente, ¿crees que Juana estaba realmente loca? ¿o estaba más cuerda que los que la rodeaban?

Todas mis respuestas han sido muy sinceras, surgidas del convencimiento que me proporcionaron las lecturas previas que hice sobre la vida de Juana. Creo que Juana no era loca, sino vehemente, pero sí creo que fue cayendo en la locura al irse dando cuenta de la realidad tan amarga que le ofrecían las apetencias y ambiciones de poder de quienes le rodeaban y terminó enloqueciendo por el perpetuo encierro al que fue sometida en Tordesillas.

Abandonada por todos, sin afectos, aislada, castigada, burlada, clamó en el vacío durante cuarenta y seis años tratando de indagar los motivos que justificaban aquella tremenda humillación, pero jamás nadie le dio una respuesta. Ante tan crueles circunstancias, dudo que haya un ser humano que no se vuelva loco. Creo que lo más terrible de todo lo que padeció, fue la falta de afectos, de amor. Si al menos Catalina hubiera quedado a su lado, o a ella le hubieran permitido marchar con su hija a su destino de reina en Portugal, tal vez su historia hubiera sido otra. Pero la dejaron sola. Absolutamente sola, siendo la reina más grande de toda la cristiandad. Creo que siempre me seguirán faltando las palabras para describir su martirio.

 

Muchas gracias Yolanda por acercarnos a la triste vida de una de las reinas más populares y entrañables de nuestra historia.

 

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