Anika entre libros

Entrevista a Yanitzia Canetti por su obra completa

"Tengo deseos de contar cosas y a veces me siento niña cuando las cuento, y otra vez me siento demasiado adulta para mi gusto"

Firma: Joseph B Macgregor / Fotos: autora / Junio 2009

 

Yanitzia Canetti además de escritora es editora y traductora (Ciudad de la Habana, 1967) y posee el título de Graduada de Periodismo por la Universidad de la Habana, con una Maestría en Lingüística y un Doctorado en Literatura Latinoamericana.

Ha publicado más de sesenta libros -novela, cuento, poesía, teatro- (principalmente para niños y jóvenes), más de dos mil artículos para la prensa en Cuba, España, Italia, Estados Unidos, México, Puerto Rico, Venezuela y otros países, y numerosas reseñas y críticas literarias para revistas especializadas del mundo.

Con dominio del idioma español, inglés e italiano, ha traducido más de cien libros para niños, entre los que se cuentan algunos clásicos de la literatura infantil anglosajona, como los libros de Dr. Seuss, Berenstein Bears, Amelia Bedelia, Curious George, entre otros.

Premio Nacional de Literatura La Rosa Blanca, concedido a los mejores libros publicados en Cuba (1994); Premio Nacional de Literatura en Poesía, concedido durante tres años consecutivos por el Ministerio de Educación de Cuba, 1984, 1985, 1986; Mención Honorífica en Periodismo, concedido por The National Association of Hispanic Publications, Estados Unidos, 1997, Premio Influential Hispanic 2004 (Hispanic Image Magazine 2004), entre otros premios y distinciones.

Se ha desempeñado también como fotógrafa profesional, con más de 15 exposiciones internacionales y sus obras fotográficas son parte de la colección permanente de varias galerías del mundo (Dinamarca, Italia, México y España).

Actualmente reside en Boston, Massachusetts, donde trabaja como directora editorial, asesora literaria y traductora, y continúa colaborando con publicaciones periódicas de varios países.

Sus obras más recientes son: "Novelita Rosa" (Versal, 1997), "Al otro lado" (Seix Barral, 1998; Planeta de Agostini, 2000), "Completamente diferente", (Everest, 2000) y "Doña Flautina Resuelvelotodo" (Edebé, 2002), "Un poquito más" y "Ay, luna, luna, lunita" (Everest, 2005)

(Biografía literaria extraída de la web de la autora por Joseph B Macgregor)

 

 

ENTREVISTA

 

¿Cómo nace en ti la vocación por escribir cuentos infantiles y juveniles?

No me acuerdo bien. Creo que fue cuando tenía ocho años. Quería escribir libros para mí, los que yo quería leer. Me pasaba largas horas en una biblioteca porque mi madre trabajaba y estudiaba. No tenía con quién ni dónde dejarme. Se le ocurrió la biblioteca porque era el lugar más cercano a su trabajo y porque ella era una lectora voraz. Prefería dejarme entre libros; no me harían mucho daño. Yo leía todo lo que tenía a mi alcance, que no era mucho porque era muy pequeña y no llegaba a los altos anaqueles. :) Nadie me orientó acerca de lo que debía leer primero, y empecé por libros extraños de astronomía. Me sabía de memoria fórmulas de Kepler, Copérnico, Newton y qué sé yo qué más. No sabía lo que significaban pero se quedaron grabadas en mi mente como un jeroglífico cósmico. Fue por eso que mi primer libro para niños trató Yanitzia2sobre los viajes de una chicuela por el espacio infinito: Los fantásticos viajes de Fantasía. No pensaba que fuera literatura para niños porque la intención no era tal, yo lo escribí para mí, tal vez también para mis amigos. Pero habiéndolo escrito a los ocho años, terminó siendo un librito infantil que luego perfeccioné y publiqué, ya adulta, con Harcourt.

Sin embargo, no creo que tenga vocación de escribir cuentos infantiles. Tengo deseos de contar cosas y a veces me siento niña cuando las cuento, y otra vez me siento demasiado adulta para mi gusto. Son los editores los que deciden a qué público será destinado tal o cual libro que les propongo.

De joven escribí poemarios, cuentos y novelas, pero ahora que tengo dos niños lectores en casa, creo que estoy literalmente "encantada" cuando escribo para ellos. Me piden cuentos cada noche, sin darme tregua, sin opción de réplica. O les hago un cuento divertido o me la pasaré peor que las antecesoras de Sherezade. No tendrán piedad, lo sé, lo veo en sus ojos. Más me vale que sea creativa.

Sólo cuando duermen se rompe el hechizo y puedo continuar escribiendo novelas para adultos.

  

Sobre los cuentos tuyos que he tenido oportunidad de leer lo primero que tendría que decir es que mientras los leía me daba la impresión que estaban narrados como si se los contaras a tus propios hijos…

En efecto, como te contaba, comenzaron siendo los mil y un cuentos de cada noche. No tengo nada premeditado. Empiezo con lo que se me ocurra en ese momento, lo que me venga a la mente: Cuentan que un misterio se convirtió en agua y empezó a correr… Érase una chimenea que le tenía miedo al fuego… Nunca le digan una mentira a la luna y menos si está en cuarto menguante… Y así, lo que me venga a la mente, como ahora mismo. Digo cientos de disparates que se van corrigiendo por el camino. Mis hijos son mis editores, no permiten que el cuento vaya por un lugar aburrido. Lo van avivando con comentarios ocurrentes. Más bien debiera darles a ellos parte del crédito de mis obras, si no todo el crédito.

 

Para ti la familia es algo muy importante ¿verdad?

Sí, sí lo es. Pero sin ningún condicionamiento religioso. Amo a las personas en general, y si son cercanas y he convivido con ellas, tiendo a amarlas mucho más. Se ama lo que se conoce o lo que, por lo menos, creemos conocer. Si hablamos de la familia inmediata: mis hijos, mis padres, mis hermanos, los que ya se fueron y que siguen vivos en mi memoria: sí, son vitales en mi universo afectivo.

 

Una cualidad bastante destacable de estos cuentos es la gran musicalidad con la que están contados…

¿Te parece? Bueno, tal vez… soy caribeña. Debo tener tambores secretos en mi sangre.

 

Algunos de ellos poseen un esquema de canción infantil con un estribillo que se repite…

He descubierto que a los niños y a los ancianos les gusta repetir las cosas… y que les repitan las cosas. Suelen olvidar los sucesos, pero jamás la musiquilla, el tarareo de algo que escucharon alguna vez. La música ha acompañado a la civilización humana desde su infancia. En las canciones de trabajo se repetían, como un ritual sagrado, palabras y frases a las que los seres de entonces les atribuían poderes. Quizás ciertas palabras y frases, repetidas de cierta manera, con cierta música, sí tengan algo de magia efervescente, como esos mantras que nos hacen productivos y creativos.

 

De hecho por ejemplo "Ay, luna, luna, lunita…" viene acompañado de un CD con una versión musical del cuento en cuestión… un trabajo realmente meritorio y muy bonito…

Estoy de acuerdo. Las personas que musicalizaron este cuento hicieron muy buen trabajo y la editorial Everest tuvo muy buena idea al hacer esto. Para mí fue una gran sorpresa. Pero la sorpresa fue mayor cuando mis hijos empezaron a cantar el cuento. Ahora ya no le piden deseos a la luna de otra forma que no sea cantando la canción de

"Ay, luna, luna, lunita,

tú que eres tan bonita,

¿me podrías complacer

antes del amanecer?"

La luna les sonríe desde el fondo de la noche. Y las caritas de mis hijos se iluminan.

 

¿De dónde o de quién sacas la inspiración para crear tus personajes Yanitzia3o tus historias?

De mis hijos, de las personas que amo, de mi deseo de amar a las personas que aún no amo; de la alegría de estar y sentirme viva. Creo que el secreto es uno y siempre el mismo: el amor, amar, dejarse amar. El mundo se viene abajo y yo sigo esperanzada con construirlo, reinventarlo y ser mejor persona para los demás y para mí misma (¿o debí decir "por mí misma" primero?) Da igual, es lo mismo.

 

Tus cuentos están por lo general muy bien ilustrados… ¿Tienes que ver de alguna manera en la elección de los ilustradores?

No, en lo absoluto. Es una decisión de la editorial que me compra los manuscritos. Ellos son quienes invierten en la obra y los encargados de comercializarla. Saben por tanto qué es lo que mejor funciona para tal o mascual mercado, esté o no yo de acuerdo. De cualquier manera, las editoriales que han publicado mis libros siempre tienen la delicadeza de preguntarme si me han gustado las ilustraciones. Uno siempre puede antojarse de un tipo de ilustración o tener una idea previa de cómo quisiera que se ilustrara un libro, pero luego, cuando lo veo ya ilustrado por alguien desconocido y ya casi listo para imprenta, me enamoro de la idea que tuvieron los editores y el ilustrador.

Los ilustradores de mis libros son hoy mis amigos, porque ellos me contactaron una vez que conocieron mi obra y me enviaron mensajes muy cariñosos. A algunos de ellos los he propuesto para ilustrar los libros que publica la editorial donde trabajo o se los he recomendado a otros colegas.

 

¿Te gusta que tus cuentos tengan siempre una moraleja o alguna enseñanza moral para los pequeños lectores?

No, Joseph. Quién soy yo para estar dando consejos o lecciones de moral. Soy apasionada con las cosas en las que creo, pero no pretendo dar lecciones de vida o de conducta. Sólo comparto los valores que tengo, las cosas en las que creo. Si son los mismos valores o creencias que tiene el lector o si a partir de mi literatura, el lector se siente atraído por cierta forma de pensar, qué bien, pero no es la intención primaria. La intención primaria es compartir lo que pienso, y es la pasión que pongo en ello lo que hace creer que detrás de todo lo que digo hay cierto afán aleccionador.

 

¿A cuáles de tus cuentos les guardas más cariño y por qué?

Qué pregunta tan difícil. Todos tienen algo de mí, sería como elegir entre muchos hijos. No sé. Puedo decirte lo que me gusta de cada uno.

"Completamente diferente" surgió a partir del sentimiento de segregación que sintió mi hijo mayor cuando comenzaba en la escuela. Era el único trigueñito de su clase. Todas las cabecitas rubias y él, con su espeso cabello oscuro. También surgió de mi desconcierto, al ver que los inmigrantes de Estados Unidos viven en ghetos voluntarios, que hay películas pensadas para determinadas "minorías", música que se espera que sólo escuchen los irlandeses o los afroamericanos o los hispanos. Divisiones, sectas, grupillos, bandos, organizaciones excluyentes, en fin, tantas y tantas barreras, límites, fronteras bajo la hipócrita creencia de que nos toleramos y amamos cuando ni siquiera tenemos interés en conocernos bien. Ese libro lo escribí para explicarles a mis hijos lo que yo pensaba, de la forma más dulce en que pude contarles algo tan amargo.

"Un poquito más" es un cuento que hasta hoy me causa risa. Me hace recordar las circunstancias en que lo escribí, con una pierna rota como la patota del elefante despampanante del cuento. También fue una forma de decirles a mis hijos que, cuando piensen que su aporte no vale nada, consideren que tal vez ellos puedan ser ese poquito más que logre la diferencia.

En "Solo como un perro", dejo constancia de mi respeto por el mundo animal (incluidos los humanos) y lo que pienso de esas personas que usan a los animales de manera circunstancial para cubrir sus carencias afectivas de un modo a veces abusivo y egoísta.

Detrás de cada cuento, siempre hay un cuento, el de "Las maravillas de una sencilla sombrilla amarilla" surgió cuando estaba a punto de echar a la basura una sombrilla rota. El del "El príncipe azul" me lo debía desde niña, cuando creía que los hombres perfectos eran lo perfecto, el de "El niño que nunca se reía" fue producto de un berrinche que armó mi hermanito Alex en cierta etapa de su vida, y por la que todos los chicos tendrán necesariamente que pasar, más vale que se lo tomen con humor.

Bueno, no quiero extenderme mucho más, pero no creas que no amo al resto de mis libros o que no son tan importantes como estos que he mencionado.

 

Me gustaría que me comentaras sobre algunos de tus personajes, por ejemplo: Doña Flautina Resuelveletodo…

"Doña Flautina Resuelvelotodo" fue inspirado en mi españolísima abuela Carmen. Qué manera tenía ella de resolver todo en un tin marín, en un dos por tres y en un santiamén. Qué manera de no ahogarse jamás en un vaso de agua. Nunca se adaptó a la vida moderna, pero con todas sus costumbres de antaño, arreglaba el mundo actual de un modo tajante y simple. Doña Flautina es un personaje atípico. Por lo general, los cuentos para niños están protagonizados por niños, no por octogenarios. Sin embargo, cuánto de niños tienen los ancianos. Fue un homenaje a la edad, a la experiencia, al candor que pervive en los seres humanos, más allá incluso de su cinismo.

 

¿De dónde sale la expresión: en un dos por tres, en un tin marín y en un santiamén?

Ja ja, bueno, son tres expresiones para decir lo mismo: algo que se hace muuuuy rápido. En Cuba decimos "lo hizo en un dos por tres" o "lo hizo en un tin marín" (por lo de tin marín de dos pingüé, cúcara, mácara, títere fue). Pero en Argentina, he notado que dicen "lo hizo en un santiamén". Uní las tres expresiones para reforzar la idea de algo que se hace más rápido que rapidísimo. (sonríe)

 

Otro personaje muy bonito es Bombolina, la hipopótamo de "Completamente diferente"

Sí, ella me encanta. Es azul, hermosa y redonda como el planeta. Los hipopótamos fueron animales mitológicos en el antiguo Egipto y ella, la singular hipopótamo de este cuento, vive en el Nillo. También es azul como las esculturas que se han encontrado de hace miles de años. Bombolina es muy ingenua, como mi hijo Ares. Para ella todo es hermoso como ella misma, y en todo halla amor y armonía. Pero cuando se atreve a explorar el mundo descubre que ella es completamente diferente y por tanto, no es aceptada en ninguna parte. Menos mal que encontró un pez amarillo. (sonríe)

 

¿Y qué me dices de El niño que nunca se reía?

Tenía muy malas pulgas, ¿no? No quieras tú tropezarte con un niño a quien no le cause risa ni payaso, ni un mago ni una lagartija. Te recomiendo que guardes distancia y no intentes hacerlo reír. Puedes terminar muy enojado tú también. (sonríe)

 

Uno de los cuentos que más me han gustado es "Solo como un perro"… Trata sobre el maltrato y abandono de animales de compañía pero desde una perspectiva que pienso bastante insólita…. Está claro que algunos de los que se dicen amantes de los animales actúan así, de manera egoísta y brutal.

Sí, pero muchas veces ni se dan cuenta, lo hacen… "sin querer". Es un libro infantil escrito también para adultos. Sin embargo, algunas personas mayores no lo entienden porque es un cuento despiadado y un poco irónico. No me estoy metiendo con esos que maltratan a los animales de una manera visible, sino con aquellos que los maltratan de un modo sutil y no tan obvio; son personas que aseguran amarlos pero…

 

Porque lo trágico es que Soledad está convencida de que trata Yanitzia4estupendamente a su perro…

Sí, ella hace lo que hacemos todos: proyectarnos en los demás. Ella proyecta en su mascota sus deseos rotos, sus frustraciones y carencias. Ella interpreta que su mascota quiere lo que quiere ella. Ella le puso Sinforoso Solimán, que era el nombre que le hubiera gustado ponerle al hijo que nunca tuvo. Ella lo amarraba a la pata de la cama, porque estaba segura de que a su perro le fascinaba sentirse así de seguro, velando los sueños de su dueña. Ella lo vestía con ropas de lana, porque… ¿qué más podría desear un perro decente, no?

El egoísmo suele cegarnos de mil formas. Y hacemos mal convencidos de estar haciendo el bien.

 

"El príncipe azul" da también una visión algo distinta de los típicos cuentos de hadas: el príncipe azul en realidad está a la vuelta de cualquier esquina…

Yo creo que sí. Yo encontré uno al doblar de la esquina. No podía creer que estuviera tan cerca, ¡con lo mucho que lo que había buscado! De haberlo sabido, ¿no? Pero nadie me quiso decir la verdad, mucho menos los escritores de cuentos de hadas. Lo que sí me dijeron es que era ojiazul, pelirrubio, ricachón, sabelotodo, casitodopoderoso y demás etcéteras heróicos. ¡Qué cuento!

 

¿Cómo abordas tus traducciones de clásicos como los libros del Dr. Seuss o Jorge el curioso?

Me pongo en los zapatos del escritor que creó esos cuentos. Al final me aseguro de que nadie sospeche que se trata de una traducción. En última instancia, quiero que piensen que así hubiera sido ese cuento si Dr. Seuss o H.A. Rey lo hubieran escrito originalmente en español.

 

¿Por qué te gusta tanto publicar libros de este género en inglés?

A mí me gusta escribir. Ni siquiera tengo preferencias por un género. Tengo estados de ánimo e ideas que se expresan por sí solas de una u otra forma, aunque últimamente me haya dado por la literatura para niños y las novelas para adultos. Pero así como hay pensamientos que surgen y se materializan por escrito de un modo más lírico, más serio, más juguetón, más lacónico o más elocuente, a veces mi voz interior surge en un florido y expresivo castellano o en un parco y musical inglés. Dejo que las musas discutan y se pongan de acuerdo. Yo sólo me alisto para tomar dictado.

 

Dentro de tu amplia producción literaria hay también libros educativos… ¿Cómo te planteas y enfocas este trabajo?

Es parte de mi trabajo. Mi compañía, entre otras muchas cosas, se dedica a desarrollar materiales educativos para la gran industria editorial, encargada de nutrir el sistema de educación de los Estados Unidos, desde kindergarten (guardería) hasta la universidad. Así que todo lo que hago en este sentido es cumplir encargos del modo más digno posible, siguiendo pautas y criterios pedagógicos ya establecidos. Cuando no estoy de acuerdo con esos criterios, trato de adaptar, modificar y mejorar esos materiales destinados a las escuelas de acuerdo a una visión menos parcial, egocéntrica y estática del mundo en que vivimos.

Además de redactar guías para el maestro, manuales, cuadernos y demás, creamos colecciones de cuentitos descodificables para enseñar a leer en español. También asesoramos y recomendamos los libros que deben acompañar las lecciones de matemáticas, estudios sociales, ciencias y artes del lenguaje en los niveles de primaria y secundaria, así como la literatura que no debería faltar en centros universitarios.

Con las ganancias que se generan a partir de estos servicios editoriales que les brindamos a compañías como Houghton Mifflin, Harcourt, Scott Foresman, Holt, Pearson, McGraw-Hill, desarrollamos proyectos para estimular la creación literaria en general. Bajo el sello de CBH Books, publicamos libros de ficción y no ficción de autores de cualquier parte del mundo y en cualquier idioma que nos lo envíen, pero el presupuesto es limitado por lo que tenemos que ser ingeniosos en idear alternativas y en ocasiones muy selectivos.

Lo que sí te puedo asegurar es que en este tipo de trabajo, donde hay letras involucradas, nada está dicho del todo. Estamos siempre en proceso, aprendiendo… como en la vida misma.

 

Tras tu amplia producción literaria y de traducción, más centrada en libros infantiles y juveniles, ¿cómo fue que decidiste escribir una novela para el público adulto?

Bueno, en este caso, primero fue el huevo y luego la gallina. Comencé publicando para adultos, así que realmente debiera contarte cómo fue que decidí escribir libros para niños después de haber publicado literatura para adultos.

Realmente he llevado ambos mundos a la vez, aunque fuera conocida primero por mis novelas. Son dos lenguajes tan distintos para mí, que los concibo como mismo canto y como frutas, hablo inglés y español, bailo y cocino.

Ocurre que hoy en día la literatura para niños tiene más mercado o salida editorial que los libros para adultos, de ahí que parezca que escribo más para niños que para adultos. Sin embargo, tengo muchos textos para adultos inéditos, que voy trabajando con más lentitud, a sabiendas de que el mercado puede esperar. Los chicos no, los chicos son devoradores insaciables de libros, en una etapa donde todo se quiere saber con urgencia.

Por otra parte, el hecho de tener dos niños en casa me obliga a escribir diariamente para ellos. Ningún adulto me exige cosa igual.

 

¿"Al otro lado" es una novela especialmente dirigida o pensada para la mujer?

No, al menos intencionalmente. La escribí para mí en primer lugar, pero yo soy ser humano antes que sexo masculino o femenino, cubana o sueca, alta o bajita. Puede que el lenguaje denuncie a la mujer que soy, cómo evitarlo, pero yo siento que la literatura que han escrito hombres, esa que hace visible que fue escrita por un hombre, también fue escrita para mí. Para mí el arte no tiene etiquetas. Me adueño de todo y me veo en todo. Ni aunque el artista tuviera un plan premeditado de excluirme, me sentiría excluida.

"Al otro lado", curiosamente, ha seducido a más hombres que a mujeres. Quizás por eso dé la impresión de ser una novela tan femenina.

 

Me da la impresión que el sentido final de la novela es animar a la mujer a despertar de su letargo y a romper con aquellas limitaciones que a veces se auto imponen y que les impiden ser ellas mismas, iniciando así el camino hacia su propia auto independencia…

Bueno, tampoco eso es intencional. Cada lector le da una lectura diferente a una novela y en ese sentido, la literatura es promiscua. Hace el amor con todos y cada uno se siente dueño de lo leído, como si fuera escrito únicamente para él. Yo me deleito con esto. Descubro que lo que escribí no fue lo mismo que otra persona leyó. Hago dos novelas, la que siento y la que sientes, la que dice algo de mí y la que dice algo de ti.

En cualquier caso, la novela no pretende dar lección alguna ni marcar ningún camino. Sólo habla del camino que explora la protagonista, espantada ante los dos grandes miedos humanos: la soledad y la muerte. Tras una búsqueda tangible y espiritual, imaginada y vivida, fantasiosa y brutalmente realista, concluye que todo lo que puede contar es con ella misma, que no hay más Dios que ella, que "al otro lado" sólo se encontrará, cara a cara, consigo misma. Es una manera de enfrentar lo que somos, tras hacer ese viaje doloroso que jamás nos animamos a hacer. No es de la mujer de quien hablo, de todos modos, es del ser humano, frágil y temeroso de vivir… y de morir.

 

El texto desprende además un mensaje mucho más universal que, bajo mi punto de vista, reside en un profundo canto a la vida, una llamada a gozar nuestra existencia sin autocensuras, sin imponernos a nosotros mismos molestos o incómodos tabúes, disfrutándola sin limitaciones.

Sí, puede que sí. Me puedo esconder detrás y delante de cualquiera, suelo tener mil maneras de disfrazar la realidad, de actuar, de simular, de pretender y de imaginar, pero nunca lograré esconderme en mi literatura. La literatura es un vestido transparente, que hace visible todo Yanitzia5lo que hay y todo lo que soy.

De ahí que esté tan claro mi devoción por la vida. Creo que los seres humanos somos los únicos culpables de nuestra infelicidad. La fabricamos y le hacemos culto… Los tabúes y prejuicios no los inventó ningún dios. Si buscamos la semilla, el mismísimo pecado original, el origen de las trampas que hemos erigido durante siglos, llegaremos al mismo sitio: el miedo… la vulnerabilidad que sentimos ante un mundo desconocido y ante la finitud de la existencia.

Sí, me encantaría un mundo donde todos procuraran ser felices responsablemente, que al ser felices nosotros hacemos felices a los demás. Me encantaría que cada quien se tomara en serio la broma de la vida, que intente dar algunos pasos solito, sin papá Dios ni mamá Diosa, que acabe de madurar y sepa de una "bendita" vez que nació solo y morirá solo, que sus hijos y nietos morirán y que somos células finitas y intrascendentes en el universo. Sé que es difícil enfrentar la verdad, pero tal vez por no haberla enfrentado es que actuamos como niños y seguimos jugando a la guerra y a otras estupideces que acortan mucho más nuestro plazo de vida.

Es un tema en el que podríamos profundizar, pero en pocas palabras creo en un mundo menos absurdo moralmente que el que vivimos hoy.

 

¿Tiene algún tipo de mensaje político?

Sólo el que el lector quiera interpretar. La política siempre siendo una metáfora, por ahora. El lector es sabio. Entenderá qué notas esconde la lira.

 

Juana y K el protagonista de El Proceso de Kafka comparten idéntica obsesión por la culpa y la culpabilidad, que sienten será el motor que impulse (o paralice) todos sus actos pero que a la vez dotará de sentido a toda su peripecia…

La culpa es un concepto moral religioso que nos carcome como una enfermedad incurable. Pareciera que vivimos únicamente para no sentirnos culpables (de lo que no somos).

En efecto, Juana de Arco se ve entrampada en una situación absurda como la de Josef K en "El proceso", de Kafka. Con todo y eso, la pesadilla kafkiana que vive la protagonista de "Al otro lado" tiene mucho más sentido en la ficción, que la realidad que han vivido algunas personas en ridículos procesos judiciales.

Creo que es una forma de hiperbolizar en la literatura, el absurdo aun mayor que vivimos los seres humanos.

 

Para mí, Juana es también un trasunto del personaje creado por Lewis Carroll, una Alicia adulta que se busca a sí misma a través del espejo…

Puede ser. Para empezar, Juana toma su nombre del personaje histórico Juana de Arco, como mismo algunos personajes toman el de Calígula, el Marqués de Sade, Monja de Alferez, Otelo y tantos otros personajes reales o literarios. Un escenario donde copulan estereotipos, arquetipos, prototipos…

El espejo es un recurso socorrido y recurrente en la literatura, en grado superlativo. Lo uso también yo para el diálogo interior de la protagonista consigo misma, para especular sobre quiénes somos y cómo nos vemos.

 

En la novela, la iglesia, que funciona como un organismo vivo, y el escenario van adquiriendo poco a poco un tono cada vez más onírico y surreal; es decir, a lo largo de la novela, se nos presenta además un escenario aparentemente real que gradualmente va adquiriendo matices oníricos más propios de una pesadilla alegórica…

Como la vida misma, amigo.

 

¿Es esta novela provocadoramente blasfema e iconoclasta?

Puede ser, aunque, nuevamente, no ha sido la intención. La idea no es tanto provocar como explorar. Si en esa búsqueda, se destruyen iconos y se niega la existencia de dioses, ritos e inventos chinos, es la expresión de transformación y libertad total hacia la que viaja la protagonista sin hacer concesiones, cueste lo que le cueste, aun si se queda sola sin el amparo de esos dioses, imágenes y tótems "protectores". Se trata, justamente de vencer el miedo; y todas las religiones se tratan y se basan en el temor.

 

Me gustaría para terminar que me hablaras un poco sobre las otras novelas que tienes publicadas.

Novelita Rosa narra la vida agridulce de una inmigrante en los Estados Unidos. Rosa, la protagonista, vive dos realidades: la de adaptarse a una nueva cultura y la "realidad" alucinógena de las telenovelas. Desde su sofá de vinyl rosado con forro de nylon tornasolado, Rosa suspira ante los apuestos galanes de la tele. Ninguno se parece a Teodoro, su marido, algo que le preocupa seriamente. Tampoco ella, ¡qué desgracia! se parece a Rosa Margarita Abril Primaveral, ni a Rosa Aurora Miraflores, ni a Perla Rosa del Mar, ni a ninguna de las protagonistas de las telenovelas. Tampoco la vida en la televisión se parece a la vida que lleva Rosa. "Esa gente bonita" no paga impuestos, ni hace colas... ni siquiera van al baño, por increíble que parezca. Rosa cae en la trampa: poco a poco deja de protagonizar su propia existencia por protagonizar una vida muy ajena a su realidad. Un buen día se aburre de ser una mujer común y corriente y quiere "otra cosa". Se suceden entonces las situaciones más inverosímiles, y hasta el pobre Teodoro (el marido que rompe todas las camas cuando hace el amor con su mujer) es víctima del desenfreno en el que ha caído Rosa. Es un libro muy malvado y sarcástico, que me hizo reír mucho mientras lo escribía. Tenía que parar de escribir cada tanto, porque me entraban ataques de risa.

Adiós, best-seller trata de una escritora que escribe de un escritor que escribe de una escritora que escribe de un escritor acerca de la literatura, los escritores y el destino de estos cuando están entre la espada y la pared, la censura más cruel y el comercio más despiadado. Dos argumentos que se yuxtaponen, se subordinan y coordinan. "¿Quién del uno o del otro sueña escribiendo a quién?", como decía el poeta Julio Miranda. ¿Quién le vende el alma al diablo a quién, con el pretexto de dios o de quién? Aquí el lector encontrará escritores conocidos y realidades conocidas de la Cuba de finales del siglo XX: discursos, prohibiciones, persecusiones y bajezas de todo tipo que se defendieron con la frente en alto… Habla del Ego todopoderoso que nos convirtió en personajillos miserables, ambiciosos seudo-intelectuales, ilusos literatos o intelectuales cobardes.

Hay otras novelas en remojo, pero le faltan ingredientes y mucho aderezo todavía. Yo escribo de madrugada, única hora del día en que puedo dedicarme secretamente a la literatura.

 

ver + Yanitzia Canetti

 

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