Anika entre libros

Entrevista a Vicenta Cobo por "Viaje al corazón de China"

"Les están vendiendo la idea que vi reflejada en un cartel en la fachada de una casa: "Success in english, success in life" (Éxito en inglés, éxito en la vida)"

Firma: Patricia Calvo / Fotos: autora / Enero 2008

 

Un billete de avión a Beijing, una pequeña maleta y un diccionario de español-mandarín es lo que llevaba Vicenta Cobo cuando decidió viajar al Gigante Asiático. De sus experiencias vividas, de sus anécdotas y reflexiones ha surgido este libro, "Viaje al corazón de China" que nos transporta a los hutongs de Beijing, los jardines de Suzhou o el Bund de Shanghai para conocer un poco más sobre esta milenaria civilización.

Hablamos con su autora, periodista y profesora de Comunicación, imagen y sonido que se define como una auténtica viajera intrépida.

 

 

ENTREVISTA

 

Vicenta, aseguras haber recorrido más de 25 países, sin embargo parece que China es el que más te ha marcado, tanto como para escribir un libro ¿por qué?

Porque me parece apasionante el momento de cambio que China está experimentando en la actualidad. Un país con muchos rostros y muchas lecturas que intento comprender de alguna manera escribiendo y reflexionando sobre él. China es un país milenario con una cultura muy rica e interesante que puede servir de guía en las transformaciones que el planeta está viviendo.

 

Viaje al corazón de China es un libro de viajes pero no es la típica guía de viajes. Incluye numerosas fotografías testimoniales, un cuaderno de notas y lo más sorprendente, cuadros con los episodios más relevantes de la Historia de China… ¿cómo surgió esta idea?

Me pareció interesante que el lector conociese a grandes rasgos la historia de China para que así comprenda mejor el modo de pensar y actuar del país más poblado de la tierra. Existe una continuidad entre el pasado y el presente de la que ningún pueblo puede sustraerse.

 

¿Existe una especie de fiebre en el mundo occidental por todo lo relacionado con lo asiático?

Sí, las potencias asiáticas han despertado de su letargo de siglos y occidente está inquieto. La mirada asiática sobre el mundo puede aportar mucho a nuestra mentalidad de occidentales. Sería interesante lograr una fusión entre la mentalidad oriental y la nuestra. Todos saldríamos enriquecidos

 

¿Tiene este interés algo que ver con la celebración de los próximos juegos olímpicos en Beijing en 2008?

Sí, claro. Los juegos olímpicos son un acontecimiento planetario y despiertan gran interés en torno al país anfitrión. A ello hay que unir el secretismo y la cerrazón que hasta ahora ha caracterizado a la sociedad china. Parece que ese tabú se ha roto. China mira al mundo a los ojos.

  

¿Ha sido un viaje "duro"?

Bastante, tanto física como psicológicamente. Viajar por libre, desconociendo el idioma y en una cultura diferente a la nuestra no es fácil. Sin embargo, de los peores viajes, como muchas veces han repetido Manu Leguineche y Javier Reverte -dos maestros del viaje y el vicentacobo1periodismo-, salen las mejores historias.

 

Durante todo el libro hablas de China a través de la metáfora de un gran Dragón, ¿qué significado tiene este dragón?

En la mitología china el dragón es una figura poderosa. Era el símbolo que representaba al emperador y está asociado con la energía vital y la prosperidad.

 

Beijing, Xian, Shangai, Suzhou… de todos los lugares que has visitado, ¿con cuál te quedas y por qué?

Difícil la elección, cada uno de estos lugares tiene su atractivo particular. Shangai fascina y embruja los sentidos, parece como si te hubieses trasladado al futuro. Pura vanguardia.

Beijing representa la tradición, el esplendor de un pasado del que quedan maravillosos vestigios: la Ciudad Prohibida, el Templo del Cielo, el Palacio de Verano...

Y qué decir de Suzhou con sus espléndidos jardines, patrimonio de la humanidad.

 

¿Cómo definirías el carácter de los chinos?

Son pacíficos y amables. Pese a la barrera del idioma, tratan de ayudarte en lo que pueden. Les caracteriza también su espíritu emprendedor y la tremenda capacidad que tienen de adaptarse a los cambios.

 

En el libro afirmas que realmente no somos conscientes de la barrera que supone el idioma… ¿te encontraste con muchos obstáculos?

Sí, sobre todo a la hora de moverme por el país, cuando, por ejemplo, quería pedir un billete de tren. Al ser incapaz de matizar lo que deseaba, siempre terminaba viajando en tercera clase, en asientos duros y en vagones sucios y sin ventilación. También pedir la comida era una pesadilla. Cómo acertar cuando el menú estaba en chino... Durante muchos días sobreviví a base de fruta, té y poco más.

 

En el libro expones que el capitalismo en China es salvaje comparado con el occidental, sin embargo viven en un sistema comunista… una mezcla un poco rara ¿no?

Sí, el experimento chino es un híbrido bastante extraño, una mezcla inédita en la historia de la humanidad. Tienen toda la libertad del mundo a la hora de comprar y consumir, pero las conciencias y el pensamiento están maniatados.

 

¿Qué huella ha dejado este comunismo en China, en sus gentes, en su cultura…?

El comunismo sacó a muchas gentes de la pobreza, pero a un precio elevadísimo. Durante la era Mao se cometieron muchas atrocidades. Ello ha dejado una huella de dolor muy profunda en todos los chinos mayores de cincuenta años. Fue una época dura y cruel.

También ha influido en el sentido de la estética de los chinos, monocromática y aburrida. Se nota tanto en los edificios como en la manera de vestir.

 

¿Se está perdiendo la esencia de la China milenaria?

A pasos agigantados, suplantada por una China que ha exportado los peores vicios de Occidente. Pienso, sin embargo, que en el fondo subyacen las raíces profundas de la China milenaria, la semilla enterrada que probablemente germinará cuando este país llegue a un umbral crítico. Quizá entonces China recupere la sabiduría de una de las civilizaciones más antiguas del mundo.

 

¿Es cierto que de cara a los juegos olímpicos el gobierno chino está haciendo un lavado de cara a las ciudades?

Sí, se nota por ejemplo en lo que está sucediendo con los hutong, los antiguos callejones chinos que reflejan la manera tradicional en que se vivía en ciudades como Beijing y Shangai. El gobierno no quiere hutong porque en su opinión representan una cara fea y antigua del país. Los están destruyendo y en su lugar se alzan nuevos edificios impersonales y uniformes.

 

¿Cómo crees que puede influir el desarrollo de esta gran superpotencia en occidente a largo plazo?

Va a influir y mucho, de hecho, ya lo está haciendo. En China se encuentran algunas de las ciudades más contaminadas del planeta. Es decir, si China sigue sacrificando el medio ambiente y la salud de la tierra a consta de crecer a cualquier precio, la humanidad entera se va a resentir. El cambio climático ya lo tenemos encima y no es ético seguir en la dirección equivocada.

 

Las diferencias sociales son abismales… esto es un gran problema que deben afrontar…

Sí, de lo contrario la explosión social puede ser inminente. En el recién celebrado Congreso del Partido Comunista se habló de moverse en la dirección que propicie una sociedad más armónica para paliar las vicentacobo2desigualdades entre unos pocos que tienen mucho y la gran mayoría que vive explotada y con muy poco.

 

¿Cuál ha sido la anécdota más curiosa que te ha sucedido durante tu estancia en China?

Hubo muchas anécdotas, pero quizás la más curiosa por el significado que entraña fue la del vagabundo que encontré en Yangshuo. Vivía en la calle y practicaba su inglés como si se tratara de un mantra repitiendo una y otra vez los consejos y las recetas que el médico le había dado para curarse. Él había tenido la paciencia de traducirlos del chino al inglés en un rollo de papel muy largo. Achacaba su situación al hecho de no expresarse con fluidez en inglés. Y es que les están vendiendo la idea que vi reflejada en un cartel en la fachada de una casa: "Success in english, success in life" (Éxito en inglés, exito en la vida). Me llamó para que le ayudase con su pronunciación y sentí pena por él. No tenía nada y encima le habían convencido de que era culpable.

 

¿Es cierto que te ofrecieron trabajo en el banco de China?

Sí, muy divertido. La historia la cuento en el libro. Le estoy muy agradecida al Banco de China pues gracias a él recuperé mi maleta y encima me ofrecieron trabajo. Vamos que si vuelvo a Shangai igual considero la oferta. Sería la guinda que falta en mi curriculum.

 

¿Qué percepción crees que tienen los chinos de occidente?

Los chinos ven a Occidente como un gran negocio, un terreno fértil para exportar sus mercancías y prosperar económicamente.

 

Durante el libro citas constantemente al poeta Antonio Colinas, ¿de qué manera ha influido en ti?

Colinas es un gran conocedor de la cultura china. Ha viajado varias veces al país, además de haber escrito un libro maravilloso, "La simiente enterrada". Su sensibilidad, afín a la de los maestros taoistas, me ha inspirado a la hora de escribir el libro.

 

Recomiendas no abandonar China sin ir a una peluquería…

Desde luego que sí. Además de baratísimas te dejan la melena sedosa y ultra lisa. Y encima te masajean la cabeza, los hombros y la espalda. ¿Qué más se puede pedir?...

 

Lo más agradable del viaje…

La belleza que he vislumbrado en algunos paisajes y en las obras de arte que reflejan el lado más luminoso del espíritu humano. También las gentes del campo, muchas de ellas encorvadas por las inclemencias de una vida dura, que, pese a todo, siguen adelante. Su mirada está cargada de humanidad y poesía.

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Lo más desagradable…

Los centros comerciales atestados de gente, los karaokes con músicas estridentes y los chinos con camisetas que dejan al descubierto su barriga. Tampoco resulta agradable contemplar la práctica de escupir en la calle y sorber la comida.

 

¿Te has traído algún recuerdo especial de este viaje?

Traje dos pinturas muy especiales. Una representa una hoja de bambú, pintada con tinta china en papel de arroz. La otra es una concubina de la dinastía Han. También tengo en casa un jarrón chino hecho añicos. Me enamoré de él en un mercadillo y no tuve más remedio que cargarlo encima. Sabía que no resistiría el viaje en avión y así fue. Lo tengo en casa a la espera de reunir el tiempo y la paciencia necesarios para reconstruirlo.

 

¿Qué consejo le darías a cualquier viajero que quiera visitar el Gigante asiático?

Que lleve un diccionario de mandarín-español y que vaya con tiempo suficiente para dejarse sorprender y seducir por las muchas caras del dragón.

 

¿En qué te ha cambiado tu Viaje al corazón de China?

Ha germinado la simiente enterrada. Todo viaje es una experiencia en doble sentido: hacia fuera y hacia dentro.

 

¿Cuál es el próximo viaje que tienes proyectado?

Voy a visitar el Sahara argelino. Quiero experimentar la sensación de cruzar el desierto andando durante unos días y conocer las pinturas rupestres del Tassili

 

¿Estás preparando algún nuevo libro?

Sí, esta vez sobre África. El verano pasado estuve en Uganda, Kenia y Tanzania. Los tres países me fascinaron. África es un continente muy poderoso que te conecta con los orígenes. No en vano el hombre comenzó a dar sus primeros pasos allí, en el corazón de las tinieblas.

 

Vicenta, gracias por darnos a conocer un trocito de la China actual y la China milenaria y despertar nuestro interés para viajar al Gigante Asiático…

  

ver + Vicenta Cobo

 

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