Anika entre libros

Entrevista a Sergi Viciana, sobre "Zombis, los monstruos postmodernos"

"No se trata de "el zombi", sino de "los zombis". Un zombi aislado no es nada, se trata de la horda. El resto de monstruos son individuos. Por eso podemos llegar a identificarnos con ellos"

Firma:  Susana Vallejo / Foto de presentación: Anika Lillo / Fotos: Sergi Viciana / Octubre 2011

 

En los últimos dos o tres años la figura del zombi ha proliferado en libros, juegos, video juegos, cómics, series de televisión, películas... Podríamos hablar de una moda o prácticamente de una invasión. Pero ¿por qué? ¿Por qué este interés sociológico por los zombis?

En algunos eventos culturales, la Semana Negra, Hispacones, eventos sobre literatura fantástica, nos hemos podido encontrar con Sergi Viciana, teórico de la literatura y estudioso del tema.

Sergi es licenciado en Historia Moderna y en Teoría de la Literatura, pero sobre todo un aficionado al género fantástico que actualmente está realizando su tesina sobre los zombis.

 

ENTREVISTA

 

Sergi, ¿por qué estudiar los zombis?

Todo aspecto de la cultura merece ser estudiado adecuadamente. Que se trate de una novela de las que cambian la historia de la literatura o de la última película de serie B, no importa: se trata de muestras de la cultura en un momento dado y, como tales, merecen ser estudiadas. Parece bastante obvio, pero aún hoy es frecuente encontrarse con resistencias cuando se plantea estudiar según qué temas. Y no me zombis2refiero sólo a dentro del mundo académico.

En cuanto a los zombis en concreto, creo que son un monstruo mucho más interesante de lo que podría parecer. Piensa en las películas de Romero, por ejemplo. La noche de los muertos vivientes se puede leer como una crítica feroz del macarthismo y la paranoia que se vivió en EEUU en esos años. Aunque también como una denuncia del racismo que pervivía en el sur. No son lecturas excluyentes: las dos están ahí y son posibles.Y ni siquiera son las únicas que se pueden hacer, sólo las más evidentes. Lo que me interesa de los zombis es justo eso: que permiten hablar de cualquier cosa. Son metáforas perfectas.

 

¿Qué tiene el zombi, como monstruo, que no tengan otros monstruos clásicos?

Pues justamente que no se trata de "el zombi", sino de "los zombis". Un zombi aislado no es nada, se trata de la horda. El resto de monstruos (aunque es en la figura del vampiro donde resulta más evidente) son individuos. Por eso podemos llegar a identificarnos con ellos. Podemos ver al conde Drácula como una encarnación del mal, un tipo egoísta que antepone su no-vida al bien común; o podemos verle como un pobre hombre que ha sufrido por amor una condena eterna. No importa. Es un individuo. Y por lo tanto puedes establecer una relación con él. Igual ocurre con el hombre-lobo, que es un señor normal y corriente que tiene la desgracia de ver salir su lado más salvaje cuando hay luna llena. Con los zombis eso no pasa. No puedes identificarte con un zombi, pero tampoco puedes condenarle, porque no es malvado. Sólo actúa. No puedes condenar a un lobo por comerse a un cabritillo, porque no lo hace por crueldad, sino porque es su instinto.

 

Pero sí que existen algunas obras que retratan al zombi como individuo...

Es cierto, pero en general, como en la tercera de Romero, se trata de denunciar la falta de voluntad de diálogo. Nos dicen, por ejemplo, que no se puede dialogar con ellos, que no hay diálogo posible (este gobierno no negociará con grupos terroristas, con los islamistas no se puede razonar...); pero estas obras plantean si no será nuestra negativa la que nos lo hace ver así; si no sería posible, de intentarlo, un diálogo.

 

¿Por qué ha estallado en este momento histórico la moda zombi?

Se han juntado el hambre y las ganas de comer. Por un lado, y esta es la parte más evidente, la crisis económica de los últimos años ayuda. Las épocas de recesión son excelentes para la ficción apocalíptica, en parte porque nos enseñan que lo nuestro tampoco es tan malo (o al menos podría ser mucho peor), en parte porque permiten destruirlo todo y tener esa catarsis que en la vida real no podemos. Si te fijas, verás que además de todas estas obras Z han salido también un buen puñado de películas apocalípticas en los últimos años: El día de mañana, 2012... ¡incluso la última de Terminator se ambienta en ese futuro en el que las máquinas se lo han cargado todo! Además, ver la masa zombi como una sergiviciana1metáfora de los millones de parados es bastante fácil.

Pero lo realmente importante, y lo que hace que no se trate de una moda que pase y no deje nada, sino de algo que está aquí para quedarse, es el paso de la modernidad a la postmodernidad.

A finales de los 60 se plantean toda una serie de objeciones a lo que hoy llamamos la modernidad, objeciones que podríamos resumir burdamente en que no hay nada fijo. Los grandes discursos se cuestionan (el comunismo, la religión, el patriarcado...), pero también se niega la existencia del individuo como ser coherente, estable, definido. Somos complicados. Tenemos facetas de nuestras vidas que pueden llegar a ser contradictorias. Todo se fragmenta.

Los monstruos tradicionales son individuos en el sentido moderno, tanto si se les representa como la encarnación del mal, como si se trata de antihéroes. Los zombis, en cambio, llevan esa negación de la identidad al extremo: un zombi no es nada, se trata de la masa. El zombi es un ser que no piensa, dominado por un instinto depredador. No es un sujeto, no hay punto de vista zombi. Todos los intentos de crear ese punto de vista acaban chocando contra el mismo muro: si el zombi piensa y puede controlar sus impulsos... bueno, entonces no es un zombi. Puede ser un muerto viviente, pero no es un zombi.

Al mismo tiempo, su presencia obliga a los supervivientes (que siempre son los protagonistas de las ficciones sobre zombis) a despojarse de todo lo superfluo, a quedarse con lo imprescindible para sobrevivir, incluyendo el aspecto psicológico y emocional. En cierta manera, es un intento de recuperar la identidad como sujeto que la postmodernidad nos ha arrebatado. Y lo mejor es que ni siquiera nos damos cuenta de ello.

 

¿Zombis rápidos o lentos? ¿zombi es lo mismo que infectado? y lo más importante de todo, ¿vale la pena diferenciarlos?

Personalmente no veo la importancia. La trama cambiará, claro, pero no veo que suponga ningún cambio fundamental en la historia. Sigue siendo una situación de catástrofe a la que unos personajes se tienen que enfrentar. Que los zombis sean más o menos rápidos no supone ningún cambio sustancial, tan sólo es algo superficial.

El famoso debate sobre zombis e infectados lo encuentro totalmente artificial. De momento nadie me ha sabido dar una razón de peso para establecer la diferencia. El hecho de que en unos el origen sea un virus no importa, primero, porque en buena parte de la ficción Z no se sabe (o al menos no se dice) cuál es el origen de los zombis o, como mucho, se dice alguna vaguedad del tipo "podría ser una radiación llegada de Venus en la reciente misión espacial", lo que viene a ser como no decir nada; Robert Kirkman (el autor de The Walking Dead) lo dice bastante clarito: el origen no importa lo más mínimo; ha pasado y punto.

En segundo lugar, que sean cadáveres resucitados o vivos tampoco cambia gran cosa. Sigue estando planteado el tema de su humanidad (el famoso "she's not your mother anymore"). Vivo o muerto, ¿esa cosa que zombiste ataca es un ser humano?

Pero lo de verdad importante y a tener en cuenta es que tanto "zombi" como "infectado" son sólo etiquetas, y las etiquetas sólo tienen sentido si son útiles. Si quieres poner a los infectados como ejemplo de la aceleración del ritmo de vida que nuestra sociedad ha sufrido en las últimas décadas, entonces tiene sentido hacer esa distinción, porque es útil. Lamentablemente en muchas conversaciones todo suele quedarse en un triste "a mí me gustan más estos o aquellos".

 

¿Tienen algo que ver nuestros zombis actuales con las primeras acepciones de zombis -esclavos vudú...-?

Son muy diferentes, pero hay un poso común, un elemento que hace que podamos usar con propiedad la misma palabra para referirnos a los dos. El zombi no tiene voluntad, ni punto de vista, ni libre albedrío. Los zombis vudú, porque un bokor se los ha arrebatado. Como mucho pueden ser espectadores impotentes de lo que hacen, una mente atrapada en un cuerpo sobre el que ya no tiene control (opción aún más triste que la de dejar de pensar en absoluto). El zombi actual tampoco tiene nada de eso, porque es sólo una máquina de consumir carne. Incluso en casos como La guerra de la doble muerte, de Alejandro Castroguer, donde siguen pensando y actuando a su arbitrio, sólo es así cuando han comido. El hambre que sienten es una auténtica ansia que llega a anularles como sujetos, a convertirles en esas máquinas de consumir carne que decía.

Así que sí, hay algo en común entre unos y otros. Algo muy profundo, pero que está ahí.

  

¿Qué sobrevivirá dentro de un par de lustros a esta moda?

Se recordarán un puñado de obras, la mayoría se olvidarán con total justicia (como pasa con todas las modas), y se seguirán publicando obras de vez en cuando. Igual que ya ha ocurrido con cualquier otro género y con otras modas. Desgraciadamente ahora se está sacando al mercado mucha basura, obras que nunca deberían haberse publicado, filmado... pero eso mismo se puede decir de la novela histórica hace apenas cinco años.

No es la primera moda zombi. En la segunda mitad de los setenta y primera de los ochenta ya hubo un boom. La diferencia es que ahora hay un cambio estructural. Entonces la postmodernidad apenas había nacido, y era aún cosa de universitarios e intelectuales. El grueso de la sociedad seguía siendo moderna. Los héroes populares seguían siendo blancos y los villanos oscuros. Había una "verdad". Hoy nos hemos dado cuenta de que esa "verdad" en realidad es bastante discutible, porque resulta que hay unas cuantas "verdades" y no coinciden. Ni siquiera tenemos claro quién somos. La adolescencia dura hasta la jubilación, y más que personas nos sentimos consumidores. La gente se define por usar Apple, no por lo que piensa o hace. Y no se puede volver atrás (nunca se puede). En ese contexto, las obras de zombis permiten tratar de nuestra individualidad. La gente está ávida de personajes, harta de estereotipos. En el fondo, no deja de ser la misma razón del éxito de zombis1George R. R. Martin: ha creado personajes y los enfrenta a situaciones.

 

Además de la tesina, ¿tienes en proyecto algún libro?

No te puedo decir mucho, porque aún hay cosas en el aire, pero sí. Estoy escribiendo un libro (¡ensayo, nada de ficción!) que podría publicarse de aquí a unos meses. ¡Toco madera!

 

¿Alguien más en España toca esta temática?

Aunque hay un buen puñado de personas con una amplia cultura Z (Álvaro Fuentes es una auténtica enciclopedia andante), a nivel académico, por así decirlo, sólo conozco a otras dos personas. Rubén Sánchez Trigos, de Madrid, está haciendo su tesis también sobre zombis, aunque en su caso se centra en el cine (a mí me interesa más la literatura y el cómic) y en los zombis clásicos. Podríamos decir que yo empiezo donde él acaba. El año pasado en la Hispacón dimos cada uno una conferencia, y me hizo gracia que él acabara hablando de cosas de los años 70, que es con lo que yo empecé la mía.

Y Jorge Fernández Gonzalo quedó finalista del premio Anagrama de ensayo el año pasado con Filosofía zombi, muy interesante y muy bien escrito, aunque por lo que sé el resto de su obra va por otros derroteros.

 

Es enriquecedor descubrir como en cualquier fenómeno social, literario, cultural... por descerebrado que nos parezca, podemos escarbar hasta encontrar un posible fondo sociológico. En el caso de los zombis excavamos para encontrarnos con nuestros miedos más profundos. Poned la tele, contemplad un telediario, y después ved cualquier película de zombis, ¿quiénes son los auténticos muertos vivientes?... Ya me lo diréis.

 

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