Entrevista a Pepe Colubi por "California 83"

En mayo apareció California 83, la primera novela de Pepe Colubi, periodista y escritor asturiano, autor de ensayos como La tele que me parió, El ritmo de las tribus, Diario Disperso, Planeta Rosa o Seguimos locos ¿y qué?

Actualmente colabora también en revistas de humor como El Jueves o cinematográficas como Cinemanía.

Los teleadictos lo recordamos también por sus atinadas y divertidas intervenciones en el programa de Cuatro: Chanel nº 4, junto a Boris Izaguirre y Ana Siñériz.

En mi opinión, California 83 es una novela de consumo obligado para todo aquel que esté pasando por un mal momento y quiera reconciliarse con el lado divertido de la vida. Charlamos con Pepe sobre la novela en cuestión.

ENTREVISTA

La primera pregunta obligada, Pepe, es cuánto hay de biográfico y cuánto de ficción en esta novela. ¿Estudiaste COU en California para librarte de hacer la mili, por ejemplo?

Estudié COU en California en 1983; fue una propuesta de mis padres, a mí ni se me había ocurrido. La ficción de la novela tiene sólidas raíces en la realidad de lo que fue mi experiencia; digamos que hay un sustrato real y reconocible, pero el frondoso árbol resultante es pura novela.

Al parecer todo surge a partir de una conversación con un amigo que es quien piensa que con todo lo que le cuentas se podía escribir una buena novela…

Correcto. El amigo en cuestión (sigue siéndolo) es el periodista, crítico y escritor Enrique Bueres; comiendo con él un día de mayo del año 2000, le conté un par de anécdotas que me habían ocurrido en California. Me dijo que, dándole forma a todo eso, podría haber una novela en ese viaje. La idea se me quedó en la cabeza dando vueltas y dos años más tarde empecé a escribir.

Por cierto, una de esas anécdotas no está en la novela porque me parecía demasiado exagerada; la otra sí (es la que está relacionada con una pistola)

¿Por qué razón de entre todas las posibles portadas que se diseñaron elegiste finalmente la que aparece un perro sobre una tabla de surf?

Las portadas que mencionas no fueron diseñadas para el libro, se trata de un juego perpetrado por dos buenos amigos que no tienen nada que ver con la editorial. El perro de la portada fue una propuesta del departamento gráfico de Espasa y estuvo bastante claro desde el principio. Curiosamente, he ido llenando de contenido esa portada; se trata de un perro indeterminado feasco, absurdo y fuera de lugar. Igual que el protagonista de CA83.

¿Tiene algún significado "esotérico" o similar el video promocional que has grabado en el que paseas / bailas con una amiga y os vais haciendo fotos con el móvil por el camino?

Nada de nada. Se trata, de nuevo, de un videoclip que grabó y editó Enrique Bueres con varias imágenes sueltas (incluidas las de diversas playas paradisíacas de Llanes) y la deliciosa canción de John Legend. Cuando se publicó CA83 juntó todo eso en ese delicioso clip.

¿Por qué cada uno de los capítulos tiene el título de una canción de los ochenta?

Toda la novela es eminentemente musical; el protagonista no sólo vive el shock de MTV (que en 1983 apenas si tenía dos años de vida), también asiste a grandes conciertos y descubre emisoras de radio y tiendas fascinantes. Hay una intromisión irreal de la música en la vida del personaje; siempre suena de fondo (desde una tele o radio) la canción adecuada a cada momento. Los títulos de cada capítulo son temas comerciales muy populares en la temporada 83-84 y explican, de cierta manera, el contenido de cada capítulo.

Una cosa que me parece muy curiosa es que con frecuencia se comparan situaciones o personajes con series de televisión…

Es la otra gran referencia de la novela; hay que tener en cuenta que en 1983 sólo teníamos una cadena y media en España, que ni siquiera emitían las 24 horas del día (¡no había tele matinal!). La familia en la que se integra el protagonista tiene 35 canales por cable; la tele tenía que estar constantemente presente.

¿Cómo definirías a Pepe/Pipi/Joe?

Un pulpo en un garaje. Tiene una imaginación desbordante que suele jugar en su contra porque se anticipa, de forma absurda, a lo que pueda suceder, un poco al estilo del Felipe de Mafalda. Siempre espera lo mejor, por eso se lleva tantas decepciones, pero es capaz de animarse sin fundamento alguno. Es feliz, pero se le pasará con los años, imagino; el pobre aún es muy joven.

Desde mi punto de vista es lo que los norteamericanos llaman un "nerd"…

No exactamente, porque tiene muchas referencias (musicales, cinematográficas, incluso literarias) que no son habituales en los nerds americanos, mucho más ignorantes y ombliguistas. Eso sí; es un patoso emocional, mental y hasta físico, muy a su pesar.

Pienso que Pepe es una auténtico freakie pero sobre todo es un tipo con vocación de perdedor con el que resulta fácil - al menos a mí así me pasó - identificarse y que provoca rápidamente nuestra simpatía y con el que nos solidarizamos al instante…

Insisto: es un perdedor, pero no es vocacional, la vida le lleva a las pequeñas derrotas cotidianas a pesar de que él intenta salir airoso en el deporte, en la primera impresión o en sus relaciones con las chicas y sus amigotes. Esos pequeños desastres sociales (tan dramáticos a los 17 años) hacen que el lector se identifique con el personaje y que, en no pocas ocasiones, le tenga lástima.

¿Por qué se lo monta tan mal con las tías?

Hace lo que puede, que no es poco, pero la vida viene sin manual de instrucciones y él madura a la brava. Cuando empezaba a tratar ese tema en la novela me daba cuenta de que sus fracasos movían a una mezcla de risa y pena, ideal para tomar partido a favor del antihéroe.

Es curioso, porque en realidad termina enamorándose de la chica más insospechada…Janine…

Como ocurre tantas veces en la vida, ¿no? Janine está ahí; es guapa, inteligente, divertida y cariñosa, pero Pipi no repara en ella hasta que se da cuenta de que ya está ha enamorado. Los americanos, que no son tontos, llevan décadas haciendo películas con ese argumento.

Por cierto ¿de dónde surge un personaje tan "autista" como Phil?

Sólo hay que mirar alrededor, y ni siquiera hace falta irse tan lejos como California. En cualquier instituto del mundo hay material humano para retratar toda la condición humana. Como dice el protagonista de Zitts: "¿el instituto? Muchos secundarios y poco argumento"

¿No crees que aunque Pepe / Pipi / Joe protagoniza peripecias típicamente norteamericanas, muchas de ellas tienen un alcance más universal? ¿Quién no ha manchado la moqueta de la casa de los amigos durante un guateque de fin de año?

Caramba, adivino en el entrevistador un pasado turbio, o al menos, algún fin de año movidito… La intención de las peripecias de Pipi es universal, claro que sí: ser adolescente tiene las mismas ventajas y sufrimientos en cualquier país occidental.

Je, je, je…Lo bueno de este libro es que el humor surge no sólo de los diálogos o de afirmaciones más o menos ingeniosas o irónicas, que también las hay, es decir cada vez que Pepe-Pipi-Joe debe de enfrentarse a cualquier tipo de conflicto, de su actitud ante el problema, por cómo reacciona ante él y por cómo lo resuelve o no, que casi siempre es que no o al menos no como a él le gustaría…

Cada vez que se enfrenta a un pequeño obstáculo (irrelevante para un adulto, enorme para un adolescente), Pipi le da mil vueltas, se entrena en el triunfo pero también en la derrota y sus pasos vacilantes vienen marcados muchas veces por esas reflexiones previas que acaban siendo delirantes. Incluso es capaz de, según el estado de ánimo, magnificar un pequeño fracaso hasta convertirlo en insuperable agonía o al revés, transformar una victoria diminuta en un triunfo absoluto. Está mal de la cabeza, pero no es grave ni contagioso.

¿Por qué se escribe tan poca novela de humor en este país?

Por alguna extraña e injusta razón el humor se considera un arte menor, y no sólo en la literatura, en cualquier arte. Digo injusto porque sinceramente creo que a través de la risa también se pueden tratar temas universales y trascendentes. Es más; es necesario cierto humor en la vida para sobrellevar las miserias, grandes o pequeñas, que nos depara la existencia. Por eso no entiendo que después la gente se ponga tan metafísica escribiendo; debería haber sitio y reconocimiento para todas las actitudes.

Has colaborado también en el libro "Palabras que matan" con un artículo en el que hablas de las series policíacas de televisión. ¿Cuándo crees que se hacían mejores series en los años 60 y 70 o ahora?

Antes se fiaba todo al diálogo, al giro inesperado, a la resolución sin fisuras, y ahora se lleva el poli con estudios, sobradamente preparado y con una tecnología sorprendente. Hemos ganado espectáculo y hemos perdido ironía, debería haber un punto medio. Entre McCloud y CSI puede haber otras cosas.

¿No crees que CSI, por ejemplo. tiene mucho menos encanto que Ironside, Cannon, Starsky y Hutch o McMillan y Esposa?

Mmmm… "Encanto" es una palabra peligrosa; esas series que citas nos remiten a los 70 y 80, todos éramos más jóvenes y alocados, por eso creo que mucha gente que alaba, por ejemplo, la carrera de Aaron Spelling, lo hace porque asocia esas series a su juventud, no a un criterio de calidad. Starsky & Hutch, sin ir más lejos, es una serie infumable, pero yo le tengo aprecio porque es una fabulosa regresión a aquellos años.

¿Qué me puedes contar de tu experiencia como colaborador en el programa de cuatro Channel Nº 4?

Fueron los dos años y medio más divertidos, bizarros y gratificantes de mi vida laboral. Además de haber sido una enorme experiencia en todos los sentidos, hice un montón de amigos, me reí de lo lindo y me pagaron por ello. A veces creo haberlo soñado.

¿No has pensado escribir una novela de humor inspirada en tu paso por el programa de Boris y Ana? Seguro que tienes mucho material...

Claro que hay material, pero tendría que contar con el permiso de todos los implicados y prefiero que no me lo den.

Pues esto es todo Pepe, hasta pronto

Hasta pronto.

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