Anika entre libros

Entrevista a Patrick Bard por "El perro de Dios"

"No hay duda de que es un caso real. Lo que no se sabe es lo que fue la Bestia, sólo que mató a unas 150 personas en tres años, entre mujeres y niños, ningún hombre adulto"

Firma y fotos: Pilar Alonso Márquez / Agosto 2010

 

Periodista, fotógrafo profesional y autor de innumerables artículos en la prensa francesa y extranjera, Patrick Bard trabaja continuamente denunciando los abusos que se cometen en el mundo. Debutó en la literatura con La frontera (2004), sobre los asesinatos de Ciudad Juárez, México, y en el 2005 publicó El cazador de sombras, sobre la guerra de Yugoslavia.

Ahora ha visto la luz El perro de Dios, una novela que ahonda en la figura de la mítica Bestia de Gévaudan. Él y su mujer, Marie-Bertha Ferrer, que es también su documentalista, han trabajado durante muchos años recopilando información para este libro, un libro que Patrick Bard tardó más de tres años en concluir.

Forman una pareja perfecta, cómplice y encantadora, y me recibieron en el Hotel Hesperia Presidente, donde charlamos largo y tendido sobre su último trabajo y sobre muchas otras cosas.

 

 

ENTREVISTA

 

¿Cómo surgió la idea de escribir un libro sobre la Bestia de Gévaudan?

Mi esposa y yo tenemos una casa de montaña en esta zona desde hace veinte años. Y en toda Francia, pero especialmente por allí, la Bestia de Gévaudan es algo mítico. Bertha comenzó casi desde el inicio a coleccionar documentos sobre la Bestia, pero yo aún no me dedicaba a Elperrodedios -portadaescribir. Cuando lo hice, tenía la idea de escribir algo sobre el tema, porque forma parte del fondo cultural e histórico de la región.

 

La historia de la Bestia, ¿crees que es más leyenda que un hecho real? ¿Se ha ido alimentando a lo largo de los años del propio mito?

No hay ninguna duda de que la historia de la Bestia no es una leyenda, en absoluto. Es el caso criminal más importante de Europa en el siglo XVIII y se reveló un día de julio de 1764, cuando se descubrió el cuerpo de una niña de unos catorce años en un campo, abandonado y medio devorado. Son muy pocos los casos tan documentados como el de la Bestia. Tenemos páginas y páginas de testimonios de los ataques. Y yo tuve entre mis manos los registros de los curas de los pueblos que explicaban cómo habían encontrado los distintos cadáveres. No hay duda de que es un caso real. Lo que no se sabe es lo que fue la Bestia, sólo que mató a unas 150 personas en tres años, entre mujeres y niños, ningún hombre adulto. Hay también docenas de testimonios de ataques de la criatura, testimonios que dicen haberla visto o incluso herido.

Pero he de añadir que es muy probable que murieran más personas como consecuencia de las partidas de caza que se llevaron a cabo que por los propios ataques de la Bestia. Los campesinos no podían sembrar sus campos si estaban formando parte de una batida, los caballos de un ejército podían fácilmente destruir una cosecha y la hambruna posterior tuvo que ser terrible, además de las enfermedades subsiguientes.

 

¿Es posible que algunos de esos crímenes se atribuyeran a la Bestia aunque no lo fueran?

Sí, es probable que alguien cometiera algún crimen aprovechando las circunstancias y que los animales del bosque devoraran parte de su cuerpo, con lo que se podía atribuir a la Bestia. Entonces no había una ciencia forense como la de la actualidad.

 

¿Aún forma parte de las historias que se les cuentan a los niños para que se porten bien?

Sí, sobre todo se utilizaba con los niños en el área de Gévaudan hasta hace pocos años. Yo conozco la historia de la Bestia desde niño, y soy parisino. Me impresionaba mucho entonces, sobre todo porque nunca se supo lo que era.

 

¿Con qué tipo de documentación has contado a la hora de preparar esta novela?

Sobre todo con registros parroquiales y con las crónicas de los curas de la época, algunos de los cuales participaron también en la búsqueda de la Bestia.

Patrickbard1

 

¿Qué es lo que más te llamó la atención de todos los documentos con los que trabajaste?

Me llamó la atención algo del contexto de la historia. En un momento dado me di cuenta de que los personajes que actuaban alrededor de la Bestia eran personajes íntimamente ligados al poder de Versalles, a muy alto nivel. Y empecé a preguntarme por qué poner en Gévaudan, que era una zona lejana, con gente pobre y un clima riguroso, a un representante de la familia más poderosa del reino como arzobispo y conde de Gévaudan. Y descubrí que recaudaban impuestos enormes de la lana y entendí por qué se había convertido en un caso estatal. Los intereses eran muy importantes. Si podían demostrar a Luis XV que era imposible que el príncipe de Conti pudiera gobernar con orden su provincia, existía la posibilidad de conseguir arrebatársela.

Y entre los documentos me impresionó especialmente una carta del arzobispo a los habitantes de Gévaudan, diciendo que la Bestia no era una criatura terrestre sino enviada por Dios para castigar sus pecados. Es algo terrible para una población muy pobre, que tiene hambre y miedo, que pierde a sus hijos, oír que era culpa suya. Gente que en la mayoría de los casos no podían ni casarse por no disponer ni de dote ni de tierras, que trabajaban toda la vida para otros menos pobres, y que eran casi esclavos de sus señores. De hecho, en los últimos años, cuando se han llevado a cabo obras en algunas de aquellas casas viejas, se han encontrado huesos de bebés en las paredes. La situación era realmente terrible.

 

En tu novela, el personaje de Jean-François Morangiès aparece muy relacionado con la Bestia. Curiosamente también adquiere un protagonismo similar en la película El pacto de los lobos de Christophe Gans ¿Tiene algo que ver tu personaje con el interpretado por Vincent Cassel? ¿Está realmente su nombre asociado a la Bestia?

Jean-François Morangiès es un personaje real, aunque no existen pruebas que lo vinculen a aquellos hechos. Su padre era muy conocido y dirigía las partidas de caza para matar a la Bestia. Pero él era un jugador, un corrupto, frecuentaba las prostitutas, estaba medio loco y tras la muerte de su padre tuvo que vender los muebles del castillo y las tierras; acabó completamente endeudado y fue encarcelado. Si alguien de la nobleza hubiera tenido algo que ver con la Bestia, él es el personaje idóneo.

 

Parece que el tema de la Bestia trajo de cabeza a la corte de Versalles, especialmente a Luis XV, que veía cómo la prensa internacional se burlaba de su incapacidad para atrapar a un simple lobo. En el libro comentas que llegó a ofrecerse una recompensa en total de más de 10.000 libras. ¿Qué hay de cierto en eso?

Sí, es cierto. En aquella época 10.000 libras era un montón de dinero. Hay que tener en cuenta que el asunto de la Bestia fue el primer vértigo mediático de la historia de la prensa europea, porque hasta entonces no había existido una cantidad suficiente de gente capaz de leer. Aparecían artículos diarios sobre ese tema y toda Europa se burlaba de él. El rey fue capaz de ofrecer una cantidad enorme a quien le sacara de esa situación ridícula. Me llamó la atención la modernidad del caso: la presión de la prensa, los intereses económicos… la época moderna ya estaba ahí.

 

También hablas de que los restos del lobo que cazó monsieur François Antoine, arcabucero del rey, considerados en principio como la Bestia, fueron enviados a Versalles para ser expuestos al público. ¿Qué sucedió con ellos? ¿Qué pasó cuando la Bestia continuó matando y resultaba evidente, por tanto, que aquel lobo no podía ser el Azote de Dios?

Es probable que fuera Chastel quien matara a la Bestia, y llegó a Versalles con ella, aunque tan descompuesta que no se pudieron realizar ningún tipo de pruebas. Pero cuando llegó, oficialmente la Bestia ya no existía, porque la había matado François Antoine, y por eso no despertó ningún interés. El asunto de la Bestia se había dado por terminado. Esos falsos restos fueron conservados en Versalles durante un tiempo, expuestos en el Jardín Botánico.

 

Hay distintas versiones para explicar qué tipo de animal podía ser aquella Bestia, desde un animal salvaje que había escapado a su cautividad a un cruce entre perro y lobo, sin olvidar la intervención de algún humano. ¿Cuál cree Patrick Bard que es más plausible?

No lo sé. Yo he construido una ficción rellenando los espacios vacíos de la historia y el resultado funciona. No quiere decir que fuese realmente así, pero, con lo que sabemos, hubiera podido ser. Pero también hubiera podido ser otra cosa: un grupo de lobos hambrientos, un perro de guerra huido de sus maestros, una hiena - en aquel tiempo los ricos se hacían traer fieras salvajes de Asia y África para enseñar a sus amigos-. Todos los testimonios hablan de una Bestia. Si esa Bestia iba sola o con un ser humano, es otra cuestión.

 

Además de hablar sobre la Bestia de Gévaudan, tratas otro tema tanto o más interesante: el enfrentamiento entre Napoleón y los Estados Pontificios, que es como se inicia la novela. Según el Tratado Tolentino (1797) entre Napoleón y Pío VI, y el Armisticio de Bolonia (1796), el Vaticano debía entregar muchos tesoros a los franceses, entre ellos varios centenares de libros relacionados con la historia de Francia. ¿Se llevó a cabo esa entrega?

Sí, se llevó a cabo. Estuve en la Biblioteca Vaticana para investigar para la novela e incluso hoy se encuentran libros con el sello de la Biblioteque Nationale impreso, porque a mediados del siglo XIX se devolvieron muchos de ellos. El ejército de Bonaparte fue para llevarse libros, estatuas, monedas, cuadros… y algunos de ellos aún están en el Museo del Louvre.

 

Patrick Bard y su esposa, la documentalista Marie-Bertha Ferrer

Patrickbard2

 

¿Fueron rescatados realmente varios títulos de aquel saqueo?

Lo más curioso de esa historia es que cuando llegué a la Biblioteca Vaticana, donde me recibió el Director, un jesuita, y le empecé a explicar mi proyecto literario, él me contó que mi héroe había existido realmente, aunque no era francés, sino italiano. Pero que sí hubo una especie de complot para esconder los libros y que muchos fueron salvados así.

 

¿Se produjo el cambio que mencionas, en el que de repente los franceses solicitaban libros incunables aunque no tuviesen relación directa con Francia?

Sí, desde luego. Existía un proyecto de construcción de un museo universal para la educación de las masas, para poner el saber universal a disposición del pueblo. Lo peor fue que el transporte deficiente - en carromatos sin cubrir y apilados de cualquier modo- de todas esas piezas hizo que muchas de ellas se perdieran para siempre.

 

Si quieres añadir algo más…

Sólo que la parte más difícil de escribir fue la que tenía que ver con los campesinos. Su nivel de pobreza era terrible, pero lo más grave es que ese nivel sigue existiendo hoy en día en muchas zonas de América Latina, donde nosotros trabajamos varias veces al año. No me costaba trabajo describir su situación, porque por desgracia la he visto en demasiadas ocasiones.

 

ver + Patrick Bard

 

¿Te ha gustado? Compártelo:

Comentarios de los lectores:

Publicidad
Anika entre libros
Actividad subvencionada por el Ministerio de Cultura
Ministerio de cultura

Esta web utiliza cookies para obtener datos estadísticos de la navegación de sus usuarios. Si continúas navegando consideramos que aceptas su uso. Más información X Cerrar