Anika entre libros

Entrevista a Miguel Baquero por "Vida de Martín Pijo"

"Martín no es tonto; simplemente es demasiado bueno y demasiado idealista para lo que hoy se estila"

Firma: Anika Lillo / Fotos: autor / Marzo 2008

 

Estudió Periodismo, pero no se acabó de "encontrar a gusto en medio de ese compadreo y ese conchabeo que hay entre los entrevistadores y los entrevistados"; se interesó por la Literatura "oficial" pero enseguida le fatigó todo el "clima zalamero, pelotillero y autocomplaciente que envuelve a los novelistas 'consagrados'"; lo intentó por la vertiente "urderground" y canalla pero "es todavía más cansado andar todo el día poniendo poses y haciéndose el interesante. También es un rollazo, la verdad, ir de maldito y triste, así que, con todas estas vueltas, me he quedado un poco desubicado y he descubierto que tampoco es nada malo, porque aunque no cuente con el apoyo de ningún grupo, por lo menos puedo hacer lo que me dé la gana..." Así se define Miguel Baquero que, aunque parezca único, tiene más compañeros en el mismo camino con su búsqueda, aquella que correspondería a levantar una ficción alternativa, distinta, nueva.

Miguel Baquero es, para quien no le conozca, el autor de una de las joyas literarias contemporáneas que se conocen poco que existen (de ahí que en Anika Entre Libros nos encante acercaros a todo tipo de escritores), la obra picaresca "Vida de Martín Pijo", editada por la Editorial ACVF.

 

 

ENTREVISTA

 

La primera pregunta es obligatoria: al parecer escribiste esta historia bajo Anónimo, y suponemos que es ésta, de ACVF, la segunda edición corregida y aumentada pero ya con tu nombre ¿Por qué la publicaste sin firmar la primera vez y en qué formato?

El publicarla como anónimo fue, en cierta manera, una apuesta estética: no soporto a los escritores que andan pavoneándose por ahí y dándose pote sin que, en el fondo, concedan mucha importancia a lo que escriben, el caso es que les sirva para figurar. Quería de algún modo que el texto tuviera valor por sí mismo, sin el respaldo de ningún nombre. Fue una apuesta y la verdad es que me salió mal, porque no contaba con que la gente, hoy en día, tiene muy poco sentido del humor, y si ve algo "anónimo" no piensa que sea por una cuestión lúdica, que esté firmado así por amor al arte; enseguida sospecha que tiene que haber algo turbio, que el autor quizás esté en busca y captura, que se haya fugado de la cárcel, que le persiga Hacienda o la Interpol… Cosas así.

 

¿Te interesa mucho lo que opine el lector o te gusta escribir lo que te gustaría leer?

Yo creo que hay una mezcla. Intento escribir las páginas a mi gusto, pero también hay que tener en cuenta que eso lo va a leer alguien, o al menos ese es el objetivo, y hay que tenerle respeto al lector, no pararse durante páginas a mirarse el ombligo. Claro que tampoco hay que venirse al extremo contrario y escribir "a la moda", a lo que quiere el público, y olvidarse de que escribir es un acto personal y no una fabricación mecánica de productos.

 

También se dice que es una versión del Lazarillo de Tormes ambientada en nuestra época. Para aquellos que aún no hayan leído el clásico o que (si es que es posible) no lo conocen ¿cómo les explicarías esta reescritura para que la entiendan?

Sí, es verdad, la base es el Lazarillo de Tormes, la primera novela picaresca. Tiene en común con ella que Martín Pijo es una historia en la que el protagonista va saltando de capa en capa de la sociedad y de todas sale escarmentado. Sin embargo, es una historia picaresca a la inversa: si en el Lazarillo el protagonista es un pícaro que se aprovecha de una sociedad movida por altos valores, en Martín Pijo es el protagonista quien tiene unos principios elevados y la sociedad es la pícara que se aprovecha de él.

 

Miguel, desde las primeras páginas me he reído muchísimo, pero lo de Martín es todo un drama ¿por qué nos reímos tanto de las miguelbaquero1desgracias de los demás?

Quizás sea algo innato a los seres humanos. Siempre que la cosa no sea grave, nadie resulte herido y no ocurra una desgracia, a todos nos gusta reírnos del tipo que va andando, pisa una cáscara de plátano y se cae; o del tipo que lleva un tablón al hombro y, al darse la vuelta, le atiza al que está al lado. Ya sé que ahora se lleva el "humor inteligente" y hay que disimular, pero, sinceramente, que levante la mano al que estas situaciones no le provoquen risa

 

Hay que admitir que la risa está más bien provocada por los resultados desastrosos que originan las decisiones de Martín… esto se debe exclusivamente a ti…

El pobre Martín quiere triunfar como es la norma hoy en día, quiere convertirse en un ganador, un hombre hecho a sí mismo, el número uno de su promoción, y no hace más que pegarse unos batacazos tremendos.

 

¿Es Martín un antihéroe?

Sí, se le podría llamar así. Es un tipo que está en el extremo contrario a todos aquellos que hoy nos causan admiración y salen como ejemplo en todas las revistas. Y al final él acaba por confesarse cómodo en ese lado.

 

Martín se cría con las pijerías de papá y los mensajes patrióticos del abuelo ¿cómo se te ocurrió una mezcla de personajes tan dispares para la educación de tu personaje?

No creo que sean personajes dispares ni contradictorios, al revés. Detrás de un pijo suele haber un alférez provisional; quiero decir, que es común para alguien de la edad de Martín tener un padre en las altas esferas porque éste, a su vez, tuvo un abuelo combatiendo en el bando vencedor.

 

Por cierto, ni aun a día de hoy, me puedo creer una personalidad como la de Martín ¡es un bendito optimista sin remedio!

Más bien es un cándido, un tipo, como se dice en cierta parte, "poco prevenido contra las trampas de este cochino mundo".

 

¿Podríamos decir que, además, es algo gafe?

Pobre hombre, yo tampoco llegaría a tanto. Al menos no era esa mi intención; yo no creo en los gafes.

 

¿Descubrir que el sexo practicado con libertad aunque sea a escondidas -cuando descubre a qué se deben las escapadas de su amigo- es suficiente para traumatizar la mente de Martín? ¿En qué mundo vive?

Aunque ahora lo contemplemos con naturalidad, sin histerismos ni dramatismos, el sexo es, ha sido y será siempre un elemento trasgresor. Martín se encuentra a su amigo, tan elegante y tan refinado, aplicado a la tarea y, además, en una cuadra; no se escandaliza por ello, ni se indigna, ni nada parecido, porque al fin y al cabo vive en el mundo actual. Simplemente se le rompen los esquemas. Yo creo que en determinadas circunstancias, por más liberales que seamos, a todos nos pasaría lo mismo. El sexo tiene, ya digo, mucho de trasgresión.

 

Cuando le toca descubrir su propio amor, es un romántico con una pizca de pejiguería ¿no? Lo digo por su reacción ante el nombre de la amada. Aunque pensándolo bien…

El nombre de la amada, bastante chusco, es, o quiere ser, un símbolo de cómo la cruda realidad choca con la visión poética e idealizada de la vida que tiene Martín. Y de cómo carece del cinismo, de la picardía necesaria para pasar por alto este choque entre la realidad y el ideal.

 

En su carta, Martín se excusa de vez en cuando por su vocabulario pensando que con su "malvivir" se le ha debido pegar algo de la vulgar calle ¿te puedes creer que yo hubiera preferido que hubieras metido más argot porque el contraste era divertido? ¿por qué limitaste esta idea?

Sí, el recurso era introducir términos de argot y hasta de jerga delincuente en medio de un discurso culto y a veces pedante. He intentado dosificar dicho recurso para que no resultara demasiado recurrente y perdiera el efecto.

 

¿Y por qué Martín divide los "capítulos" en Tratados?

Bueno, así es cómo dividía los capitulillos Lázaro de Tormes. Es un elemento más del juego.

 

Estos tratados los dirige a Su Señoría, Su Ilustrísima, Su Excelentísima, Su Muy Egreguísima, su Exclusivísima, Su Exquisitísima, etc… ¿te llegaste a quedar sin palabras? jajaaa

Los dirige a una persona, que no se sabe quién es, pero que, según todo apunta, se encuentra en la más alta posición dentro de nuestra sociedad, por eso todo aquello de Ilustrísima, Excelentísima, Eminentísima… todo ese tratamiento que, al final, acaba resultando grotesco.

Y sí, es verdad, hubo momentos en que me costó un poco de esfuerzo seguir con tanto ringorrango; entonces cogía un periódico, leía las páginas "de sociedad", tan llenas de pelotilleo hacia los poderosos, hacia los aristócratas y hacia la gente de postín, y enseguida volvía a coger el ritmo

 

Lo cierto es que la historia versa sobre un tipo cuyas decisiones salen malparadas, pero el cachondeo llega cuando tú, como escritor, te inventas situaciones de lo más disparatadas… La escena del robo al niño fue, para mí, la más divertida. ¿Con cuál te quedas tú y por qué?

Sí, esa del robo al niño quizás sea una de mis favoritos, porque suena disparatada pero, en el fondo, es perfectamente posible.

También me sentí muy a gusto escribiendo aquella otra escena en que, por intentar conquistar a su novia a la antigua usanza, el protagonista es detenido por acoso y se lo llevan esposado en un coche patrulla.

 

Miguel, a Martín yo le he cogido cariño, me causa ternura, pero no vidademartinpijopuedo menos que pensar que si lo tuviera delante, como ser humano, le daría un buen par de bofetones porque me da la impresión de que usa mal sus neuronas… Es decir, llego a verlo humano aun sin creerme su personaje. ¿Tienes tu propia historia con él?

A mí también me causa ternura, porque no es un personaje "tonto" al uso. Él se da cuenta de que, en determinados ocasiones, por ejemplo en el colegio de curas, se están aprovechando de él y le están sacando el dinero, pero como él está convencido de tener unos altos valores, decide perdonar y seguir haciendo el bien sin mirar a quién. No, Martín no es tonto; simplemente es demasiado bueno y demasiado idealista para lo que hoy se estila.

 

¿Cómo sería la vida perfecta según Martín?

Seguramente sería esa vida que nunca, en realidad, se ha producido, pero que gente como Martín añora: la Edad de Oro en que triunfaba la bondad, la justicia, en que los hombres (y las mujeres, estoy hablando en genérico) eran nobles y generosos y reinaba la paz y la concordia. Esa Edad de Oro de que, salvando las distancias, hablaba Don Quijote a los cabreros.

 

Tu libro es corto y casi podría decir que brillante ¿por qué este tipo de libros llegan a tan poca gente? ¿Qué es lo que falla?

Falla que es difícil romper la tendencia y hoy los gustos de la gente van hacia otro lado, por ejemplo hacia las novelas históricas, los templarios, los crímenes antiguos y misteriosos, y cosas así, o hacia las novelas costumbristas centradas en la vida cotidiana. La industria editorial aprovecha esa moda todo lo que puede y es muy difícil nadar contra corriente, sobre todo hoy día en que lo que no está en los medios de comunicación, que controlan las grandes editoriales, prácticamente no existe. Pero, en fin, hay que seguir intentando hacer lo que a uno le gusta, sin plegarse a lo más fácil.

 

¿Habías escrito antes algo de este estilo?

En el estilo humorístico sí he escrito varios cuentos, algunos de ellos premiados. En "estilo picaresco", Martín Pijo es lo primero que escribo

 

¿Y tienes previsto darle una segunda oportunidad a Martín en alguna versión nueva, por ejemplo, sobre cómo sobrevive después de tanto despropósito?

No creo. Martín Pijo es la crónica de una caída, de cómo hoy en día la sociedad, por un extraño pacto, está aliada contra la gente que tiene ideales. Creo que en el libro, aunque breve, se completa el ciclo de la caída. Quizás si cambiara la sociedad (lo que no creo), Martín podría salir de su chabolo y volver a intentar el ascenso social, pero tal y como están las cosas hoy día sería mala idea volver a sacar a la calle a un tipo tan melindroso para que le vuelvan a atizar.

 

Miguel, dejemos que sea Martín quien hable ¿qué ha descubierto del mundo que no sabía?

Que eres lo que tienes, lo que salta a la vista. Ya lo sospechaba, pero cada vez veo más claro que todo depende del resultado que obtengas. Si, por ejemplo, te dedicas a darte golpes en la cabeza con una escoba, todo el mundo pensará que eres un gilipollas; pero si alguien te graba dándote golpes, cuelga el vídeo en Youtube y tiene muchas entradas, todo el mundo dirá que eres un genio y que has sabido aprovechar al máximo tu potencial escénico. Los valores se compren, se venden y se intercambian. Todo está en función del beneficio que obtengas.

 

Gracias, Miguel, leer Vida de Martín Pijo ha sido un placer, y además creo que es de esos libros que se deben releer de vez en cuando. Un abrazo.

Pues muchas gracias, de verdad. Y sobre todo muchas gracias por apoyar a pequeñas editoriales como ACVF que se están batiendo el cobre por sacar adelante un proyecto literario. Creo que apoyar la diferencia es hoy en día más necesario que nunca, de lo contrario la tendencia lleva a que sólo haya espacio para las grandes editoriales y poco a poco nos vayan encerrando en un espacio cada vez más reducido.

 

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