Anika entre libros

Entrevista a Miguel Aguerralde por "Claro de Luna"

"Donde más se marca ese carácter tan personal de la novela es en su germen mismo, en su núcleo, que es el Terror, en esa casa en la que vive Luna sola, aislada, aterrada, una casa que es idéntica a la que yo habitaba cuando escribí el libro"

Firma: Fernando Martínez Gimeno / Foto: autor / Mayo 2010

 

Nos llega desde las Islas Canarias y de la mano de Miguel Aguerralde Novellán la que ha sido su primera novela, Claro de Luna.

En esta entrevista, vamos a intentar indagar un poco más en la mente del escritor para poder conocerlo mejor.

 

 

ENTREVISTA

 

Ante todo, muchas gracias por dedicarnos unos momentos para que los lectores puedan conocer al escritor que se esconde tras la historia de Claro de Luna. Como es tu primera novela, ¿podrías presentarte y darnos a conocer de dónde viene Miguel Aguerralde?

Quién me diría que esta es probablemente la pregunta más difícil que me podrían hacer, hablar de uno mismo, uf, eso sí que me aterra. Cómo definirse. Yo nací y crecí, por suerte, en una época en la que ser niño equivalía a desarrollar la imaginación y la fantasía. La televisión, el cine y la literatura infantil y juvenil no hacían más que abrirnos horizontes, acercarnos mundos mágicos, misteriosos, evocadores. Bosques mágicos, islas con tesoro, monstruos, imperios espaciales, marionetas en laberintos, dragones y mazmorras, me llevaron de niño a soñar cada noche con mundos fantásticos y seres extraños. Más mayor, películas, novelas y videojuegos se combinaron para llenarme la cabeza de pájaros oscuros y de historias que contar.

Cuando en 2002 empecé mi primera novela -todavía inédita- no imaginaba que la pasión del Cuentacuentos me iba a llenar de este Clarodelunamodo. Escribo cada día, sueño despierto, combato el insomnio o el aburrimiento modelando personajes y llevándolos al límite, ya sea en forma de relato, de cuento corto, o de novela.

 

Y dentro de esas primeras lecturas, ¿cuáles fueron las que más te marcaron? Ahora y ya como escritor, ¿cuáles dirías que son esos autores que más te gustan?

Recuerdo como primeras lecturas, y como introducción a la literatura, las novelas más clásicas de aventuras, me refiero a Verne, Stevenson, Dumas, y sobretodo los pequeños libros negros de fantasía de Timun Mas, esos de Dragones y Mazmorras en los que uno mismo iba eligiendo el rumbo de la lectura con divertidos y espeluznantes saltos de página.

Sin embargo, cuando realmente me sumergí en la pasión por la lectura, por encima de otros tipos de ocio, fue cuando encontré a Pérez Reverte, a Conan Doyle, a Patricia Cornwell, a Stephen King. Mi pasión por el cine me fue llevando por la senda del Terror y me obligué a bucear en los clásicos como Richard Matheson, Clive Barker o Ramsey Campbell.

Hoy en día, de entre los muchísimos libros que devoro al año, me siento fan incondicional de Somoza, de la novela negra canaria de Alexis Ravelo o José Luis Correa y poco a poco, voy descubriendo las obras de mis compañeros de Nocte.

Si tuviera que resumir, diría que lo que hago es comprar un libro cada vez que paso por delante de una librería, el que me llame, el que me busque, y leerlo para aprender, para conocer, para inspirarme. Recuperar clásicos, descubrir novedades.

 

¿Puedes contar un poco cómo ha sido el proceso desde el embrión de novela hasta ver Claro de Luna ya publicado?

Escribí Claro de Luna en 2004, en una época tenebrosa en mi vida, a medio camino entre la universidad y la estabilidad laboral, mi primer pisito de soltero, mi primera soledad tras un fracaso amoroso muy duro. La escribí volcando en Luna muchos de los miedos que a mí me atenazaban, y la guardé en un cajón, demasiado personal para enviarla a editoriales que seguramente la rechazarían como habían hecho con las otras que les había mandado.

Casi había desistido de intentar publicar cuando surgió la posibilidad de enviar un manuscrito a un par de editoriales canarias. De entre todo lo escrito hasta ese momento, no tuve dudas que mi trabajo más redondo y al que tenía más cariño era Claro de Luna. Probé suerte, y un día me llamaron de Ediciones Idea.

La alegría fue tremenda, pero entonces comenzó otro camino tortuoso de revisiones, correcciones, búsqueda de dibujante, de portada, un tiempo largo que pasó lento hasta que tuve la novela en mis manos, casi cinco años después de ponerle el punto final.

 

Ubicas a Luna como locutora de radio en un programa nocturno. ¿Podría ser un reflejo de ti, ya que he leído que hablas en programas de radio y te has ayudado en algunas sensaciones para trasladarlas a la protagonista?

Cuando escribí Claro de Luna no había tenido ningún contacto con la radio y todo lo que sabía acerca de cómo grabar un programa lo había aprendido a través del cine o la televisión. Sin embargo era un mundo que me apasionaba, y desde siempre me ha fascinado, aterrado, esa incertidumbre que otorga la radio de no saber quién está de verdad al otro lado. Los programas como en el que trabaja Luna, espacios de madrugada en los que se exponen miedos y dudas a flor de piel, a mi parecer se prestan más que ninguno a ese aura de misterio, de indefensión, de un locutor ante el micrófono.

 

No quiero destripar ni que destripes la novela, pero sin duda, mi personaje favorito es Darío. ¿Tenías claro su papel en el esquema inicial o es de esos personajes que crecen conforme vas escribiendo?

Darío es un regalo como personaje para cualquier escritor, lo sabe el que haya leído la novela. Es uno de mis niños al que le tengo más cariño porque me lo pasé en grande componiéndolo y haciéndole crecer a lo largo del libro. Si Luna es el alma de la novela, Darío es el corazón, porque es el que la mueve, el hilo conductor, el que la narra y el que la sostiene. Darío nació en una de esas confusiones de ideas en las que de pronto en tu ordenador dos y dos son cuatro, se cierra el círculo y todo brilla alrededor. Fue el personaje que me empujó a contar este Claro de Luna, un detonador fundamental que daba sentido a toda la novela y convertía Claro de Luna en algo distinto.

 

Ayuda también y mucho a la trama que los lugares por los que transcurre sean aquellos en los que vives, sobre todo a la hora de narrar un paseo o un trayecto. Pocas veces, que yo recuerde, es una de las Islas Canarias el escenario de una novela. ¿Cuánto hay de la vida de Miguel Aguerralde en los personajes de la novela, anécdotas que has aprovechado, perfiles de conocidos, etc.?

José Luis Correa, que fue profesor mío en la universidad, me dio una vez un consejo que nunca he olvidado -y que después encontré disfrazado en el libro de Stephen King sobre la escritura-, me dijo que para que el lector se creyera mis novelas tenía que empezar creyéndomelas yo, que escribiera sobre lo que conociera.

Muchas de las novelas negras que he leído están tremendamente localizadas en las ciudades en que transcurren, me planteé, que si Claro de Luna tenía un marcado carácter urbano, si sus personajes eran sin duda gente de la calle, la ciudad de Las Palmas en la que viven tenía que ser un personaje más de la historia, porque nos define y mucho a sus habitantes. Localizar la novela en mi ciudad no sólo me ayudó a escribirla y me facilitó imaginármela, sino que configuró una parte importantísima de los personajes, de su forma de ser, de vivir y de hablar.

Claro de Luna tiene un altísimo componente personal, pero me sería difícil distinguir ahora qué porcentaje de cada personaje corresponde a cada faceta de mí mismo, de mis amigos o de personas que he conocido. Donde más se marca ese carácter tan personal de la novela es en su germen mismo, en su núcleo, que es el Terror, en esa casa en la que vive Luna sola, aislada, aterrada, una casa que es idéntica a la que yo habitaba cuando escribí el libro. Así, muchas de las sensaciones que Luna atraviesa en ese lugar son reflejo exacto de cómo me sentía yo en ese momento. Muchas de esas malas pasadas fueron sustos reales que sufrí yo viviendo en la que ahora será siempre la casa de Luna.

 

Una vez pasado el proceso de escritura del libro, llega un periodo de espera en el que se prepara todo para su publicación y distribución y después llegan las primeras críticas y reseñas ¿Cómo has vivido estos momentos? ¿estas satisfecho sobre lo que se esta contando del libro?

En mi caso ese proceso ha sido y es especialmente doloroso. La editorial que cambió mi vida, y a la que estaré eternamente agradecido, Ediciones Idea, por desgracia carece de la infraestructura necesaria para garantizar la promoción y distribución que uno desearía para su novela. Me ha costado muchísimo dar a conocer Claro de Luna, es difícil encontrarla incluso en Canarias, imagínate en la península, ha pasado casi un año desde que salió a la venta y apenas he obtenido una reseña y un par de entrevistas. Todo lo he tenido que buscar solo y por mi Aguerralde1cuenta, desde presentaciones hasta difusión en los medios, enviando yo mismo las novelas por correo a aquellos que no las encuentran o que me ofrecen su tiempo para leerla y escribir sobre ella. Es agotador y costoso, pero gracias a Internet y las redes sociales voy abriéndome camino. Por lo menos puedo estar satisfecho de que con todo ese esfuerzo y entrega estoy consiguiendo llegar a mucha gente que afortunadamente sólo me habla bien de la novela. Ese es mi mayor tesoro, que personas que no me conocen se interesen por Claro de Luna y disfruten con ella.

 

Bueno, puedo estar agradecido de ser una de ellas, jejeje. Ahora ya estas inmerso en tu siguiente novela, Noctámbulo, a la que por supuesto seguiremos la pista, ¿qué nos puedes contar de ella?

Si Claro de Luna tenía componentes personales, Noctámbulo es aún más íntima y personal para mí. Le tengo un cariño especial porque lo escribí como un cuento de Terror y vampiros que quería dedicarme a mí mismo y a quien compartía mi vida en aquel momento. Es una historia policíaca sobre un asesino implacable e inalcanzable al que es imposible seguir el rastro. No deja ninguna huella en sus crímenes a excepción de dos marcas paralelas en los cuellos de las víctimas. Cadáveres que son encontrados sin una gota de sangre en el cuerpo.

Es una revisión del mito del vampiro desde un punto de vista muy mío, desnudándolo de parafernalia gótica y de tradiciones rebuscadas que siempre me han dado que pensar. ¿Por qué los ajos? ¿Por qué el crucifijo? Sable, el protagonista de la novela, se ríe de todo eso mientras cumple con su trabajo y sueña el recuerdo imborrable y doliente de la mujer que ama. Una mujer que ahora debe darle caza.

Siento mucho orgullo por ver publicada Noctámbulo, no tanto por su calidad literaria, que no soy yo quien lo debe juzgar, sino por todo lo que significa para mí como parte de mi vida. Espero que disfruten con ella tanto los fanáticos de la novela negra como los amigos del vampiro inmortal.

 

Creo que esta novela también la publicas con Idea, ¿tienes pensado dedicarte más en serio al tema literario? Porque eso va a implicar seguramente que debas dar el salto a la Península, editorialmente hablando. ¿Se nota la distancia entre los dos lugares?

Ediciones Idea es la editorial que me ha abierto las puertas. Aceptaron Noctámbulo cuando todavía estábamos en pleno proceso de edición de Claro de Luna, sin saber si ésta iba a funcionar o no, y aunque pensábamos que su salida se iba a retrasar hasta 2011 finalmente se han animado a sacarla este año. Si todo va bien podremos llevárnosla de vacaciones en verano. Respecto al salto a la península, Ediciones Idea, como otras editoriales canarias, sufre las dificultades de una distribución que no llega a ser todo lo amplia que nos gustaría. Demasiada gente se ha quedado sin leer Claro de Luna porque no ha habido manera de que llegara a sus librerías o ciudades. Parece increíble hoy en día pero es así, hay lugares adonde la novela, aunque pedida, no ha llegado. Sinceramente espero que con Noctámbulo pueda superar estos obstáculos y así llegar más lejos, pero me temo que no cambiará demasiado. Me planteo el futuro con una mezcla agridulce entre seguir intentando publicar con Ediciones Idea y luchar por la promoción y distribución de mis novelas, o probar suerte con otras editoriales que me garanticen esos dos aspectos, casi tan importantes como el hecho de publicar. Supongo que lo que suceda con Noctámbulo me dará la clave.

 

¿Tu género favorito, o en el que te sientes más cómodo es el terror? ¿O prefieres no encasillarte y aunque estas dos primeras sean de este estilo, quieres escribir sobre otros temas?

Siempre tiendo a definir los libros que escribo como cuentos de Terror pero una mirada sencilla a cada uno de ellos no tardaría en demostrar que son mucho más que eso. Tal vez en mis relatos el Terror tome mucha más parte pero en una novela larga caben muchos más temas y situaciones, como en la vida misma. Defiendo siempre que el Terror es una emoción universal, un sentimiento que nos une a todos porque nadie se escapa de sentir miedo en algún momento de su vida. Por lo tanto una historia que gire entorno al Terror no deja de ser vehículo inevitable de la comedia, del amor, del suspense, del drama social o hasta de la poesía.

Creo que utilizo el Terror como excusa para tocar todos los otros temas que dan forma a cualquier novela. Resumiría mis temas más como novela negra, tal vez thriller, como en el cine, pero con determinados momentos en que esa tensión sube y, si tengo acierto con las palabras, pone los pelos de punta.

 

En algunos debates que he tenido en tertulias o foros literarios, una de las frases o cuestiones que más he oído es ¿El Escritor nace o se hace? ¿Cuál es tu opinión?

Yo personalmente no tenía ni idea de que quería ser escritor hasta que me vi metido en varias docenas de páginas de mi primera novela. Sí creo que hay gente que nace con una imaginación especial, una tendencia a inventar aventuras o a soñar con mundos desconocidos. Otras personas nacen con un don especial para hacer interesantes las historias que cuentan, aunque no sean suyas, y sólo cuando ambos caminos se encuentran es cuando surge un escritor. Creo, que la imaginación debe venir de serie, pero a escribir sólo se aprende escribiendo.

 

Y ya para terminar, ¿puedes darle un consejo, propio o que te diesen, a todos aquellos que estén pensando en lanzarse a escribir?

Me han hecho esta pregunta otras veces, principalmente en los institutos que he visitado, y siempre trato de animar a los que quieran dedicarse a escribir con un único consejo, el que me han dado a mí desde que hice mis primeros intentos, que escriban. El escritor debe dedicarse a escribir, escribir cada día, no dejar de hacerlo porque sólo con práctica se mejora y sólo con paciencia se encontrará la oportunidad de que otros te lean. Y por último, leer, leer todo lo que caiga en tus manos, libros que te gusten o que no, de todos los géneros, de cualquier autor. Un treinta por ciento de lectura, más un diez por ciento de habilidad en la redacción y un sesenta por ciento de tesón. Así se escribe.

 

Muchas gracias por tu tiempo y por las respuestas Miguel y sin duda alguna nos tendrás siguiendo tus próximas publicaciones.

 

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