Entrevista a María Pilar Queralt del Hierro por "El parche de la princesa de Éboli"

Mª Pilar Queralt del Hierro es una escritora consagrada, con varias novelas y ensayos en su haber dedicados especialmente a mujeres: Leonor, Inés de Castro, Agustina de Aragón…

El parche de la princesa de Éboli y otras 350 anécdotas de la Historia, publicado por Styria, es su último trabajo y en el que se basa esta entrevista.

Siempre es un placer charlar con esta mujer, trabajadora infatigable y gran conversadora.

ENTREVISTA

Después de varias novelas y ensayos sobre personajes femeninos de la Historia, un libro de anécdotas. ¿Cómo surgió la idea?

De hecho es el resultado del trabajo de muchos años. Llevo mucho tiempo haciendo el anecdotario de una revista, con pseudónimo, y durante ese tiempo vas recopilando material. Tengo un fichero de anécdotas impresionante, las que aparecen en este libro son sólo una muestra. A mí la anécdota me gusta mucho, es muy práctica para recordar un personaje o un hecho. Se me ocurrió hacer un libro con varias de ellas, eso sí, verídicas y contrastadas y hablé con los editores, a los que también les gustó la idea.

¿Cuánto tiempo te ha llevado recopilarlas?

Es muy difícil concretar, son muchos años trabajando en el tema. Te diría que desde que empecé a estudiar Historia he recopilado anécdotas. Es un trabajo casi de coleccionista.

¿Hay alguna historia curiosa en torno a alguna de ellas?

Quizá la que da título al libro, el parche de la princesa de Éboli, porque me la contó una muy buena amiga mía, Almudena de Arteaga, que además es una experta en el personaje. Ella me contó que no se sabía muy bien qué había debajo el parche, que se suponía que una herida de florete, pero que no se conocía con exactitud.

De todas las que has incluido en tu libro ¿cuál es tu anécdota favorita?

Hay dos que encuentro muy divertidas. A mí no me gustan mucho los tatuajes y me hizo mucha gracia enterarme de que el general Bernadotte, que fue mariscal de Napoleón y terminó siendo rey de Suecia, estaba enfermo, ya siendo rey, y no quería que le visitaran los médicos para hacerle una sangría. No había manera de que accediese, hasta que por fin aceptó con la condición de que estuvieran solos el médico y él. Así se hizo, entró el médico, él se arremangó la camisa y descubrió un tatuaje que llevaba en el brazo: "Muerte a los reyes", recuerdo de su pasado republicado durante la Revolución.

La otra es una de Alfonso XII que dice que comentaba a sus amigos: "en mi casa no se puede vivir. Mi hermana Isabel (la Chata) es conservadora, mi mujer María Cristina es liberal y yo… ¡soy republicano!"

¿Hay alguna especial que no hayas podido o querido incluir?

Me puse dos límites, el primero era no incluir ninguna anécdota de ningún personaje vivo, por más importante que fuera o por más jugosa que fuese la anécdota, y el segundo evitar todas aquellas que fuesen leyendas urbanas, que hay muchas: la misma anécdota atribuida a varios personajes distintos.

Ahora sobre gustos, ¿cuál te ha parecido las más divertida?

Bueno, además de las dos que he mencionado anteriormente, la de un torero cuyo nombre no recuerdo ahora, a quien le presentaron a Ortega y Gasset. Cuando le preguntó a qué se dedicaba, el aludido contestó: "soy filósofo". "¿Y eso qué es?" preguntó el torero. "Eso es que me dedico a pensar". "¡Hay gente pa tó!"

¿Y la más entrañable?

Hay una de Carlos III que me gusta mucho. Como sabes, los monarcas Borbones siempre han tenido fama de frívolos y Carlos III fue un hombre absolutamente fiel a su esposa y muy entregado. Cuando ella murió, tras veintidós años de matrimonio, el rey dijo: "es el primer disgusto que Amalia me ha dado".

Y especialmente la anécdota, preciosa para mi gusto, de Pedro de Portugal e Inés de Castro, cuando él quiso poner los sepulcros encarados para que cuando llegase el día del Juicio Final, ella fuera la primera cosa que él viera al levantarse.

¿Y la más que más te ha impresionado?

Quizás la de Thomas Moro, que tropezó cuando subía al cadalso y el verdugo le ayudó. "Muchas gracias y no se preocupe", le dijo, "no me va a tener que ayudar a bajar".

¿Qué te ha parecido la experiencia?

Fantástica. Me lo pasé muy bien y además me sirvió un poco de relax, porque salía de una novela que me había costado bastante: La rosa de Coimbra, que era una novela muy dura, porque trataba de una mujer muy triste.

¿Qué acogida tuvo el libro?

Muy buena, muy bien situada en ventas, incluso están pensando en reeditar. Es un libro de fondo que pienso que nunca se va a pasar.

¿Habrá una segunda entrega?

Me lo he planteado, pero aún no hay nada decidido.

Durante el pasado verano participaste en un programa de Radio en Onda Cero con charlas sobre mujeres de la Historia. ¿Qué tal fue la experiencia? ¿Repetirás?

Fue una experiencia fantástica. A mí me encanta la radio y que me propusieran "Las mujeres en la Historia" fue genial. Sería estupendo que hubiera continuidad, porque pienso que el repertorio de mujeres sería inacabable.

¿En qué estás trabajando ahora?

Ahora estoy trabajando en un ensayo, una serie de biografías cortas sobre mujeres con una vida apasionada y muertas trágicamente: desde Juana de Arco a Dian Fossey, pasando por Inés de Castro o Ana Bolena, entre muchas otras.