Anika entre libros

Entrevista a Laura Manzanera por "Al pie de la sepultura"

"Resulta curioso que algunos de los personajes que encarnan el arquetipo de "valientes", incluidos, entre otros Pancho Villa y el mismo Al Capone, demuestren en el último instante un gran miedo."

Firma: Anika Lillo / Fotos: autor / Mayo 2006

 

"Mi reino por un caballo", seguro que esta frase suena conocida a cualquier lector. Fueron las últimas palabras pronunciadas por Ricardo III antes de morir. Pero ¿qué dijeron Pancho Villa, D. H. Lawrence, Isabel la Católica, Ana Bolena, Emily Brontë, Miguel de Unamuno, Sigmund Freud, el cardenal Richelieu, Pablo Neruda, Manolete, Vicente Blasco Ibáñez, Franz Kafka, H. G. Wells, Diderot, Aristóteles, Stefan Zweig, Lord Byron, Marlene Dietrich, Zapata, Julio Verne, Cleopatra, Proust, Mata Hari, Jane Austen, Rockefeller, Buñuel, Toro Sentado, Borges… y así hasta 500 personas que un día fueron célebres en nuestro planeta?

Médicos y científicos que quieren comprobar sus teorías hasta el último momento, personajes convencidos de que tendrán línea directa con Dios en cuanto fallezcan, adictos pidiendo su último cigarro (caso John Ford), e incluso Lope de Vega confesando su aversión a Dante... estas son algunas de las muestras, apenas un granito de arena en un auténtico desierto de 500 frases de personajes célebres. Frases que dejaron para la posteridad y que Laura Manzanera recoge en su libro "Al pie de la sepultura".

El libro sorprende, entre otras cosas, porque de personajes que esperarías que fueran ocurrentes (como Oscar WildePoe o Picasso) no lo fueron, y otros que jamás pensarías que lo fueran (como Lady Astor), lo han sido en sus últimas palabras. Pero ayuda también a recordar o conocer cómo fallecieron estos personajes y en qué se caracterizó su vida, pues Laura Manzanera hace un pequeño resumen de lo más importante de sus vidas o de aquello que estaba relacionado con su muerte.

Laura Manzanera es la Jefa de Sección de la revista de Historia Clío. Nació en Barcelona en 1966 y estudió Ciencias de la Información en la Universidad Autónoma de Barcelona. Desde el 89 ejerce de periodista.

"Al pie de la sepultura" es su primer libro publicado pero en septiembre ya saldrá el segundo, una biografía histórica sobre una mujer de la Revolución. De este y otros proyectos os tendremos a partir de ahora informados en la sección de Noticias.

 

 

ENTREVISTA

 

Laura, te confieso que me cuesta muchísimo no preguntarte por casi todas las frases que han llamado mi atención, que son muchas, así que mis disculpas por la posible indiscreción. Empecemos... De todos los temas del mundo ¿cómo se te ocurrió recopilar las últimas palabras de personajes célebres?

Por casualidad. Un día, navegando por internet, encontré una web en la que aparecían las últimas palabras de tres o cuatro personajes conocidos. Y pensé que si habían cuatro podían haber muchos más, así que empecé a investigar.

 

Al margen de lo que se haya podido adornar ¿son éstas realmente las últimas palabras que dijeron justo antes de morir?

Como ya aclaro en el prólogo del libro, todas las frases recopiladas son reales en tanto que forman parte del imaginario colectivo. Sin embargo, a medida que iba trabajando, me daba cuenta de que muchas de ellas debían por fuerza haber sido modificadas para parecer más bonitas, más valientes, más originales o, simplemente, más adecuades a sus portavoces. No hay duda de que el objetivo de las últimas palabras es la glorificación de su protagonista.

 

La búsqueda de material ha debido ser ardua, complicada… Imagino que te habrá costado muchísimo trabajo recopilar información de tan diversos personajes.

Pues sí. La verdad es que ha sido muy entretenido. La bibliografía sobre el tema es prácticamente inexistente, así que a menudo he tenido que echar mano de algún ensayo y también consulté unas cuantas biografías. Además, me propuse recoger frases lapidarias de 500 personajes, por aquello de redondear, y como quería que fuesen todos más o menos conocidos, me costó lo mío.

 

Has dividido esta serie de sentencias en distintos apartados, pero según cuentas podrían haber estado situadas en cualquiera de ellas…

Yo no diría en cualquiera, pero sí que abundan los casos en que una última frase puede ubicarse en dos o tres apartados, por ejemplo irónicas y obsesivas, o implorantes y resignadas. Se trata, por tanto, de una distribución subjetiva, pero no quería limitarme a hacer una recopilación sin más, sencillamente ordenada cronológica o alfabéticamente.

 

Personalmente lo he encontrado un libro curioso, entretenido y a veces sorprendente. Incluso me ha hecho soltar alguna que otra risa ¿no puede parecer esto contradictorio teniendo en cuenta que son frases realizadas antes de morir?

Si tenemos en cuenta que el humor negro existe, no. Creo en la capacidad del ser humano para reírse de todo, incluido el mayor tabú: la muerte, más aún tratándose de la de uno mismo. Puede ser una buena forma de quitar relevancia al terror a dejar este mundo que de una forma u otra tenemos todos.

 

Tras haber confesado que me he reído con él, sólo me queda poner algún ejemplo… como la del fundador de los hoteles Hilton y su mensaje para los empleados, o la condesa de Vercellis y el "pedo", o Alfonso XII y su mensaje sobre el coño de su mujer -los detalles los obviaré para no quitar la sorpresa a los lectores- ¿Te has reído tú con alguno o te imponía el respeto por lo que estabas haciendo?

Aunque me tomé el trabajo muy en serio, me sorprendí y también me llegué a carcarjear en varias ocasiones. La prueba es que dediqué todo un apartado a últimas palabras irónicas. Por destacar un par (aunque realmente cuesta elegir entre tantas), optaré por la de la actriz Marlene Dietrich, que le soltó al sacerdote que la acompañaba en su lecho de muerte: "¿De qué voy a hablar con usted? alpiedelasepultura¡Tengo un encuentro inminente con su jefe!" O la del asesino en serie condenado a ser fusilado que como último deseo pidió un chaleco antibalas. Por supuesto, no se lo concedieron.

 

En este libro se descubren algunas curiosidades muy interesantes. La historia de John Adams y Thomas Jefferson, ambos presidentes de los Estados Unidos, raya la hilaridad (o la obsesión)…

Sí, puede decirse que fueron dos muertes paralelas. Una de las grandes coincidencias de la historia. Ambos habían sido eternos rivales políticos y fallecieron el 4 de julio de 1826. Adams lo hizo preocupado por si Jefferson le había sobrevivido, y Jefferson obsesionado por si su último día en esta mundo era, precisamente, el día 4.

 

También es curiosa la historia de Diógenes y Alejandro Magno, porque no nos olvidemos de que además de sus últimas frases, tenemos un pequeño resumen que has elaborado para cada personaje. En este caso hablas de los dos…

El resumen a que te refieres es necesario para entender el momento, contexto y situación de cada personaje en la hora de su muerte.

En cuanto a Diógenes el Cínico, filósofo griego del siglo IV a. de C., se cuenta que en una ocasión mantuvo una conversación con el poderoso Alejandro Magno. Cuando el emperador macedonio le preguntó cómo podía servirle, Diógenes le contestó: "Puedes apartarte para no quitarme la luz del sol". Alejandro se quedó tan sorprendido que llegaría a decir: "Si yo no fuera Alejandro Magno, querría ser Diógenes". Y parece, además, que ambos también murieron el mismo día.

 

De las frases que más cabría pensar que hay gran parte de leyenda ¿no te parece que la de San Lorenzo y la carne asada podría ser una de ellas? En vez de dar pena, casi le engrandece porque nos hace sonreir viendo a un tipo fuerte e irónico.

Sí, la de San Lorenzo "a la parrilla" es de las más chocantes del libro. Aunque hay otras muchas que entrarían en el vasto universo de la leyenda.

 

Había quienes se resistían a morir, se trasluce en sus últimas frases…

Sí; básicamente todos los que conforman el apartado de frases implorantes. Resulta curioso que algunos de los personajes que encarnan el arquetipo de "valientes", incluidos, entre otros Pancho Villa y el mismo Al Capone, demuestren en el último instante un gran miedo.

 

También han resultado graciosas -por algo están en el apartado "Irónicas"- las de los que en su último mensaje parecen reirse de sí mismos. Gente con sentido del humor hasta el final de sus días… Sin ir más lejos Ramón María Valle-Inclán y su impaciencia…

Sí, Valle-Inclán parecía tener prisa para que "todo" terminase, pero puede que no fuese más que una postrera muestra de su acentuado y peculiar sentido del humor.

 

Me ha llamado la atención las últimas frases de los militares, que suelen ser bastante parecidas, pero también saber que algunas personas mueren con un "¡Viva!" en los labios…

En especial muchos de quienes han vivido o creído vivir por una causa, principalmente política o social, han acabado vitoreándola. Se trata, en definitiva, de grandes obsesiones vitales.

 

La historia más estremecedora, para mí, es la de la presentadora de televisión norteamericana Christine Chubbuck, pone los pelos de punta…

Puede decirse que fue la crónica de una muerte anunciada. Se suicidó en antena, mientras presentaba su programa, ante los televidentes y sus compañeros, que no pudieron hacer nada para evitarlo, a pesar de que en los últimos días había dejado pistas claras de sus intenciones.

 

Curiosamente buena parte de los mensajes implorantes suelen salir de boca de religiosos, teólogos, profetas, reyes y reinas de otras épocas. ¿Es la creencia y la fé sinónimo de pesimismo, resignación, apatía…?

Más bien creo que es sinónimo de aceptación. La fé ayuda a aceptar la muerte porque ésta no se contempla como un final, sino como un cambio, como el principio de una "existencia" diferente.

 

Los asesinos y criminales resultan casi siempre y en este caso tipos fuertes y ácidos en sus despedidas… pero hay otros que no, como por ejemplo Al Capone, que se rinde ante la evidencia de la muerte, y no es el único…

Imagino que cuando te condenan a muerte, hayas hecho lo que hayas hecho, todo te importa bien poco, y tiendes a sentirte resentido con todo y con todos. Al Capone, sí, sería una de las pocas excepciones que he hallado.

 

He descubierto una gran cantidad de suicidios en "Al pie de la sepultura". Estoy sorprendida con tantos nombres (de algunos lo sabía, de otros no)... Zweig, Lupe Vélez, Kurt Cobain, Van Gogh, el poeta Hart Crane, el inventor George Eastman, Virginia Woolf, el cineasta James Whale, el actor George Sanders, la cantante Wendy O. Williams, Freddie Prinze y varios etcs... ¿Fueron más fáciles de recopilar sus últimas palabras por encontrarse en gran parte notas de suicidio?

No creas. A pesar de que parece resultar más sencillo, la dificultad entre las palabras escritas o transmitidas oralmente ha sido más o menos la misma.

 

Curiosamente es Frank Sinatra el que, al morir, ve en su muerte "natural" un juego en el que pierde…

Sinatra aseguró que "perdía", pero hay que tener en cuenta que tenía 82 años, estaba muy enfermo y se sentía acabado como artista.

 

Algunas de las últimas frases están sacadas de cartas personales, uno de los casos más conocidos también por la película "Las horas" es el de Virginia Woolf, pero tampoco es la única…

No, ni mucho menos. Tú misma has nombrado anteriormente algunos de ellos, cuando citabas unos cuantos suicidas famosos.

 

Orgullosos, pretenciosos, presumidos, mandones... hay hombres con un pie en la tumba que parecen hechos de otra pasta…

Sí. Imagino que nadie puede preveer cómo reaccionará ante el momento más "importante" de la vida hasta que éste llega.

 

He leído alguna que otra frase que parecía profética (como la de Nostradamus) pero ninguna como la de Evita (Eva Perón), "volveré y seré millones", pues si le damos una interpretación económica, Evita ha resultado ser lo que profetizó...

Convertida en un símbolo de los desposeídos, Evita creó una política obrerista y sus millones de seguidores la veían ciertamente como su "salvadora".

 

Para mí Buda y Gandhi dijeron las mejores frases (Buda: "Duden de todo. Encuentren su propia luz") (Gandhi: "Que nunca os falte la voluntad, la paz interior y la práctica de la no violencia") ¿Te ha quedado alguna en la memoria que recuerdes como tu favorita?

Me resulta muy difícil escoger, pero quizá la que más grabada se me ha quedado es una que, paradójicamente, parece invalidar la idea de tener que decir unas últimas palabras de "despedida". Se trata de la postrera frase de Karl Marx, dirigida a su ama de llaves, quien lo acompañaba en su lecho de muerte: "Anda, sal fuera, las últimas palabras son para locos que no han dicho suficiente todavía". Contundente, ¿no?

 

Mucho. Por último, Laura, dejemos a un lado este libro para hablar de tus proyectos que sé que tienes algunos. Cuéntanos qué estás preparando.

Mi intención es seguir escribiendo y publicando (siempre que sea posible, claro). En septiembre, si todo va bien, verá la luz mi próximo libro, una biografía histórica de una mujer sumamente interesante -verdaderamente, digna de una novela- que vivió durante la Revolución Francesa y que, injustamente, en España sigue siendo una gran desconocida. Prefiero no decir de momento su nombre para mantener un poco la emoción. Aparte, tengo otros proyectos en marcha, relacionados con la historia. Os tendré informados.

 

Muchas gracias por un libro tan interesante y por la entrevista.

Muchas gracias a vosotros. Hasta pronto.

 

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