Anika entre libros

Entrevista a Julia Navarro por "La sangre de los inocentes"

"Yo no escribo best-sellers. Son los lectores los que convierten las novelas en éxitos"

Firma: Celia Santos / Fotos: editorial / Julio 2007

 

Julia Navarro es periodista, analista política, y ha trabajado en radio televisión y prensa. También ha sido tertuliana en varios programas y actualmente colabora en un programa de la COPE.

Antes de escribir novelas había escritos libros políticos y ensayos como Nosotros, la transición; Entre Felipe y Aznar; La izquierda que viene y Señora presidenta.

Sus anteriores novelas, "La Hermandad de la Sábana Santa" y "La Biblia de barro", han sido traducidas a más de 20 idiomas.

Ahora nos presenta su tercera novela, "La Sangre de los Inocentes".

 

 

ENTREVISTA

 

Tu primera novela fue "La Hermandad de la Sábana Santa" que obtuvo un gran éxito de ventas. ¿Cómo se vive el hecho de que de repente digas, voy a escribir una novela y se convierte en un bet-seller?

Vamos a ver. Para empezar yo no escribo best-sellers. Son los lectores los que convierten las novelas en éxitos. Yo no sé muy bien lo que es un best-seller y yo desde luego no hago best-sellers. Yo escribo libros que luego tienen aceptación por parte de los lectores y son los lectores los que deciden convertirlos en éxitos.

¿Que cómo se vive el tener suerte con los libros? Pues en mi caso con una cierta distancia. Yo soy una persona que ya he cumplido cincuenta años, que tengo una vida profesional y personal ya hecha con lo cual, el éxito, por llamarlo de alguna manera, o la suerte o el favor de los lectores lo vives con una cierta distancia porque, insisto, yo ya tengo mi vida profesional hecha en torno a mi profesión que es el periodismo. Las novelas son algo como un regalo que te hace la vida pero yo me sigo sintiendo periodista y sigo ejerciendo el periodismo.

 

O sea, que no te da vértigo, ¿no?

No me da vértigo seguramente porque ya he cumplido los cincuenta. Si esto me hubiese pasado a los treinta a lo mejor me habría dado vértigo o me habría influído o me habría cambiado la vida. Ahora no. A los cincuenta es difícil. Insisto, yo ya tengo una carrera profesional hecha dentro del periodismo y es una carrera que no he abandonado, de manera que a mí el éxito me ha pillado trabajando y si algún día pierdo el favor de los lectores pues me pillará exactamente igual, trabajando en periodismo como he hecho siempre.

 

Hablando de best-sellers, Julia, se habla mucho de ellos e incluso se los menosprecia...

Es que yo insisto en que yo no escribo best-sellers, o sea, no sé lo que es un best-seller. Son los lectores los que deciden que un libro tiene éxito o no. No hay campaña de márketing que logre convertir un libro en un éxito. El que se crea eso se equivoca porque sino sería muy fácil, sería facilísimo. No conozco ninguna editorial que no quiera tener éxitos de ventas e imagino que todos los escritores, cuando escriben, intentan llegar al mayor número de gente, de manera que si todo el mundo supiera cómo convertir un libro en un éxito de venta pues la gente lo haría.

 

¿Es difícil compaginar la carrera de periodista con la de escritora?

Pues mira, en mi caso lo hago a base de disciplina. Yo soy una persona bastante disciplinada, lo que hago es organizar mi tiempo. Madrugo mucho. Cuando estoy escribiendo una novela escribo de madrugada. Me levanto a las cuatro, escribo hasta las ocho y luego me voy a trabajar. Hago mi vida normal y cuando regreso a casa, en torno a las seis, vuelvo otra vez a ponerme delante del ordenador hasta las nueve y media. Esto lo hago sábados, domingos, vacaciones. La verdad es que hasta que no termino hago ese horario absolutamente rígido.

 

¿Te sientes cómoda, entonces, en tu nueva profesión?

Es que no es mi nueva profesión. Mi única profesión es la del periodismo. Yo soy una periodista que escribe novelas. Pero mi profesión es el periodismo. Yo escribo novelas. Escribo las que me gustan. Las escribo sin ningún tipo de presión porque no siento la presión de decir "me tienen que salir bien porque yo soy de profesión escritora". No no, yo soy de profesión periodista, escribo con la enorme libertad de poder escribir lo que quiero sin la presión de decir "es que tiene que gustarle a la gente, no me puedo permitir el lujo de que el libro no guste". No. Afortunadamente yo escribo sin esa presión porque, insisto, mi profesión es otra. Yo me gano la vida, o me he ganado la vida hasta ahora de otra manera y me la voy a seguir ganando independientemente de la suerte que he tenido con los libros.

  

Entonces eres afortunada...

A ver, yo he escrito tres novelas. Las tres novelas han tenido éxito y yo les doy las gracias a los lectores.

 

Has dicho en varias ocasiones que "La Hermandad de la Sábana Santa" y "La Sangre de los Inocentes" nacieron de noticias publicadas en los periódicos. Cuéntanos un poco eso.

Todas mis novelas son novelas de una periodista. "La Hermandad de la Sábana Santa" es una novela que la idea la encontré en las páginas de un periódico. Estaba leyendo, encontré una noticia que hablaba del fallecimiento de un microanalista forense, Walter McCrone. Un hombre que había puesto bajo su microscopio la sábana de Turín y aquello me inspiró a escribir "La Hermandad de la Sábana Santa".

"La Biblia de barro", mi segunda novela, sucedió algo bastante parecido. Es una novela que trata sobre la guerra de Irak y en realidad sobre todas las guerras. Es una novela que también nace en las páginas no sólo de los periódicos, sino de la actualidad.

Y con "La Sangre de los Inocentes" pasa otro tanto de lo mismo. Es decir, yo no me desprendo de mi condición de periodista en ninguna de mis novelas.

 

¿Tu profesión es tu fuente de inspiración?

No es que mi profesión sea mi fuente de inspiración, sino lo que sucede a mi alrededor o como a todo el mundo, lo que le inspira. La gente que hace novelas más intimistas supongo que son sus experiencias las que les llevan a hacer ese tipo de novelas. Y yo hago novelas que tienen que ver con las cosas que están sucediendo en el mundo

 

Leyendo "La Sangre de los Inocentes" da la sensación de que quieres dar un mensaje. Que algo quede en el lector. ¿Es un sistema de concienciación?

Yo lo que quiero es que los lectores se entretengan. Es decir, yo cuando compro una novela lo que quiero es que me cuenten una historia. Que esa historia me haga pensar, me haga soñar, me haga viajar, me haga reflexionar. Y eso es lo que yo también intento cuando escribo mis novelas. Que cada cual saque sus conclusiones.

En "La Sangre de los Inocentes" trato el problema del fanatismo. El fanatismo religioso que siempre va acompañado de intereses políticos y económicos. Lo que he querido es describirlo y desde luego también, invitar al lector a que reflexione sobre lo que significa el fanatismo y lo que ha significado no solamente en la época actual sino a lo largo de los siglos porque al final, los hombres nos repetimos y parece que nunca aprendemos

 

La primera parte de la novela habla de los Cátaros. Simón de Monfort dijo "Matadles a todos que Dios elegirá en el cielo a los suyos" ¿Tienen los Cátaros tan buena prensa porque fueron los perdedores?

Eso es lo que yo también he dicho en alguna entrevista. Que tienen buena prensa porque fueron los perdedores. La verdad es que yo he querido tratar el tema de los Cátaros desde un punto de vista histórico y sobre todo político. Era una manera de que se visualizara muy bien lo que yo quería decir sobre cómo el fanatismo religioso va acompañado siempre de intereses políticos y económicos.

¿Qué es lo que estaba en juego en aquel momento cuando Blanca de Castilla decide la Cruzada contra la herejía albigense? Pues lo que estaba en juego era la configuración de Francia. Lo que Blanca de Castilla, que gobernaba en nombre de su hijo el rey Luis, no podía seguir permitiendo era que los señores del Languedoc gozaran de esa independencia respecto al poder real y en definitiva lo que hace es utilizar a los Cátaros como excusa de la misma manera que los señores del Languedoc los utilizan como excusa para librar una batalla que es mucho más importante que la de la persecución de la herejía porque se trata nada menos que de la configuración de Francia tal y como la conocemos. Entonces yo he querido tratarlo desde ese punto de vista y huyendo de tantos libros que se han escrito desde un punto de vista esotérico sobre los Cátaros. El esoterismo no me interesa nada.

 

Cuando hablamos de fanatismo religioso, inevitablemente nos viene a la cabeza Al-Qaeda o "El Círculo" como lo llamas en tu novela

Y también la Inquisición. Quiero decir que cuando yo trato el fenómeno del fanatismo religioso trato el fenómeno de la Inquisición en aquel momento porque realmente la inquisición nace para combatir a los Cátaros. Y efectivamente, cuando hablamos de fanatismo religioso nos viene a la mente Al-Qaeda porque en estos momentos estamos sufriendo el azote de Al-Qaeda.

 

Actualmente, ¿hay otras sociedades religiosas viven el fanatismo a ese nivel?

Pues yo creo que no. Creo que en estos momentos no. La mayoría de países musulmanes son dictaduras, son países que están instalados en la edad media desde el punto de vista político. Les interesa mantener a sus ciudadanos, que no son ciudadanos sino súbditos, viviendo en la edad media y entonces lo que hacen es exacerbar esos sentimientos religiosos y de rechazo a todo lo que no son ellos. También son regímenes corruptos que no dan respuesta a los problemas de la gente y la gente, desesperada, busca en la religión una salida a sus frustraciones y a su miseria. Los países musulmanes necesitan su Revolución Francesa.

 

¿Los súbditos se aferran a la religión como salvación y los dirigentes como excusa para conseguir sus fines?

Como he dicho, ellos necesitan su Revolución Francesa. Necesitan llegar a la separación del estado y la religión. Hacer bueno aquella frase de "a Dios lo que es de Dios y al Cesar lo que es del Cesar". De todas maneras, yo lo que creo es que los ciudadanos nos debemos de oponer a que se produzca ese choque de civilizaciones que algunos quieren. Los hombres podemos sentir de forma diferente, rezar de forma diferente, ver la vida de forma diferente pero eso no significa que tengamos que enfrentarnos los unos a los otros ni matarnos. En mi opinión lo que debemos hacer los ciudadanos es rebelarnos ante los que quieren llevarnos a un inevitable choque de civilizaciones.

De la misma manera que muchos ciudadanos nos rebelamos contra la guerra de Irak, y aunque no logramos pararla con las manifestaciones, sí logramos que toda la gente, en todos los lugares del mundo que salió a manifestarse, empezando en Estados Unidos porque no olvidemos que hubo una oposición muy grande en los propios Estados Unidos, por lo menos lo que se ha logrado es que la administración Bush no haya tenido más remedio que poner comisiones de investigación en el senado y en el congreso y haya sentido la presión de la opinión pública. Yo creo que los gobernantes de todos los países tienen que sentir la presión de la opinión pública en contra de ese enfrentamiento.

 

Planteas también en la novela la indiferencia de Occidente ante ciertos conflictos.

Lo que planteo es que a fuerza de querer ser políticamente correctos no se abordan los problemas de la forma adecuada. Yo creo que hay que evitar el choque de civilizaciones pero también creo que hay que defender unos valores que son los de nuestra civilización. Creo que no se están entendiendo esos valores. La declaración de derechos humanos a mí me parece que debería ser la guía de todos los países y que la dignidad de las personas, la dignidad de las mujeres es que no haya ciudadanos de primera ni de segunda. Que las mujeres no sean ciudadanas de segunda y no sean seres invisibles me parece que es algo fundamental y no se puede mirar hacia otro lado.

  

¿Entonces crees que se puede evitar el enfrentamiento entre Oriente y Occidente?

Yo creo que se debe de evitar. Que debemos hacer todo lo posible por evitarlo pero al mismo tiempo digo que tenemos que defender nuestros valores y nuestro sistema de convivencia

 

Hablas en el libro de varios conflictos como el de Oriente Medio, Los Balcanes, y pasas un poco de puntillas por Euskadi. ¿No cabía hablar más en la novela sobre este tema?

No, porque yo quería dar distintas pinceladas sobre el fanatismo pero esta no era una novela sobre el País Vasco, era una novela que trata el problema del fanatismo de una forma mucho más global.

 

Tampoco es un fanatismo religioso, ¿no?

Bueno, tampoco el de los nazis era un fanatismo religioso y sin embargo la página más sangrienta de la humanidad la escribió el fanatismo de los nazis.

Pero yo quería tratar en general el fenómeno del fanatismo, no solamente el fanatismo religioso y ahí doy una pincelada, pero porque yo siempre quiero que mis novelas sean más universales. Tocar temas que nos afecten a todos y cuando digo a todos digo al mundo en general, no a un lugar determinado. Lo que está pasando en el País Vasco es muy local. Desgraciadamente nos afecta a nosotros pero es muy local. Quién es Al-Qaeda, lo sabe todo el mundo. El problema vasco es un problema distinto. No quería tratarlo. Quería dar una pincelada sobre el fanatismo pero de una forma mucho más global.

 

Uno de los protagonistas de tu novela es musulmán, español, vive en España, él y su familia y sin embargo pertenece al grupo integrista de "El Círculo". ¿Existe miedo en España a convivir con musulmanes?

Yo creo que no. Yo creo que la sociedad española es una sociedad bastante abierta y es una sociedad generosa que está recibiendo con los brazos abiertos a los inmigrantes. Yo no creo que exista miedo y la prueba fue la reacción de la gente el once de marzo. No ha habido ninguna reacción de xenofobia ni de julianavarro-portadasrechazo a los musulmanes que en estos momentos viven en España. Yo creo que no existe ningún tipo de rechazo ni de miedo.

Aparte, que yo creo que no se puede juzgar la parte por el todo. Que haya grupos de fanáticos musulmanes no significa que todos los musulmanes sean unos fanáticos. ¿Cómo se va a sentir rechazo por toda una comunidad simplemente porque algunos de los miembros de esa comunidad sean como son?. Ahí tenemos el problema vasco, ¿no? Que haya unos cuantos vascos que son de ETA no significa que todos los vascos apoyan y avalan y están dispuestos a hacer las barbaridades que hace ETA. Pues lo mismo en todos los órdenes de la vida.

 

La segunda parte de la novela, ambientada en la Segunda Guerra Mundial habla un poco sobre la obsesión de los nazis por todo lo esotérico. ¿Qué hay de cierto en esto?

Es verdad que tenían esa obsesión. Himmler, el lugarteniente de Hitler, estuvo en el sur de Francia buscando el Grial. Creían que era un objeto mágico que les iba a dar muchísimo más poder del que en ese momento tenían. Eran realmente unos enfermos.

 

¿Era simplemente una obsesión de unos cuantos fanáticos?

No una obsesión. Eran unos fanáticos que buscaban un objeto convencidos de que les iba a dar aún más poder del que tenían; algunos de ellos tenían la creencia de la existencia absolutamente esotéricas y enloquecidas.

 

Tres historias, en tres escenarios, tres épocas totalmente diferentes ¿Requieren mucho trabajo de documentación? ¿Conoces todos los lugares de tu novela o has tenido que recurrir a Internet?

Sí. Yo no soy una historiadora. Yo soy una escritora. Aún así, intento hacer un trabajo previo de documentación, de consulta para que la novela sea lo más rigurosa que yo pueda ser capaz de hacerla. Consulto amigos míos historiadores, les hago consultas, en fin, les doy bastante la lata.

Luego tengo una enorme suerte y es que al ser periodista he viajado por todo el mundo. La mayoría de los lugares los conozco o bien porque a lo largo de mi vida profesional he tenido que ir, o bien porque mi gran pasión, además de leer es viajar, normalmente he viajado o por motivos profesionales o por vacaciones a todos los lugares de lo que hablo en el libro, no solamente en esta novela sino en todas mis novelas.

Además, a mí no me gusta Internet.

 

Yo sí he recurrido a Internet porque haces mención en la novela a algo que me llamó la atención como mujer, que son las madrazas de mujeres en países islámicos. Apenas he encontrado un par de referencias en Islamabad pero poco más.

Sí. Existen, sobre todo en Irán. Incluso hay algunas en las que son ellas las que dan clases.

 

En las tres historias que componen "La Sangre de los Inocentes", las heroínas son las mujeres...

Pues es verdad (risas). En todas mis novelas las mujeres tienen un papel muy importante, muy destacado. En la primera historia es doña María, en la segunda historia quizá Inge, esa chica alemana, pero bueno, realmente el protagonista de la segunda historia es el profesor, y luego en la tercera parte sí son varias mujeres las protagonistas. Para mí, mi favorita, por la que yo siento más ternura es por Laila.

 

Hablando de otra cosa. Después de tantos años como periodista política, ¿no escribirías una novela inspirada en la política española?

No. No me seduce nada (risas). No tengo ninguna gana de escribir nada sobre todo de la política actual. No me seduce.

 

"La Hermandad de la Sábana Santa" va ser llevada al cine. Cuéntanos como va ese proyecto.

Sí. La productora Filmax ha comprado los derechos y ya han terminado de trabajar en el guión y te digo la lo que me dijeron la última vez que hablé con ellos, que me llamaron para informarme, me dijeron que la idea que tienen es empezar a rodar en el 2008.

 

Para terminar, la pregunta es obligada. ¿Estás preparando una cuarta novela?

Estoy pensando en la cuarta novela. Yo, antes de sentarme a escribir, pienso las cosas, pienso las novelas, las construyo mentalmente y cuando ya las tengo en la cabeza, cuando ya sé cómo empiezan, cómo terminan, cuando tengo definidos los personajes, las épocas, empiezo a buscar documentación, a leer, etc. Cuando ya tengo todo eso es cuando ya me siento a escribir.

La verdad es que ya tengo la idea de la cuarta novela, la tengo en la cabeza pero ahora mismo lo que voy a hacer es tomarme unas vacaciones. Esta tercera novela la entregué a finales del mes de noviembre, ha salido a finales de febrero con lo cual hace cuatro días, como quien dice, que la he terminado y necesito un poco de tiempo de descanso mental y de normalidad.

Este año no quiero escribir. Después del verano empezaré a trabajar en la documentación, pero ponerme a escribir no me pondré hasta el 2008. Aparte que levantarse a las cuatro de la mañana todos los días tiene un coste. Prefiero descansar porque la rutina de levantarse a las cuatro cada día es bastante dura.

 

Pues muchas gracias por atendernos, Julia y nos vemos en tu cuarta novela.

Muchas gracias a vosotros. Un abrazo.

  

ver + Julia Navarro

 

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