Anika entre libros

Entrevista a Josep Asensi por "Layos: Historia de un mito griego"

"Layos se apasiona tanto por Crísipos que llega a raptarlo, y eso no es aceptable para la mentalidad griega. Al menos entre mortales, porque a Zeus se le puede tolerar su pasión por Ganímedes, o a Apolo por Jacinto"

Firma:  Ariodante Handeliana / Fotos: autor / Foto cabecera y foto autor con entrevistadora: Anika Lillo / Junio 2009

 

Josep Asensi (Benetússer, 1967). Licenciado en Medicina en Valencia en 1991, se formó como cirujano en el Hospital General Universitario de Valencia. Siempre ha ejercido en la Sanidad Pública, hasta que una lesión de la mano derecha lo alejó de los quirófanos. Con un "cese por incapacidad permanente", se refugió en sus otras dos grandes pasiones: la Historia y la narrativa, a las que no había podido dedicar tanto tiempo como le hubiera gustado.

Entusiasmado con la mitología y con Homero, descubrió la Edad del Bronce. Viéndose con tiempo libre, se decidió por la escritura, afición que yacía dormida en su interior. El resultado fue "Layos, historia de un mito griego", una novela ambientada en la ciudad de Tebas en el siglo XIV a.c., en la época que se ha dado en llamar "civilización micénica". Curiosamente, en estos tiempos cibernéticos, escribe a mano.

Actualmente ha vuelto al ejercicio de la Medicina en el servicio de Radiodiagnóstico en el Consorcio Hospital General Universitario de Valencia. Trata de hacer compatible la escritura con la práctica de la medicina. Disfruta de la buena comida y le encanta la cerveza, aunque detesta el fútbol.

 

 

ENTREVISTA

 

Te lo habrán preguntado muchas veces, pero ¿cómo es que un cirujano se ha interesado por el mundo griego antiguo?

En realidad, el mundo griego me interesa desde la infancia, mucho antes de que ejerciera mi profesión. Aunque, como curiosidad, te diré que La Ilíada se lee con otros ojos cuando te cuentan que algunos de sus fragmentos fueron escritos por un cirujano militar.

 

¿Desde cuándo te interesa la historia y qué épocas te interesan Josepasensi2más?

La Historia me ha interesado desde muy pequeño. La "culpa" es compartida entre el cine, los tebeos que adaptaban novelas de Walter Scott, la lectura de "Sinuhé el Egipcio", los juegos de soldaditos y mi pasión por los mapas. Por supuesto, la "historia" que me apasionaba entonces no es la misma que me atrae hoy, pero todo es Historia.

Las épocas más interesantes… Bueno, cambian con el tiempo (curiosa paradoja), pero siento preferencia por la Edad del Bronce, el Imperio Romano, el medievo en la Corona de Aragón, la II República y la Guerra Civil Española.

 

Esta es una primera novela ¿cuánto tiempo te llevó decidirte a escribirla y cuánto a escribirla?

Decidí escribirla en julio de 1995, pero no me puse manos a la obra hasta el 2000. Luego me costó sólo ocho años terminarla. Entre la necesidad de recabar documentación, el trabajo público a 140 kilómetros de mi casa, mi familia en crecimiento… En fin, que tenía poco tiempo para escribir.

 

¿Por qué elegiste precisamente el mito de Layos?

Porque el llamado "Ciclo Tebano" es uno de los más extensos y bellos dentro de la mitología. Dentro de él, Layos es una figura de la que se ha escrito muy poco: es el eterno secundario, nunca el protagonista. Por una parte, quería devolverle su dignidad a un personaje marginado injustamente y, por otra, la ausencia de grandes tragedias me permitía trabajar sobre un personaje que no estuviera ya literariamente agotado.

No se puede competir con Sófocles, por ejemplo. Si quería escribir sobre la Edad del Bronce en Grecia, elegir a Edipo como protagonista hubiera sido una mala idea.

 

Josepasensi1¿Cómo te documentaste, habiendo tan poco sobre el tema?

El verdadero problema no es que haya poco, sino que es muy contradictorio, pero al final acabas encontrando material suficiente. Hay algunos libros clásicos, como "Grecia en la Edad del Bronce" de Emilly Vermeulle o "El mundo micénico" de Chadwick, que son la base sobre la que empezar el estudio, al ser a la vez completos y sencillos; no obstante, están limitados por su temprana edición, faltando algunos datos de descubrimiento más reciente. Hay libros recientes, sobre todo españoles, que incluyen las últimas novedades; "Los orígenes del pueblo griego", de Luis García Iglesias, es un buen ejemplo, aunque no el único.

También podemos recurrir a la historia de pueblos contemporáneos a los griegos, como con "El reino de los Hititas", de Trevor Bryce, o "Troya y Homero" de Joachim Latacz; éste último es, además, un buen tratado de lingüística. La lista podría hacerse muy larga, y yo muy pesado. Estos libros tienen dos misiones: un panorama general sobre la época en sociedades mejor conocidas, y una visión de los griegos desde el punto de vista "del otro".

Las revistas de Historia también son una ayuda muy valiosa, pero es difícil buscar datos concretos una vez ha pasado el tiempo, por lo que obligan a estar tomando notas o bien a fotocopiar y archivar por separado los artículos de interés: desde los estudios de hidrodinámica de una galera hasta la noticia del hallazgo de un pecio. Con el tiempo puedes llenar varios archivadores.

La mitología es de gran ayuda, y sobre ello hay mucha más información. Es curioso lo mucho que los mitos pueden enseñarnos sobre un pueblo.

Homero es imprescindible. El "catálogo de las naves" contiene más información geográfica y toponímica que muchos tratados modernos. Para el medio físico, Pausanias es de gran ayuda.

Luego hay que volar un poco de flor en flor para estudiar temas concretos, como los diferentes estratos sociales y sus relaciones ("Historia Social de Grecia", de Fritz Gschnitzer), la gastronomía ("El arte de comer en la Antigua Grecia", de Mª José García Soler, o "La cocina más antigua del mundo", de Jean Bottéro), y así un largo etcétera.

Al final acabas con varias estanterías llenas, aunque hace falta muchos años para recopilar todo el material.

 

¿Cuál era tu principal propósito con esta novela? ¿desarrollar una teoría histórica? ¿entretener? ¿simplemente, escribir?

¡Qué pregunta tan difícil! Un poco de todo, en realidad. Quería leer la historia oculta tras los mitos, recrear una época que me apasiona y que pocos conocen, reivindicar a un personaje maltratado, crear una historia de amor… También quería dar rienda suelta a mi gran pasión, que es escribir.

Y, por supuesto, quiero vender varios cientos de miles de libros, hacerme famoso y ganar el Nobel, pero quizás esté un poco fuera de mi alcance.

 

Cuando comentaste con tus íntimos (familiares y amigos) el tema de la novela ¿Qué sugerencias o comentarios recibiste?

Cada uno es cada quién, y por tanto recibí indicaciones en todas las direcciones imaginables: pon más descripciones, pon menos descripciones, sobran personajes, faltan personajes, le falta sexo, le sobra sexo, deberías incluir algo de medicina, ni se te ocurra hablar de medicina… Pero a menudo recibía consejos que me convencían, y cada borrador incluía cambios influidos por esos comentarios.

 

El tema de la homosexualidad, que es parte central del libro, se sale de la idea que llevamos acerca de cómo los griegos la entendían, ¿Por qué crees que realmente la relación entre Crísipos y Layos se sale de las relaciones normales entre hombres en la Grecia arcaica?

Tenemos muy idealizada la homosexualidad griega. Platón o Alcibíades no son una muestra representativa del grueso de la sociedad. En general, la homosexualidad griega sólo se entendía con muchachitos que todavía no exhibían caracteres masculinos, o como una relación de dominación entre un amo y su siervo. Una relación entre adultos libres era censurable.

Además, una relación "correcta" no debía dejarse llevar por un apasionamiento excesivo: la obsesión por un objetivo sexual era "hybris", un término griego muy amplio para toda una panoplia de actitudes reprobables. Layos se apasiona tanto por Crísipos que llega a raptarlo, y eso no es aceptable para la mentalidad griega. Al menos Ariodante -asensientre mortales, porque a Zeus se le puede tolerar su pasión por Ganímedes, o a Apolo por Jacinto.

 

Josep Asensi con su entrevistadora 

 

La escena de la caza del jabalí es muy impactante ¿cómo lo conseguiste? ¿has cazado alguna vez?

Me gustaría decir que lo conseguí porque soy muy bueno escribiendo, pero en realidad supongo que fue suerte. A veces escribes mejor que otras, y esa escena me salió bien. También es cierto que se trataba de una escena que me interesaba mucho, al tratarse de un rito de paso a la edad adulta común a muchas culturas. El tránsito a la madurez de Layos debía recibir un trato especial. Recabé muchísima información: revistas cinegéticas, documentales de caza, libros sobre las costumbres y la vida de estos animales…

La realidad es que no he cazado en mi vida, aunque la caza, bien entendida, es muy interesante desde un punto de vista antropológico. No me parece bien matar centenares de piezas que no te vas a comer, sólo por batir una marca o exhibir los trofeos, pero ésa no es la única modalidad de caza ni la más extendida, y los seres humanos somos cazadores por naturaleza. Además, me encanta comer las piezas que han cobrado los demás, así es que sería un poco hipócrita por mi parte censurar esa actividad.

 

Grosso modo, ¿qué partes de la novela son históricamente comprobadas, cuáles son mitológicas y cuáles ficción?

La ambientación, la arquitectura, el mobiliario, la estructura de una galera, ese tipo de cosas, son históricas. Muchos personajes (Layos, Crísipos, Menoikes, Damasístratos, etc) son mitológicos, aunque posiblemente existieron realmente, pero otros son ficticios (como Periandros o Eudoros).

La relación entre los personajes, aunque basada en modos de conducta propios de la época y en lo que la leyenda nos ha contado sobre ellos, tiene mucho de ficción, como en cualquier novela. Algunas partes de la novela son reconstrucciones plausibles de lo que pudo haber sucedido, pero que no pueden demostrarse, como la interpretación del mito de los Spartoi, la historia de los pueblos prehelénicos o el trayecto de la fuga de Layos.

Algunas cosas sorprendentes, como la existencia de un acueducto subterráneo en Tebas o la red de ingeniería hidráulica del lago Copais, son rigurosamente ciertas.

 

¿Cómo se te ocurrió convertir a la Esfinge en una bandolera?

Iluminación, tal vez. La idea se me ocurrió de pronto, hace muchísimos años, pero cuantas más vueltas le daba más congruente me parecía. Un monstruo con cabeza de mujer y cuerpo de leona, hermana de un león monstruoso, que asalta a los viajeros en un camino y se refugia en un monte… La metáfora parecía perfecta. Después hallé un pasaje de Pausanias en el que se daba una explicación muy similar a la mía, solo que casi dos mil años más antigua.

 

Los dioses están ausentes, o al menos, no presentes, en la novela. ¿Por qué?

No están ausentes. Los personajes les rezan, les consultan, los escuchan, cumplen con sus preceptos, les ofrecen sacrificios, juran en su nombre… No hay una sola página donde los dioses no hagan su aparición o modulen los actos de los personajes. ¿Queríais que aparecieran físicamente, como en La Ilíada? ¿Haríais aparecer físicamente a San Jorge, Santiago o la Virgen de Covadonga en la descripción de una batalla medieval? Los griegos creían en sus dioses, y es así, como creencias, como aparecen en la novela; podría haber escrito un relato más religioso, más mistérico, pero elegí la forma de una novela histórica, y formalmente no podía excederme presentando dioses como seres reales.

 

¿Historizas un mito, si pudiéramos decirlo así, haciendo desaparecer las explicaciones no racionales?

Durante la mayor parte de la novela, sí. Partimos de la base de que los mitos no son sólo cuentos para niños, sino que esconden una verdad histórica embellecida por siglos de tradición oral. Por tanto, en su origen, tendrían una forma menos "mítica", por decirlo de algún modo. Ellos construyeron las murallas de sus ciudadelas con sus propias manos, así es que no podían creer que habían sido construidas por cíclopes; criaban sus caballos, así es que sabían que no habían emergido del mar como un regalo de Poseidón. Si dentro de dos mil años no existe nuestra civilización, puede que alguien cuente que nuestras autopistas fueron obra de algún dios, pero nosotros sabemos que no es así.

De todos modos, he tenido algún acceso de debilidad y, por puro romanticismo, he hecho alguna concesión a la fantasía. Seguro que sabes a qué me refiero.

 

El Edipo que nos narras no es el de Freud ¿Por qué?

Deberíamos hacer esa pregunta al revés. Lo que habría que preguntarse es por qué Freud eligió el nombre de "complejo de Edipo" cuando el personaje no presenta ninguna de las características de ese complejo, ni en la tradición épica ni en la trágica. Freud eligió mal el nombre: si hay alguien que no tiene "complejo de Edipo" ése es precisamente Edipo.

 

Los autores noveles, y además provenientes de un medio que no es el literario tienen bastantes problemas para sacar a la luz su obra ¿Cómo llegaste a publicar?

¡Yo aún me lo estoy preguntando! La verdad es que he tenido la suerte de conocer a las personas adecuadas en el momento adecuado, sobre todo Antonio Penadés, un escritor tan brillante como generoso, y mi editor, Javier Baonza, un verdadero ilustrado. Sin ellos, esta novela hubiera seguido el mismo trayecto que la anterior: de la impresora al cajón.

 

Josep, te deseamos una feliz andadura con tu novela y esperamos las próximas.

 

Josepasensi -opiniones

 

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