Anika entre libros

Entrevista a José Luis Galar por "Angelitos negros"

"Hay una gran hipocresía individual y social y lo peor es que mucha gente no se da cuenta de que en su día a día viven aplicando el concepto de que el fin justifica los medios"

Firma y fotos: Saray Schaetzler / Marzo 2012

 

De forma novelada, José Luis Galar nos propone en "Angelitos negros" una receta de espionaje, intriga y mercenarios, los ingredientes indispensables para derrocar a un gobierno.

Como casi todos esos autores que compaginan su trabajo habitual con la escritura, y aprovechando un viaje de trabajo que realiza a Barcelona, nos encontramos con José Luis Galar, autor de la novela de intriga Angelitos Negros, que sigue atrapando a los lectores del género, y que últimamente ha presentado en una conferencia el Instituto Cervantes de Milán, bajo el título: "Génesis de una novela: el caso de Angelitos Negros". Mantenemos esta entrevista instantes antes de su viaje de vuelta a tierras aragonesas.

Todos los días veo cómo gente a la que le repugna el concepto de que el fin justifica los medios, solo reniega de él en el plano teórico, porque su comportamiento manifiesta lo contrario

En el transcurso de la entrevista me recuerda el autor que no podemos asegurar que alguno de los presentes de esa bulliciosa cafetería no sea un espía: ¿Por qué no podrían serlo? ¿O tú? ¿O yo?, y deja la respuesta en el aire… Es obvio que entiende de juegos de intriga.

 

ENTREVISTA

 

José Luis, ¿es el género negro tu temática preferida a la hora de escribir?

Sí, casi siempre. Este es mi sexto libro editado, pero hay alguna novela corta o relato largo entre los seis libros publicados que se sale un poco angelitosnegrosde la línea, como es La Isla de los Pelícanos, un poco más realismo mágico. El argumento gira en torno a una isla a la que destinan a una serie de personajes, que originan una historia muy divertida y muy tierna; van con paraguas de colores según sea su estado de ánimo.

 

Así que habías tocado el tema del realismo mágico con anterioridad… Menudo cambio de registro.

Bueno, a mí no me gusta encasillarme en ningún género. El hecho de que hasta ahora haya navegado en las aguas del espionaje y la novela negra no significa que en el futuro tenga que ser así.

De hecho estoy experimentando nuevos terrenos. Generalmente cuando empiezas a escribir sueles hacerlo sobre asuntos que te han impresionado, que has admirado como lector. Creo que eso influye y puede que sea a causa de eso por lo que te decantas por un género u otro. Y aquí quisiera recordar la idea que alguna vez he leído en Borges sobre que él no era lo que escribía sino lo que leía.

Yo, por ejemplo, me despierto en mi adolescencia al mundo de la literatura como lector con al novela de guerra; el hambre lector se lo debo a Los perros de la guerra, de Frederick Forsyth.

 

Me choca la frustración que sufre el personaje que da vida a la figura del Presidente del Gobierno en Angelitos negros. ¿Actúan de este modo los gobiernos actuales, arruinando las vidas de muchos para salvar a unos pocos?

No puedo saberlo porque no me hallo en los círculos de poder que toman decisiones a ese nivel, y no hay que olvidar que Angelitos negros es una novela de ficción de principio a fin. Sin embargo, creo que no es necesario haber sido presidente de ningún gobierno para suponer que quien ocupa ese puesto se verá obligado a tomar decisiones que no hubiera tomado como un particular. Y que eso supondrá un coste ético en la consideración por sí mismo teniendo que acudir, tal vez, a justificaciones que sean capaces de calmar su cargo de conciencia como individuo.

No hay que olvidar que alguien que ocupa cargos de ese tipo es joseluisgalar3responsable del bienestar o malestar de muchos millones de vidas y eso no debe de ser fácil de gestionar a nivel psicológico.

 

Me atrevo a decir que la ficción de los sucesos que plasmas tu obra no superan la realidad a la que nos enfrentamos o no están alejadas de lo que sucede cada día en el mercadillo de la doble moral mundial…

La doble moral es algo que existe desde que el individuo se convierte en ser social y descubre que determinados comportamientos que le complace practicar en la intimidad ofenden a la colectividad y por lo tanto se encuentra ante la tesitura de que ni quiere dejar de practicar los comportamientos que le satisfacen y le producen beneficios, ni quiere ser excluido por ello de los círculos sociales, y por lo tanto lo resuelve ocultando a su sociedad los comportamientos que ésta considera reprobables. De esta forma ha resuelto su conflicto. Ahí es cuando entra la ética personal: unos pueden vivir sin ningún problema con esa doble moral y a otros les cuesta grandes problemas de conciencia. Y cuando planteamos esto no se trata solo de comportamientos individuales y privados, sino comportamientos de Estados con respecto a otras comunidades de Estados.

Asistimos a diario a noticias que desvelan que las realidades, los hechos, no tienen que ver con las prédicas y los fundamentos que se habían plasmado en tratados de organizaciones mundiales de "hacer un mundo mejor", por ejemplo.

 

Cuando pienso en Angelitos negros resuena en mi cabeza la idea de que el fin justifica los medios. ¿Cómo incurre José Luis Galar en la mente de un personaje que está convencido de ello?

Pues porque todos los días veo cómo gente a la que le repugna el concepto de que el fin justifica los medios, solo reniega de él en el plano teórico, porque su comportamiento manifiesta lo contrario. Se trata de la joseluisgalar1gente que piensa -o quiere pensar- que el concepto es una cuestión de volumen, de tamaño, de magnitud en suma, por lo tanto creen que la obtención de petróleo no justifica una acción como la que se plantea en la novela Angelitos negros porque va en contra de toda ética, y sin embargo empadronan a un hijo en casa de los abuelos para que vaya a un colegio determinado y no a otro; o usan una pequeña información privilegiada para obtener rendimientos en su carrera laboral o defraudan a hacienda no pagando el IVA de una factura.

Creo que en esto hay una gran hipocresía individual y social y lo peor es que mucha gente no se da cuenta de que en su día a día viven aplicando el concepto de que el fin justifica los medios.

 

Hay una figura que se me antoja sibilina, sin escrúpulos -quizá el único personaje que es consciente de lo que quiere y lo lleva a cabo, sin cuestionar si es ético o no- : el ex oficial del Special Air Service británico, que actúa a través de empresas ficticias, subcontratas de mercenarios. ¿Podemos hablar en este caso de un oficinista de nueve a cinco licenciado en golpes de estado?

Este hombre es un "jubilado" que decide crear una compañía de seguridad y poner sus conocimientos al servicio de quien quiera contratarlo. Y evidentemente, las personas que nos movemos por la calle no solemos necesitar contratar "equipos de seguridad" de élite -mercenarios- para ninguna de nuestras actividades, pero hay compañías que sí necesitan de esos servicios y a partir de ahí aparece como en cualquier actividad la ley de la oferta y la demanda. Puede que alguien tenga que explotar una mina y necesite agentes de élite que custodien su trabajo para no ser asaltados, saqueados, asesinados por bandas de delincuentes… o pesqueros que faenan por aguas peligrosas y necesitan protección frente a la piratería…

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Aunque suene a chiste, estas empresas de mercenarios son una nueva versión de subcontratas a tiempo parcial, mano de obra barata en cuestiones de negocios internacionales, especializadas en derrocar gobiernos. ¿De dónde surgió la idea?

En efecto, esto lo hemos visto en películas, libros -Los perros de la guerra de Forsyth- y también en la realidad como se han dado golpes de estado en países sobre todo del África Negra con un puñado de mercenarios bien armados. Esto también es un servicio que se compra y se vende y por lo tanto es una actividad mercantil.

 

Insistes en varias ocasiones sobre el lavado de cerebro. ¿Crees que son los servicios de inteligencia conscientes del poder que ejercen sobre las personas que se dedican en cuerpo y alma a defender a su país, o el mismo poder les impide plantearse esta misma pregunta?

El lavado de cerebro siempre ha ido en cascada o forma piramidal: los de los peldaños de arriban lavan del cerebro a los de abajo, y estos a su vez a los de más abajo. El lavado de cerebro es mucho más eficaz siempre en épocas de formación, bien de formación de personalidad en los niños o de formación profesional en los adultos tanto en los centros de estudio como en las empresas o instituciones, cuando todavía no se tiene la profesión ni sus enfoques aprendidos, cuando aún te pueden orientar dentro una misma profesión "hacia una escuela u otra".

A la pregunta de si la persona se da cuenta de que le que están lavando el cerebro… pues creo que hay de todo, unos se dan cuenta perfectamente y luchan contra ello con mayor o menor éxito, teniendo en cuenta que tienen en contra toda la potencia industrial de las lavadoras; otros se dan cuenta y no luchan porque se dan voluntariamente por vencidos y ven más fácil y beneficioso dejarse lavar sin demasiadas complicaciones; y otros, en efecto, no se enteran de nada… quizá sean más felices, no sé.

 

Futuros proyectos literarios, José Luis…

Ya sabes que los escribidores -uso esta palabra con permiso de don Mario Vargas Llosa- siempre andamos con futuros proyectos, unos llegan otro no. En estos momentos tengo en el cajón, terminados, dos libros, pero como prácticamente acaba de salir Angelitos negros y funciona bastante bien, prefiero dejarlos un tiempo ahí, madurando. No me veo sacando novelas cada pocos meses o una al año.

Además ahora estoy ensayando otros tipos de escritura, por ejemplo, la entrevista que realicé a Jesús Quintero durante una jornada de rodaje de su programa El loco soy yo. Una experiencia muy interesante. Estoy joseluisgalar4intentando viajar hacia la poca producción, pero de calidad y sobre todo de cosas que me interesen de verdad lo que me aleja últimamente un poco de la novela… pero volveré, volveré, supongo. Sí que tengo claro que no voy a publicar por publicar, creo que con eso no se consigue nada, si lo piensas ni siquiera royalties, tal como está el mercado del libro…

 

Saray Schaetzler y José Luis Galar

 

En este preciso instante, el autor es requerido por sus compañeros de viaje; el tren no espera. Tras disparar unas fotos que acompañen a entrevista y sin apenas darme cuenta José Luis Galar desaparece de mi vista perseguido por su maleta de ruedas.

Me quedo pensativa haciendo cuentas imaginarias sobre la cantidad de espías que ya en la realidad o en la ficción han pasado por los recibidores de tantos otros hoteles. Las historias en torno a los espías y el secretismo que se mueve alrededor de ese particular mundo, historias reales o no, siguen suscitando cada vez nuestra curiosidad.

Mi agradecimiento a José Luis Galar y la editorial Booket.

 

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