Anika entre libros

Entrevista a José Guadalajara por "Testamentum" y "Signum"

"Dos testamentos, pero dos enfoques completamente diferentes en cada novela. En Signum el testamento de Enrique III, o más bien el arca en donde está guardado, es producto de una profanación; en Testamentvm es objeto de una búsqueda, pues se trata de un documento clave para la sucesión al trono de Castilla"

Firma: Francisco Javier Illán Vivas / Fotos: autor / Marzo 2008

 

José Guadalajara, Madrid, su vida ha transcurrido en medio de una constante dedicación a la literatura, la investigación histórica y la enseñanza. Es doctor de Filología Hispánica con una tesis sobre el mito del Anticristo en la sociedad medieval.

Entre sus libros de investigación se encuentran Las profecías del Anticristo en la Edad Media, pionero en la península ibérica en este campo de estudio, El Anticristo en la España medieval y las novelas históricas Testamentvm y Signum.

 

 

ENTREVISTA

 

Éste es el segundo libro que leo de usted y he de reconocerle que me sorprende su capacidad para moverse entre la ficción y la historia, respetando ésta.

Creo que en la base de esto subyace mi formación académica como filólogo. El tiempo que, previo a mi incursión en el género de la novela histórica, le he dedicado durante muchos años a la investigación me ha marcado como escritor para procurar no desdeñar el dato, buscar siempre la fidelidad y el detalle. No obstante, junto a esta precisión histórica, he dejado que las alas de la creatividad vuelen en mis novelas hacia espacios verosímiles en donde la trama y los personajes establezcan sus propios reductos imaginarios.

 

Para aquellos que deseen adentrarse en su primera novela, Signum, sería conveniente ponerles un poco en antecedentes de la figura del Anticristo y su significado en la España medieval.

En la España medieval y en casi toda la Europa del medievo. El Anticristo, el fin del mundo, el milenio e ideas afines fueron una constante en forma de tratados, poemas, profecías, obras dramáticas, sermones, etc. a lo largo de todo este periodo. Este personaje, como contrafigura de Cristo, es un mito que hunde sus raíces en la antiquísima confrontación cósmica entre el bien y el mal, base de la mayor parte de las mitologías y religiones. Rescatado por el cristianismo, representó la esencia del mal en el fin de los tiempos, ya que su aparición debía producirse tres años y joseguadalajara1medio antes de que todo concluyera.

En Signum he pretendido reflejar parte de estas creencias y de este ambiente a través de un personaje que se ve inmerso en el enmarañado mundo de la profecía apocalíptica.

 

Ya en el prólogo de Signum observé una profecía que me puso en duda si se refería a la Edad Media o al siglo XXI, a este siglo que nos está tocando vivir. Me refiero en concreto a estas palabras: "La corrupción del mundo así nos lo muestra y enseña: cada día se extienden más los escándalos; las enfermedades y plagas nos persiguen y torturan; los desórdenes de la naturaleza nos sorprenden; crece la impiedad y desvergüenza entre la clerecía; y el hombre se hace más cruel..."

El paralelismo no puede ser más evidente y es porque cada época histórica ha tenido sus "apocalipsis". Otra cuestión diferente es que seamos más o menos crédulos sobre la posibilidad de que realidades como la reseñada -convertidas luego en profecías- se verifiquen.

Lo curioso es que yo mismo me he visto sorprendido muchas veces por la coincidencia de esos viejos textos proféticos y su aplicación al estado actual del mundo. ¿O tal vez no es curioso, por ejemplo, que uno de los signos del fin del mundo sea "el ascenso hasta cuarenta codos de altura de las aguas del mar"? Un signo que me lleva a pensar, sin duda, en el deshielo de los polos a causa del cambio climático.

 

Usted es un estudioso de la Edad Media, ¿tan actuales son las predicciones o vaticinios de quienes vivieron los oscuros años de ese periodo?

Aquellos hombres, en general, sintieron vivas y llenas de actualidad las profecías apocalípticas, sobre todo en épocas de crisis, que es cuando más se recurre a lo sobrenatural para buscar una salida al estado de postración. En la Edad Media se creía que todos los males venían a causa de los pecados de los seres humanos, de ahí que, ya al borde mismo del precipicio de la decadencia, se creyera que en cualquier momento pudiera aparecer el Anticristo.

 

Supongo que una novela como Signum debe requerir del autor un importante trabajo de documentación, anterior a escribirla.

En Signum he vertido muchos años de investigación previa, todos esos años en los que me dediqué a escribir mi tesis doctoral sobre la Literatura del Anticristo en la Edad Media, publicada más tarde en forma de libro. Pero también, en el momento de escribir la novela, tuve que adentrarme en la lectura y estudio de las crónicas de la época (me refiero al periodo del reinado de Juan II de Castilla), una labor ardua y lenta, pero imprescindible. A eso se añade la documentación sobre la manera de vestir, la vida cotidiana, la toponimia y el trazado y nombres de entonces de las calles, ya que Signum se desarrolla preferentemente en la ciudad de Toledo. En fin, mucho tiempo y mucha desazón, a veces.

 

¿Por qué tantos fragmentos en latín sin traducir? Los he leído, son muy sonoros, pero ¿no teme que eso aleje al posible lector?

No son tantos los fragmentos en latín, pero los que aparecen son casi transparentes o su significado se deduce del contexto. De todos modos, reconozco a posteriori que debía haberlos traducido. ¡Pero que por eso no se me asuste nadie, porque el latín no va a hacerles perder ni un ápice de la trama de la novela!

 

Aparte de los protagonistas de la narración, como son Juan Unay, Leonor, Álvaro de Luna, el rey Juan II, aparece otra figura histórica que, a causa de mi reciente lectura de otro libro sobre él, creo que debió ser un personaje extraordinario. Me refiero a San Vicente Ferrer.

Fray Vicente Ferrer -lo de "San" prefiero obviarlo- aparece en Signum predicando en Toledo en julio de 1411 la llegada del Anticristo. El fraile dominico estaba convencido de que la "bestia" ya había cumplido ocho años y que muy pronto se iba a manifestar. Visto a distancia, nos hace sonreír y hasta carcajear, pero entonces el miedo que infundían estas prédicas no suscitaba precisamente bromas.

Yo lo hago aparecer en mi novela con todo su cortejo de flagelantes y frailes exorcistas, respetando su función histórica y convirtiéndolo en un elemento más de la narración. Ver cómo toma vida en Signum y verlo de frente gracias a la ficción es una experiencia muy recomendable.

 

Además de la parte novelada de la historia, el lector de Signum también descubrirá muchos aspectos de la vida cotidiana de España joseguadalajara-portadasen el siglo XV.

Sí, sin duda. He procurado reflejar esa vida en todos sus detalles, porque el escritor de novela histórica ha de abrir una rendija en el Tiempo para que sus lectores puedan mirar a través de ella para descubrir, tocar, oler y sentir aquel mundo que solo vive ahora en los estudios eruditos y en las crónicas o reflejado de modo estático en las manifestaciones artísticas que de aquella época han llegado hasta nosotros. Incluso, con las debidas aproximaciones a nuestro tiempo para no entorpecer al lector, he intentado reflejar algunas formas del habla medieval.

 

José Guadalajara no es un autor temeroso, sino valiente. Incluso le he visto tomarse ciertas licencias narrativas que hacen más amena la novela sin romper sus vinculaciones históricas.

Soy investigador y soy novelista, pero soy consciente de que un escritor de ficción ha de valerse de la imaginación, por lo que, siempre dentro de lo verosímil, uno puede "fabular" situaciones posibles o incluso arriesgar en algunos momentos para hacer más entretenida y trepidante su novela. Esto es lo que he hecho en Signum y en Testamentvm. Y esto es lo que también hago en mi próxima novela.

 

Y debajo de la trama, una bella historia de amor con un final trágico, aunque el protagonista tarde en descubrirlo.

Una historia de amor cuajada de sensibilidad, de emotividad, de riesgo, de amor pleno y deseo pleno, una historia que, cuando la escribía, yo mismo la estaba sintiendo con toda su intensidad en mi imaginación. Una historia de amor que a los soñadores como yo se les queda grabada siempre en la memoria y en los sentimientos.

 

¿Qué hay de real en ese mensaje cifrado junto al testamento del rey Enrique?

Pido perdón a Enrique III de Castilla por haberme atrevido a inmiscuirme en su vida.

 

Otro aspecto que me ha sorprendido es que existiesen treguas entre musulmanes y cristianos. Recuerdo que, cuando realicé la enseñanza oficial, jamás se me habló de otra cosa que no fuese la ferocidad de los combates de cristianos contra musulmanes, hasta expulsarlos de la península.

Las treguas eran algo habitual, más que la guerra incluso. La Historia entre moros y cristianos en la España medieval está llena de ellas, pues eran una forma de paz transitoria que se aseguraba mediante el pago de parias. Esto no debe extrañar, como tampoco ha de hacerlo que, en muchas ocasiones, los propios cristianos se aliaran con los musulmanes para atacar a otros cristianos. Ahí está el caso del Cid, por ejemplo, quien, tras ser desterrado por el rey Alfonso VI, se convirtió en el alférez del ejército del rey moro de Zaragoza.

En Signum rememoro en muchas ocasiones estas treguas entre Juan II y el rey de Granada.

 

Su segunda novela fue Testamentvm, centrada en el testamento del padre de Isabel la Católica. Signum trata sobre el testamento de su abuelo. ¿Por qué esos dos momentos, esos dos testamentos?

Dos testamentos, pero dos enfoques completamente diferentes en cada novela. En Signum el testamento de Enrique III, o más bien el arca en donde está guardado, es producto de una profanación; en Testamentvm es objeto de una búsqueda, pues se trata de un documento clave para la sucesión al trono de Castilla. Ambos me han brindado la posibilidad de adentrarme en una intriga de tipo detectivesco y rodear de claves, signos y misterios cada una de mis dos novelas, sin olvidar nunca el contenido trascendente y las ideas, pues no deseo escribir obras exclusivamente de trama.

 

Misterio, sexo, religión y nobleza. Los cuatro elementos que, según se dice, toda narración debe tener para triunfar. ¿Qué opina de ello José Guadalajara?

Pues que todos ellos están en mis novelas. Solo falta que mis lectores sepan valorarlos y quieran atreverse con ellos, con mi modo de tratarlos y de convertirlos en verdad y ficción; solo falta que se arriesguen a leer novelas históricas que no son lanzadas como best-sellers al mercado editorial, novelas a las que muchos no se acercan simplemente por eso.

Les animo (animo a todos los que han llegado ya a este punto de esta entrevista) a que hagan un hueco en sus vidas para asomarse por este orificio intemporal que yo ofrezco en mis novelas, un orificio en el que sus ojos, a través de la palabra, podrán contemplar un mundo pretérito devuelto a la realidad.

 

En la España medieval convivieron los musulmanes durante muchísimos años con los cristianos, pero no veo aún que nadie se atreva a hablar de esa religión con la libertad con que se habla (o se critica) de la cristiana. ¿Por qué ocurre esto? ¿No hay nada criticable en aquella y todo en ésta?

Para mí todas las religiones son criticables, absolutamente todas. Si no se hace crítica abierta con algunas es porque hay mucho miedo. ¿O quién se atrevía en la Edad Media a hablar mal de Dios, a negar a la Virgen, a Jesucristo, la transustanciación o la trinidad, a favorecer otros modos de interpretación contrarios al dogma? Había cadenas, hierros y hogueras para combatirlo.

El fanatismo, que yo retrato, por ejemplo, en Signum con un valor vigente para cualquier momento histórico, es una rémora que me saca de quicio.

 

Ya he citado que su segunda novela es Testamentvm, ¿qué elementos nuevos aporta?

Muchísimos, porque es muy diferente a la primera. Así, por ejemplo, la dosis histórica está más atenuada que en Signum, el ritmo es más rápido, su complejidad estructural es menor, el número de personajes también. En cierto modo -siempre lo he reconocido-, en Testamentvm prima más la actividad del novelista; en Signum, en cambio, tiene un peso muy fuerte el trabajo del investigador.

En ambas, de lo cual siempre me precio, hay un estilo cuidado, un aspecto con el que no siempre se encuentra uno en una novela.

 

¿Qué está preparando en estos momentos José Guadalajara?

He terminado una novela ambientada en el siglo XIX, en el Romanticismo, con unas novedades interesantes en cuanto a su estructura y argumento. Estoy a la espera de su publicación.

Por otro lado, me encuentro ahora en plena fase de documentación y desarrollo de otra novela histórica ubicada en la Edad Media. Ya tengo escrito el primer capítulo, pero aún estoy diseñando la trama y los personajes. Toda una experiencia la del arranque de una nueva novela, una experiencia que te llena de inquietud y emociones.

 

joseguadalajara-opiniones

 

Y como estamos hablando de libros ¿cómo ve el futuro de ellos el doctor en Filología Hispánica?

Siempre bien, tanto si se editan en papel como en formato digital. ¿O acaso van a desaparecer los lectores en este mundo? Siempre habrá quien, ante la realidad, se refugie en los libros como una forma de ocio, de evasión, de aprendizaje, de vivencias sentimentales, de coleccionismo…

 

Muchas gracias.

 

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