Entrevista a José Calvo Poyato por "El sueño de Hipatia"

En el 2007 José Calvo Poyato comenzó las primeras páginas sobre Hipatia pero no fue hasta el 2009 que recibió el empujón definitivo. Él quería que se tratara de un thriller, una forma como otra de llegar a más lectores, y eso hizo exactamente con "El sueño de Hipatia".

Hipatia de Alejandría es el personaje histórico que estos meses ha cubierto varias estanterías, con distintos autores y diversos títulos, e incluso una película ("Agora", de Alejandro Amenábar). Ocho libros en total se han publicado sobre ella. En esta ocasión hablamos con José Calvo Poyato por el suyo, "El sueño de Hipatia", y descubriremos cuánto, en realidad, se sabe de ella, y qué intenciones tuvo el autor al escribir su novela.

En una pequeña terraza interior de un encantador restaurante en Valencia, bajo un techo de jazmines, charlamos un rato sobre Hipatia.

ENTREVISTA

¿Por qué en esta ocasión has elegido hablar sobre Hipatia?

He dedicado la novela a Hipatia de Alejandría porque me interesan las mujeres que no se someten a las imposiciones de la sociedad de su tiempo, como también fue el caso de Caterina Sforza, a la que dediqué mi novela "La Dama del Dragón". Son mujeres que merece la pena rescatar el olvido en que han quedado.

En el caso de "El sueño de Hipatia" la salida de la novela al tiempo en que se estrena la película de Amenábar, Ágora, supone que Hipatia será conocida por muchísima más gente de la que en principio podía imaginar. Eso es bueno. Hipatia merece ser reconocida y su imagen reivindicada.

¿Hipatia era un problema para algún sector de la sociedad?

Hipatia era, además de una mujer excepcional, un referente, una especie de icono, para los defensores del mundo clásico, el mundo grecolatino que estaba asociado de determinadas creencias y comportamientos vitales. Unas creencias y formas de vida con las que el cristianismo deseaba acabar para imponer su moral y su visión de la vida. En ese sentido Hipatia era un estorbo, una molestia para ciertos sectores del cristianismo de Alejandría, que era una de las grandes sedes de la iglesia católica.

¿Y para la religión?

Yo no diría que Hipatia era un problema para la religión. Por lo poco que sabemos con cierto grado de certeza sobre ella, fue una mujer tolerante. Algunos de sus discípulos eran cristianos preeminentes. Sinesio, por ejemplo, llegó a ser obispo y tuvo una relación muy buena con su maestra. Más bien, Hipatia era un problema para los fanáticos que los hay en todas las religiones.

¿Qué se puede decir de ella como persona?

Desde una perspectiva histórica es muy poco lo que ha llegado hasta nosotros. Sobre ella cayó un espeso e interesado manto de silencio porque había poderosos intereses de deseaban ocultar su existencia. Sabemos que nació en el seno de una familia acomodada y donde el estudio y la ciencia tenían mucho valor, que fue sabia en el sentido que ese término tenía en el mundo antiguo; sabía filosofía, matemáticas y astronomía.

Nos dejó algunas obras, sobre todo comentarios a obras de otros matemáticos. Fue una maestra prestigiosa, muy tolerante, vinculada a las formas de vida grecolatinas y que permaneció soltera.

Esos ingredientes permiten armar un buen personaje para una novela. Es lo que yo he hecho o al menos lo he intentado en "El sueño de Hipatia"

¿Por qué crees que hubo ensañamiento con su asesinato?

Porque quienes la mataron eran un grupo de fanáticos, cegados por el odio. No solo desearon darle muerte, sino maltratarla para descargar en ella su ira. Trataron incluso que sus restos mortales desaparecieran. Se cebaron en ella.

La muerte de Hipatia es una mancha horrible para quienes la cometieron. Tal vez influyera también el hecho de ser mujer.

¿En qué medida cambiaron las cosas a partir de su muerte?

La muerte de Hipatia no creo que cambiase muchas cosas, más allá del horrendo crimen que significó. Es probable que los asesinos saliesen indemnes, protegidos por el poder de las autoridades religiosas de la ciudad. Eran gentes próximas al patriarca Cirilo. Su muerte fue más bien la consecuencia de un estado de cosas: el final de un mundo, el que encarnaba la civilización grecorromana y el definitivo asentamiento del poder del cristianismo.

¿Ha habido después alguna otra mujer en cualquier otra circunstancia que haya despuntado tanto como Hipatia?

Creo que la historia está llena de ejemplos de mujeres brillantes, sobre muchas de ellas ha caído un manto de silencio. Mujeres como Hirdegarda de Bingen, Caterina Sforza, Leonor de Aquitania, Sofonisba, madame Curie… La lista sería interminable en los más diferentes campos de la actividad humana. El valor de Hipatia está en las circunstancias de su vida y de su muerte.

¿Has visto "Ágora", la película de Amenábar?

La he visto y creo que es una buena película. La ambientación es magnífica y Amenábar nos acerca a la figura de Hipatia, contando con las limitaciones que ofrece el conocimiento de los detalles de su vida. Creo que el ambiente histórico está bien tratado, sobre todo el choque entre el clasicismo y el cristianismo. Creo que la gente se queda con ganas de saber más sobre el personaje.

Han salido al mercado otros siete libros sobre Hipatia, es el momento de recomendar tu novela ¿qué puedes decirnos de ella?

"El sueño de Hipatia" es por una parte una novela histórica. He pretendido recrear el mundo en el que vivió Hipatia: la Alejandría que pasaba del siglo IV al V. Los conflictos de ese tiempo en que agonizaba el mundo clásico -se cierran los teatros se clausuran las termas y se silencia la disidencia.

También la disidencia dentro del propio cristianismo. He querido, sobre esa base construir un thriller donde la intriga haga que resulte difícil soltar la novela. El descubrimiento de los manuscritos de Nag Hammadi en 1946 me ha permitido dar voz a esos cristianismos silenciados y derrotados, que ofrecían otra imagen de la vida y la doctrina de Jesús de Nazaret.

He querido que "El sueño de Hipatia" se un alegato contra el fanatismo y los integrismos que en nuestro tiempo tienen un proyección preocupante.

Si quien lea la novela considera que esos tres factores están cumplidos, me daré por satisfecho.

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