Entrevista a José Ángel Mañas por "La pella"

 

Con "La pella" volvemos a transitar de nuevo por el universo "Mañas", territorio ya conocido por los fans del autor de Historias del Kronen, Mensaka o El caso Karen aunque con algunas novedades. José Ángel Mañas ha optado en esta ocasión por una pieza de cámara -algo que por otra parte ya ha hecho en alguna que otra novela- y abandona la estructura de historia coral que tan buenos resultados le ha reportado casi siempre.

Sólo dos son los protagonistas de la novela (Kiko y Borja) tan antagónicos como complementarios, acompañados de unos cuantos secundarios que sirven de mero apoyo a la trama. Ambos intentan solucionar cuando antes al conflicto central pero la vehemencia de Borja y la excesiva confianza en si mismo de Kiko provocan la aparición de otros nuevos que también habrá que resolver. Así el asunto se va enredando hasta tal punto que inevitablemente todo termina desembocando en un explosivo -a nivel emocional- desenlace; como un globo que se va hinchando cada vez más hasta que por fin termina estallando ruidosamente.

 

 

ENTREVISTA

　

¿Cómo encuadras La pella con el resto de novelas urbanas (Kronen, Mensaka, Mundo Burbuja, Ciudad Rayada, Sonko, etc...) ?

"La pella" es una extensión del universo Kronen. Todas las novelas que mencionas están imbricadas las unas en las otras de tal manera que los personajes que aparecen como secundarios en alguna suelen reaparecer en otra como principales (como es el caso de Borja y de Kiko que ya estaban en el fondo de "Ciudad rayada" y a los que aquí encontramos como protagonistas), y el conjunto forma una especie de universo realista en continua expansión en el que sigo trabajando y con respecto al cual "La pella" es como una piedra más del edificio.

　

¿Qué cosas nuevas crees que aportas con esta novela con respecto a las otras?

"La pella" tiene una atmósfera más nostálgica. En mis restantes novelas realistas prima una sensación incuestionable de "presentismo"; de que estoy mimetizado con los personajes, en el lugar mismo de la acción. En cambio "La pella" está escrita desde la distancia (es una historia que transcurre en los años 90); es un intento de recuperar algo ya irremediablemente perdido. Eso le da un relieve especial.

　

En mi opinión, La pella posee las características de una pieza de cámara - algo que por otra parte ya has hecho en alguna que otra novela- y abandonas la estructura de historia coral que tan buenos resultados le ha reportado casi siempre por una narración más dual, de dos personajes principales ¿Por qué has decidido en esta ocasión abandonar un poco lo coral por lo dual?

Es un gusto por cambiar el formato. Un pintor puede pasarse un tiempo con lienzos de dos metros y de repente encontrarle atractivo al hecho de concentrarse en un tamaño más pequeño. La novedad refresca el placer por la actividad creativa. Es uno de los secretos para mantenerse en forma.

　

Pienso que en esta ocasión desarrollas una narración breve, bastante encerrada en si misma, que parte de un único conflicto principal -el pago de una deuda-. Sólo dos son los protagonistas de la novela ( Kiko y Borja ) tan antagónicos como complementarios, acompañados de unos cuantos secundarios que sirven de mero apoyo a la trama...

Es una novela muy cerradita y no tan abierta como otras. Hay, efectivamente, una voluntad de vertebrar la narración lo más posible en torno al conflicto central. He buscado esa estructura más clásica donde nada sobra, donde todas las piezas del puzzle están perfectamente encajadas y jerarquizadas para construir una historia unitaria, y donde se cumple un poco esa premisa que quería Chejov para el teatro cuando decía que si aparece una pistola durante el primer acto eso significa necesariamente que al final del mismo alguien va a dispararla. He eliminado conscientemente todos los elementos y las escenas que no ayudaban a hacer avanzar la historia.

 

Tampoco has utilizado el narrador en primera persona ácido y sarcástico de novelas como Mundo Burbuja... es un narrador como más neutral...

Es cierto. No quería involucrarme, sino que he preferido quedarme fuera. "Mundo Burbuja" me parece una de mis mejores novelas. Pero al mismo tiempo me sentí encerrado en mi propio yo y me pareció algo peligroso que no pienso volver a repetir. Yo he nacido para fabular, no para la auto ficción. Puedes ver una novela como la reacción contra la otra.

　

Me gustaría que opinaras un poco sobre los dos protagonistas principales de la historia; empecemos por Borja ¿Qué te interesó de este personaje? ¿Cuáles piensas que son sus principales carencias o defectos?

Aunque él no lo sabe, Borja es el perfecto hijo de su padre. Es un chico de clase acomodada que anda buscándose a sí mismo y al que dentro de esa búsqueda de experiencias que uno necesita a ciertas edades le ha dado por "encanallarse", si me permites esta palabra un tanto decimonónica. Al mismo tiempo es alguien que salta con red y que nada pero guardando la ropa, a sabiendas perfectamente de que en cuanto las cosas se pongan feas aparecerá alguien de su familia o de su entorno para rescatarlo. Me interesaba esa situación de confusión vital momentánea.

Sus principales carencias son seguramente la empatía y la valentía.

　

¿Por qué razón has hecho que Borja hable con la zeta todo el tiempo? ¿Obedece a un intento por tu parte por ridiculizarlo o hacer una parodia del pijo de Serrano?

Es un frenillo, un mero defecto de pronunciación. No es que hable con el huevo en la boca; en ese caso habría estirado las eses. No tiene más razón de ser que la fidelidad al habla de la persona en la cual me inspiré para construir el personaje.

　

¿Los problemas en los que se mete - que cada vez se van enredando más y más - están provocados por su excesiva vehemencia y por su cobardía?

En el fondo, los problemas en que se mete están provocados por Kiko, que es quien, creyendo poder resolver la situación, va agravándola. Borja realmente es un ser pasivo y se deja arrastrar durante la primera parte de la novela. Y llegado un punto lo que se impone, en su comportamiento -al final- es su cobardía. Le resulta más fácil enfrentarse con Kiko que con su propia familia.

　

Con respecto a Kiko, ¿qué es lo que más te interesó de este personaje?

Su vitalidad, su desparpajo. Yo siempre digo que es un pícaro contemporáneo. Es alguien que se mueve como pez en el agua en el registro de la seducción; es tremendamente listo y a la vez tremendamente manipulador. Y eso es lo que hace que su figura resulte tan ambigua, puesto que nunca sabes si te está ayudando o te está embaucando. Lo que pasa es que cuando te embauca lo hace con una tal sonrisa que le das las gracias.

　

En este caso, pienso que el defecto principal de Kiko es la excesiva confianza que tiene en sí mismo...

Kiko es un optimista patológico. Piensa que los proyectos que concibe saldrán bien. Y lo cierto es que, a trancas y barrancas, a lo largo de su vida ha ido saliendo siempre al paso de todos los problemas. Si eso es un defecto, lo tiene.

 

Me parece que como de costumbre has trabajado mucho el intentar dar a la novela una agilidad cinematográfica.

Digamos que procuro limitar al máximo la descripción y que sea la acción la que marque la dirección del relato. Me interesa poner a mis personajes en movimiento cuanto antes, y luego procuro que me arrastren ellos.

Esa agilidad narrativa, sin embargo, no es exclusivamente cinematográfica. Dumas ya escribía así mucho antes de que apareciera el cine.

　

¿De nuevo la música que escuchas te ha servido como inspiración para dotar de ese ritmo frenético a la novela?

Hace tiempo que no escribo con música. De hecho en los últimos tiempos vivo en silencio. No sé cuándo exactamente ha ocurrido, pero en algún momento me he desintoxicado o desilusionado de la música. Si te fijas, apenas hay referencias a ella. Si acaso las sensaciones de recibir ese bombardeo sonoro en la escena del after-hours.

　

También es bastante interesante la capacidad de síntesis... parece que quieres contar siempre lo más esencial, despejando todo aquel detalle accesorio o que pueda ralentizar el ritmo frenético de la historia... algo muy común en el resto de tu novelística.

Es una labor que me impongo desde siempre. El procurar apartar la paja y quedarme con el grano, el suprimir los detalles y los matices superfluos. En ese sentido sí que me reconozco influenciado por el cine. El cine nos ha acostumbrado a esas narraciones sintéticas donde no toleramos que nos cuenten algo sobre un personaje que ya hemos entendido previamente.

　

Por una serie de detalles -que no voy a desvelar- que aparecen en los últimos capítulos de la novela das a entender que la trama de esta novela está basada en hechos reales... ¿O esto forma parte también de la ficción?

Bueno, es cierto en parte. Y tiene su parte de juego. Me gusta aparecer de manera periférica en las novelas y dar a entender que estoy pegado a los personajes y que las historias que cuento podrían habérmelas transmitido ellos.

En todas mis novelas hay parte de realidad y parte de ficción y la gracia es que no se sepa muy bien cuál es cuál.

　

En esta novela las mujeres o las chicas no salen demasiado bien paradas...

Hombre. A mí Marta me parece una niña entrañable. Quizás no muy activa pero sí entrañable y muy sana. Tal vez falte un personaje femenino fuerte, como Karen en "Caso Karen", o Barsine, en "El secreto del Oráculo", es cierto. No todas las novelas son iguales.

　

¿Es La pella la crónica del fin de una amistad?

O de una amistad imposible. Una de las premisas con las que trabajé en esta novela era que la verdadera amistad -esa que solo surge un puñado de veces en la vida de una persona- solo puede darse entre iguales. Es una novela muy pesimista, en ese sentido. Al igual que las anteriores. Me cuesta creer en los sentimientos puros.

　

¿Las razones que explican el declive de su relación tienen que ver únicamente con que ambos pertenecen a clases sociales diferentes?

Hay más elementos que intervienen en dinamitar la relación -que es una relación sometida a mucha presión, además, por la famosa pella del Nacle- pero sí que es cierto que el que pertenezcan a universos sociales diferentes dificulta su relación.

Igual no es políticamente correcto decirlo. Pero las barreras sociales siguen y seguirán existiendo y serán siempre una barrera importante -que no insalvable- a la hora de relacionarse.

　

Pero ¿crees que Kiko y Borja son amigos de verdad o su relación tiene más de comensalismo? ¿No crees que ambos sacan beneficio el uno del otro?

Creo que se utilizan mutuamente. A Kiko lo que le atrae es el universo clasista de Borja y, en el fondo, todo lo que tiene el brillo del dinero, un dinero que de todas maneras necesita. En cambio a Borja lo que le atrae es ese submundo de tejemanejes y de pequeños y no tan pequeños criminales en el que se mueve Kiko y que él percibe como el lado oscuro, el "wild side", que diría Lou Reed. Pero, ¿no sacamos todos beneficios de cualquier amistad? ¿No hay una parte de interés en toda relación, por sincera que sea?

　

Sin embargo, Kiko demuestra ser más "amigo" que Borja, mucho más noble y sacrificado...

En última instancia y por cómo se desarrolla la acción, sí. Pero en un principio tampoco le paga lo que le corresponde a Borja. En definitiva tiene un comportamiento ambiguo del cual esta historia, tal y como está planteada, tiende a resaltar el aspecto, en última instancia, positivo. Pero podría haber sido al contrario.

Imagínate, por ejemplo, que desaparece después de haber dado el palo en casa de esa amiga y que Borja no vuelve a saber de él. ¿Con qué luz habrías visto todo su comportamiento anterior?

　

Has declarado en alguna entrevista que te gustaría que se hiciera una adaptación cinematográfica de esta novela....

Me encantaría. Es siempre un honor que un cineasta se interese por una historia tuya y tenga ganas de ponerle imágenes.

　

¿Qué opinión te merecen los films basados en tus novelas: Hijos del Kronen, Mensaka e Imposture (basada en "Soy un escritor frustado")?

"Kronen" y "Mensaka" me parecen películas logradas, aunque me gusta más "Mensaka". "Imposture" tiene más problemas; pero no deja de ser una película extremadamente interesante.

　

En algunas novelas (Mundo Burbuja, Soy un escritor frustado) hablas del bloqueo creativo ¿Por qué insistes tanto en ese tema? Da la impresión que lo tomas como punto de partida...

Es una angustia con la que vivimos siempre los creadores. Los artistas somos volcanes que en algún momento entramos en erupción y nunca sabes cuando se va a agotar esa energía. Siempre vives con el miedo, cuando no te salen las cosas, de que ya está, de que has perdido tu talento.

　

¿Para cuando el retorno de Pachecho y Duarte? ¿Quizá en tu próxima novela?

Es uno de los proyectos que estoy barajando. Volveremos a verlos en acción.

　

Y qué me puedes contar de tu novela histórica El secreto del Oráculo ¿Cómo surge la idea de esta novela?

Ganas de desencasillarme y de cambiar de universo. Ha resultado una experiencia muy gratificante y muy refrescante el encontrarme en un mundo totalmente desconocido y casi sin puntos de referencia. Ha sido volver a reinventar como novelista. He disfrutado una barbaridad y volveré a reincidir en el género, aunque no de manera inmediata. Seguiré transitando por las dos sendas.

　

Bueno, pues esto es todo, José Ángel si quisieras añadir algo más...

Nada. Ha sido un placer tener esta conversación contigo y poder colaborar en la revista Anika Entre Libros, que es sin duda una de las páginas más interesantes que pueden encontrarse en la web a propósito de literatura española contemporánea.

　

Gracias y hasta pronto

Lo mismo digo. Hasta siempre.

 

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