Anika entre libros

Entrevista a Francisco Javier Castro Miranda por "El Ritual. Proyecto UR-21"

"Antes de empezar a recopilar datos tenía una opinión muy concreta y segura sobre el tema de la existencia o no de un posible más allá. Sin embargo, varios años después, pienso algo completamente diferente"

Firma: Anika Lillo / Fotos: autor / Diciembre 2009

 

No suele ser habitual que un libro publicado en una editorial aún desconocida para el gran público (Absalon) funcione tan bien como para permanecer durante varias semanas entre los libros más vendidos de La Casa del Libro. "El ritual (Proyecto UR-21)" tampoco es un libro de temática corriente, quizás por eso, y por la gran trama, buena narración e interés que despierta en el lector, la novela -basada en documentos reales- permanece en su sitio firme y dispuesta a hacerse un hueco en muchas estanterías. Una gran alegría, sin duda, para su autor, Francisco Javier Castro Miranda, al que conocíamos en Anika Entre Libros por su novela histórica ambientada en los mares "Los diablos del mar. La odisea de la burla negra".

Hasta las manos del autor gaditano llegaron ciertos documentos que le llevaron a indagar y relatar una historia basada en la experimentación de las ECM (experiencias cercanas a la muerte), así como la búsqueda de la verdad sobre aquello que se vive después de la muerte mediante la ingesta de una pócima ancestral.

 

 

ENTREVISTA

 

La primera pregunta es la que le ronda a cualquiera que se haya acercado a tu libro ¿cómo llegan esos documentos -en los que está basada la novela- hasta ti?

Parte de la documentación que contiene "El Ritual" ha sido producto de una ardua recopilación de datos. La dura pérdida de mi padre en abril de 2004 fue sin duda lo que me impulsó a buscar aquellas respuestas que, supongo, otras muchas personas intentan encontrar tras la angustiosa marcha de un ser querido. Son momentos muy duros, como así intento reflejar (en parte) con el estado de ánimo del doctor Martín Somarriba. Lo que sí debo dejar muy claro es que todo cuanto hice fue a título personal, ya que jamás se me pasó por la mente escribir este libro. De hecho, por esas fechas acababa de enviar a las editoriales mi primera novela "Al-Sanam. La caída del ídolo", y ya pensaba en escribir mi segunda obra "Los Diablos del mar", otra novela de corte histórico.

Fue a primeros de 2007 cuando, entre las numerosas webs, chats y foros especializados que consultaba en Internet coincidí con alguien con el que acabé entablando una relación efímera pero bastante peculiar. Elritual -portadaJamás sospeché, ni siquiera un instante, que aquella persona sumamente reservada y comedida en todos sus comentarios se acabaría convirtiendo en ese "confidente anónimo" que me proporcionaría la base para que luego yo pudiera dar vida a esta novela.

Fue tras ganarme su confianza, después de coincidir y citarnos unas cuantas veces en la red a través de un par de portales, cuando mi "amigo" me confió un archivo francamente desconcertante que arrojaba luz sobre un insólito proyecto científico relativo a la búsqueda de vida después de la muerte.

A este respecto, ignoro si he sido el único que he recibido esa información o si, por el contrario, alguien más habrá tenido acceso a ella. Imagino que sí. La cuestión es que tras contrastar oportunamente los datos, y tal como le informé y acordamos bajo una serie de condiciones, contemplé al fin la posibilidad de aprovechar dicho material para dar cuerpo a una obra que podría resultar de lo más interesante.

Una de las voluntades que aquella persona, como así he respetado, ha sido la de preservar la identidad, las firmas y los diferentes lugares que aparecen en los documentos. De hecho, ni siquiera el nombre de "UR-21" se corresponde con el del auténtico proyecto llevado en Estados Unidos entre 2000 y 2006, sino que ha supuesto una invención consensuada con mi editor, Jesús Lebrero, el cual custodia en la actualidad toda la documentación al respecto. Admito que puede sonar bastante extraño, pero es así. Incluso daría para escribir otro libro.

 

Más importante aún sería conocer qué documentos en concreto son. Dices que los ha visto tu editor y en la novela hay pies de página que indican que dices la verdad, pero ¿qué es exactamente lo que pone en esos documentos: las investigaciones, el objeto indio y el rito ancestral, o ambas cosas?

La verdad es que, por razones evidentes no me siento cómodo hablando de esto, pero te diré que, entre otras cosas, en dicha documentación se pone de manifiesto los resultados sobre las reacciones de varias personas a la ingesta de una fórmula que potencia aún más los efectos de la digamos "pócima original". Habría que destacar que, indagando a conciencia, he podido averiguar que a mediados de la década de los ochenta, un equipo médico argentino llevó a cabo un experimento bastante parecido con un grupo de estudiantes universitarios y chamanes como principales protagonistas. Los resultados, como en el último estudio llevado a cabo, no dejaron de ser sorprendentes.

Ahora como digo, a primeros del siglo veintiuno, y aunque con algunas variaciones considerables, se ha desarrollado un experimento muy similar que, además, ha contado con la ventaja de la utilización de instrumentos de registros dotados de una tecnología más exacta y avanzada. Te aseguro que hay bastante más al respecto, pero por favor, permíteme que por el momento me lo reserve tal y como prometí.

Por otro lado, y terminando de responder a tu pregunta, te diré que la aparición del cilindro en la novela y cómo éste pasa de mano en mano, ha sido producto de mi inventiva, sobre todo con el objeto de que el lector fuera tomando conciencia de lo efímeros que somos y que, poco a poco, se fuera introduciendo de lleno en el vibrante final de la historia.

 

¿Crees que el editor la hubiera publicado igual sin haber visto esos documentos, habiendo tú afirmado que existían?

Pienso que sí. Jesús Lebrero sólo tuvo acceso a ellos después de que confirmara que "El Ritual" iba a publicarse. Esa era otra de las condiciones que yo había aceptado con mi "fuente" antes de recibir el archivo. De hecho, un manuscrito de esta obra se envió a una firma puntera sin informarle de la existencia de la documentación.

Lo de esta novela y el editor y máximo responsable de ediciones Absalon fue un auténtico flechazo desde el principio. Jesús Lebrero me reconoció abiertamente que no era muy amante de las novelas, sino más de ensayos, pero que ésta lo había mantenido como "hechizado" desde las primeras páginas. Fue algo extraño, porque en ese momento estaba realizando algunas correcciones y se la fui entregando por partes. Cada semana le enviaba un par de capítulos y todos los lunes tenía en mi correo un mensaje solicitándome más de forma encarecida. Lo cierto es que estaba muy "picado".

Luego, cuando le presenté la documentación se quedó muy impactado. De hecho no perdió un segundo en indagar en la red y sorprenderse de la veracidad de lo que se mencionaba entre sus páginas. Recuerdo que una de las cosas que más le impresionó, además del experimento UR-21 en sí, fue el adelanto científico de la existencia de la sustancia inhibidora de la enzima PKMZeta, capaz de borrar los recuerdos.

 

Le has dado varios hogares al cilindro para hacernos ver cómo llega hasta nuestros días. Eso no es habitual en la mayoría de novelas, se suele saltar directamente a "la actualidad" ¿Por qué has decidido hacerlo así?

Como te he comentado, una de las principales razones que me impulsaron a ello fue para ponerle de manifiesto al lector lo efímero que somos los seres humanos y cómo, a pesar de que se supone que evolucionamos, volvemos a caer en los mismos errores una y otra vez. Por otro lado, y quizás de un modo inconsciente, lo decidí contar de esa manera porque no quería abandonar por completo mi pasión por la novela de corte histórico.

Lo mejor de todo esto es que considero que a través de esos capítulos el lector puede asomarse a temas tan interesantes como el amor, la tolerancia, la envidia, la ira, la maldad, la esperanza, la crueldad, la injusticia, la amistad... En definitiva, no creo en absoluto que "El ritual (Proyecto UR-21)" fuera la misma novela sin personajes como Mateo Santugalde, el viejo Rodolfo, el Conde de Urgel, el Duque de Solsona y otros tantos…

 

Atendiendo a la intervención del cardiólogo integrante del área de Arritmia del Hospital Virgen de la Victoria de Málaga, amigo y personaje de la novela, José Luis Peña Hernández, durante la reciente presentación del libro en Málaga

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A ti te gusta narrar hechos históricos… esas otras historias que nos vas contando, ¿tienen algo de realidad o son pura ficción?

A decir verdad tienen tanto de realidad como de ficción. Me explico. La mayoría de los personajes que utilizo suelen ser producto de mi imaginación, sin embargo, lo que explican, el marco que les envuelve y cuanto les ocurre entra dentro de lo real. Por ejemplo, todo lo que se narra sobre la identidad y la vida del músico es verídico al igual que las correrías de Rodolfo o el hundimiento del Whilhelm Gustloff, por ejemplo… y así podría citar muchas más partes de la trama. Otras en cambio se deben pura y duramente a mi inventiva, pero ahí es donde considero que radica el juego que se supone que debe existir entre el escritor y el lector.

 

La actualidad es de Martín Somarriba y su duelo por las víctimas del 11-M ¿por qué elegiste el 11-M y no cualquier otro tipo de accidente (o asesinato) que lleve a la muerte?

Los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid significaron un duro golpe para todos. Durante la creación del libro he tenido la oportunidad de hablar con un par de personas que ayudaron en las labores de desalojo de las víctimas de las vías y lo que cuentan roza lo abominable. El hecho de que en poco tiempo se movilizara toda una ciudad, todo un país en torno al dolor, fue algo tan grande como emotivo. Cientos de madrileños se lanzaron a donar sangre colapsando varios centros hospitalarios sin dudarlo un instante, y eso demuestra la solidaridad que reinó aquel día en que toda España murió un poco. Quería dejar constancia de ello, quería escribir algo que sirviera no sólo para recordar a los fallecidos, sus familiares y el personal médico, sino también a aquellos muchísimos héroes anónimos que pusieron en riesgo sus vidas para ayudar a los demás. De hecho, al final de la novela dejo constancia que el libro está dedicado con mucho cariño a todos ellos. Es mi tributo y considero que he tocado este tema con todo el respeto que se merece.

 

Tu novela trata de responder a una pregunta ¿existe vida más allá de la muerte? ¿Cuál era tu opinión personal antes de escribir este libro? ¿Ha cambiado algo después?

Por razones obvias entenderás que no responda directamente a esas preguntas, ya que eso podría dar pie a adelantar una parte importante del desenlace del libro. Sin embargo, lo que sí puedo decirte es que antes de empezar a recopilar datos tenía una opinión muy concreta y segura sobre el tema de la existencia o no de un posible más allá. Sin embargo, varios años después, pienso algo completamente diferente. Y si me lo permites lo dejo ahí. Cada cual que saque sus propias conclusiones.

 

¿Has hablado con alguien que te haya podido contar experiencias que apoyen la versión del más allá?

Son muchos los que sostienen que existe un más allá, pero, ¿cómo saber si es cierto? ¿Cómo saber que no es producto de su imaginación o hablan inducidos por la fe u otra creencia? Sí puedo afirmar que he hablado directamente con algunos profesionales médicos, que por cierto suelen ser bastante reacios (y a veces por exigencia de los propios protocolos de sus centros de trabajo), a hablar de ciertos temas relativos a estos asuntos. Sin embargo, no sólo me sorprendió lo que algunos me contaron, sino la forma en que lo hicieron. Su emotividad o los detalles de algunos sucesos que se quedaron como asuntos internos de trabajo.

En la novela, por ejemplo, nombro al prestigioso doctor Enrique Vila, del hospital Virgen Macarena de Sevilla. Vila falleció en diciembre 2007, pero antes había llevado a cabo una intensa investigación sobre experiencias cercanas a la muerte que le llevó a recorrer muchos rincones de nuestra geografía durante más de 25 años. Gracias a su viuda, María de los Ángeles Garfía, a la que envío un fuerte abrazo, he tenido la posibilidad de leer ese valioso material que, por cierto, verá la luz en muy poco tiempo, gracias también a ediciones Absalon.

 

¿El interés por la ECM (Experiencia Cercana a la Muerte) surgió en ti a partir de estos datos o tenías interés antes?

Mi interés por las ECM llegó a raíz de la muerte de mi padre. Cuando él falleció no sólo perdí a mi padre sino a mi mejor amigo. Nos llevábamos muy bien y lo pasé verdaderamente mal. Sólo aquel que lo haya experimentado entenderá lo que estoy diciendo. Por desgracia, eso es algo que nos llegará a todos por mucho que no queramos reconocerlo. Hay veces que te intentas imaginar cómo será la vida sin esa persona, pero cuando llega el momento, nada se parece en absoluto a lo que pensaste. Fue entonces, como cualquier otra persona que pierde a un ser querido, cuando me interesé, llevado más por el dolor y la búsqueda de consuelo, por la posibilidad de existencia o no de un más allá. Hasta ese momento, la verdad es que no me había acercado especialmente a esta temática. De hecho, mientras recopilaba información iba dando forma a una nueva novela histórica que aún no ha visto la luz.

 

Teniendo en cuenta que hablas de un proyecto "actual" y que le das verosimilitud ¿a qué conclusiones has llegado? ¿Hasta dónde crees que se ha llegado en estas investigaciones?

He llegado a la conclusión de que desde que el hombre miró a las estrellas por primera vez, éste se ha cuestionado por lo que acontecerá tras el último latido de corazón. Por supuesto, y aunque a muchos les cueste reconocerlo, la ciencia no ha permanecido ajena a esta cuestión, por ello puedo afirmar que se han acometido y se acometen actualmente estudios muy importantes al respecto cuyos resultados no suelen hacerse públicos así como así.

Sin embargo lo importante es saber si estamos preparados para descubrir la verdad o si realmente queremos conocerla. Éstas son preguntas que aparecen en la novela y de las cuales se ofrece una respuesta y sus posibles consecuencias.

 

¿Piensas que si se demostrara que tras la muerte existe otra vida aumentarían los suicidios?

Es una posibilidad pero no la comparto. Imagino que ante una total certeza de que nos espera un mundo, dimensión (o lo que sea), mucho mejor, un numeroso elenco de personas en un elevado estado de desesperación podrían optar por esa opción. De ahí radica el hecho de tocar este asunto con mucho tacto.

Personalmente creo que la vida hay que vivirla en toda su intensidad, ya que todas sus experiencias, sean positivas o negativas, nos terminan por enseñar algo. Así tenemos que apreciar y valorar las cosas buenas y no dejarnos arrastrar por los malos momentos ni obsesionarnos por una mala racha. Todo pasa y considero que vivir es un don demasiado maravilloso como para perderlo antes de tiempo.

Como decía el recién desaparecido periodista, Andrés Montes, "sonríe, la vida puede ser maravillosa". Claro que sí. Lo que venga después, haya o no algo, ya nos llegará.

 

¿Qué otros hechos podría causar conocer que al morir sigues viviendo y, además, feliz y reencontrándote con tus seres queridos fallecidos antes que tú?

No lo sé. Imagino que tranquilidad, serenidad, alegría, esperanza… La seguridad de que tras vivir la vida terrena vas a volver a estar con los seres que más han significado para ti. Eso sería tremendo. No son pocas las personas que tras perder a un ser querido aseguran que darían varios años de su existencia por volver a ver unos minutos a esa persona que tanto significó para ellos. Yo también he llegado a decirlo. Incluso también Martín Somarriba.

 

Y si todo fuera verdad y se silenciara ¿sólo quedaría la esperanza?

Quedaría lo que tenemos en la actualidad. La esperanza, la fe. Al fin y al cabo en eso se aferran y se sustentan las distintas religiones: En la incertidumbre. Todas ellas hablan de algo más, reencarnación, infierno, paraíso, tierra de antepasados, etc… Sin embargo, ninguna de ellas se atreve a afirmarlo de forma rotunda porque el temor a que no haya absolutamente nada también está ahí. Y es que el miedo a que todo acabe con la muerte y no nos espere nada más, es lo que hace que el ser humano mantenga un cierto orden. En caso contrario, no me cabe la menor duda de que la anarquía en este mundo podría ser total.

 

Pesentación del libro en Cádiz. Junto a Juan Casas Carbajo, presentador y Manolo Gordo, locutor de Canal Sur Radio y gran amigo del doctor Enrique Vila

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Una historia como esta no tiene nada que ver con la religión, y sin embargo la religión ya indicaba la existencia del más allá…

Bueno, es cierto que las religiones apuntan a dicha existencia pero ninguna ha probado nada. Mi intención desde el primer momento fue escribir una novela en la que la religión no tuviera nada que ver y que, al mismo tiempo, mostrara respeto por cualquier tipo de creencia. Por ello he pretendido que la experimentación científica tomara las riendas de "El Ritual" y que el lector, a través de avances científicos, investigaciones y otros datos y curiosidades tan reales como sorprendentes, se diera cuenta de que estudiar la vida después de la muerte es una realidad. Casi una ciencia. De hecho, Martín Somarriba, José Peña o Silvia Aragón se dibujan no sólo como personajes totalmente ajenos a la religión y los actos de fe, sino más tendentes a ampararse bajo pruebas científicas.

 

Eres escritor y éste ha sido un libro muy interesante de escribir -y leer- ¿crees que te será fácil encontrar otra historia tan fascinante?

Bueno, en realidad estoy trabajando en una segunda parte de esta novela y que está bastante avanzada. Con esto no quiero decir que "El ritual (Proyecto UR-21)" no tenga un final cerrado, sino que existe un resquicio por el que podría tener continuidad. Y aunque se dice que segundas partes nunca fueron buenas, creo que su continuación merecerá muchísimo la pena. Además, adelanto que aún quedan muchas y muy interesantes cosas que contar, lo único que ocurre es que, si "El Ritual" no llegara a tener la respuesta que se espera de él, probablemente la segunda parte no tendría razón de ser. Es una auténtica lástima, pero es así.

 

Hace unos días Raymond Moody estuvo en España concediendo entrevistas e impartiendo conferencias en España. De haber podido hablar con él ¿qué le hubieras dicho o preguntado?

Lo primero que haría sería felicitarle por la valentía de enfrentarse a todos sus compañeros y atreverse a decir lo que ocurría y todos callaban. Otra cosa que le preguntaría es qué hay de cierto en el rumor que circula sobre si su editor le invitó a "exagerar" un poco los casos de ECM tratados en "Vida después de la Vida" para despertar más interés.

 

F. Javier, muchas gracias por la entrevista y también por haber escrito un libro tan interesante. Tienes la última palabra.

Muchas gracias a ti. Si me permites la ocasión me gustaría dejar muy claro que "El Ritual" es un libro diferente y que no sólo habla de ECMs. Creo que se trata de una novela distinta, narrada a ritmo de "bestseller", que se desmarca de muchas otras obras por multitud de razones. Sólo deseo insistir en que la lean, que no se dejen influir por la portada o los prejuicios y que se aventuren con esta trama en la que encontraran una historia que creo que merece bastante la pena y que les llevará a reflexionar, que es de lo que se trata. Dicho esto, espero que los lectores la disfruten y que la valoren en su justa medida, ya que son ellos y nadie más los que deben juzgar mi trabajo. Un abrazo.

 

Castromiranda -opiniones

 

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