Anika entre libros

Entrevista a Eloy M. Cebrián por "El fotógrafo que hacía belenes"

"Si creciera el número de buenos lectores, también lo haría, de forma proporcional, el número de títulos de calidad"

Firma: Manel Haro / Fotos: autor / Mayo 2005

 

Anteriormente entrevistado en Anika Entre Libros, esta vez hablamos con Eloy M. Cebrián sobre su nueva publicación, la novela "El fotógrafo que hacía belenes".

 

 

ENTREVISTA

 

La novela empieza con sumo detallismo y con un absurdo casi kafkiano: una mosca que revolotea por el despacho y el fotógrafo no puede concentrarse en una conversación. ¿Anticipa esto lo que va a ser la obra, aunque sólo sea en la personalidad del protagonista?

Ésa era al menos mi intención cuando decidí que el libro arrancara de ese modo. Los comienzos en una novela son fundamentales y mi intención era mostrarle al lector el entorno del protagonista a través del vuelo de un insecto. Esa tienda de fotografía desordenada y llena de mugre es una prolongación de la persona del fotógrafo. El hecho de que el vuelo de una mosca (el proverbial vuelo de una mosca) baste para distraerlo también da algunas pistas sobre los difíciles vínculos que este personaje mantiene con la realidad.

 

He podido comprobar que utilizas un lenguaje muy trabajado. Sabes reflejar dialectos, registros, etc… según los personajes que hablen en cada momento. En ocasiones incluso plasmas hablas populares tal como son: con su fonética más que con su ortografía. Personalmente me parece un acierto porque vas más allá de la simple escritura para reflejar lo que es la realidad sociolingüística y geolingüística de los personajes. ¿Pretendías reflejar todo esto o simplemente te salió así, sin más?

Un escritor necesita tener buen oído. Los diálogos son esenciales en narrativa, y en numerosas ocasiones es preferible dejar que los personajes hablen, que sean ellos los que se caractericen a través de sus propias palabras. ¿Qué son los personajes de una novela sino unos cuantos cientos o miles de palabras? Por ese motivo considero importante reflejar dialectos, jergas, estilos de habla, etcétera. Además, me resulta muy divertido hacerlo. Incluso recurro al asesoramiento de expertos. Para plasmar el habla de los argentinos, por ejemplo, le pedí a una amiga porteña que "argentinizara" algunos diálogos, cargado las tintas lo más posible. La novela tiene un tono predominante de farsa, de modo que estos estilos orales se exageran siempre de forma considerable.

 

En la novela he visto dos temas muy recurrentes: el sexo y la religión. De hecho, pocas veces se cita uno sin tener en cuenta el otro. Utilizas mucho la ironía o el sarcasmo con estos dos temas. Por ejemplo, el inspector que quiere ser sacerdote pero que debido a una relación sexual con una cocinera, debe desistir; un religioso que es exhibicionista... ¿Por qué esta recurrencia? ¿Has querido dar a entender algo?

Mucho me temo que para la gente de mi generación, la de los últimos años del franquismo, esos temas son esenciales y van siempre de la mano. Muchos, especialmente los que vivíamos en pequeñas poblaciones, fuimos educados en la beatería y la hipocresía. Íbamos a misa los domingos con nuestra familia porque todo el mundo lo hacía y era inconcebible comportarse de otro modo. Rezábamos el rosario en el colegio (público o privado, daba igual), y todavía llegamos a tiempo de cantar el Cara al Sol.

Naturalmente, la otra cara de la moneda era la represión sexual. Dicen que cuando uno escribe, bien de forma deliberada o inconscientemente, siempre escribe sobre sí mismo. ¿Qué le vamos a hacer? Son mis demonios particulares y resistirse es inútil. Mejor sacarles partido como materia prima para mis novelas.

 

¿Puedes hablarnos de la personalidad del fotógrafo? Personalmente me parece un tipo bastante inestable (sentimentalmente, socialmente, profesionalmente…), ya que se siente solo, tiene tendencia a orinarse, recurre a líneas eróticas…

El fotógrafo es un pobre hombre que ha enfermado del mal más terrible de nuestro tiempo, que no es el sida, sino la soledad. Por ese motivo se apoya en el inspector Facundo Moya, que es lo más parecido a un amigo que tiene. En el fondo el inspector es lo que a él le gustaría ser: un individuo que pisa fuerte, un tipo sólido, de una pieza. Al principio había pensado presentarlo como un indeseable, pero conforme la novela avanzaba el personaje del inspector iba creciendo sin que yo pudiera hacer nada para evitarlo. Finalmente ha resultado ser el único héroe del libro. Él no tiene contradicciones. El fotógrafo, sin embargo, es un catálogo de contradicciones. En ese sentido el prototipo que representa es eloymcebrianmucho más realista que el del inspector. Creo que todos conocemos a alguien como él.

 

Querría comentar que no das demasiados detalles sobre el protagonista, mayormente te limitas a llamarlo "fotógrafo". De sus rasgos físicos sólo dices algunos datos en tres o cuatro ocasiones (las he contado) y su nombre lo sabemos casi al final de la novela (si mal no recuerdo). Parece que le hayas querido dar un vacío de personalidad y que nosotros, los lectores, tengamos que retratarlo según nuestra percepción. ¿Es así?

Pues, ahora que lo dices... Está muy bien que el lector tenga que poner de su parte. Al fin y al cabo, ningún libro está completo hasta que alguien lo lee. Y probablemente cada lectura crea un libro distinto. Me parece necesario que en una novela no se sirva todo en bandeja, masticado y digerido. Lo evidente no es ni interesante ni artístico. Es preferible dejar cabos sueltos, espacios de ambigüedad que el lector complete con su sensibilidad, su experiencia y su forma de ver el mundo.

 

¿En qué te has inspirado para escribir esta novela?

En la vida y en los libros. Por cierto, el fotógrafo existe. Hace unos días fui a regalarle la novela y, de paso, a explicarle por activa y por pasiva que el personaje del libro no es él, aunque me haya inspirado en él para crearlo. Espero que esto no me cueste una querella.

 

Yo le he encontrado mucho parecido a la saga de Eduardo Mendoza "El misterio de la cripta embrujada", "El laberinto de las aceitunas"… Un tipo inestable que se mete a investigar, una mujer que conoce (prostituta) le ayuda, la cripta, la clave de humor… ¿Es casualidad o influencia?

Es claramente influencia, y es de justicia admitirlo así. Eduardo Mendoza es uno de mis maestros y lo admiro profundamente. La novela tiene mucho de su humor y de su visión satírica y un poco delirante de la vida. También tiene mucho de otros autores. Si te fijas, en esta novela hay una cierta mezcla de géneros. En apariencia es una novela policíaca, pero también es un libro de humor, una novela psicológica, incluso, a ratos, una novela gótica o de terror. Hace mucho tiempo que desaparecieron los géneros puros, si es que alguna vez han existido.

 

Una pregunta obligada. Parece que le debes mucho a Borges. En tu novela aparece mencionado y en más de una ocasión dices que es uno de tus maestros. ¿Borges te ha aportado más como escritor, como lector…?

No sé si María Kodama se sentiría muy feliz por la forma en que Borges aparece en mi novela. Pero tienes razón en que es uno de mis "padres literarios". Para mí, más que un escritor favorito, Borges representa una profesión de fe. Es el escritor total, el escritor que recibe todas las tradiciones y las renueva. Sin la menor duda, Borges me ha aportado algunas de las horas de lectura más felices que recuerdo.

 

La novela es ganadora del Premio Francisco Umbral. ¿Te ha ayudado el premio para publicarla o se hubiera publicado sin el galardón?

Para un autor desconocido y prácticamente novel, publicar en una editorial comercial es una empresa muy difícil, y los premios literarios uno de los pocos medios realistas para alcanzar ese propósito. No tiene sentido, al menos para mí, presentarse a un premio de novela que no incluya la publicación de libro. Pero ni siquiera así las resultan fáciles.

Con premio y todo, mi novela ha tardado dos años en aparecer. Durante todo este tiempo he estado recibiendo largas de la editorial que originalmente tendría que haberla publicada. Al final la organización me ofreció la alternativa de hacerlo en Zócalo, una editorial zaragozana mucho más modesta. Aquí, sin embargo, todo han sido facilidades y gentileza. Mi gratitud para Fernando Jiménez, el dueño de Zócalo, por su entusiasmo y su trato irreprochable. Con más editores como él, a lo mejor el mundo editorial sería menos hostil para los nuevos autores. En la cadena editorial el autor es siempre el eslabón más débil.

 

Eloy, ¿cuál es tu lector ideal para esta novela? Dijiste que era una novela para adultos, pero que podían leer los adolescentes de quince o dieciséis años. ¿Hay una edad para esta novela? ¿Por qué?

Yo siempre la concebí como una novela para adultos. Sin embargo, cada vez creo menos en esas diferencias tajantes que establecen las editoriales entre libros juveniles y libros para adultos. Mis alumnos del instituto están leyendo el libro y se lo están pasando en grande. Como es lógico, los pasajes que más les divierten son los más escabrosos. Exactamente lo mismo que a mí a su edad. Incluso diría que les resulto más simpático desde que me conocen en mi faceta de autor gamberro e irreverente. No hay edades adecuadas ni lectores específicos para este libro. Cualquier persona que la disfrute es el lector ideal de esta novela.

 

Después de haberla leído, debo confesarte que me ha encantado (ya era hora que te lo dijera a estas alturas de entrevista). Mezclas el suspense con el humor. Si yo fuera un todopoderoso editor, prometo que compraría los derechos y daría publicidad a esta novela porque sin duda, sería un exitazo. ¿Qué acogida esperas que tenga?

Pues creo que en el planteamiento de la pregunta está contenida la respuesta. Si la novela tuviera la promoción y distribución que podría proporcionarle una editorial poderosa, llegaría sin duda a mucha más gente. Pero la realidad es muy distinta. En fin, como casi siempre ocurre, estamos en manos del azar.

 

Una curiosidad, el diseño de la portada es tuyo. ¿Escritor, profesor e ilustrador?

No. Profesor en primer lugar y escritor en los ratos que me dejan mi trabajo y mis obligaciones. Lo que ocurre es que edito una pequeña revista literaria y me divierte mucho la parte técnica del asunto. La portada del libro no es más que el resultado de jugar un rato con el Photoshop. Cualquiera puede hacerlo. La ilustración es una cosa mucho más seria.

 

Una pregunta más general sobre literatura. Teniendo en cuenta las aberraciones que publican las editoriales (libros de famosos de la prensa rosa…), ¿crees que los escritores jóvenes pueden entrar en el mundillo literario y publicar?

Es ciertamente difícil, pero eso no debe desanimar a nadie. Hace unos años yo lo veía casi imposible y de pronto me he encontrado con cuatro novelas publicadas y otra en camino. Tampoco es preciso obsesionarse con la publicación, que además puede materializarse de muchas formas, algunas más factibles que otras.

Las revistas literarias, por ejemplo, suponen una alternativa estupenda para un escritor que empieza. Los certámenes literarios también. Al menos los más modestos, los de verdad, los que no han degenerado en meras campañas promocionales, con un ganador pactado de antemano y varios cientos de despistados haciendo de comparsas.

 

Te hago este pregunta porque me parece que eres un muy buen escritor pero no tienes la publicidad suficiente o quizá la fama necesaria para llegar a más lectores. ¿En qué se ha convertido la literatura de los últimos años?

En una industria. Pero no dramaticemos. También se publican buenos libros. Si creciera el número de buenos lectores, también lo haría, de forma proporcional, el número de títulos de calidad. Mientras la gente flipe con "El código Da Vinci" o compre el libro del juez Garzón, me parece que no hay nada que hacer.

 

Yo espero de ti que seas un escritor en pleno proceso de efervescencia y llegues donde te mereces, porque realmente has escrito una novela absolutamente estupenda. Te deseo toda la suerte del mundo.

Gracias Manel. Que Dios te oiga. Mientras tanto, seguiremos en el tajo.

 

ver + Eloy M. Cebrián

 

¿Te ha gustado? Compártelo:

Comentarios de los lectores:

Publicidad
Anika entre libros
Actividad subvencionada por el Ministerio de Cultura
Ministerio de cultura

Esta web utiliza cookies para obtener datos estadísticos de la navegación de sus usuarios. Si continúas navegando consideramos que aceptas su uso. Más información X Cerrar