Anika entre libros

Entrevista a Claudia Casanova por "La dama y el león" y "La tierra de Dios"

"De las incógnitas de esa vida cotidiana en la España de las tres culturas, se pueden escribir no una sino mil novelas a cuál más apasionante"

Firma: Ariodante Handeliana / Foto cabecera Ed. Planeta, cedida por la autora / Septiembre 2010

 

Claudia Casanova (Barcelona, 1974) es licenciada en Económicas y en Traducción. Desde hace diez años está vinculada al mundo del libro como editora, traductora y lectora profesional. Ha sido editora y posteriormente directora editorial de Ediciones Paidós. Ha traducido para Vintage Español, Simon & Schuster, Ediciones Península, Seix Barral, Ediciones Minotauro, Ediciones Paidós y Editorial Planeta. Ha colaborado con Círculo de Lectores, Tusquets Editores y Alba Editorial.

Ha publicado en Editorial Planeta dos novelas históricas: la primera, "La dama y el león" (2006), que transcurre en la Francia medieval y que ha sido traducida a varios idiomas. En 2009 publicó "La tierra de Dios", centrada en la España de las tres culturas. Es miembro de la American Historical Association y colabora con medios digitales y revistas de divulgación histórica como Muy Interesante o Historia y Vida. Actualmente está escribiendo su tercera novela, a la vez que colabora en la nueva editorial Ático de los Libros.

 

 

ENTREVISTA

 

Después de leer mucho tiempo a otros, ¿qué te hizo dar el paso de escribir y ser leída?

De hecho, tuve conciencia de que quería ser escritora mucho antes de empezar a editar y traducir. Entré en el mundo editorial desde abajo, como lectora profesional (que sigue siendo una de las actividades más divertidas del negocio, aunque no muy lucrativa) precisamente para encontrar un trabajo que me permitiera vivir entre libros, pero nunca dejé de escribir ni de sentirme escritora.

Escribo porque siento la necesidad de contar historias, de crear un mundo a partir de cero en el que los lectores puedan entrar y pasar un rato entretenido, emocionarse y disfrutar. Además, escribo porque me gusta ser leída: me encanta que los lectores me cuenten lo que han sentido con mis libros. Es para mí la gran recompensa de dedicarme a Claudiacasanova -portadasescribir, conectar con los demás a través de mis historias.

 

Podrías haber escrito sobre un amplio espectro de temas, ¿por qué elegiste novelas de aventuras de ambientación histórica? ¿y por qué el siglo XII, precisamente? ¿Has necesitado mucho tiempo para documentarte?

Empecé a interesarme sobre la Edad Media y el siglo XII en concreto tras la lectura de historiadores como Jacques LeGoff o Georges Duby, que supieron transmitir la belleza y la explosión cultural de un siglo que fue injustamente oscurecido por un Renacimiento deslumbrante, sí, pero que en última instancia bebió de los esfuerzos de los abades, guerreros y campesinos que vivieron y murieron en la Alta Edad Media, entre el 800 y el 1300. Además, las novelas de aventuras e históricas siempre me gustaron, desde que leí a Alejandro Dumas o a Walter Scott: son historias faltas de pretensiones, en el mejor sentido, y que sin embargo se graban en la mente de muchos lectores porque hablan de nociones que hoy nos parecen precisamente eso, novelescas, como el honor, la amistad y la lealtad -y no digamos el amor- y que todo el mundo desea tener en su vida. Y yo quiero hablar de todo eso. Creo que el siglo XII, y en general toda la Edad Media, ofrece estampas muy difíciles de rechazar para un escritor, dónde puede tejer una historia de personajes contra un fondo de acontecimientos increíblemente emocionante. En "La tierra de Dios", por ejemplo, esos lugares fueron Barcelona, Toledo y Córdoba, que son tesoros narrativos en sí mismos.

Dedico unos meses a documentarme, por supuesto: emprendo la lectura de una decena de libros para cada novela, y si hay algún episodio especialmente concreto en el que debo ser muy minuciosa, entonces profundizo mucho más, hasta leer tesis universitarias o trabajos más detallados. Mi labor como escritora luego consiste en tamizar y filtrar esos datos para que el lector perciba la ambientación, pero que no esté abrumado por ella. En términos culinarios, es como un aderezo, que no debe cargar el plato principal.

 

La heroína, Aalis de Sainte-Noire, podría ser considerada como una feminista del medioevo ¿crees que se pueden aplicar las categorías contemporáneas al modo de pensar del pasado?

Es una buena observación. Aalis de Sainte-Noire no debería definirse como feminista, pues ciertamente un concepto moderno no se aplica a un personaje ficticio o real del pasado, en la misma medida que no diríamos que la reina Isabel I es una líder o una superwoman, sino una monarca poderosa cuya habilidad política llevó a su país a convertirse en un imperio. Eso no quita para que las cualidades que van ligadas a esas palabras sean válidas para definir al personaje. Yo diría simplemente que a lo largo de "La dama y el león", Aalis aprende a ser valiente y a decidir por sí misma: se enfrenta a la imposición de su padre, al que no desea obedecer, y construye su destino.

En realidad, lo que pasa es que no se resigna, y eso la lleva a una actitud que a veces, desde el siglo XX, parece exclusivamente feminista. Para mí, la rebeldía de Aalis es pareja al espíritu de muchas mujeres, jóvenes y no tan jóvenes, que rechazan los barrotes de una prisión, real o imaginaria, que la sociedad de su tiempo les asigna.

 

Aún siendo ficción, para el personaje de Aalis ¿te has inspirado en alguna figura en particular?

Me inspiré en una de las leyendas que cuenta Jacobo de la Vorágine, de una mártir que rechazó casarse con el hombre al que la había prometido su familia, y declaró ser "esposa de Dios", lo cual ponía en un brete a la interesada familia: como novicia y virgen, era intocable según la Iglesia y había que respetar su vocación, pero ninguna jerarquía eclesiástica la ayudó pues pesaban más los intereses. La obligaron a ayunar, la encerraron, la torturaron incluso, pero no dio su brazo a torcer. ¡Mi protagonista no lo pasa tan mal, aunque sufre lo suyo!

 

El personaje de Dame Françoise podría haber dado más de sí, a una le queda por saber mucho de ella ¿Por qué lo dejaste tan breve?

De nuevo, buena pregunta: me pasa a menudo que los lectores me hablan de un personaje que les ha gustado especialmente y que piensan que no está suficientemente desarrollado. En "La tierra de Dios", por mayoría abrumadora, son Blasco de Maza y Pelegrín de Castillazuelo, por ejemplo. En el caso de Dame Françoise, efectivamente su historia da para otra novela, pero no es la que en ese momento quería contar, porque es justamente la cara opuesta de su hija: allí donde Aalis se enfrenta a su padre, Dame Françoise acepta que éste le repudie y la aparte de su vida sin plantar batalla. Después lamenta la decisión que tomó y el arrepentimiento marca los últimos años de su vida… En cierto sentido, es una historia mucho más melancólica y triste que la de Aalis. Pero también es cierto que esa característica de mis novelas, la de crear una galería muy amplia de personajes secundarios o no protagonistas sobre los que el lector siempre quiere leer más, me proporciona mucho material para futuras historias.

 

En "La tierra de Dios" abarcas muchos aspectos de la historia real, además de ampliar el campo de acción de los protagonistas ¿la mezcla de culturas de la España medieval te resulta atractiva?

En cuanto empecé a documentarme sobre el siglo XII para la primera novela en seguida me fijé también en las Españas medievales, pero en "La dama y el león" quería hablar de poesía, de la épica tal y como la habían escrito gente como Chrétien de Troyes y María de Francia, que vivían y se relacionaban en las cortes medievales de Champaña. Así que decidí guardar toda la información que encontré sobre la escuela de traductores de Toledo, los califas de Córdoba, el conde de Barcelona y el rey de Castilla para una segunda novela, que más tarde se convirtió en "La tierra de Dios".

Sí que me resulta muy interesante ese período histórico, porque es de nuevo un espléndido acertijo que resolver para un escritor: ¿cómo viven y mueren los enemigos de cada lado de la frontera? ¿Realmente es tan impermeable la división entre religiones, entre judíos, cristianos y musulmanes, o se producen intercambios culturales, casamientos, acuerdos comerciales? De las incógnitas de esa vida cotidiana en la España de las tres culturas, se pueden escribir no una sino mil novelas a cuál más apasionante. Al fin y al cabo, el conflicto es la semilla de una buena historia. Y hoy en día, la religión sigue siendo desgraciadamente noticia, así que era un excelente punto de partida, moderno por su vigencia y apasionante porque habla de nuestro pasado histórico.

 

Juegas mucho en ambas novelas con el tema de la ocultación, del disfraz, del hacerse pasar por otro, originando sorprendentes momentos, ¿qué significado tiene ese "nada es lo que parece"?

En el contexto de la novela histórica o de aventuras, es un buen ardid narrativo para crear, como bien dices, situaciones de tensión y emoción, como cuando Auxerre y Aalis se reencuentran en la corte de Córdoba. Es cierto que me gusta poner a mis personajes en situaciones comprometidas, donde no son quien dicen ser. Creo que en el fondo refleja algo que nos ocurre a todos, incluso en nuestra vida cotidiana: las muchas veces que alguien pretende ser o no ser, finge para obtener algo o para evitar una situación desagradable. Las pequeñas mentiras blancas, como dicen en inglés, (o las grandes mentiras negras, añadiría yo) son interesantes para mí como narradora. Las utilizo, además, en un contexto en que la diferencia entre la verdad y la mentira representa la vida o la muerte: en la Edad Media, una mujer disfrazada de hombre arriesga su cuello, un guerrero que miente a su rey también.

 

El amor acaba triunfante, pero tras una dura batalla, y las identidades de cada uno se mantienen muy fuertes ¿Cómo describirías las relaciones de Aalis con Auxerre? ¿Un quiero-y-no-puedo, un tira-y-afloja?

Sí, me gustó describir la certeza que desprenden Aalis y Auxerre, que sus personalidades estén bien definidas: odian o aman, dicen la verdad o mienten, pero no hay medias tintas. Se trata de una relación madura, donde dos personas en pie de igualdad, a pesar de la diferencia de clase y de la vida que han vivido (Auxerre, como se ve en la novela, es un mercenario que encontró refugio como capitán de la mesnada del castillo de Sainte-Noire, mientras que Aalis es esencialmente una doncella que nunca puso pie fuera del castillo al principio de la primera novela), en pie de igualdad porque los dos abordan su amor con honestidad, enfrentándose a todos los problemas que puede causarles.

En "La tierra de Dios" me propuse retratar cómo se relacionan dos personas el día después, cuando abren los ojos y a pesar de la pasión que sienten, siguen teniendo que afrontar no la monotonía (¡porque en las novelas históricas no hay sitio para eso!) pero sí la aventura y los riesgos, sabiendo que el otro corre peligro.

 

¿Y qué me dices del personaje de Fátima, cómo lo definirías, cuál es su papel en "La Tierra de Dios"?

Fátima es la clave de la intriga de la novela, el símbolo que buscan poseer las dos religiones, cristianos y musulmanes, para ganar la partida. Es un personaje que posee habilidades místicas y su valor es incalculable. Quería escribir sobre una persona cuyo carisma, magnetismo, fascinación podía literalmente mover montañas, empujar a los demás a batirse y dar su vida por ella. Escogí a una joven mora, casi una profetisa, basada en la figura histórica del Mahdi, aquél que ha de venir a liberar a los musulmanes del yugo de sus enemigos. Al mismo tiempo, hice que fuera una novicia criada en la fe cristiana porque quería contar su propio dilema: ser fiel a sus raíces o a la fe en la que ha sido educada.

 

En mi opinión tus dos novelas son más de aventuras, género absolutamente reivindicable ¿cómo definirías tus dos novelas, como históricas o de aventuras?

Es así: son novelas de aventuras con ambientación histórica, porque predomina la acción y la trama original frente a la estampa del siglo XII. Es decir, aunque aparecen el rey Alfonso de Castilla o el arzobispo Pedro Suárez de Deza, los personajes protagonistas son Aalis de Sainte-Noire, el capitán Auxerre y Louis L'Archevêque.

 

Ambas novelas son independientes, ya que la primera queda concluida aunque deje una puerta abierta, ¿pensaste en hacer una continuación, mientras la escribías?

Siempre quedan puertas abiertas, sobre todo para seguir las aventuras de Aalis y Auxerre primordialmente y por supuesto con otros personajes como Pelegrín de Castillazuelo, o Dame Françoise como sugerías antes, o incluso la propia Dame Jeanne, que me parece una mujer fatal divinamente interesante (de nuevo una etiqueta moderna para un comportamiento eterno). Pero no estaba pensando en ninguna continuación, sobre todo porque después de pasarte meses viviendo y escribiendo sobre unos determinados personajes, necesitas un tiempo para volver a sentir ganas de contar cosas sobre ellos: es como los amigos, tienen que pasarnos cosas para quedar otra vez a tomar un café y ponernos al día.

 

¿Hay rasgos tuyos en alguno de los personajes de estas novelas?

Sí, por supuesto: en todos los personajes, repartidos sibilinamente para que no se puedan deducir cuáles son ni en quiénes. Ya en serio, opino que siempre queda algo tuyo en los personajes, por mucho que intentes distanciarte o sean personas cuyas experiencias quedan lejos de tu vida. Es decir, yo no soy el monje galés Walter Map pero puedo compartir con él su gusto por una agradable charla; o no seré un pendenciero juerguista tal y como es Louis l'Archevêque, pero sí sé que es leal hasta la muerte a su amigo Auxerre, y puedo imaginarme cómo se expresa esa lealtad. Como escritora, precisamente quiero ayudar al lector a cruzar esa distancia entre la imaginación y una persona de carne hueso, con sus debilidades y pasiones.

 

Ya sé que se ha discutido mucho sobre esto, pero ¿crees que una novela histórica debe ser más novela que historia o respetar y seguir los hechos aunque lo novelesco se deteriore?

Pienso que el lector que quiera rigor histórico por encima de todo debe confiar en el ensayo, porque una novela es una obra de imaginación. Como escritora, siempre defenderé que la trama manda, y que al leer una novela histórica estamos frente a la visión de un novelista. Cada quien debe escoger qué prefiere, o alternar los dos tipos de lectura según lo que le apetezca. Eso sí, aunque hay margen para la fantasía, creo que hay unos mínimos que deben respetarse, a saber: en el siglo XII todavía no se ha inventado la imprenta, por poner un ejemplo grotesco, y con eso no se puede jugar.

 

¿Qué autores literarios te resultan más atractivos? ¿Cuáles son tus libros de cabecera?

Leo de todo, voraz y desordenamente: este verano he acabado varios libros de Joseph Conrad, en la magnífica biblioteca de autor de Alianza: La locura de Almayer y Victoria. Soy irremediablemente clásica en mis lecturas. Este año Tólstoi vale la pena buscar la edición de Guerra y paz recuperada por El Aleph en coedición con El Taller de Mario Muchnick con magnífica nueva traducción de Lydia Kúper. O si queréis reír un poco en estos tiempos que corren, también os recomiendo La cena de los infieles, de Beryl Bainbridge, que publica Ático de los Libros, la editorial en la que colaboro. Pero no tengo un único autor de cabecera: todos son bienvenidos siempre y cuando sienta, al terminar el libro que no he perdido el tiempo. ¡Que no es poco!

 

En tu siguiente obra, ¿continúas con la novela histórica o cambias de tercio?

La novela que estoy escribiendo ahora es histórica, transcurre también en el siglo XII pero en Languedoc, en el sur de Francia. Creo que gustará a los lectores de mis dos anteriores novelas, aunque es una historia completamente distinta, por lo que comentaba antes de dar una pausa a los personajes. Sí tengo ganas de cambiar de tercio, aunque será más adelante. De momento, sigo fiel a la Edad Media :)

 

Te deseamos desde aquí mucho éxito y una larga producción, tanto en tus textos como en tu labor editorial.

¡Muchas gracias a vosotros! Os sigo desde que abrí mi perfil de Facebook, y os felicito por vuestra labor.

 

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