Anika entre libros

Entrevista a Antonio Ortí por "Leyendas urbanas en España"

"siempre he pensado que las personas inteligentes saben leer entre líneas"

Firma: Anika Lillo / Fotos: autor / Junio 2005

 

Antonio Ortí (Valencia) es periodista y coautor, junto con Josep Sampere, de "Leyendas Urbanas en España" (6 ediciones y 49.823 ejemplares vendidos). Según declara, ahora se dedica a la vida contemplativa, por lo que es capaz de descubrir a chicas que se esconden detrás de un roble antes de que llegue su amigo. En la actualidad acaba de dar buena cuenta de "2666" de Roberto Bolaño -"tiene alma"- y coronado con éxito "La montaña mágica", de Thomas Mann, algo que pueden decir muy pocos.

Desde hace unos meses, Antonio Ortí ha dejado de trabajar en la acepción más extendida del término y permanece oculto en un lugar que prefiere no desvelar. Algunos especulan haberle visto en una pequeña población llamada Camarles (Tarragona). Otros, en cambio, sostienen haberse cruzado con él en un supermercado. Cuando le interrogamos al respecto, no se prodigó en detalles: "Es cierto, estoy con Elvis". Sobre la posibilidad de incluir una foto suya, se limitó a señalar que nos mandaría un olivo. Y lo hizo :) 

 

 

ENTREVISTA

 

En el interior de la portada de vuestro libro se dice de ti que eres una auténtica leyenda urbana. ¿Qué hay de cierto?

Nada. Simplemente soy un poco más alto que la media. Ahora bien, me encantaría ser como Cormac McCarthy y que la gente susurrara que vivo debajo de una torre petrolífera y que por eso no concedo entrevistas. De hecho, no descarto hacerlo en un futuro.

 

¿El tremendo éxito de vuestro libro puede entenderse como encontrar petróleo?

En absoluto. No quiero extenderme sobre este asunto, pero el libro acabó en la Audiencia Nacional. Los abogados de nuestra editorial llegaron a decir que actuábamos movidos por "oscuros intereses". Fue el único momento en que pude hablar durante los 4 años que duró el juicio. Al escuchar semejante teoría conspirativa exclamé "¡que los diga!". Pero la jueza me instó a guardar silencio justo cuando la cosa parecía ponerse divertida. Por cierto, hay una leyenda urbana que sostiene que si denuncias a una editorial pasas a formar parte de una lista negra y nunca jamás vuelves a escribir un libro.

 

Centrémonos en las leyendas urbanas, si te parece...

Bueno, en realidad, era lo que estaba haciendo. Después de investigar varios años sobre el tema he llegado a la conclusión de que las auténticas leyendas urbanas tienen que ver con creencias que jamás osamos poner en duda. Cosas como que el trabajo dignifica, que la justicia es igual para todos, que hay "días libres" y "días esclavos". En fin, podría extenderme hasta el infinito. Pero creo que, de hacerlo, no saldrían muy bien parados Bush, la globalización o el euro. De hecho, tal vez es posible que me mate un sicario (o que ya esté muerto en estos momentos)

 

Aceptémoslo. ¿Qué tal se encuentra Elvis?

Bueno, es el que lleva la voz cantante. Está en la Luna y, por mucho que me duela, está hecho un pánzer. Desde la Tierra sólo puede vérsele con ayuda de un potente telescopio los días de luna llena. Cuando el hombre, por fin, pise la Luna se dará cuenta de que sus adeptos se cuentan por miles. Y pon también que se drogan, pero no a la manera de aquí. Los devotos de "El Rey" necesitan sólo unas cuantas rebanadas de pan de molde, una generosa cantidad de mantequilla de cacahuete, un plátano y una parrilla (se come caliente) para sentir un auténtico subidón de azúcar.

 

Parece muy interesante. ¿Tienes más noticias del más allá? ¿Algún "última hora"?

Por supuesto. A montones. Por ejemplo, que Steven Spielberg y otros tipejos de su calaña están trabajando a las órdenes de una potencia galáctica que pretende invadirnos muy pronto. ¿Sabes cuantas entradas de Spielberg hay sólo en "Google"?: 3.580.000. Para empezar, su cerebro lo manejan a su antojo los "extras". Por eso, siempre presenta a los monstruitos -ver "ET"- como gente amable, repleta de buenos sentimientos. Lo hace para que nos confiemos. Para que cuando aterricen aquí les recibamos con los brazos abiertos. Lo que sucederá entonces ya te lo anticipo: nos aniquilarán por completo. Y no sólo está Spielberg. Os sorprendería la cantidad de tipos que están metidos en el ajo. Gente como Daniel Cohn-Bendit, que se hicieron célebres en mayo del 1968, y que ahora hacen campaña a favor de la constitución europea, que es como decir de los extraterrestres.

 

¿No temes que la gente te tome por loco?

Bueno, yo siempre he pensado que las personas inteligentes saben leer entre líneas. En el tiempo que llevamos de entrevista pienso que he dicho cosas que no deberían implicar mi internamiento en un psiquiátrico. Mira Anika, la gente se suele tomar las leyendas urbanas a risa. Josep y yo hemos sido entrevistados por casi todas las televisiones (desde la CNN hasta el Canal Internacional de TVE, pasando por Canal +, La 2, etc.), por decenas de radios y por un buen número de periódicos y revistas. ¿Y sabes cuál es la sensación que nos queda?: que hemos sido utilizados como monos de circo. Casi nadie ha parecido reparar en que nuestra intención era cartografiar el imaginario urbano, los miedos temores y recelos que ha traído la vida en ciudad. Tampoco que la ciudad, feudo tradicional antonioortide la razón y la ciencia, ha cogido el relevo al campo a la hora de generar relatos de este tipo (¡incluso la Vírgen María se aparece ahora en el metro en lugar de en una cueva!). Por no haberse apercibido, ni siquiera han tomado en consideración que entre las miles de cosas que un ser humano puede llegarse a inventar, sólo muy pocas acaban triunfando. Porque esa es una característica intrínseca de las leyendas urbanas: su carácter internacional. En un 99% de los casos, las historias que se cuentan aquí (robos de riñones, autoestopistas que desaparecen en una curva, señores que reparten caramelos llenos de droga a la puerta de los colegios) son las mismas. ¿Qué piensas de eso?

 

Prefiero que me lo digas tú.

Yo creo que no tenemos bastante con el "imperio de la razón", que tenemos un sustrato mítico que se remonta a tiempos inmemoriales. Las leyendas urbanas, en ese sentido, sintetizan la historia clandestina del mundo, son la versión extra-oficial de lo sucedido, la que jamás contará Urdaci. Y otra cosa, cultivan una cualidad que yo aprecio mucho en los tiempos que corren: el escepticismo. A su manera, ponen en entredicho el orden establecido, lo que ya de por sí es loable.

 

Vuestro libro ha merecido calificativos como "erudito", incluso es de lectura obligada en algunas Universidades de Antropología o Sociología españolas. Para más inri, ha superado la prueba del algodón: está agotado. Sin embargo, tus palabras traslucen un cierto cansancio.

Es cierto. Estamos cansados de entrevistas. De hecho, me gustaría que esta fuera la última. Sabes, desde que se agotó el libro (después de que el juez nos devolviera los derechos dejó de reimprimirse), un buen número de bibliotecas públicas lo "perdieron", lo que en el argot significa que fue robado. La verdad es que agradecemos de corazón tantas muestras de cariño. De hecho, es nuestro primer libro y la sensación, os lo puedo asegurar, es increíble. Un día sale de la imprenta y lo abres y huele a nuevo y en la tapa pone tu nombre. Es como un sueño. Hay pocas cosas que se puedan comparar a eso (bueno, tal vez el ascenso del Levante UD a Primera). Pero una vez dicho eso, nos gustaría que el ejemplo no se extendiese, dado que las bibliotecas son una de las pocas cosas buenas que tenemos. A poco que podamos lo reeditaremos. De hecho, estamos considerando seriamente esa posibilidad, aunque ya sabemos que dinero no veremos mucho.

 

¿Por qué me has concedido a mí la que dices que puede ser tu última entrevista?

Porque no me la pediste. O tal vez porque aprecio lo que cuesta sacar tiempo de donde no se tiene para hacer páginas como la tuya. Y eso que la crítica que nos hiciste era una birria: ¿qué quiere decir eso de que es un libro para leer a ratos? En realidad, hubiéramos preferido que dijeras que, después de "Meridiano de sangre" (también hubiera servido "Llámalo sueño", de Henry Roth), es el mejor libro que se ha escrito en muchos años. Hubiera sido una mentira piadosa que nos habría llenado de orgullo, aunque en nuestro fuero interno te hubiéramos tomado por loca. Como tú hace un rato...

 

De ser así, me quedo con mi reseña... :)

De todas maneras te aconsejo que un médico te dé un buen repaso. Cuando le cuentes que te gusta leer mucho, seguro que sales con un montón de pastillas. Pero volvamos al mundo de los cuerdos... Mira "ciberanika", si estoy aquí ahora contigo, "inventándome" esta entrevista, es porque a través de los correos que nos hemos intercambiado me he dado cuenta de que eres una persona que vale la pena. De hecho, recuerda que tenemos que quemar un jeep azul de tu hijo por Fallas. Pienso que, ya de paso, podrías preparar una paella. Siempre que sepas, claro, porque de no ser así prefiero lentejas.

 

¿Cómo se te dan a ti las paellas?

Soy casi infalible. Además, no cometo herejías como poner cebolla, mezclar la carne con el pescado o utilizar tacitas para medir el arroz y el agua. Empleo la receta de Concha Furió, mi abuela, y me rijo por el libro que la Asociación de Arroceros de Valencia editó en 1923.

 

Ya que estamos en materia, dime Antonio: ¿es cierto que no se celebran entierros de chinos en España porque nos los comemos al chop-suey?

Bueno, en cierta manera todos somos antropófagos involuntarios. Yo mismo creo haber traspasado "el último tabú" sin tener conocimiento de causa. Piensa que durante un año me trasladaba semanalmente a Igualada (una localidad a 70 km de Barcelona), donde vive Josep Sampere, y acabábamos comiendo en un chino porque era barato. Tal vez por eso, soy capaz de oler el glutamato a más de cien metros de distancia. Pero una cosa quiero dejar claro: los chinos saben mucho mejor que muchas paellas que se perpetran en Barcelona. Incluso iría más lejos y diría que no tienen nada que envidiar a los pollos, las vacas o la soja. Cualquier cosa frita y convenientemente troceada tiene hoy en día un sabor parecido.

 

leyendasurbanas¿Hay algunas leyendas urbanas que sean verdad?

Bueno, eso depende de lo que tú entiendas por "verdad". Por ejemplo, hay personas a las que se les aparece la Vírgen. ¿Eso es "verdad"? Pues con las leyendas pasa un poco lo mismo. Comúnmente se acepta que las leyendas se hacen eco del "saber del pueblo", que es tan legítimo como la historia que nos han legado los todopoderosos (y donde, por cierto, no salimos ninguno de nosotros en la "foto").

Pero volviendo a tu pregunta, sí, algunas leyendas parten de hechos verídicos, aunque son las menos. En 1923 Coca-Cola perdió un juicio porque se encontraron restos de ratón en sus botellas. Pero lo más importante es la moraleja.

 

Soy toda oídos...

Bueno, las leyendas urbanas (el nombre comercial con el que se designa al folklore contemporáneo) plasman, insisto, los miedos que ha traído la vida en ciudad. De hecho, las grandes urbes se han convertido en algo parecido al laberinto que tuvo que atravesar Teseo en Creta. Un camino repleto de peligros entre los que podríamos destacar el miedo al otro, al desconocido, el pavor que infunden culturas distintas a las nuestras, las perversiones gastronómicas, los avances técnicos precipitados, etc. En realidad, suelen ser muy conservadoras. Pero también las hay que se enfrentan al poder establecido.

 

¿Algo más?

Bueno, se podría decir que desde un punto de vista mitológico sería posible distinguir algo así como tres niveles. De "arriba" nos vendrían seres "sobretecnológicos" (en vez de "sobrenaturales" como sucedía antaño), en un plano intermedio estaríamos nosotros, cada vez más solos y con más electrodomésticos, mientras que el subsuelo, las alcantarillas, vendría a ser una metáfora del infierno, el lugar donde se cobijan seres deformes, cocodrilos albinos, fantasmas de la ópera o jorobados de la morgue.

 

¿Te gustaría añadir algo de libre iniciativa antes de concluir la entrevista?

Simplemente saludar a las personas que lean esto. También a los seguidores del Levante UD. Y a ti, por supuesto.

 

Ya para acabar (y ahora en serio). ¿Debo creerme que ésta es la última entrevista que concedes?

Debes. Mi foto o mi vida privada no debería interesar a nadie. Respecto a las leyendas urbanas, todo lo que podemos decir está en el libro. Lo que ocurre es que a muchos periodistas les da pereza leérselo y luego te fusilan con preguntas absurdas y complicidades demenciales para hacer reír a su audiencia. A mí encanta hacer reír a la gente, pero sin que me pongan día y hora.

Debes saber que esta es la primera entrevista que concedo en 2 años y lo mismo podría decir de Josep Sampere. Incluso Manel Fuentes (un buen tipo) nos tentó para que estuviéramos en su programa inaugural. Pero no fuimos. La intención, tanto de Josep como mía, es que, de darse el caso, se respete nuestra voluntad. Nosotros escribimos para los lectores y no para convertirnos en cracks mediáticos.

De hecho, si ves que incumplimos nuestra promesa no descartes que nos hayan drogado como a vulgares perros policías (son todos toxicómanos). De ser así, te prometo que diré "¡guau!" en algún momento. Esa será mi contraseña, ¿de acuerdo?

 

Nota de Anika: Esta entrevista originalmente no contenía fotografía de Antonio Ortí porque el periodista quería mantener su físico oculto, no obstante al reinaugurar la web descubrí que Antonio tenía ya una web oficial (www.antonioorti.com) y que contenía fotografías públicas, por ello decidí ilustrarla con su imagen y así tener la opción de poder proveerle también de ficha de autor.

 

ver + Antonio Ortí

 

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