Anika entre libros

Entrevista a Alfonso Bauluz por "Objetivo Bagdad. 12 reporteros en la guerra de Irak"

"No creo en la neutralidad de los periodistas"

Firma: Erasmo R. / Fotos: autor / Enero 2004

 

Alfonso Bauluz es un hombre curtido, aunque joven, que proviene de una tierra dura y vieja -Asturias- que tal vez por eso, soporta con entereza todas las venturas y desventuras que le ha deparado del destino hasta ahora.

Ha compartido el dolor de los habitantes de los arrabales de Manila, las calamidades de Malabo, capital de la torturada ex colonia española de Guinea Ecuatorial... y más cosas.

Quizá por eso no dudó ni un minuto cuando tuvo la oportunidad de ir a acompañar a las tropas de EEUU en lo que, por ahora, es la última aventura militar colonial de la civilización occidental. Sus vivencias en la invasión de Irak han pasado ahora a un libro, editado por al Agencia EFE, en el que comparte protagonismo con otros autores: "Objetivo Bagdad. 12 reporteros en la guerra de Irak".

 

 

ENTREVISTA

 

¿Alfonso, qué es lo que pretende este libro?

Bien, es evidente que la primera premisa es que desea reflejar los diversos puntos de vista de las personas que participamos en su redacción y que tuvimos una participación en los acontecimientos de la invasión de Irak. Una de las ventajas de este libro es que, no sólo presenta el punto de vista de los informadores occidentales, sino que como pueden comprobar los lectores, también se recoge la de los periodistas iraquíes que nos acompañaban y la de los periodistas árabes en la región y, por supuesto, los españoles que trabajan para EFE en la zona.

Pero además de estos, cuyo testimonio es directo, están los de los compañeros que aportan su vivencia desde fuera del campo de acción. Me refiero a los de Estados Unidos y Qatar, por ejemplo, además de París, Londres y todos aquellos que se han visto involucrados.

 

Así que no se trata de una perspectiva sólo española...

Pues efectivamente no es sólo española. Ya te digo que está incluida la del iraquí que trabaja para EFE. Me gustaría que los lectores tuvieran en consideración el caso de este compañero porque, además de trabajar para nuestra agencia, tenía que preocuparse de que su familia que, evidentemente vive en Irak, tenga comida cada día y de que no les caiga una bomba encima.

Así pues fíjate si su testimonio es bien diferente del que pueda dar otro. O sea, para dejar claro el asunto, hemos recogido los puntos de vista de los periodistas que EFE tiene en la zona y no sólo de los españoles que fuimos allí.

 

Alfonso, siempre se ha dicho que el periodista por excelencia es aquel que cuenta las cosas de la forma más objetiva posible pero ¿se puede ser objetivo en una guerra?

Mira, yo no creo que el periodista pueda ser objetivo, no creo en la neutralidad de los periodistas, ni tampoco en su necesidad. Cuando cualquier autoridad comete un acto de injusticia contra algún ciudadano, el periodista informa de esa injusticia, puede -si quiere- preguntar la opinión a la autoridad, pero puede también tomar partido y dar su opinión sobre la cuestión. Y en este caso (la guerra) la cuestión es mucho más sangrante. Estoy convencido de que el 85 por ciento de los periodistas que cubrimos esa información estábamos convencidos de que esa guerra no tenía sentido, salvo de la de derrocar a un tirano, pero claro la cantidad de tiranos para derrocar es ilimitada, así que por donde empezamos...

Yo soy partidario de derrocar tiranos, otra cosa es ver quien se arroga esa potestad.

Pero, por volver a la cuestión, lo que no se debe de perder de vista es que tú eres periodista y tienes la obligación de saber quien es el destinatario de las noticias o de las historias que cuentas. En mi caso, yo viajé con muchos hispanos (marines) que tienen familiares en Puerto Rico, o que leen los periódicos de México. Pues le doy un matiz hispano a lo que cuento porque así tiene mucho más interés para el público que es destinatario de nuestra información.

 

Me gustaría saber si habéis sufrido algún tipo de censura en las informaciones que habéis transmitido como consecuencia de la postura oficial del gobierno español de apoyar esta "guerra preventiva".

No, extrañamente no. Las cosas que yo he dictado por teléfono han salido tal cual y, para mi sorpresa, no me han tocado absolutamente nada. Pero quiero apuntarte algo que es también importante y que era una de las mayores dificultades: no quedarte informativamente aislado. De hecho yo dedicaba tres horas diarias a hablar con Madrid, o con Julio Anguita Parrado, que iba con el ejército de tierra, o con El Cairo o también escuchaba la BBC. Así estaba perfectamente informado de lo que pasaba en el mundo y no era presa del triunfalismo oficial de la propaganda de los Estados Unidos sobre el terreno.

 

O sea que no estabas aislado en mitad del desierto...

Para nada, estaba "empotrado", pero no aislado. Es más sabía lo que estaban publicando los medios españoles, los estadounidenses y los de otros países.

 

Oye Alfonso, y la convivencia de tantas horas con los Marines ¿no os produjo una especie de "síndrome de Estocolmo"?

Pues no, aunque eso no quiere decir que no tengas una buena relación con personas concretas. En mi caso, por ejemplo, logré una relación de amistad con el conductor (mexicano) del todo terreno en el que iba, pero por ejemplo Mercedes Gallego se topó con un ambiente muy machista.

Hay militares que soportan la presencia de periodistas y otros que los detestan profundamente, con lo cual la relación se hace muy difícil.

 

¿Se ha utilizado la religión como argumento en esta guerra?

Pues quizá no se pueda decir eso exactamente. Verás, en el ejército de los Estados Unidos hay libertad de creencias y todas las religiones tienen sus capellanes. Bueno, cuando existe el temor de una posible muerte cercana, los capellanes puede hacer una labor, que sí puede suponer un cierto proselitismo, aunque ellos lo llamen confortar a los espíritus. Recuerdo que yo le pregunté al capitán capellán católico que cómo hacía para poder obedecer al Papa y a Bush al mismo tiempo, y me contestó "yo estoy aquí para confortar a los marines". Hombre, evidentemente, es un contrasentido que un capellán católico este militarmente a las ordenes de Bush.

 

Y después de todo lo que has visto, lo que has comprobado, de lo que has contado, ¿crees que esta guerra tenía algún sentido?

No hacía falta ir a Irak para saber que esta guerra no tenía sentido, o mejor dicho, tiene un sentido, pero que es perverso, que es controlar las materias primas, controlar una región del mundo e imponer el dicktat americano.

 

Pero además se ha demostrado que todo estaba basado en una serie de mentiras...

Pues te digo lo mismo, eso lo sabíamos casi todos, sin necesidad de ir a Irak a comprobarlo. Eso forma parte de toda la parafernalia propagandística de todas las guerras. Lo que pasa es que esta vez no ha colado.

 

Y encima se llevaron a periodistas...

Sí, pero precisamente para no perder por completo el control de la información. Sin la presencia de periodistas la información hubiera circulado sólo por internet, que está fuera del control de los Estados Unidos. Y hubiera salido todo tipo de información sin posibilidad de que ellos hubieran podido intervenir ni siquiera en su propio país. No hubieran controlado los mensajes. 

Y ten la seguridad de que los americanos quieren que les cuentan lo buenos y valerosos que son sus soldados. No que son malos y cometen asesinatos. Así que, de esta manera, han tenido un cierto control de la información, de lo contrario internet hubiera tomado el relevo y el resultado hubiera sido catastrófico para el gobierno de EE.UU.

 

Y, ¿crees que en general los ciudadanos han estado bien informados?

Pues un poco de todo. Por ejemplo no se ha sabido trasladar a la opinión pública la enorme desproporción entre el ejército de Irak, si es que se le puede llamar así, y que además no tenía ganas de luchar, con el despliegue los estados Unidos, que además ha sido medio-bajo. Insisto en que esto no se ha sabido contar bien.

A veces nuestra propia vanidad nos hacía dar más importancia a un tiroteo, un pequeño núcleo de resistencia, que era mínimo, por muy encarnizado que pueda ser, sobre todo considerado en el contexto general de toda la guerra.

 

Y después de la guerra ¿qué?, porque parece que la posguerra está siendo un desastre.

Es que no es una posguerra, es una ocupación. Y como el ejército ocupante no ha conseguido en absoluto mejorar las condiciones de vida de los iraquíes, lo que les hubiera servido para conseguir un apoyo popular mínimamente razonable pues es un desastre, como dices.

Hay un problema, y es que las potencias ocupantes no han logrado convencer a los iraquíes de que están muy bien en la actual situación. Y claro, además ahora los muertos (ocupantes) ya no son muertos en combate, sino en funciones policiales, lo cual tiene mucha menos gloria en términos militares, salvo en el caso español. Ya van más de 500 muertos y no sabemos cuál es la cifra tope para que la opinión de los estadounidenses cambie de tal forma que le pongan coto a los desmanes de Bush y su consejo de administración. No son capaces de imponer su voluntad por un motivo muy sencillo: la población no les quiere ahí.

 

Y sobre las muertes de José Couso y Julio Anguita qué tienes que decir...

A mí personalmente me desmoronó la muerte de Anguita, porque supuso que de los tres periodista españoles que fuimos con las tropas de EEUU (Mercedes Gallego, Julio Anguita y Alfonso Bauluz) uno cayó, lo que significa una baja del 33 por ciento y esto es mucho para poder aceptarlo sin más. Esto te hace plantearte muchas cosas.

Lo del Hotel Palestina es otra cosa. Ya antes un avión había lanzado una bomba, creo que pudo ser de forma deliberada, sobre la sede de Al Yazira, que mató a un periodista y esto es otra cosa, porque si es deliberado es claramente una represalia contra el periodismo árabe, que han contado su versión de los hechos, una veces con mucho acierto y otras con menos, pero siempre con honradez.

Pero vuelvo a lo del Palestina. Un soldado no puede tener los ojos ciegos, no puede actuar por su cuenta y no puede hacer algo que esté en contra de los deseos del mando. Por eso hay que aclarar algunas cosas. Es lógico que la familia de Couso y lo que apoyan su causa, entre los que me encuentro, quieran llevar ante un tribunal a quien efectuó el disparo, es decir al artillero del tanque, y otra es que sólo hay que juzgar a ese individuo. Su testimonio debe servir para conocer con exactitud todos los incumplimientos de la cadena de mando. Parece claro que nadie tomó medidas para impedir que el Hotel Palestina fuera atacado y eso como fue un acto alevoso tiene una responsabilidad criminal. Y creo que el tanquista no es el mayor responsable de la historia. Insisto, nadie dio la orden desde Washington de que fuera protegido ese hotel, no sólo que no fuera atacado, sino que fuera protegido.

 

Y la actitud del Gobierno español en este tema concreto...

Pues, en lo que se refiere a la actitud política es absoluta sumisión al Gobierno de George Bush, y la jurídica es incalificable. No vale lamentar la muerte y no condenarla. Condenarla porque es injusta y se podía haber evitado.

 

ver + Alfonso Bauluz

 

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