Anika entre libros

Entrevista a Agustín Fernández Mallo por "Nocilla Experience"

"Creo que da igual el método, lo que importa al final es la obra, el resultado"

Firma: Joseph B. Macgregor / Fotos: autor / Julio 2008

 

Hace unos meses entrevisté en estas mismas páginas a Agustín Fernández Mallo con motivo de la publicación del primer título de su Trilogía: Nocilla Dream.


Ahora que Alfaguara ha editado por fin el segundo libro de la serie, Nocilla Experience, converso de nuevo con él sobre aquellos aspectos que he considerado más interesantes o motivadores de la nueva experiencia literaria de Agustín.

 

 

ENTREVISTA

 

Nocilla Experience es el segundo título de la Trilogía iniciada con "Nocilla Dream" y que verá concluida con la próxima publicación de "Nocilla Lab" ¿Qué puntos de contacto tiene Experience… con Dream…?

Quizá una propensión a investigar la soledad, tanto en los personajes como sublimada en un paisaje. Quizá esas son las dos metáforas que recorren los dos libros.

 

¿De qué modo complementa a la anterior?

El asunto es que en Nocilla Dream me centraba en los desiertos "calientes", y en Nocilla Experience en los desiertos "fríos". Eso de alguna manera condiciona la investigación poética de la soledad. Me interesan esos lugares de frontera, en los que la soledad planea sin llegar a descender del todo. Me faltaban esos desiertos fríos para Agustincorazoncompletarla. Pero también hay que decir que no fue algo planeado, sino una continuación lógica y natural, de la que me di cuenta cuando terminé la novela y la releí.

 

¿En qué aspectos son diferencias? ¿Qué aporta esta segunda entrega de novedosa?

No lo sé. Eso es muy difícil de responder, los lectores son los que tiene que juzgar. En Nocilla Experience las historias son un poco más cerradas, menos abiertas (aunque también quedan abiertas), y eso puede que sea un paso más en mi narrativa, en mi estética.

 

En este libro está muy presente la arquitectura…

En todos mis libros. La arquitectura es casi la única de las artes que es capaz de transformar la vida de las personas en un abrir y cerrar de ojos. Es impresionante ver cómo unos volúmenes sobre un horizonte determinan la forma de vivir no ya un paisaje sino los modos de relacionarlos con el resto de sociedad. Pero a mí lo que más me gusta es lo que podríamos llamar "arquitectura teórica", proyectos imposibles pero con una sólida base construible. Supongo que eso es influencia de Borges o de Italo Calvino.

 

Es también un libro mucho más urbano…

¿Sí? Bueno, no lo había pensado.

 

Aquí no existe un paisaje común, como sucedía en "Nocilla Dream": el árbol de los zapatos, el desierto…

Existe sólo más difuso. La imagen de la que partí fue ese palacio en mitad de la estepa dedicado al parchís y que jamás ha llegado a estrenarse. Existe, y sus circunstancias son esas, sólo que está dedicado al ajedrez. Yo le puse el parchís porque me parece más interesante que el ajedrez. Y ese elemento del dado de juegos, de la tirada, del azar, que remite el palacio, creo que es una constante en el libro.

 

Con "Nocilla Experience" me sucede algo -que también me pasaba con "Nocilla Dream" aunque con menor medida- y se trata de algo tan borgiano como no saber hasta qué punto algunas cosas que describes son reales o ficticias… los ecosistemas de azotea, el edificio de ocho plantas destinado a albergar 900 cabezas de ganado porcino, los niños que atraviesan los oleoductos…

Bueno, es que como tú dices eso es muy borgiano, y es una de las cosas que siempre me ha atraído de Borges, la falsa cita mezclada con la cita cierta. Es parte del juego de la novela. Creo que eso funciona a favor de la narración, lo que llamaríamos hoy docuficción. A mí me alegra que me digas eso.

 

A través de la serie de capítulos que dan forma esta suerte de "zapping" literario, se nos habla de la soledad del ser humano…

Sí, es lo que te decía antes. Es que la soledad es algo que no llego a entender, y como no llego a entenderla supongo que por eso me atrae y escribo acerca de ella. Parece que no podemos vivir solos, pero a veces, cuando estamos acompañados tenemos nostalgia de cierta soledad. Por lo demás, las vidas un tanto extrañas que llevan los personajes no son más que un reflejo de esa soledad, una máscara de la soledad.

 

Son todas historias de seres solitarios que buscan en el arte, en sus hobbys, en sus obsesiones, en sus excentricidades, una forma de huida o de superación cotidiana de semejante estado, algo que hace más digerible el día a día…

Claro, es que yo creo que todos buscamos entretenernos con cosas, asombrarnos, darnos sustos, para no pensar en el susto definitivo, que, evidentemente, es la muerte.

 

Tus personajes intentan hacer arte a través del reciclaje de elementos cotidianos como latas de gasolina, discos duros, sábanas colgadas de alambres, etc.; o de la formulación de teorías científicas como "La teoría de las Bolas Abiertas y las Bolas cerradas"; o del diseño de construcciones arquitectónicas cómo La Torre de los Agustinfmallo1suicidas, el Museo de la Ruina, la torre de cristal (dedicada a albergar todo lo relacionado con el juego del parchís)

Es que la cotidianidad está llena de basura, de imágenes, conversaciones, objetos, páginas web, comida, etc, que pasan y no nos sirven para nada. La pregunta es: ¿con todo ese Spam, se podría hacer una novela? ¿Qué ocurriría si somos capaces de reelaborarlo en nuestro beneficio, en un asunto poetizable y estético?

 

En relación con esto ¿La teoría de Marc sobre el componente fermiónico de la soledad es compatible con la de las Bolas Cerradas? ¿Es complementaria o contingente?

Supongo que sí son compatibles. La teoría de las Bolas de Julio lo único que dice es que todos tenemos un espacio vital alrededor, y que en ese espacio esférico se dan los roces y los afectos. No dice nada de si esas bolas deciden estar solas o acompañadas. Habrá unas que sí y otras que no.

 

¿En qué sentido está el parchís más relacionado con la vida que el ajedrez?

Eso es una exageración literaria, pero está claro que debemos más al azar que a mecánicas leyes. En el sentido de que las partidas de ajedrez en alguna parte ya están escritas, sólo hay que tener la inteligencia para combinarlas, y el parchís es algo que nace a cada momento, con toda su indefinición y su incertidumbre.

 

En la anterior entrevista que te hice sobre "Nocilla Dream", afirmabas que no habías leído "Rayuela" en profundidad, sólo a trozos… sin embargo, en "Nocilla Experience" forma parte importante de la trama de una de las historias…

Es que creo que no tiene nada que ver. Uno puede estar fascinado por la luna pero no haber pisado la luna, ni siquiera tiene por qué haberla visto.

 

¿Por qué esa obsesión por la primera secuencia de "Apocalipse Now"?

Funciona a modo de mantra expansivo, que va rodeando la narración, un globo que se va inflando y al final cobra sentido. Me parece magistral ese monólogo de la película. Mientras escribía la novela se me apareció de una manera muy explícita, y vi claro que tenía que estar, no tenía claro de qué manera, pero tenía que estar. Después, espontáneamente, fue tomando esa forma.

 

¿Por qué en los capítulos finales optas por contar una historia de modo lineal? Es como un pequeño cuento...

No lo sé. No opto, la historia me escoge a mí. Además ahí es donde cobra sentido lo que decías de Apocalipse Now. No funciono por programación y si de repente creo que ese tipo de historia es la que vale, pues la meto, sin más.

 

¿De qué modo te planteas la creación de esta novela? ¿Cuál es tu método de trabajo?

No tengo método. Se me va apareciendo a medida que voy escribiendo. Nos sé nada de lo que ocurrirá mientras escribo.

 

¿Qué criterio utilizas para escoger los textos metaliterarios o las diferentes citas que aparecen en algunos capítulos?

Por intuición, por ligazón poética. Eso no sé explicarlo. No hay criterio, hay metáfora. De repente veo que ese texto que por casualidad he leído, es el que poéticamente funciona, y lo meto. Ahí trabajo más como los artistas plásticos o los poetas que como los novelistas más programados. En cualquier caso, creo que da igual el método, lo que importa al final es la obra, el resultado.

 

Con respecto a esto, me da la impresión que cuando citas las entrevistas realizadas por Pablo Gil en "El pop después del fin del pop", estás de algún modo expresando tu cansancio por las clasificaciones, generaciones Nocillas y demás… Lo veo muy claro en el capítulo nº 62, en el que aparece una declaración del productor y líder del grupo Shellac… Me da la impresión de que quieres desmarcarte un poco de la adscripción a cualquier tipo de grupo o generación…

No, no, qué va, piensa que yo este libro lo escribí en 2004, cuando aún no había ni lo de generación Nocilla ni nada, aún ni había publicado Nocilla Dream. Los puse por lo que te decía antes, creo funcionaban a modo de poética del propio libro.

 

Pues es todo, Agustín. Muchísimas gracias por tus respuestas.

Gracias, a ti, un abrazo 

 

ver + Agustín Fernández Mallo

 

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