Anika entre libros

Entrevista a José Carlos Carmona por "Sabor a canela"

"Veo diariamente centenares de libros escritos de igual manera, sin un estilo específico, preocupándose solamente de la trama y dando por sentado la forma de escribir. Reniego de eso"

Firma: Verónica Butler / Fotos: Autor / Abril 2010

 

José Carlos Carmona es un artista malagueño de la música y de la palabra, que en la época actual podríamos considerar la reencarnación del Hombre del Renacimiento por las múltiples y variadas disciplinas en las que se mueve como pez en el agua: Director de Orquesta; Profesor en la Universidad de Sevilla, Filósofo; Escritor y amante del cine.

Con su primera novela publicada Sabor a Chocolate, consiguió el Premio Universidad de Sevilla en su XIII edición y el éxito de crítica y público con más de 100.000 ejemplares vendidos.

Hoy conversamos con él a raíz de la publicación de otra historia deliciosa: Sabor a Canela.

 

 

ENTREVISTA

 

José Carlos, muchas gracias por concederme un poco de tu escaso tiempo para hablar de tus nuevos proyectos. En esta nueva novela has dispuesto los capítulos muy cortos como en la anterior. ¿Sientes que envuelves mejor al lector en la trama dosificando la información que cuentas en ellos?

La idea funciona al revés: creo que como los lectores no tienen tiempo para leer o están permanentemente seducidos por infinidad de propuestas, hay que adecuar los ritmos narrativos a sus formas de percibir. Creo que nuestra mente contemporánea ha adoptado una capacidad para hacer varias cosas a la vez y tiene dificultad para concentrarse en una sola (y no lo digo como crítica, me parece interesante). Hoy la gente trabaja en el ordenador con varias páginas abiertas a la vez y muchas tareas establecidas que llevan en paralelo, o leen y contestan el teléfono, o se desplazan o viajan. Parece que para la Canelachocolatemayoría de la gente (sigue habiendo gente sosegada, cómo no) la concentración en una sola cosa mucho tiempo es difícil, y más cuanto más jóvenes. Por eso me pareció bien escribir capítulos cortos en estas dos últimas novelas. Es una escritura fragmentada, como la cultura actual. Para mí es más difícil escribir conteniendo que distendiendo. Yo tengo un verbo fácil y, por eso, escribir con frases cortas, me ha resultado un trabajo laborioso.

Por otra parte, no me importaba tanto la trama (aunque los lectores se han dejado llevar por ella) como por la forma de contar. Veo diariamente centenares de libros escritos de igual manera, sin un estilo específico, preocupándose solamente de la trama y dando por sentado la forma de escribir. Reniego de eso. Espero no escribir ningún libro nunca así. Un artista debe estar preocupado por la forma antes que por el contenido. Contenidos, o sea, argumentos, podemos encontrar tan ricos y variados como los de las novelas en otros soportes. Pero la forma literaria establece un marco que ha dado juego estético durante siglos. Y en esa batalla sigo inmerso: en la de la búsqueda de formas que impliquen un estilo especial para el lector. Y creo que lo he conseguido con estas novelas.

 

Leyendo la novela al evocar el aroma de la canela y lo que significa en la vida de Cecile, me preguntaba ¿por qué has utilizado esta especia para dar título al libro? ¿Tiene algún significado secreto para ti que puedas desvelarme?

Del primer significado que he querido huir es el de que la canela es afrodisíaca, que es un mito muy extendido que creo que no está justificado. Y si lees bien la novela verás que no hay ni una sola referencia a ello en ella. No obstante, suponía que los lectores se la aplicarían motu propio desde que leyeran la portada.

No. Todo eso de la canela empezó casi como una broma porque estaba en plena sorpresa del éxito de mi anterior novela cuando un amigo me dijo que la siguiente se podía llamar "Sabor a canela" y algunos otros nombres más procaces con los que nos reímos un rato. Pero como mi anterior editora me había dicho que el público querría más de lo mismo y yo ya había escrito después de "Sabor a chocolate" otras dos novelas sin este estilo que nadie quería comprar, pues me pareció bien la idea. Esta idea de la canela partió, claro está, de una merienda en mi casa donde a mis amigos les pongo obsesivamente desde hace años un té con canela que me encanta y que se llama té de los amantes, y que tiene manzana seca, cáscara de mandarina, canela, clavo y algunas especias más. Como mi amigo sabía que yo era un obseso de la canela dijo ese nombre y a mí me pareció bien para empezar.

El secreto por el que me preguntas parte de que en la casa de mis padres siempre se tomaba té después de comer y mi madre siempre le ponía una ramita de canela y un poquito más de azúcar de lo normal ("El té dulcecito", decía ella). Después, cuando tomaba té fuera de casa y veía que no me gustaba demasiado comprendí que era por la canela. He llegado a ir a casa de amigos que me habían invitado a tomar un té, con una ramita en el bolsillo. Y en mi despacho de la Universidad tengo un calentador de agua, té, azúcar y, por supuesto, canela en rama.

Pensando sobre lo de la canela y lo de mi madre llegué recientemente a la conclusión de que mi madre nos ponía un té para tenernos más tiempo junto a ella alrededor de la mesa. Y que el hecho de que le pusiera canela era un detalle de cariño que distinguió nuestro té (el mío y el de mis hermanos) para siempre. Hay que decir, también, que el té en Málaga sabe fatal porque el agua es más salina de lo normal y el té no consigue equilibrarlo. Con la canela se disimula algo más esa salinidad. Aconsejo tomar el té con agua mineral (pensarás que me estoy haciendo un sibarita insoportable: espero que no).

 

En Sabor a Canela cuentas la vida de una niña que en un abrir y cerrar de ojos pierde la solidez de su vida y el mundo que la protege por el abismo de la pérdida de su madre; sus experiencias, miedos e inseguridades como adulta y los errores que comete…. ¿Has querido reflejar a Cecile como una alegoría del mito del Fénix?

Mi idea era que Cecile fuera una niña de lo más normal. Es verdad que vivía en un ambiente musical y eso la hacía especial en ese aspecto, pero en lo demás quería que fuera normal. La vida es compleja y no es una carga que la vida sea compleja sino que la vida, sencillamente, es compleja. Esa niña ve que la vida cambia porque la vida cambia. Cambia para ella y para todos y eso quería que pasase. Ella se resistiría al cambio, pero tenía que aprender a asumir que la vida, como se dice en la novela: "es un lío". Porque la novela no la escribo para Cecile, la escribo para el público lector que anda envuelto en la maraña de la complejidad de la vida y quiero decirle: sí, la vida de Cecile, como la suya, lector, es compleja: asumámoslo y sigamos caminando con alegría dentro de este lío cósmico.

 

La protagonista de tu novela es una mujer que pierde constantemente aquello que anhela pero que nunca deja de luchar por sus sueños ¿Te identificas más con las historias de perdedores?

¡Pero ella no es una perdedora! Ella es un ser normal al que le ocurren cosas como a todo el mundo. Esta semana me invitaron a merendar unas lectoras y me contaron, para presentarse, un poco de sus vidas: era increíble las cosas que les había pasado a cada una de ellas: a una el médico le dijo que su hija de seis meses tenía una enfermedad incurable y que moriría esa misma noche. Al día siguiente le dijo que moriría ese día; a los tres días le dijo que de ese no pasaba. Hoy, la niña tiene 17 años. En medio me contó que le dio unas pastillas con agua de Lourdes (¡!). Vidas.

Otra, muy guapa y equilibrada, me dijo que su marido le dijo una noche que la dejaba. Cogió sus papeles del banco y el bote de Nescafé y se fue. Todos nos preguntábamos (ella también) que por qué cogió el tarro de Nescafé.

En fin, que parece que en mi novela le pasan muchas cosas a la protagonista pero es que hay gente a la que le pasan muchas cosas.

Pero sí, tienes razón en que la constante en ella es que no abandona su sueño. Mi propuesta vital es la siguiente: si tienes un sueño no tienes ninguna posibilidad de no conseguirlo. Me explico: siempre que el sueño no esté coartado por la imposibilidad material del tiempo (esto es: ser bailarina, deportista o cualquier profesión que obligatoriamente tengas Carmona1que conseguir de joven). Para mí, si alguien quiere ser, por ejemplo, Director de orquesta o escritor o político o tantas cosas donde la edad no sea un impedimento, sólo tiene que no dejar nunca de intentarlo. Eso sí: el día que dejas de intentarlo estás muerto. Pero si lo sigues intentado hay un 100 % de posibilidades de conseguirlo. Y si un día llega la muerte, no te enterarás de que no lo conseguiste. Incluso si has escrito pero no has conseguido publicar o la fama puede que con tu último aliento pienses: "Pero algún día descubrirán mi obra, la publicarán y seré famoso. ¡Hay tantos casos así!"

 

¿Qué significado tiene el violonchelo azul en la novela?

La idea del violonchelo azul surgió cuando intenté darle a la protagonista un instrumento que fuera especial. De hecho barajé la posibilidad hasta el último momento de que la novela se llamara "La chica del violonchelo azul", pero la editora creyó que era mejor seguir con los sabores.

Todo lo del color lapislázuli que aparece en la novela me lo inventé, aunque es cierto que en una época se utilizó la sal de gemas como desinfectante de maderas, e imaginé que podría haber salido algún instrumento así.

Cuando le di color al instrumento pensé que estaba utilizando el mismo recurso que había utilizado Spielberg en "La lista de Schindler" cuando permite que veamos el vestido de color rojo de una niña que después aparece muerta sobre un carromato. El color hace que se recuerde de manera especial. Da luz sobre la página.

 

¿Existe Cecile en la vida real o es un recurso literario tuyo?

Como dijo Flaubert: "Madame Bovary soy yo". Claro, todos los personajes soy yo y a la vez no soy yo. Yo nací el mismo día y año que Cecile y he querido ser Director de orquesta como ella. Pero yo nunca estudié en París ni sufrí un atentado ni me enamoré de ningún argentino. Sí que he dirigido todas las obras que ella dirige en la novela y aún no he conseguido un puesto estable en la orquesta de un teatro público. Gané el premio de mi universidad, estudié en el extranjero, conocí a Celibidache, etc. pero no soy ella y sí lo soy.

 

Sabor a Canela es una historia que reivindica los derechos de la mujer en un mundo muy masculino y misógino ¿Qué opinas de las mujeres en la música como directoras de orquesta y cuál es la causa de ese círculo tan cerrado a ellas?

Realmente, la mayoría de los directores de orquesta me parecen malos. Y ya que la mayoría son malos se debería permitir que hubiera directoras tan malas como ellos. Es curioso que a ellas se les exija la excelencia y a ellos no.

Cuando yo era pequeño tenía mucha conciencia de que la clase social de la que procedía era baja. Cuando veía las orquestas con esos trajes de frac, esa elegancia, y ese público tan entendido, pensé que cuando yo llegara a estar ahí habría ascendido no sólo de clase social sino de clase cultural.

Con el tiempo he descubierto que en la Música Clásica hay de todo. Pero ese "de todo" en un ambiente como este se nota más. O por lo menos me decepciona más. El mundo de la alta cultura está llena de hipocresía y de negocios y de injusticias. Como en todas partes. Pero aquel niño que fui (ingenuo) no lo esperaba. Y por eso me ha decepcionado encontrarme con talibanes de la verdad estética ("esto se toca así y no de otra manera"), talibanes de la música Barroca ("el piano es un instrumento bárbaro… y de percusión") y talibanes de la forma arcaica ("que todo permanezca como siempre"), y entre estos están los que impiden que las mujeres lleguen a los pódium de director.

Mis compañeras estudiantes de Dirección de Orquesta en Madrid tenían exactamente la misma ilusión que yo por dirigir (es decir: toda) y sin embargo ninguna ha conseguido un hueco. También para nosotros ha sido difícil, pero unos cuantos lo han conseguido, y otros estamos en ligas inferiores pero estamos. Ellas se han quedado todas en ligas infantiles. Es un machismo, tanto de gerentes, de músicos como de público, insoportable. Lo siento por ellas y por la democracia que nos prometió cosas que no se están cumpliendo (por más paciencia que le estemos echando: ¡yo pensé que con la democracia desaparecerían el fútbol, los toros y la primera clase en los trenes! ¡Qué iluso, ¿verdad?!)

 

En esta historia hay amor, traición, descubrimiento, mucho dolor… ¿Se quedó algo en el tintero que después hubieses querido incluir?

Esta es una pregunta que me ha parecido interesante porque no me lo había planteado. Es verdad que hay veces que cuando terminas un texto te dices: "debería de haber cambiado tal cosa o haber añadido tal otra", pero con esta novela no me ha pasado. He de decirte, de todas maneras, que yo tengo la virtud de los grandes artistas de no ser perfeccionista. Los perfeccionistas son incapaces de dar por terminada obra alguna. (Ahora que cuando un perfeccionista termina una obra…)

 

En esta novela hay más de tu personalidad como músico que en la anterior ¿Qué parte de José Carlos Carmona vive en la novela?

Ya he contestado en parte a esta pregunta antes, pero quiero añadir o repetir que desde los dieciocho años tuve claro que quería ser Director de Orquesta y aunque terminé la carrera y aunque ahora tengo una orquesta libre (se reúne para conciertos concretos una vez que hay un presupuesto aprobado) con la que doy alrededor de nueve conciertos al año, y aunque he dirigido obras tan grandes como la Segunda Sinfonía de Mahler, el Réquiem de Verdi, el Réquiem Alemán de Brahms, la Sinfonía Fantástica de Berlioz, la Pasión según San Mateo de J. S. Bach, etc. no puedo decir que sea director de orquesta profesional porque no soy titular de una orquesta sinfónica de un teatro estable. Esta batalla está siendo la más importante de mi vida y pienso luchar por ella con "paciencia e ira" hasta mi último aliento (…ya sabes).

 

¿Puedes darnos un adelanto de tu próxima novela?

Después de "Sabor a Chocolate" escribí una novela llamada "Martín y Martina" en la que se cuenta el amor de una chica de 15 años con un estudiante universitario de 26 que quiere ser algo en la vida (a ser posible Director de orquesta -¿sorprendidos?-). Aunque el arranque pueda parecer el de Lolita, su diferencia principal es que esta relación aguanta y dura. Tanto en Lolita como en An education el escritor se ve incapaz de extender la trama y por eso en ambos casos termina abrupta y rápidamente. El reto, para mí, era continuar escribiendo: cómo sería un amor prohibido y cómo se iría convirtiendo, por el paso de los años, en normal. Bueno, pues esta novela no me la ha comprado nadie.

Después escribí una novela corta que se llama "El año del martillo" y que trata la historia de un profesor que vuelve a su antiguo colegio religioso ahora como profesor de Filosofía pero siendo ateo combatiente. También hay una historia de amor, pero no te la cuento porque esta novela, también con capítulos cortos, sí la ha comprado Planeta y espero que se publique el año próximo. Después escribí "Sabor a Canela".

Después he escrito una novela titulada "El hipócrita perfecto" y trata de las consecuencias acaecidas a un escritor después de la publicación de un libro en el que dio leña a un par de sujetos. Esta novela todavía no la ha visto nadie.

Ahora estoy con relatos y con otra novela que podría ser "Sabor a fresas", pero está un poco parada.

 

Sabemos que la música es tu vida, pero hablando de tu otra pasión, el cine, ¿qué película te gustaría dirigir?

Soy un gran gestor de proyectos colectivos pero hoy por hoy y después de mi experiencia en el cine y la televisión, me siento incapaz de dirigir una película.

Pero si me dieran todo el equipo y los millones haría películas del tipo "Vidas cruzadas" de Robert Altman o "Cosas que diría con solo mirarla", de Rodrigo García. Me gustaría hacer películas eternas (como me gustaría escribir novelas eternas) y en ellas tendría que haber un buen guión, buena música (pero de la buena), bellas imágenes y bellos rostros.

Pero ten claro que para mí lo mejor en la vida es dirigir una gran obra musical porque eso se hace en el momento, en vivo, es creatividad colectiva en movimiento. La semana pasada dirigí la Sinfonía "Resurrección" de Mahler. Te aseguro que nunca podré obtener una satisfacción mayor, más grande, más poderosa, más eterna. Cuando escribo lo paso bien, pero estoy en la soledad de mi soliloquio. Cuando ves una película ves un producto acabado bellísimo en muchas ocasiones, pero ha sido la suma de muchos trozos de vida anexactos. Cuando diriges, todo ocurre ahí, en ese momento, y el director lo está generando. A veces pienso en la frustración del director de teatro que después de todos los ensayos tiene que sentarse a verlo en una butaca o entre bastidores. Nosotros, los directores de orquesta, no. Nosotros estamos ahí, en el campo de juego, creando, re-creando. (También pienso en la frustración de ser entrenador de fútbol, grita desde la banda, pero no puede participar, no puede ser capitán y entrenador a la vez. Nosotros sí).

 

Si pudieras reencarnarte en un músico ¿a quién elegirías?

Sin ningún tipo de duda en Mahler. Mahler fue, primeramente, de profesión, Director de orquesta. Dirigió las orquestas de Leipzig; de la Carmona2Ópera de Budapest, de Hamburgo y, finalmente la de la Ópera de Viena. Ya con eso, yo me habría conformado (y con una cuarta parte). Pero luego, como conocía tan bien el sonido de las orquestas y estaba tan acostumbrado a reconocer sus sonoridades, fue un compositor orquestal increíblemente bueno. Cuando yo dirigía su Segunda Sinfonía la semana pasada me daba cuenta de que muchas de las cosas que estaban pasando en la partitura estaban ocurriendo para el lucimiento del director, para SU lucimiento, para MI lucimiento. Y me sentí él. Y le agradecí su conocimiento de la orquestación porque cada uno de mis movimientos estaban siendo marcados por él que lo escribió para su movimiento. Fue maravilloso.

En cierto sentido ya me reencarné en él.

 

Para terminar… ¿Has cumplido todos tus sueños en la vida? ¿Qué te queda por aprender?

No los he cumplido, como ves. Es difícil haber nacido en una pequeña ciudad del sur de España y querer ser director de orquesta de música centroeuropea. Es como si un boliviano quisiera ser bailaor de flamenco. Lo tenemos difícil, él y yo.

Y por aprender… te sorprenderá si me salto el tópico y te digo que ya no mucho. Ya sé cómo funciona el mundo (estudié Derecho y Filosofía) conozco el alma humana y sus pasiones, sé cuánto puede dar de sí mi época. Puedo sorprenderme, podemos sorprendernos todos los días con alguna cosilla, pero lo esencial está ya marcado. Esta semana he leído con fruición a un tipo que estaba contra el nihilismo. "¡Venga!", le dije, "dame argumentos contra el nihilismo". Me leí todo su ensayo y fue incapaz de decirme el sentido. Al final decía algo así como: "ya que nada tiene sentido intentemos, al menos, ser buenas personas". ¡Anda!, a eso ya había llegado yo solito.

Creo que la vida es un juego (absurdo). Yo estoy jugando a algunos juegos (algunas batallas). Alcanzo algunas casillas y otras aún me quedan lejos (está bien: así tengo ánimos para seguir jugando). Sólo tengo 46 años y ya empiezo a sentir el declinar de mis fuerzas y de mis ilusiones. Tengo miedo a una vejez desilusionada. Ayudo a la gente, intento ser buena persona, intento insuflarme energía y sabiduría para seguir queriendo seguir (ahora me he hecho masón), pero el cuerpo pierde fuerza, las ambiciones se relativizan, mi hijo corre lleno de energía deseoso de equivocarse en todo.

Ya sé que no lo voy a saber todo. Ya sé que aunque lo supiera no podría llegar al mundo entero. ¿Aprender? Me queda por aprender cómo llegar a viejo y mantener el deseo.

¿Hay algo después de dirigir la Segunda de Mahler?

 

Espero, José Carlos, que sigas haciéndonos soñar a tus lectores con nuevas y hermosas historias. Y tenemos pendiente ese té con canela que yo cambiaría por café.

Espero poder conseguirlo. Un saludo.

José Carlos Carmona.

4hs, 14', del lunes 5 de abril de 2010.

 

ver + José Carlos Carmona

 

¿Te ha gustado? Compártelo:

Comentarios de los lectores:

Publicidad
Anika entre libros
Actividad subvencionada por el Ministerio de Cultura
Ministerio de cultura

Esta web utiliza cookies para obtener datos estadísticos de la navegación de sus usuarios. Si continúas navegando consideramos que aceptas su uso. Más información X Cerrar