El asesino que envenenó a Napoleón y otras historias de la microbiología

Opinión:

En "El asesino que envenenó a Napoleón" los microbios, esa enorme variedad de organismos, tienen un papel destacado, aunque haya capítulos que parezca que no tendrían nada que ver.

Y es que en cada uno de esos capítulos, Raúl Rivas despierta primero la curiosidad del lector con alguna anécdota o circunstancia peculiar, desde donde continuará en un periplo que puede tener un muy largo recorrido.

Así podrá ir desde Nueva York a Alaska en "La gran carrera de la misericordia", con protagonismo para la difteria y el perro Balto. O desde Hollywood con la película "Arsénico por compasión" al exilio de Napoleón en la isla de Santa Elena, pasando por Rasputín, en el que da título al libro: "El asesino que envenenó a Napoleón".

O unir en un mismo tema lo que no parezca relacionado a simple vista, como en "Supercalifragilisticoespialidoso", que relaciona la película "Mary Poppins" con la vacuna Sabin de la polio.

Son historias que van de un sitio para otro y están escritas de manera atractiva, por lo que es empezar un capítulo y leerlo hasta el final, mientras pasa de un tema a otro, manteniendo el interés en todo momento.

"El asesino que envenenó a Napoleón" me ha parecido muy interesante y atractivo y considero que, tal como me ha pasado a mí mismo, hará las delicias de quien se sienta atraído por conocer los momentos importantes de la ciencia.

Selin