Anika entre libros

el secreto de hitler

Ficha realizada por: Txema

Título: el secreto de hitler
Título Original: (hitlers geheimnis)
Autor: Lothar Machtan
Editorial: Planeta


Copyright: Traducción de Juan María de Madariaga ISBN: 84-08-04482-6
Etiquetas:

Argumento:

A las 19:30 del 20 de abril de 1889 con una temperatura exterior de siete grados centígrados nació en una simple posada en la localidad austriaca a de Braunau am Inn un niño al que pusieron de nombre Adolfo. Nadie podía entonces sospechar que iba a estar destinado a cambiar la historia de la humanidad algunos años más tarde. Este niño, se convirtió según el libro de Lothar Machtan en un joven homosexual que trató siempre de ocultar esta circunstancia para lo que no reparó en nada. Desde el soborno, la ocultación de datos de su pasado, mediante el robo de documentos hasta el asesinato, todos los procedimientos fueron validos. Del estudio pormenorizado de estos y otros acontecimientos trata esta importante obra.

Opinión:

Posiblemente, es Adolfo Hitler uno de los personajes del Siglo XX al que se han dedicado más estudios, biografías, ensayos y todo tipo de obras analíticas intentando, en algunos casos, escudriñar su personalidad y, a través de ella, explicar sus actuaciones, sus iniciales éxitos y posteriores fracasos. En otros se desmenuza su actividad como político y deja a los lectores la interpretación de los hechos que corresponda estrictamente a ese campo. Evidentemente, la mayor parte de las obras son desfavorables al personaje, desde cualquier punto de vista, tanto en lo personal como en lo meramente político.

Sin embargo, creo que la vida íntima de Hitler en España no es todavía demasiado conocida, pese a que sí se han realizado incursiones en este campo, que en general han trascendido poco en nuestro país. Es posible que se tratara de obras para investigadores, que no han llegado al gran público. Esto es así, especialmente, en lo que se refiere a sus años de niñez, adolescencia y juventud. Parece como si este personaje, que tanta influencia ha tenido en la historia del mundo en el pasado y diríamos que incluso en presente, hubiera nacido ya en 1923, con su intento de golpe de estado en Munich. Esta falta de datos dejaba lagunas importantes para los interesados en conocer mejor a Hitler, evidentemente, entre los no profesionales del estudio de la historia. Prácticamente los únicos datos disponibles durante bastante tiempo fueron los aportados por el propio libro de Hitler “Mi lucha” y por unas memorias publicadas en 1953 por su amigo de la juventud Augusto Kubizek, por otra parte poco conocidas en España. Existen muchas más biografías interesantes y rigurosas, como la de Werner Maser, quien fue uno de los primeros en señalar, con razón, que los famosos diarios atribuidos a Hitler eran una falsificación. También hay una notable de Hans Gisevius y sin poder dejar de citar las polémicas obras del británico David Irving, acusado de nazi y más reciente la obra monumental de Ian Kershaw, que es posiblemente una de las mejores que se han escrito y que aconsejo con firmeza.

Pues bien, recientemente, ha salido a la luz un nuevo estudio de la mano de Lothar Machtan que bajo el epígrafe “El secreto de Hitler”, analiza la orientación sexual de Adolfo Hitler y concluye o, al menos eso pretende, que era homosexual. Y digo que eso pretende porque el resultado final deja algunas lagunas, hay demasiadas especulaciones, demasiadas interpretaciones subjetivas y, en definitiva, no resulta plenamente convincente. Resulta además extraño que, si la homosexualidad de Hitler era un asunto ten evidente y además conocido por varias personas, ni Kershaw ni Maser, ni otros, se hayan referido a esta posibilidad en sus respectivas biografías. Es más Maser la descarta con contundencia y la achaca a especulaciones.

Vaya por delante, que no hay que restarle mérito alguno a la obra analizada, producto de un riguroso estudio. Pasan a lo largo de sus páginas, que se hacen en muchas ocasiones muy amenas pues se detienen en la anécdota con minuciosidad de cirujano, una galería impresionante de personajes. Muchos de ellos son poco conocidos y, de alguna u otra manera, tuvieron una influencia decisiva en la vida del líder del Tercer Reich. Algunos eran conocidos homosexuales, como el caso de Ernst Röhm y otros no tanto. Pero la duda sigue abierta. ¿Basta esto para asegurar que Hitler era también homosexual? ¿Es suficiente argumento que se rodeara de hombres y que no se casara hasta el final de sus días con Eva Braun para llegar a esta conclusión... ? Y sobre todo, ¿tiene su opción sexual alguna influencia que pueda justificar sus acciones? A esta última cuestión, la respuesta tiene que ser un no rotundo, como un no rotundo tiene que ser la respuesta a todo Hitler en su conjunto. No se debe caer en la tentación de banalizar su actividad política por una opción personal, a la que por otra parte, tiene o tuvo perfecto derecho. En este aspecto el libro carece de sentido, a no ser que se justifique desde el punto de vista simplemente informativo. Bien, Hitler pudo ser homosexual y...

Pero además, hay algunos aspectos que no quedan suficientemente explicados. Lothar Machtan afirma que en la vida de Hitler no hubo interés por las mujeres. Sin embargo, su amigo de la juventud, al que ya he citado, dedica dos capítulos a esta cuestión. El primero de ellos, que se titula precisamente “Estefanía”, nos habla de una chica un poco mayor que Hitler, que atraía poderosamente la atención de este. Pues bien, nuestro autor despacha ese tema con una sola referencia a la tal Estefanía y dice que el relato de Kubizek sobre esa chica y Hitler pierde su validez porque el amigo de Hitler es prolijo al contarlo y que, precisamente, esa extensión lo hace poco creíble. Tampoco parece creíble que Kubizek en 1953 tuviera algún interés específico en no sacar a la luz la verdad sobre un personaje que en ese momento era absolutamente denostado y cuando en Alemania se vivía un proceso, aunque ya atenuado, de desnazificación. Despachar de esa manera el relato de Kubizek parece cundo menos arriesgado. Evidentemente, bien podría ser que Hitler tuviera idealizada a la tal Estefanía que, por otra parte, debía responder física y estéticamente al ideal hitleriano de la mujer aria. Pero eso no implica que careciera de atracción física para él. Pero hay más. Kubizek dedica a la relación y actitud de Hitler frente a las mujeres otro capitulo entero al que Machtan no hace referencia alguna y precisamente es donde podría encontrar bastante apoyo a su argumentación. Kubizek indica que Hitler no aprovechó jamás las insinuaciones, según él frecuentes, que les hacían algunas chicas y que hubieran podido hacer “más agradable su vida de perros”. Más adelante Kubizek, dice que cuando hablaban de mujeres Hitler siempre decía “eso es cosa tuya”. No hay referencias a esto en este libro. Y para terminar con esa parte, hay un relato en que el libro de Machtan, donde fuerza la situación, ya que cuenta un hecho muy conocido pero oculta una parte del mismo. Estando ya los dos amigos (Hitler y Kubizek) en Viena se les acercó un día un señor que les invitó a cenar, lo que evidentemente aceptaron porque pasaban bastante hambre. Cuando llegaron a su cuarto, Hitler le preguntó a Kubizek que le había parecido ese ciudadano, a lo que este contestó que muy bien, que tenía una gran cultura y notables inclinaciones artísticas. Hitler le preguntó si no había notado nada más y Kubizek, que no debía ser muy espabilado, dijo que no. Entonces Hitler le enseño una tarjeta de visita que le había entregado el invitador (sin que Kubizek lo notara) para que Hitler le visitara en un hotel de Viena, de lo que dedujo (Hitler) que se trataba de un homosexual y que nunca más se acordaron de él. Aquí interrumpe Machtan el relato y comienza con la deducción. ¿Por qué se dirigió a ellos dos? ¿Por qué sabía Hitler que era un homosexual? ¿Y por qué Kubizek decía que Hitler tenía que mantenerse alejado de ese tipo de personas?. La respuesta, que no tiene por que ser la única, nos la puede dar el propio Kubizek, cuando dice que Adolfo sentía “repugnancia y asco ante los extravíos sexuales de la gran ciudad” y aún añade más cuando dice que rechazaba el onanismo “frecuente entre los muchachos” y que su vida se regía por “rígidas normas de vida prescritas a sí mismo y a su futuro estado”. Es de suponer que Kubizek conoció bien a Hitler y no hay motivos para pensar que exagera en su relato.

Otro aspecto que no queda nada claro en el libro de Machtan es el referido a la famosa noche de los cuchillos largos (1934. Como es sabido, en esa noche, fueron liquidados por las malas una buena parte de los antiguos colaboradores de Hitler y que pertenecían a las Llamadas SA, (Sturmableitung), entre ellos su jefe máximo Ernst Röhm, que sí era un homosexual conocido. Machtan se empeña en que Hitler ordenó esta carnicería como consecuencia de un ajuste de cuantas, poco menos que entre homosexuales y para evitar posibles “chantajes” posteriores por parte de algunos “íntimos” del führer, que lo era de Alemania desde enero de 1933. Sin embargo, todos los historiadores coinciden en señalar que la matanza de la famosa noche fue consecuencia de las presiones que Hitler estaba recibiendo del ejercito que no quería en absoluto una fuerza paralela y armada que le pudiera hacer sombra y de la propia actitud de las SA, disconforme con la línea adoptada y que quería una mayor presencia en la vida política alemana. Entre el apoyo de las SA y de la Wehrmacht, Hitler no tuvo dudas. Además en aquella noche y en las siguientes cayeron otros personajes que no pertenecían a la SA y que no eran homosexuales en absoluto, como fue el caso de Gregor Strasser al que se consideró durante mucho tiempo el referente izquierdista del NSDAP. Gana así en peso la teoría del ajuste de cuentas “político”.

Todo esto no invalida absolutamente que Hitler fuera homosexual, pero la afirmación tan categórica de Lothar Machtan, a pesar de la gran cantidad de posibles testimonios que aporta no pasa de ser muchas veces una mera especulación. Si parece que, Hitler, era una persona a la que el sexo no le importaba demasiado y que dedicó la mayor parte de su vida a la realización de lo que él creía su misión redentora del pueblo alemán y la raza aria. Mucho le habríamos agradecido los alemanes y el resto de la humanidad, a la naturaleza que, heterosexual u homosexual, nuestro personaje se hubiera dedicado más tiempo a esa actividad y se hubiera olvidado de las demás.

Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com

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