cien historias de amor

Opinión:

El ensayo ´A vueltas con el amor´ me ha parecido interesantísimo. La tesis de Celdrán parte de dos concepciones antagónicas del amor que parecen ser las que con mayor o menor medida se han ido alternando a lo largo de los siglos: el amor idealista, que proviene de la época medieval, y el realista, asociado a la carnalidad y al deseo; (existe otra variante de tipo racionalista o teórico en la que se intenta definir el amor, clasificarlo o delimitarlo, como sucedía por ejemplo entre la Grecia Clásica o en épocas demasiado preocupadas por la moral y las buenas costumbres, pero básicamente el libro lo divide en estos dos, que se desarrollan con características diferentes según la época).

El amor idealista o cortés encuentra en el sufrimiento su razón de ser. Se le define equivocadamente como "platónico", pero nada tiene que ver con el modo como los griegos vivían el amor, mucho más hedonista y despreocupado. El amante se enamora de alguien que está muy lejos o de una mujer que o se da por enterada del amor que despierta. Encuentra gran placer amándola en silencio, sin esperar nada a cambio. La amada está llena de virtudes, es poco más que un Diosa para el amado, y éste se pone a su servicio como fiel paladín, dispuesto a hacer por ella lo más insólitos sacrificios. Todo esto parece muy bonito en teoría, pero lo cierto es que éste es un amor más cercano a la fantasía que en la realidad, poco o nada recomendable.

El amor realista, en cambio, es aquel que está asociado al deseo y el goce carnal. Cuando uno quiere a alguien no desea que su amada esté lejos ni le causa ningún placer el que ésta lo rechace, ni encuentra en la no consecución sexual de sus deseos una motivación esencial. En ese sentido, el amor real debería ser todo lo contrario del masoquismo, del autocastigo sentimental o la exageración romántica. Para Celdrán, esta forma de entender el amor estaría más cerca de lo real, pero siempre que no lo confundamos con la frivolidad o la ligereza. En este sentido, el autor no parece estar muy de acuerdo con el amor libre ni simpatiza demasiado con un "Viva La Virgen" como Lope de Vega.

Lo cierto es que ambos conceptos del amor se han ido desarrollando de maneras diferentes según los modos y costumbres o las ideas religiosas o éticas de la época en cuestión (Por ejemplo, el amor cortés medieval encuentra su máximo desarrollo en el romanticismo del XIX).

Celdrán expone sus ideas con claridad y sencillez. Es un libro de lectura amena y rápida. El autor refuerza sus argumentos con textos de la literatura española y resulta en ese sentido bastante convincente.

Con respecto a las Historias de amor, me parece una selección bastante completa, exhaustiva diría yo, que funciona de dos formas complementarias: es una antología de fragmentos literarios, la mayoría de ellos muy hermosos, y nos da a conocer a algunos autores desconocidos hasta el momento, impulsando inevitablemente al lector curioso a indagar un poco más en la obra de los que le parezcan más interesantes.