Anika entre libros

huerfanos del mal

Ficha realizada por: Anika Lillo

Título: huerfanos del mal
Título Original: (les orphelins du mal)
Autor: Nicolas d'Estienne d'Orves
Editorial: Plaza & Janés


Copyright: © 2007, XO Éditions
© 2008, Random House Mondadori, S.A.
© Traducción, M. J. Arjona, 2008 ISBN: 9788401336638
Etiquetas:

Argumento:

¿Acaso cree, mi pobre Ballaran, que la caída del nazismo los detuvo?... ¿De verdad cree que la guerra acabó el 8 de mayo de 1945?... Hay dos historias, una “oficial” y otra… secreta”. David Guizet (página 206)

Con estas palabras se puede resumir la esencia de esta novela de historias paralelas y unidas por un nombre en común: Claude Jos.

Dos historias paralelas que nos muestran que algo está ocurriendo en nuestra sociedad más contemporánea alejada del nazismo que habíamos creído desaparecido. Una se sucede en 1987, donde el comisario Chauvier investiga, junto al inspector euroasiático Linh Pagès, el asesinato de una mujer a la que le cortan un trozo de piel después de haberla ahorcado y quemado, y su pasado vuelve a él como una pedrada: los bosques cátaros y el castillo de Mirabel donde se crió (en la población cátara de Paulin), el nazi que se llevó a su chica y que ahora tiene más poder que él, las amenazas si sigue investigando…

En el 2005 otra historia nos absorbe gracias al personaje de Vidkun Venner, un hombre rodeado de objetos nazis en busca de conocer dónde están sus orígenes. En esta época se están secuestrando niños mongólicos en Alemania y a Venner le llega una caja con unas manos cortadas y cierta información: la de cuatro suicidas. Para llegar al final de todo contratará a una joven periodista –con su propio pasado- que le ayude a investigar y escribir un libro. La Lebensborn es el punto de partida, y los suicidios de los cuatro hombres también, pues se quitaron la vida en el 50 aniversario de la muerte de Himmler, con el mismo método que éste.

Una tercera historia paralela entra en acción a mitad de libro más o menos con la narración de la vida de Leni Rahn en primera persona. Es, a un tiempo, parte de la investigación de Vidkun Venner y Anaïs Chouday, y lo que ocurrió durante el nazismo con el proyecto Lebensborn.

Comprar Huérfanos del Mal

Opinión:

Hay alguien peor que Hitler, Himmler o quien se os ocurra, y está en esta novela, pero para llegar hasta esa persona habrá que hacer un recorrido muy largo que, en ningún momento, se hace pesado, todo lo contrario… ¡absorbe!. Este libro es como el tabaco o la coca-cola, vicia horrores.

Es un libro concebido para sorprender, ni más ni menos. Aun basándose en un hecho histórico como fue la creación de las Lebensborn (proyecto nazi creado por Himmler, dedicado a la creación de niños perfectamente arios) del que surgieron verdaderos críos rubios con ojos azules, iconos del alemán ario perfecto. En su día Ira Levin escribió “Los niños del Brasil” donde daba una salida a esta monstruosa creación de una de las mentes más perversas del nazismo. Nicolas D’Estienne D’ Orves le ha dado otra salida, creando un thriller en el que sorprender al lector parece su máxima. Esto tiene algo bueno y algo malo. Lo bueno, obviamente, es que para lectores como yo que disfrutan con libros de este tipo, lo viven con emoción desde el principio hasta el final. Lo malo es que quienes buscan que sea históricamente convincente, salen aterrados, porque el autor francés ha introducido elementos de lo más fantásticos e increíbles en su trama, no sólo en cuestión de proyectos, si no también en cuanto a personajes.

El tema de los personajes es muy importante, porque si bien todo funciona correctamente, habrá un momento en el que este tipo de lectores lean el nombre de Crowley y se echen las manos a la cabeza (a mí me produjo mucha risa y me emocioné pensando hasta dónde sería capaz de llegar el autor) Puedes entender que en su novela entre Albert Speer, pero lo cierto es que la aparición de Crowley es como sacarte un conejo de la chistera. Y por supuesto el final no es el que alguien puede esperar, reitero pues que no es un libro que gustará a todos, pero sí a todo aquel al que le encante lo retorcido, las licencias de autor para sorprender al lector, y que no espere de la obra más que disfrutar leyendo.

No será hasta el final, pues, cuando el lector descubra quien es esa persona tan horrenda que nombro al principio del comentario, y lógicamente habrá quien crea que D’Estienne D’Orves se ha fumado un porro antes de terminar su libro, pero si he de ser sincera, a mí esta imaginación me encanta. Esperaba, por supuesto y como todos, que fuera un libro con más rigor histórico, pero no desecho la idea de pasármelo bien con un libro que tiene una idea inicial distinta a la que yo esperaba. “Huérfanos del mal” es un thriller auténtico, un recorrido histórico con unos personajes distanciados en el tiempo y un final disparatado y, al mismo tiempo, emocionante (pero absolutamente irreal, quede ahí la advertencia)

Los personajes, decía, son muy importantes en este libro porque muchos existieron: Otto Rahn es uno de ellos. Escritor sobre el catarismo, se le supone muerto desde 1939; pues bien, el autor lo introduce como uno de los elementos más importantes de la trama, dándole diversas personalidades y convirtiéndole en uno de los puntos más necesarios del proyecto de la Lebensborn, un proyecto que va más allá de lo que Himmler esperaba, pues para darle sentido y algo de vericidad, D’ Estienne D’Orves utiliza entre otras cosas unas islas que no aparecen ni en los mapas, y así mismo lo indican en la novela para que quede claro que de tan “privado” es otra incógnita más del nazismo.

El autor convierte a Gudrun (hija de Himmler) en Helga o Mausi, y basándose en la realidad le da a la mujer un posible parecido al fanatismo todavía enraizado de Gudrun en la novela. Si en la vida real Gudrun se dedica(ba) a amparar a viejos nazis desde su sede en Munich de la organización “Ayuda Silenciosa”, en “Los huérfanos del mal” aparece como esa fanática que debe ser por creer todavía en la perfección de los planes de su padre. Es cierto que Nicolas D’Estienne D’Orves ha tirado de información para darnos a conocer, en boca de Vidkun Venner, qué ocurrió con los hijos de los más altos jefes del estado nazi, pero sólo sacándolos del libro “Tú llevas mi nombre” (Planeta) de los autores Norbert y Stephen Lebert, esa parte ya la tenía hecha.

Pero no sólo los personajes reales toman forma en esta obra, el autor coge el nombre de un grupo musical, Halgadom, para convertirlo en el nombre del proyecto de Otto Rahn, el de la revista Planète o Paris Match, o el del castillo de Mirabel (en España) situándolo en Francia. Juega con las personas, los personajes, las localidades, los edificios, los hechos… y de esta forma provee al lector de un sin fin de información real mezclada con fantasía que hay que saber aceptar para disfrutar.

De los personajes principales hay uno en particular por el que vale la pena leer todo el libro, y ese es para mí Vidkun Venner. Acompañado de la joven Anaïs –que parece no tener mucha aceptación por parte de los lectores según he leído por ahí, pero que tiene un perfil bastante bien calculado puesto que arrastra sus propios fantasmas- Vidkun Venner produce en la joven unas sensaciones que al mismo tiempo traspasa al lector: Venner es una incógnita, a veces puede producir escalofríos, de vez en cuando se convierte en seductor, en otras ocasiones tiene la fuerza de un tigre, y durante muchas páginas es un ser indescifrable del que te gustaría averiguar más. Es un personaje con mucho poder.

A otros los convierte en descendientes de… por ejemplo, Anne-Marie, de la familia Mazas (los habitantes del castillo de Mirabel emplazado en los bosques cátaros donde se buscan las famosas momias arias), proviene a su vez de la célebre cátara Esclarmonde Foix.

El personaje de David Guizet me recuerda especialmente al cura de “La profecía” de David Seltzer. Tiene su punto, pero es un poco dejá-vù, aunque por otro lado es un tipo de personaje que ya utilizan muchos autores para crear el perfil que aquel cura obsesionado nos transmitió en la novela de terror y que es efectivo igualmente en cualquier obra.

Y algo que me fascina de esta obra es la fórmula utilizada por D’Estienne D’Orves en la que, sin llegar a desaparecer nunca del todo los protagonistas principales, la historia va avanzando con nuevos personajes imprescindibles para la trama que tienen su propia historia que contar. Pero de esta fórmula sólo me gusta cuando el autor “sabe” hacerlo interesante, y en esto el francés cumple a la perfección, de ahí que el libro enganche. Uno de estos personajes es Leni Rahn. Por el apellido se puede deducir que viene de Otto Rahn, pero la historia que cuenta, por muy inverosímil que parezca, resulta alucinante.

Otro de los personajes que puede sorprender y causar verdadero horror y asco es el de Nathaniel Korb, el riquísimo y pirado hombre que financia el proyecto Halgadom. Leer sobre él es como estar encerrado en un cuarto estrecho maloliente. Causa unas extrañas sensaciones al lector.

El autor ha tomado buena nota, además, de las leyendas en las que, en parte, se basó el nazismo para sus propias investigaciones, y las ha usado (aquí podríamos decir que entra la parte más fantasiosa de la novela) en su novela, lo que la hace emocionante. Ata muy bien los cabos y no he conseguido encontrar ni un solo gazapo en sus 568 páginas.

Al mismo tiempo y para darle verosimilitud a lo que estamos leyendo o acercarnos más a la historia, introduce en su contexto ficticio algo tan real como las declaraciones de Le Pen hechas públicas, o el premio Goncourt de Literatura del año 1987. Son pequeños detalles para hacernos creer que “aquello pasó al mismo tiempo”. Una de las más evidentes es cuando se hace un anuncio de un nuevo secuestro de un niño mongólico y la televisión comenta que la nueva canciller Angela Merkel se desplazó para visitar a los padres del niño secuestrado.

Por último sólo comentar dos cosas. La primera es que en este libro y junto a Vidkun Venner y Anaïs Chouday, hacemos un recorrido turístico muy particular. Con ellos visitamos –aunque de lejos- zonas relacionadas con el III Reich de una forma u otra, como la casa de Himmler, el castillo cátaro de Montségur, las villas de Goebbles, Göring, Bormann, el campo de concentración de Struthof en Francia, las antiguas oficinas del Lebensborn (ahora supermercado), el Kehlstein (único edificio que se conserva del Nido del Aguila, complejo de edificios que construyó Hitler), la villa Berghof (propiedad de Hitler) o sea, el cuartel general de Hitler, ahora convertido en hotel, el antiguo emplazamiento de la prisión de Spandau (ahora un parque)…

La última se refiere a la traducción. Empezó mal, muy mal… De pronto y nada más comenzar la lectura me encontré con palabras que no se usan en español, o al menos en castellano o en España, como “se chancea la joven”, “se emboza la cazadora”, “avarientos” –cuando se suele usar más “avaros”- o “enarcar el busto”… Esto me asustó bastante, pensé que iba a leer un libro terriblemente mal traducido, no obstante alguien debió darle un toque al traductor porque a partir de ahí el resto está más logrado, lo cual me alegra. Ahora bien, podrían haber cambiado estas palabras que suenan tan raras e incompatibles con el resto del libro. ¿Qué por qué suelto esto ahora? Porque algo malo tenía que decir teniendo que en cuenta que he disfrutado muchísimo con el libro y estas mentes tan retorcidas.

Léetelo si te gusta que te sorprendan. No busques historia, aunque sí encuentres alguna información real en él.

Anika

Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com

¿Te ha gustado? Compártelo:

Comentario de los lectores:

Publicidad
Anika entre libros
Actividad subvencionada por el Ministerio de Cultura
Ministerio de cultura

Esta web utiliza cookies para obtener datos estadísticos de la navegación de sus usuarios. Si continúas navegando consideramos que aceptas su uso. Más información X Cerrar