cañones de guerra

Opinión:

Esta es la cuarta entrega, de un total de catorce, de las novelas de Richard Woodman con Nathaniel Drinwater, un oficial de la marina británica, como protagonista principal.
 
Sobre una base histórica excelentemente documentada, el autor desarrolla una trama que nos acerca la historia de la época, dotando de amenidad al conjunto, además de ser muy instructiva en todo lo que se refiere a la marina de guerra del siglo XIX. Para alguien que no esté avezado en el vocabulario marinero, es posible que se sienta desbordado al principio ante la profusión de términos propios del ambiente en que se desarrolla historia, pues da pocas explicaciones sobre su significado. No obstante, también es cierto que a medida que transcurren las páginas, la comprensión se va ampliando gradualmente y rara será la palabra que haya quedado desconocida.
 
Sin entrar en excesivos detalles, que tal vez retrasarían la acción principal, la descripción de la vida a bordo de un barco de guerra en campaña por el mar del Norte y el mar Báltico, se presenta cruda y sin muchos miramientos. Son estrecheces y penurias de las que se salvan un poco los oficiales, pero que sufren en carne propia los marineros, incluso a costa de sus vidas y no por el fuego enemigo.
 
Como parte de una extensa serie, hay aspectos del protagonista que se dan por explicados, pero eso apenas será problema para seguir esta historia, que nos trae los olores del mar y nos hace partícipes de una intensa epopeya bélica, con gran avidez hasta llegar a la última página y buscar el título de la siguiente aventura de Nathaniel Drinkwater. 
  
Selin