el límite del mundo

Opinión:

He de confesar que, a pesar de que sí me gusta el género a nivel cinematográfico o televisivo, no soy muy lectora de novelas e historias de ciencia-ficción. Sin embargo, me llamó bastante la atención esta novela titulada “El límite del mundo”. Me atrajo de ella, en primer lugar, su portada con esa nave espacial que sugiere tantas cosas. Una buena impresión a nivel gráfico que, lamentablemente, no se ha visto correspondida a nivel literario. No es que la novela sea mala o esté pésimamente escrita sólo que no ha resultado ser como esperaba.
 
“El límite del mundo” ha sido escrita por el estadounidense Joan D. Vinge. Concretamente, esta novela es la segunda entrega de una saga que se inició con “La reina de la nieve” y que va a continuar con  otra titulada “La reina del estío”. Cuando escogí la novela para hacer la reseña, no sabía que era la continuación de otra.
 
Aunque puede leerse como una novela independiente lo cierto es que si no te has leído antes la primera parte vas un poco perdida. Hay momentos en los que el protagonista hace referencia a cosas que le han pasado con anterioridad y que, si no se conocen, no acaba de entenderse el porqué. El lector se queda un poco “en off”, como perdido. Puede que, por ello, esta novela me haya costado un poco más de leer.
 
El no haber leído la primera parte influye también en el hecho de que los personajes aparezcan poco definidos. Lógicamente, al ser una continuación el autor da por sentado que el lector ya conoce a sus personajes y no ha de volver a presentarlos. El personaje principal, BZ, me lo he imaginado como una mezcla de Mad Max y el típico héroe de películas de ciencia ficción con una base un poco catastrofista. Es un personaje bastante contradictorio con momentos bruscos y duros seguidos de otros en los que se muestra más humano.
 
Un aspecto negativo que destaco de esta novela es que tiene un ritmo muy lento, te da la sensación de que la lectura no avanza. En algunos momentos se hace un poquito pesada. Los diálogos son bastante densos, lo que hace que, en bastantes ocasiones, se pierda el hilo argumental y hayas de volver a releer el párrafo.
 
Otro punto que contribuye a esta sensación de pesadez sea la atmósfera que describe, el lugar en el que están los protagonistas. Ese El límite del mundo resulta asfixiante. No puedes evitar imaginártelo completamente árido, agobiante, lleno de arena y polvo.
 
Personajes, ambientación, ritmo.... Todo ello trae consigo una lectura muy densa. Sus 220 páginas parecen no acabar nunca. Puede que, por ello, esta novela me haya costado un poco más de leer. Es de esas con las que, a veces, uno tropieza y por mucho que se empeñe en continuar y llegar al final éste parece que no llega jamás. 
 
Ysabel M.